Partida Rol por web

Afirmando nuevamente su lanza se dirigio como todo un toro embravecido contra los Persas.... era el tiempo de la gloria.... el tiempo qeu dictaba si espartea seria libre de una vez por todas....

un grito ahogo su garganta mientras comenzaba un ataqeu frenetico contra los enemigos

Achilles espero anisoso una nueva oleada de persas, con la lanza en la mano y el escudo en la otra, los persas no tardaron en llegar, el solo esperaba poder acabar con mas de ellos.

El primero se le acerco de cara, y achilles sin pensárselo le traviesa con su lanza (1) e inmediatamente después otro persa se le acerca por la derecha, pero ese persa se ve sorprendido por el escudo que se acerca rápidamente y se estampa en su cara (2) aprovecha ese movimiento para sacar su lanza del cuerpo del primer persa con el que ha acabado para después volver a clavarse en el corazón de otro que venia por la izquierda dispuesto a acabar con el (3), después de volver a la formación inicial otro persa se ve sucumbido ante la ferocidad de sus actos(4).

Veo a mis compañeros luchando junto a mi, veo a mis enemigos bajo mis pies y esto me infunde de una incomparable fuerza.
Me tiemblan los brazos, se me inflan las venas, se me desquician los ojos...
Miro hacia mis lados buscando a mi presa cuando veo un grupo disuelto de persas que están absortos ante la matanza.

Yo les despertaré de su trance.

Para que no sea tan fácil les aviso que llego; la lanza se clava con un sonido sordo en la oreja derecha del más grande de ellos, la punta ensangrentada asoma por el izquierdo.

Grito mientras empuño la espada y me dirijo hacia ellos corriendo, me cuelgo el escudo a la espalda, esta vez no va a hacer falta.

Por el camino recojo una alabarda con punta de media luna , típicamente Persa, del suelo. Con mi espada en la derecha y la alabarda en la izquierda caigo sobre ellos.
Esquivo sus pobres estoques con la alabarda desviandolos hacia los lados. Me atacan los seis, pero con tal falta de compenetración que se molestan y hieren unos a otros. Seguramente se matarían entre ellos si yo no impidiera tal desfachatez.

Con un brutal golpe ensarto a dos de esos desgraciados con la alabarda, los dos intentan hechar a correr para morir en otro sitio. Pero cada uno al estar orientado diferente toma una dirección, así que acaban los dos cayendo pateticamente mientres mueven sus patas como cucarachas a las que les han aplastado la cabeza.

Los otros cuatro no huyen por lo que implicaría darme la espalda. Cojo la espada con dos manos y empiezo a dar mandobles, una de las cimitarras de esos estúpidos sale volando. Luego otra, y otra... y otra.
Intentan detener mi espada con las manos, y poco a poco los dedos les van desapareciendo de las manos. Como si deshojara margaritas.
Tras eso son manos desdedadas lo que sale volando, y muñones lo que intenta detener mi espada. Rio con gravedad cuando trozos de brazo salen volando en todas direcciones como si fuera una cavalgata en la que se reparten miembros cercenados.
Lloran y suplican en su oscura lengua, moquean y gritan de terror cuando a falta de brazos para defenderse mis espadas se hunden en sus tripas. Uno a uno, hasta que esos cuatro desgraciados salen a visitar a sus obcenos dioses.

Dadles recuerdos de mi parte.

despues de dejar al herido detras de las filas para que pueda recomponerse, me vuelvo para ver com se desarolla la batalla; los persas caen por decenas y nuestros guerreros ni siquiera han empezado a sudar.

al estar libre de mi deber de ayudar a un hermano, me dirijo otra vez a la batalla para cercenar mas cabezas persas. cuando llego a primera fila veo que hay diez o onze persas intentando flanquear a un grupo de espartanos; sin pensarmelo dos vezes aviso a dos griegos que habia en la fila de detras para que me ayuden a acabar con una tactica tan pobre, pero que podria llegar a ocasionar algun problema.

