Partida Rol por web

Al escuchar esas palabras, sus ojos se abren cual platos. Su cuerpo se queda tieso, absolutamente quieto... En shock. Está procesandolo... ¿Su padre...? ¿Muerto? Imposible, él habría sabido que iban a buscarle. Cierra los ojos, tomando aire, intentando relajarse... No puede evitar preocuparse, temer por él, pero a la vez confía en que volverá a verlo sano y salvo, escondido en algún lugar. Nada podría haber hecho él contra drones de seguridad en un ataque sorpresa...

Piensa, piensa largo y tendido, analizando la situación, pensando en qué hacer. -... La ciudad es como un soldado en respiración artificial. Las máquinas le dan aire, pero... ¿Que sucede en las guerras que algún día llegarán? Toca un botón, apagalo, y no podrá respirar... Así que de todos modos es una baja.-. Sus puños están cerrados, se nota que se está conteniendo muchas emociones con tal de mantenerse lo más neutral posible. -Haré todo lo posible por presionar ese botón.-.

Brokk y Gregory miran algo extrañados a Richard por la complejidad de sus palabras. A pesar de ello Gregory asiente luego solemne. Como ve que Richard no ha respondido a la pregunta de Brokk se gira de nuevo hacía él.

- Sería mejor que nunca vieras a ese hombre, Brokk, o sería tu final. Ventolio Rigatto es el jefe de toda la seguridad de Cele, tiene... asuntos pendientes con Richard, no creo que debas conocer más. - Gregory se levantó. - Ya esta todo dicho, Richard, mañana comenzarás a trabajar. - Mira a Brokk. - Brokk, encárgate de presentarle al resto, y dile a mi hija que le busque a Richard un lugar tranquilo donde trabajar. - Vuelve a mirar a Richard. - Puedes quedarte aquí o venir todos los días, lo que prefieras, no me gustaría interrumpir otros asuntos que tengas pendientes. 

Gregory se quedó levantado delante de los dos, esperando su reacción. Fuera, por el cristal de la puerta ya comenzaban a aflorar algunas miradas curiosas. Una mirada desafiante de Gregory las hizo desaparecer (Brokk sabía que eran Rat y Owl). 

- Rick, cuando estés listo sal fuera de aquí. Te presentaré al resto. - dice Brokk marchándose de la sala. Entonces hace un gesto con la mano sin girarse - Hasta la próxima Jefe.

Brokk sale y espera junto al Owl y Rat que están fuera, esperando a que salga Richard.

Se pone de pie... Se nota que está aún afectado por las noticias. -Pasaré por aquí de tanto en tanto.  Adelante, puede presentarme a los demás, Brokk. Supongo que será una... Buena distracción.-, se frota la cara con suavidad, caminando hacia la puerta. Se queda junto a Brokk, siguiendole.

- Creeme cuando te digo que lo es.

Brokk abre la puerta, y de frente se encuentran a Rat y Owl. Rat es un niño pequeño, y Owl una niña. Parecen salidos directamente de las calles, pero ofrecen una visión refrescante, pues sonrien y parecen animados (más Owl qué Rat).

- Mira que casualidad, un Buhíto y una Ratita esperaban en la puerta -  dice Brokk con voz juguetona - Rat, Owl, este señor es Rick. Rick, son Rat y Owl. Parte de la familia.

- ¡Eh! Tienes que presentarnos bien. - Dice Owl pellizcando a Brokk en el brazo. Mira a Richard y levanta la cabeza orgullosa. - Puedes llamarme general Owl, que sepás que soy tu superiora, hum. 

Rat se limitó simplemente a levantar la mano timidamente. Cuando Richard se fijo un poco más vio que ambos niños eran muy parecidos, así que se podía suponer que eran mellizos. 

Otro grupo de personas se comenzó a acercar por la pasarela, una mujer alta y de constitución fuerte, un joven de aspecto risueño que iba a su lado y una chica con gafas y trenzas. 

