Partida Rol por web

La anciana se encoge de hombros y se levanta para seguir a Download.

- ¡Cuánta violencia! - exclama al ver a Jay despedazar al soldado. - Seguro que había alguna forma más discreta de acabar con vuestros problemas. ¿No habéis oído hablar de las jaulas de Faraday? - pregunta.

Salís de nuevo a la nave industrial, en la que Ripper no tiene dificultad para encontrar a un pobre animal que se lleve la bomba cortical con su transmisor a cualquier lugar lejos de vuestra posición. El perro sale corriendo en cuanto le sueltan, con su instinto animal dejándole muy claro que no es buena idea encararse con el exterminador enfadado.

Salís a la calle y la anciana se encoge un poco.

- ¡Con lo cómoda que estaba yo en mis cartones! Ahora vamos a pasar frío... - protesta mirando a Steve. - ¡No! Por ahí no... - dice en cuanto Finn empieza a caminar. - Salvo que queráis saludar a la policía, pero no es buena idea con vuestro amigo en ese estado - dice señalando a Key, que va cargando con Vanik. - ¡Vamos, deprisa! No tenéis mucho tiempo...

La anciana comienza a caminar en una dirección, pero aún estáis a tiempo de ignorarla o sujetarla del brazo para tirar de ella por otro camino. Incluso es posible que Jay tenga tiempo para pegarle un tiro y librarse de la vieja de una vez.

El ciberoído de Finn desvela que, tal y como dice la anciana, los policías que había visto Key con anterioridad se acercan por la dirección que la mujer ha señalado. Más aún, en dirección contraria están los dos agentes que ahora se han desviado ligeramente para buscar al perro que lleva el transmisor que le ha colocado Jay.

Parece que, después de todo, el camino que indica la anciana parece ser la mejor alternativa para alejarse de aquí sin cruzarse con nadie.

Finn observa un momento a la mujer, que le devuelve la mirada con una sonrisa condescendiente y hace un gesto como preguntando si finalmente estáis dispuestos a seguirla.

Aquella vieja sabía demasiado y eso estaba terminando por desestabilizar a Steve que controlaba la ira con cada vez menos éxito.

—Andando —dijo iniciando la marcha en la dirección en la que se dirigía la anciana—. Sabes demasiado y probablemente puedas ayudarnos.

Download había cogido levemente del brazo a la anciana y se había acercado a su oído para no levantar demasiado la voz pero todos sus compañeros habían oído sus palabras. Con un gesto de la cabeza instó al resto del grupo a avanzar y soltó el brazo de la mujer.

Finn le siguió, esta vez estaba seguro de que era la mejor de las opciones. Asi que les hizo un gesto afirmativo a los demás y se puso a andar en la dirección que decía la anciana.
 

La tercera en discordia. Ese es el papel que jugaba la anciana en la mente de Key en medio del entramado que tenía por delante. ¿Qué rol ocupaba ella? Ni siquiera había mirado como Ripper hacía papilla al agente que tomaron de rehén. Removió a Vanik para equilibrar el peso, y el movimiento brusco despertó en ella un escozor en la nuca, allí donde la piel ya estaba de por sí enrojecida por el contacto con el chip. La anciana no solo sabía demasiado, sino que quería utilizar al grupo. Se veía a la legua. ¿A qué precio les iba a cobrar la ayuda? ¿Merecería la pena? Miró de reojo al herido para recuperar algo de seguridad.

Pues claro que la merecería. Seguir con vida siempre lo merecía.

Respiró con fuerza por la nariz, zozobrando al dar el primer paso hacia adelante para luego dar otro con más firmeza. El peso adicional la obligaba a cerrar la marcha, pero no le importaba. Así podía vigilar que nadie les siguiera de cerca.

La anciana os guía a través de las calles, dando pequeños rodeos para evitar a vuestros perseguidores.

- Aquí es - dice parándose de repente, aparentemente en medio de la nada. Mira a Ripper y señala una alcantarilla. - Tú, haz algo con esos músculos y levanta la tapa, que yo ya estoy mayor... - El exterminador reprime las ganas de reventar a la pobre mujer de un sopapo (o con Sutileza, que salpica más) y en vez de eso retira el trozo de metal del suelo.

- Gracias, joven - dice la anciana dirigiéndose hacia unas precarias escalerillas de metal ancladas a la pared. - ¡Por aquí!

La mujer empieza a descender por el hueco de la alcantarilla y os acercáis para seguirla. El olor os hace reprimir una arcada antes de empezar a bajar. Entre Jay y Key consiguen que Vanik descienda sin descalabrarse en el trayecto. Según os alejáis de la calle, la oscuridad se vuelve casi completamente absoluta. Download maldice y consigue encender un mechero que a penas os permite ver dónde colocar el pie en el siguiente escalón.

Cuando llegáis abajo la anciana no está.

- ¡Vamos! - Dice al cabo de un momento su voz salida de uno de los túneles. Desconfiando, echáis mano a vuestras armas y camináis hacia allí. Encendéis alguna linterna, pero incluso así a penas llegáis a ver algo de movimiento en frente de vosotros, como si la mujer se mantuviera siempre al límite de vuestro alcance, sin verse en absoluto afectada por la oscuridad.

