Partida Rol por web

- Es una pena que no se puedan explicar anécdotas cuando no ocurre nada. Quien me mandaría a mi meterme en este agujero. - Mira hacía el techo, exhausto. 

- Lo que Theo quiere decir es que no se pueden explicar anécdotas de un aparato tan inútil como ese. - Dice Matrika haciendo como si le hablara al oído a Brokk. 

- Se nota que aquí algunos no saben apreciar la tecnología. - Dice Theo mirándose los dedos con los anillos. 

- Eso díselo a Brokk, yo de ti no le acercaría mucho tus joyas, podría hacerlas explotar. - Mira a Brokk con una sonrisa burlona. 

Theo espera a ver la reacción de Brokk con curiosidad. 

Brokk ríe también. Lo ocurrido abajo no le había bajado la autoestima en absoluto. Era algo que recordaría como gracioso durante el resto de su vida. En el fondo era un tío positivo.

- Ya ves Theo. A mi de las navajas de toda la vida no me saques.

Theo iba a decir algo en respuesta pero entonces la puerta del comedor se volvió a abrir y por ella entro un hombre con barba de varios días y el pelo despeinado con una bandana que se lo aguantaba hacia atrás. Su ropa parecía hecha de muchas pieles distintas, cualquiera diría que había cazado a esos animales él mismo. Al hombro llevaba el conejo con cola de rata sobre el hombro, el mismo que había visto antes Brokk. Llamaba la atención en él también en que una de sus manos era completamente metálica, quizás el brazo también dado que no se podía ver por completo. El hombre miro a a Brokk con desconfianza, Matrika se levantó y se interpuso entre ambos. 

- Y este es el que faltaba, Brokk, te presento a Thale Graccys, el hermanito de Debora. 

Brokk piensa algo así como: "Al menos no lleva cuchillo... aunque quizá no lo necesite."

Aún algo dubitativo, Brokk se levanta y le ofrece la mano a Thale.

- Encantado Thale, soy Brokk, el nuevo recluta.

"Mejor amigo qué enemigo", piensa Brokk, y espera la reacción de TG.

Thale mira confuso a Brokk, le estrecha la mano y pronuncia despacio. 

- Hola. 

Después de eso se marcha a una mesa aparte y juguetea con su animal. Matrika y Brokk se vuelven a sentar. 

- Aún no habla muy bien nuestro idioma, pensamos que Debora le ha dicho como reaccionar ante las acciones de la gente y ya... - Dice Matrika. Mira a Thale. - Se entiende mejor con los animales que con las personas. 

Thale acababa de sacar un trozo de pan de debajo de sus ropas y le estaba dando pedazos al animal. 

Brokk siente verdadera curiosidad por ese hombre. No parecía tan agresivo como su hermana, y parecía desear ayudar a la organización sin entender siquiera su idioma. Eso era pasión.

- ¿Pero entonces cómo os comunicáis con él? ¿Tiene que traducir todo Debora?

- Básicamente... - Dijo Matrika.

- ¿Básicamente? - Criticó Theo. Entonces miró a Brokk. - No nos comunicarnos con él debido a que aún no ha hecho falta, demasiado rato aburri...

- Que sí, que sí... - Lo interrumpió Matrika tapándole la boca. - Ya hemos entendido que te mueres de asco aquí abajo. Matrika parecía algo indignada con el comportamiento de Theon, pero en el fondo se lo tomaba a broma. - La cuestión es que ayuda cuando se le pide y si tiene comida para su animalillo  y para él ya es feliz.

Por fin el viejecito encorvado salió por la puerta trayendo con él una vendeja sobre su cabeza. Por su delantal se podía suponer que era el cocinero, en la bandeja había una jarra alta, tres vasos y unas pastas escasas. Se paró enfrente de la mesa donde estaban sentado y miro hacia los lados. 

- Vaya. - Dijo mirando a Matrika. - Al escuchar su voz pensé que esos renacuajos ya habrían despertado. 

- Hoy les he dejado dormir un rato más, anoche trasnocharon. - Matrika señaló a Brokk con la palma. - ¿Conoces a Brokk? Es el nuevo recluta. 

- Oh, con que era él. - Dijo el anciano con un amago de sonrisa. - Con ese pelo pensé que quizás seria otro loco de las calles... En fin. - Movió los hombros en señal de resignación y bajó la bandeja hasta la mesa. - Espero que os guste la leche, fría no vale para nada. - Miró a Theon. - También va por usted, Theon. 