- ¿No vas a presentarnos al señor poste, Brokky? - Dijo el joven, si que era cierto que Richard se había mantenido algo tenso todo el rato. 

- Sí, sí, tranquilos. Todo a su tiempo. Rick, estos son Debora - señalando a la mujer fuerte -, Franky - señalando al joven - y Matrika - señalando a la diosa chica de gafas y trenzas - E igualmente os digo. Debora, Franky, Matrika, este es Rick. Si he entendido bien, gracias a él podré entrar en Cele sin problemas.

Brokk ha ido señalando a banda y banda mientras presentaba. Estaba contento, cada vez más gente se unía a la causa, y todo comenzaba a encajar.

- Supongo que al resto los irás conociendo a medida que pases por aquí. Por cierto Matrika, tenemos que buscarle una habitación tranquila a Rick para que trabaje a su rollo.

Observa a los dos pequeños, anotando mentalmente el detalle de su parecido. No dice nada ante sus juegos y manerismos, solo los mira. Cuando el otro grupo es presentado, él les dedica una ojeada, comparando rasgos con los de los pequeños para verificar un posible parentesco antes de llegar a una conclusión respecto a los dos más bajitos. Asiente suavemente a modo de saludo a todos cuando las presentaciones concluyen.

-Es un placer, General Owl.-, dice finalmente, moviendose despacio para quedarse en cuclillas, a la altura de los pequeños. Por primera vez desde que llegó esboza una pequeña sonrisa: Parece que le agradan los niños. -¿Así que mi superiora? ¿Y que ordenes tiene para mí, entonces?-, manteniendo la tranquilidad como antes, aunque se nota por la inflección de su tono que está jugando un poco. Es más agradable de lo que parece, debe ser solo que es retraído.

Una vez terminadas las presentaciones llevadas por protocolos habituales Richard se decidió por volver al día siguiente con las pilas cargadas, no había sido fácil llegar hasta ahí y la noche caería en cualquier momento en el desierto, cosa poco deseosa para dar un paseo. Richard se iba a ir de aquel lugar con algo nuevo en su corazón artificial, algo de calor. Aquel lugar sin duda le daría fuerzas de ahora en adelante, todo el mundo lo había aceptado, todo el mundo parecía unido, todo por una buena causa. 

Richard había tenido tiempo de que Matrika le presentará su habitación, algo simple pero serviría. También le había hablado por encima de la organización en si, "Los Jinetes del Renacimiento", no era una organización acostumbrada a actuar. Eran más bien una organización caritativa, que ayudaba a los necesitados. Pero una vez surgida la oportunidad que se les había presentado, no dudaron de que ya era el momento de cambiar las cosas. 

Tras un largo y tranquilo viaje por el desierto, absorto en sus pensamientos, Richard por fin llegó frente a la posada "El reloj de arena". A pesar de estar en un lugar tan triste y solitario, ahora podía verlo todo desde otro punto de vista, como si alguien hubiese redecorado su vida. Y para su sorpresa cuando entró el dueño de la posada levantó la cabeza y asomó la nariz por encima de su enorme libro. Y pronunció solemnemente: 

- Cabalgando hacía la esperanza. - Y dicho esto mostró una amigable sonrisa y volvió a centrarse en su lectura. 

Una vez terminadas las presentaciones Richard presentó bastante prisa por marcharse. No tardaría en anochecer, y un viaje por el desierto por la noche era un suicidio. 

Aquella noche todo el mundo parecía mucho más animado que de costumbre, por fin el plan se iba a poner en marcha y quien sabe, quizás si todo salía bien, su objetivo estaría cada vez más cerca. Tales eran los ánimos, que incluso se decidió que ese día se cenaría en el comedor principal. Incluso los mendigos parecían animados, o quizás aquello era en parte porque Munch se decidió a abrir algunas botellas que tenía guardadas.