Seguís avanzando por el laberinto de alcantarillas y os dais cuenta de que estáis completamente desorientados. Al cabo de un rato caminando, veis una luz que se ilumina de repente y vais hacia ella, sintiéndoos ligeramente mareados por el efecto hipnótico de ver algo más allá del haz de vuestra linterna. "Como polillas a la luz", pensáis sin poder evitarlo.

- Ya era hora... - dice la mujer, calentándose las manos en un bidón metálico del que surgen unas llamas. - Aquí estaréis seguros. En esa esquina hay unas mantas limpias para tumbar a vuestro amigo - le dice a Key en referencia a Vanik. - Lamento no tener mucho más que ofreceros.

¿Qué saca usted de todo esto? - Finn no pudo evitarlo. La gente se movía por intereses, nadie actuaba de manera solidaria o altruista. ¿Cual era el proposito de aquella mujer? ¿Qué buscaba de aquel grupo? Y, sobre todo, ¿Por qué razón sabía tanto de ellos?

Estaba claro que algo no andaba bien del todo. Algo iba a fallar y les iba a salir por algun lado extraño. Pero el fixer no podía imaginarse cuál. Y eso le daba mucha rabia. 

La mujer mira al hombre enmascarado.

- Sacaba - remarca el pasado - una noche en una habitación cómoda y caliente... Y luego no verme involucrada en un asalto de un grupo de asesinos de una corporación... - explica. - ¿Le parece poco, joven? Claro, a su edad todos piensan que son inmortales, y por eso no hay runners que lleguen a mis años.

Se da la vuelta y coge un par de cartones del suelo para arrastrarlos hacia el bidón ardiente.

- Pero es hora de dormir, y estos viejos huesos no descansan bien con esta humedad - dice tumbándose en uno de los cartones y cubriéndose con el otro. - Podéis pasar la noche aquí y luego os vais a seguir con el trabajo que os hayan encargado. Pero tened más cuidado a partir de ahora... Esa gente no manda asesinos así salvo que alguien esté metiendo las narices en cosas que no les interesa que salgan a la luz.

Jay estaba con Finn... La gente no hacía cosas de forma altruista. Más aún en el mundo de Ripper, el altruismo era una debilidad peligrosa... y alguien que había llegado a viejo debía saberlo bien. Aún tenía habilidades que podía vender a gente de poca monta para sus aspiraciones de poca monta, como una mierda de habitación seca, ¿Para qué enmierdarse con algo que según ella no quiere enmierdarse? 

Jay se sentó en un sitio aceptablemente seco, pensando todavía si darle remate a aquella vieja o no. Le cabreaba admitirlo, pero sus trabajos solían ser más simples y directos. Esconderse le cabreaba. Que una vieja lo mangoneara lo cabreaba. Huir de un buen tiroteo lo cabreaba. Jay estaba muy cabreado por la situación, pero incluso él admitía que era una situación a la que no estaba habituado.

Nadie en su sano juicio lo confundiría con miedo, simplemente quería acabar el trabajo y cobrar, y no lo haría sin la ayuda de sus compañeros especialistas en mandangas electrónicas... Y a ellos no les iba a gustar la idea de salir a reventar mercenarios, así que no estaba asustado... si no frustrado.

-Una puta siesta en las alcantarillas. -Dijo hacia nadie en particular, y gruñó sonoramente mientras se acomodaba.

Os tumbáis entre unos cartones y unas mantas viejas y gastadas, tratando de no pensar en el origen de las manchas que tienen ni el olor. No dejáis de vigilar a la anciana y estáis casi seguros de que vais a pasar una noche en blanco.

No es así. Contra todo pronóstico os quedáis dormidos prácticamente al instante después de haberos tumbado.

Despertáis unas horas después. Rápidamente comprobáis vuestras pertenencias y, aliviados, veis que está todo en su sitio. Mejor aún, no os ha asaltado ningún grupo de chatarreros para arrancaros los implantes y venderlos en el mercado negro, cosa que perfectamente podíais haber esperado en una alcantarilla como esta. Toda una suerte.

La anciana no está por ningún lado y podríais llegar a pensar que se ha tratado de una alucinación de no haber compartido todos los mismos recuerdos. Vanik está consciente, aunque algo aturdido por encontrarse de repente en este lugar.

El sonido de un commlink os sobresalta y más aún cuando es seguido por otro un instante después. Jay y Finn comprueban sus respectivos terminales.

- Hola, Ripper - dice una voz femenina al otro lado de la línea. - Me he enterado que Jack Steelhand ahora tiene un nuevo apodo... Quid pro quo, chico, aunque en tu idioma será algo así como "tú rascas mi espalda y yo la tuya". - Seguramente Jay habría planteado ese dicho con una parte muy diferente de la anatomía humana. - El tipo al que estás buscando se hace llamar Montero, un hispano con un ojo cibernético... Él fue quien aceptó el trabajo, pero seguramente haya contratado a más gente para que le ayude, si es que no tiene una banda propia. Por lo que he escuchado, la operación que le encargaron no era cosa de uno...