Theon produjo un sonido de resignación y se comenzó a servir un vaso con el contenido de la jarra. Matrika mira a Brokk.

- Brokk, este es Munch, te dije que yo era la cocinera pero Munch es quién se encarga principalmente de la cocina, yo... cocino a mi ritmo. - Dijo sonrojada. 

- Encantado Munch.

Silencio incómodo. Brokk no podía dejar de pensar en las palabras sobre su pelo. ¿Qué tenía que ver su pelo con ser un loco de las calles?

- Yo mientras tenga algo que llevarme a la boca supongo que también seré feliz, como Thale. - dice sirviéndose leche - Pero si usted cocina bien tampoco me quejaré. - y bebe.

La leche no tenía sabor alguno, pero al menos no estaba mala. Munch se despidió con un gesto de la cabeza, solemne. 

- A vuestro servicio, mi señor. - y se fue con la bandeja hacía la cocina, cuando ya no estaba Matrika se acercó al oído de Brokk y dijo. 

- Por si te extraña que hable tan bien, resulta que antes era mayordomo de un ricachón en Cele. Las viejas costumbres no se pierden... Se ve que le sustituyeron por un robot y le echaron. Es de las personas que más información no ha facilitado de Cele. - Matrika se apartó un poco de Brokk y se sirvió también un vaso de leche. 

Justo en ese momento Rat asomo la cabeza por la puerta y entro tímidamente mientras que Owl le empujaba. 

- ¡Hola, hola! - Saludó Owl en alto, lo bastante fuerte para que todo el mundo la hubiera escuchado. 

Saludo a Brokk y Theo con la mano pero se dirigió hacia la mesa de Thale al darse cuenta de su presencia. Rat la siguió lentamente y ambos se pusieron a toquetear al animalillo de Thale. A Thale no parecía importale, seguramente ya estaría acostumbrado. 

El resto del desayuno transcurrió con tranquilidad. Debora y Frank acabaron llegando y se sentaron separados. Debora con Thale y Frank se sentó junto a Brokk y compañía. Debora comenzó a hablar con su hermano en su idioma, por la entonación no parecía evidente que lo que dijera fueran palabras. Frank preguntó en su momento sobre el entrenamiento, Matrika no se cortó en darle una descripción detallada de lo sucedido. 

Cuando todos fueron terminando cada uno se fue por su lado. Matrika salió junto con Brokk, Owl y Rat. 

- ¿Tienes algo pensado que hacer? - Dijo Matrika estirando los brazos. 

- Pues ya que el entrenamiento ha sido suspendido por lamentables circunstancias y se me está acabando la gomina, había pensado en salir a los suburbios un rato a hacer alguna compra.

Brokk lo dice convencido, pero espera una respuesta. No sabe si tiene permitido salir de ahí mientras esté en la organización.

A Matrika se le noto una mirada de maldad durante un instante y luego volvió a sonreír.

- ¡Oh, genial! ¿Por qué no te llevas a Rat y Owl de compra? Les encanta dar vueltas por los suburbios, y seguro que tu les puedes enseñar sitios más interesantes que yo. 

Owl mira a Matrika y a Brokk alternadamente. Rat esta callado, como siempre. 

- ¿En serio? ¿Podemos ir, Matrika? - Dice Owl ilusionada. 

- Por supuesto. - Dice con una de sus mejores sonrisas. 

- Yaaaay. - Owl trepa por el cuerpo de Brokk y se sube a sus hombros. - ¡En marcha, mi corcel! ¡El mercado nos espera! 

Matrika esta a punto de partirse de risa. Rat se acerca timidaménte a Brokk y le coge de la mano, aunque no lo demuestra con gestos, también se le ve ilusionado. 

Aunque Brokk no quiere reconocerlo, le gustaría llevarse a Rat y Owl. Pero los suburbios son peligrosos, y Brokk se siente con demasiada responsabilidad.

- Oy, oy! Chotto mate! ¡Oye Matrika! No tan deprisa. Los suburbios son peligrosos. ¿Seguro que está bien que me los lleve? Es la primera vez que trato con niños...

- ¡Oh, por favor! Si quería que te los llevaras como guardaespaldas. 

- ¡Eso, eso! - Owl le golpea con los pies en el pecho, indignada. - ¡Podemos defendernos solos! 

- Pero si crees que solo con ellos vas a estar indefenso podría decirle algo a Theo... - Dice Matrika con una sonrisa intentando provocar a Brokk. 