A pesar del ambiente, no todo era tan jovial como parecía. Brokk se fijó en Matrika, y ella no se lo estaba pasando bien, se le notaba en la mirada aunque riera con los demás. Gregory no había bajado a cenar esa noche. 

Mientras todo el mundo ríe, y al fijarse en el estado de ánimo de Matrika, Brokk recurre a un viejo truco.

- Eh Matrika, creo que nos quedamos sin bebida ya. ¿Me ayudas a subir algunas botellas?

Y esperaba que Matrika le dijera que sí. Porque si no, le tocaría bajar realmente solo a por botellas para disimular por su propuesta.

Matrika miró a Brokk unos instantes antes de moverse y dirigirse hacía él. 

- Vamos. - Dijo Matrika con una sonrisa bastante forzada. 

Tras esto se encaminó hacía la puerta que daba a la cocina. La cocina era bastante pequeña, en ese momento Munch no estaba allí, había caído exhausto en un banco del comedor hacía horas. Otra puerta dentro de la cocina conducía hacía el almacén. Brokk estaba seguro de que si Munch les pillara tocando sus cosas les caería una bronca así que procuró no tocar nada que no debiera. En el almacén había algunas botellas polvorientas en una estantería, Matrika cogió dos de forma bastante sistemática y le tendió una a Brokk. 

Él se retira por su lado. Tiene memorizada la ubicación del lugar y los detalles de la zona, al igual que los nombres de las personas que conoció y algunos detalles sobre ellos... Piensa mucho por su camino; sus ojos recuperaron color y calor, llameando como lo hacían cuando se fue del apartamento donde nació.

-Thomas, padre, esperame por favor. Iré a por tí, pronto... Y habrá justicia.-, le dice al cielo mismo mientras llega a los suburbios.

Richard observa al posadero tras escuchar esas palabras, tomandose unos segundos de silencio. Finalmente le asiente con suavidad a la vez que le dedica una pequeña sonrisa. Sube las escaleras, entra a su habitación y comienza a trabajar de nuevo con el encargo de esa extraña mujer...

Brokk coge la botella, y sin dejar de mirar a Matrika dice simple y llanamente:

- ¿Y bien?

Cuando Matrika pone cara de no saber de qué habla, Brokk continúa.

- Obviamente no estás muy bien. O al menos estás diferente. ¿Ha pasado algo?

Brokk se ha tomado en serio lo de su nueva familia, y como miembro de la familia pretende que el resto de miembros sean felices. Y Matrika solía estar bastante animada por lo genera. Sin contar que Gregory pasaba últimamente más tiempo encerrado que en otro sitio.

El tiempo pasa y ambos proyectos se van entremezclando. Tras analizarlo detenidamente Richard descubre que reconfigurar el I.R.I.S. será un juego de niños para él. Las visitas a la base, aún así, cada vez se vuelven más comunes, el ambiente es bueno y amigable, y su sala de trabajo es bastante tranquila. Aunque no tenía otra opción más que trabajar allí, Gregory prohibió rotundamente que se llevará el IRIS fuera de allí y por si eso fuera poco, delante de su puerta siempre había algún curioso, que posiblemente estuviera haciendo guardia realmente. 

El trabajo que le mandó Ai tampoco parece tan complejo ahora, al encontrarse tan animado el esfuerzo parecía que se le llevará el tiempo. Por ello no tuvo problema en hacer incluso horas extra (Al fin y al cabo no le hacía falta dormir). 

Tras un tiempo, y teniendo preparada una gran base de datos de posibles sonidos, por fin llegó el día en el que tenía que regresar Ai. Richard estaba preparado para lo que fuera que iba a decirle aquella extraña mujer, estaba preparado para enfrentarse a todo. Ai de nuevo se presentó sola en el local, poco después de que Richard abriera el local. Iba tapada con la misma capa que escondía un cuerpo atractivo y poco vestido y el tatuaje de la Asamblea.