El contacto de Finn no parece tan locuaz como la mujer que está llamando a Ripper. Sencillamente le envía un mensaje vacío con un fichero adjunto. Al abrirlo, ve un mapa de la parte oeste de la ciudad. En él hay marcadas dos zonas con un círculo rojo: una de ellas es un antiguo edificio de apartamentos, abandonado hace años; la otra, unas naves industriales en las que hubo un accidente hace unos años. Las dos zonas, separadas por unos cuarenta minutos en coche, tienen algo en común: se encuentran en barrios muy poco recomendables de la ciudad y podría ser fácil esconderse allí si eres capaz de tratar con la chusma que aprovecha esas calles para buscar un triste refugio para vivir.

Hola nena. -Respondió Jay, y se sonrió cuando escuchó que ahora tenía otro apodo el tal 'Jack'. Fue asintiendo mientras escuchaba las averiguaciones de su compañera

D' puta madre kariño. -Dijo al terminar- A ver si macuerdo de traert' algún recuerdo.

Tras despedirse de ella, informó al resto de las averiguaciones de su contacto. -Igual habría que ir a buscar a ese pavo y sakarle algunas respuestas sobre el cerebrín ke andamos buskando... empieza a tokarme los huevos esto de perseguir tanto a un nota (Que ni siquiera hay que matar) -pensó.

- Bueno, al menos una buena noticia - dijo el Fixer pasándole los datos a Download - Busca la manera de aproximarnos a estos lugares. Sé que son dos y no uno, pero por algo habrá sido. Mi hombre no es de los que suele fallar para encontrar a alguien.* Deberíamos intentar acabar este trabajo cuanto antes. Empieza a ser difícil librarse de los que nos persiguen a nosotros. 

A Key le hubiera encantado montar guardia durante la noche, pero se veía que el cansancio tenía otros planes para ella. Se despertó sobresaltada y desorientada, pero conforme las nieblas del sueño se evaporaban, acudían a ella los recuerdos y tomó plena conciencia de dónde estaba y por qué. Vanik estaba despierto. El resto del grupo se concentró en sus commlinks, así que aprovechó para acercarse a él y ponerle al día entre susurros de todo lo que tenían encima. Se sentía culpable por cómo habían acabado las cosas en su clínica. Le debía una explicación al menos. Y esperaba por su parte algún consejo, porque el trabajo se les estaba complicando. Se sentía demasiado expuesta, el centro de miradas que hasta entonces no se habían fijado en su existencia.

─ Sé lo que me vas a decir, así que ahorra saliva. El asunto es… que no sé cómo va a acabar esto. Deberías plantearte el desaparecer un poco de la vista unos días.

Para eso también sabía la respuesta de Vanik, pero lo intentó de todos modos. Ripper interrumpió su conversación a media voz, y Key le prestó toda su atención.

─ No es por meter prisa, pero cuánto tiempo pasa desaparecido nuestro objetivo, más remota es la posibilidad de encontrarle con vida… Y no podemos ir de una punta a otra de la ciudad sin arriesgarnos a que nos descubran o lleguemos demasiado tarde -se dirigió a Finn -Me gustaría estudiar esos mapas. A lo mejor entre Download y yo descubrimos cuál tiene más posibilidades para ser la guarida que buscamos.

- Dejadme un momento... - Dijo Steve al escuchar la información recibida de los contactos de sus compañeros. Las alcantarillas no eran el lugar con mejor conexión del mundo, pero en esta zona seguramente habría algún repetidor y no estaban en un sitio tan profundo como para que la consola último modelo del decker no pudiera captar la señal.

El sistema de tráfico solía estar abierto y tenía un montón de puertas traseras que alguien con recursos podía utilizar. También estaba tremendamente protegido contra intentos de sabotaje, pero Download no pretendía crear un caos circulatorio, sino acceder a los registros de las cámaras.

Tras unos minutos navegando en la base de datos de tráfico volvió al "mundo real" para informar a sus compañeros.

- Vale, parece que el coche que secuestró a Rittermann en el túnel fue hacia ese edificio de apartamentos. Allí había un par de tipos esperando, con armas automáticas. Claro que si han seguido vigilando el entorno de Thomas, es posible que hayan escuchado algo de nosotros y ahora estén más preparados.

Finn asintió, Download había hecho un buen trabajo. Ahora solo tenían que decidir como acercarse. El fixer tenia contactos y una pequeña banda, liderada por Lazo, por lo que no sería problema encontrar a gente dispuesta a abrirse paso a puñetazos. Pero no solo dependía de lo que él decidiera, así que miró y preguntó a los demás, ofreciendo lo que tenia. 

- Yo puedo llamar a unos cuantos compañeros. Si somos los suficientes podriamos asaltar el edificio. Si cerramos las posibles salidas, por mucho que se parapeten, podiamos idear un modo de hacerles salir. ¿Unas bombas lacrimogenas o algo similar? ¿Qué se os ocurre?