- ¡Ja! No necesito unos cuantos anillos con trucos ocultos para estar seguro en las calles. ¡Está bien, nos marchamos! Esperamos una buena comida a la vuelta. - Brokk gira la cabeza para dirigirse a los niños, a su espalda y a su derecha respectivamente, y sigue hablando - Vamos, iremos en mi moto.

Y Brokk se marcha haciendo adiós con la mano a los que quedan ahí, sin girarse. Si se girara, probablemente se le vería la cara de alegría, y no le conviene.

Rat acaba adelantándose para usar el collar que abre la compuerta del ascensor. Era el mismo collar que había usado el día anterior Theo. Pese a su insistencia, Owl al final acaba resignándose con sentarse detrás de Brokk en la moto y no sobre sus hombros. Tras el lento ascenso Brokk se adentró de nuevo en el desierto, un nuevo día le esperaba. 

Principalmente Brokk se dirige a una tienda donde vendan gomina, pero no a la "habitual", que es donde la robaba. Va a alguna otra y PAGA por la gomina. Luego lleva a Rat y Owl por su barrio, y les explica alguna batallita del estilo: "Ahí fue donde un matón nos pilló a mi y a Franky y casi nos destroza, pero le eché un puñado de tierra a la cara y salimos por patas.", o cosas como "Ahí nos reuníamos toda la banda a las 10 de la noche hace tiempo." y sobre todo "Mirad, ahí es donde compré mi moto.". Aún así, Brokk evita llevarles a algún lugar con historia "familiar", tales como "mi madre se prostituía en esa esquina".

Una vez les ha enseñado varios sitios, compra para los 3 algo bueno de comer y finalmente terminan volviendo. Brokk no hace específicamente preguntas ni a Rat ni a Owl, pero escucha siempre lo que tengan que decirle.

Owl es la que demuestra más ilusión con las anécdotas de Brokk y Rat va mostrando amagos de sonrisa de vez en cuando. Owl le cuenta a Brokk que el día que lo estaban siguiendo fue ella la que le estaba espiando entre la gente de la calle, haciendo comentarios referentes a lo ciego que estaba él. También le contó que Matrika llevaba mucho tiempo buscándolo, y que por fin lo hizo cuando Brokk armó jaleo en la taberna del "Chucho rabioso" (Palabras de Owl). 

Se comen la comida con la misma ilusión de que tuvieran un juguete nuevo. Ambos con bastantes ganas, de hecho.

De nuevo, de camino al desierto Rat se para de pronto. Cuando Brokk se gira para mirar que ocurre ve que se ha quedado mirando fijamente a un mendigo. Su expresión no deja entrever lo que esta pensando, pero aprieta el puño. El mendigo lo mira de forma indiferente, con el rostro pálido, los ojos hundidos en una cara huesuda y el pelo sucio y desastroso. No hay cartel ni llamada de auxilio que acompañe a su delicado cuerpo, solo está mirando fijamente a Rat. 

Brokk se acerca a Rat y esta vez le toca a él ponerse a los hombros de Brokk. Una vez está encima, Brokk sale a paso ligero y coge de la mano a Owl. Una vez están en alguna zona poco transitada, Brokk comienza a hablar:

- Sé cual es esa sensación, Rat. Pero si tuvieramos que ayudar a toda la gente de los suburbios en esa situación, no acabaríamos nunca. Por eso intentamos centrarnos en eliminar el problema de raíz, para que simplemente no surjan más casos como este. Si todo va bien, en unos años puede que no encontremos ni la mitad de pobreza en las calles de los suburbios.

Las palabras de Brokk, aunque bonitas no eran un hecho. Como mucho eran un deseo, pero eso no lo dijo. El proyecto en el que estaban era grande, y existía esperanza para toda esta gente.

Rat se abraza a la cabeza de Brokk, con cariño y después desciende hacia el suelo de nuevo. Antes de que Brokk pueda detenerlo Rat ya se ha acercado de nuevo al mendigo y le sujeta las manos. Cuando se las suelta el mendigo ve que tiene un caramelo entre ellas. El mendigo no parece cambiar de expresión. 

- Cabalgando hacia la esperanza. - Dice Rat. Es la primera vez que Brokk oía hablar a Rat, Owl parece también bastante sorprendida. 

Y vuelve de nuevo hacia donde esta Brokk, cogiéndole de la mano con la cara sonrojada y estirando para continuar caminando. 

Aunque Brokk hubiera intentado evitar que Rat hiciera eso, no hizo si no sacarle una sonrisa. Durante un rato, hasta llegar a la moto, Brokk no dice palabra, pero muestra una amplia sonrisa.