- ¿Es eso que veo aflorar una sonrisa? - Dijo Ai solamente entrar. - La última vez que entre aquí esto parecía un funeral. - Ai mira con curiosidad la sala, con su particular sonrisa. - ¿Tienes lo que te pedí? Hoy tengo todo el día para ti. - Esto último lo dijo con un cierto tono juguetón. Richard no pudo evitar que se le pasará por la cabeza el comentario de la última vez sobre su marido y preguntarse de que pie calzaba aquella mujer.  

Matrika miró hacia al suelo, ocultando su rostro a Brokk pero rapidamente volvió a mostrar su cara, de nuevo con esa sonrisa forzada. 

- Lo de siempre. No te preocupes, supongo que todo acabará pronto, ¿No? - Dicho esto se dirigió hacia la puerta, quedando a espaldas de Brokk. - Vamos, antes de que se les pase la borrachera. 

Matrika se quedó un rato quieta, pero rapidamente volvió a moverse y se sintió como la puerta se abría. 

- ¿Lo de siempre? - dice Brokk algo confundido - Bueno, si necesitas hablar de ello en algún momento... bueno, no tengo nada que hacer estos días. - dice Brokk mientras se rasca la cabeza.

Brokk le aguanta la puerta a Matrika para que pase más fácilmente, y mientras ella pasa, Brokk dice:

- Por ahora procura disfrutar de la fiesta. ¡Y alegra esa cara Maestra!

Mientras decía la última frase, Brokk pone ambas manos en la cara de Matrika y le tensa las mejillas hacia arriba, de tal manera que a Matrika se le crea una sonrisa forzada por Brokk.

Cuando Brokk tiene aún las manos en la cara de Matrika esta se las coge con sus manos y se la baja hacía abajo. Durante un instante se quedan mirando un rato, cara a cara, fijamente a los ojos. De pronto Matrika se comienza a acercar a Brokk, lentamente y sus mejillas se comienzan a sonrojar. Se acercan las caras, los labios y... Matrika le pega un tirón del tupé. 

- No soy la única que tiene que desmelenarse, ¡No le des consejos a tu maestra! - Dice con una sonrisa, está vez parece verdadera. Aún sonrojada, coge la botella (Que había dejado apartada) y se marcha a paso rápido por la puerta, dejando a Brokk solo en el almacén. 

Brokk, cada vez más confundido y con los ojos abiertos como platos, sacude la cabeza para dejar de pensar durante unos instantes.

"What?", pensaba Brokk.

Finalmente se da cuenta de que sigue en el almacén y termina subiendo de nuevo a la fiesta con el resto, que se alegra al ver otra botella.

Cuando Brokk vio como se marchaba Matrika pudo darse cuenta de que estaba bastante borracha, así que se podía asimilar que todo hubiera sido un efecto de su estado. Aún así, el resto de la fiesta su sonrisa solía decaer muy de vez en cuando, estaba claro que echaba en falta a alguien en esa fiesta. 

Cuando todos se fueron a sus respectivas habitaciones, Brokk se sorprendió al sentir que alguien llamaba a su puerta. Sin pedir permiso para entrar, Gregory asomó la cabeza y se metió en el interior. Su cara estaba completamente sería, a diferencia de todos los demás. Entonces se comenzó a desnudar  Se sentó en una silla, aún en silencio y dijo:

- Brokk, hay algo que aún no te he comentado. - Cruzó las manos. - Matrika, Rat y Owl serán quienes te lleven hasta Cele a través de las alcantarillas. Su parte en la misión no es tan peligrosa como la tuya, pero aún así... Es lo último que me queda. - Miró a Brokk fijamente. - Le insistí más de una vez en que no se metiera en estos problemas, pero ya sabes como es ella. - Ese comentario pretendía ser en tono de broma, pero pareció deprimir un poco más a Gregory. - Confío en ti para que la protejas, Brokk.