los tres vamos corriendo hacia el pequeño grupo que ya casi estaba a punto de llegar al grupo de espartanos, asi que lanzo mi sarisa hacia ellos, clavandosele a un en el pie y cayendo en medio de gritos; al estar en el suelo sus compañeros no pueden parar y lo arrollan rompiendole la columna(1)

los otros dos griegos me imitan i alcanza a otro desgraciado. el grupo de persas al ver las lanzas rozar sus cabezas se giran hacia nostros para embestirnos, asi que nos preparamos con las espadas en ristre para parar su embestida. el primero llega tan embalado que choca con mi escudo con el pecho, quedando dos segundo sin respiracion, yo aprovecho la situacion y le corto una pierna haciendo que caiga al suelo gritando, pero no me da tiempo de rematarlo, ya que otro de los persas estaba a punto de llegar a mi, yo pongo otra vez el escudo delante de mi, pero al parecer este habia aprendido de su antedecesor, asi que antes de llegar a mi haze un amago i me intenta atacar por un costado, yo que ya estaba preparado para este ataque con la espada cruzada lo esnarto antes de que bajara su espada cayendo encima de su mutilado amigo, asi que los remato ensartandoles con la espada para que no se puedan levantar (2)(3)

los griegos no habian perdido al tiempo, ya habian acabado con un persa cada uno, el resto de grupo persa se habia parado ante nosotros para entablar combate directo, se parten en grupos de dos para cada uno, mis dos persas se encaran conmigo , y cargan contra mi, yo les hago una finta haciendo que un trastabille y caiga, el otro se gira para volver a cargar gitando cosas ininteligibles cuando esta a punto de llegar y embestirme le aparto la espada con la mia i en el movimiento de recuperacion le corto la garganta para que ya no pueda gritar a sus dioses(4)

el persa del suelo al ver lo que le havia echo al otro tira la espada y su escudo para intentar salvar su vida, pero yo corro mas asi que antes de que haya recorrido 2 metros ya le he alcanzado, cortandole un brazo y despues la cabeza(5)

los griegos estaban en apuros, asi que corro para intentar salvar sus vidas, dos de los persas ya estaban agonizando en el suelo, pero uno de los griegos estaba herido en un costado y a punto estubo de morir por una estocada de uno de los persas si no lo hubiera parado con una de las lanzas que antes habiamos lanzado, acertandole en el hombro y haciendo que cayera al suelo; momento que el grigo aprovecha para tomarse su merecida venganza haciendo que sufriera hasta la muerte; el otro persa esta combatiendo con el otro griego perdiendo terreno; en un momento dado le hago una seña al griego para que se agache a mi señal; yo me acerco por detras, a mi señal el griego se agacha el persa queria aprovecharse, pero no le da tiepo, ya que tiene mi espada perforandole el corazon haciendo que caiga fulminado (6)

los griegos se dirigen otra vez al combate, al igual que yo

La sangre chorrea de la lanza que tengo en mis manos, mi cuerpo tambien esta cubierto de este liquido tan placentero para los ganadores.

Hemos matado varios y ninguno de los nuestros esta ni siquiera herido, y ni así se rinden.

Ilusos.

ME canso de luchar con la lanza, despues la recogere, por lo que la hago girar en mi mano un rato hasta que la detengo y la lanzo cual jabalina contra un  persa. Esta se clava a la altura de su pecho atravesando el pulmon, un chorro de sangre brota de la boca del pobre persa(1), mientras que cae ahogado en su propia sangre.

Cojo mi espada, y empiezo a atacar, las espadas vuelan por todos lados, mientras que evito habilmente cada golpe dirigido a mi. Mientras que un descuidado intenta atacar por atras y mientras o esquivo mi espada deciende rapidamente sobre su hombro cortandole el brado derecho casi de raiz, mientras que con un agil movimiento le corto la mano izquierda.

Desangrate maldito(2). Encuentro a uno de los jefes, mientras que me acerco, la contienda es dura y feroz, este pelea mejor por lo menos el contacto de nuestras espadas retumba en el campo de batalla, casi termino con su vida, pero en el ultimo segundo esquivo mi ataque. Mientras su espada rasga mi brazo produciendome un buen corte. Mientras el se vanaglorea de haberme tocado mi espada se incrusta en su corazon(3) aprenderas que un rasguño no es suficiente con nosotros Mientras me agacho para arancar un pedazo de su ropa me hago rapitamente una venda en el brazo, mientras estoy agachado un persa bien defrente he intenta clavarme la lanza, mientras que esta se clava en la arena mi cuerpo ha girado por el suelo poniendome atras de él. Como su su piel fuera mantequilla mi espada corta sus dos talones de aquiles, saltando sangre en cantidades empapandome todo, mientras que su vida termina(4) me levanto todo embarrado de sangre y con una sonrisa en los labios

Continuo en el suelo...

Todo ocurre demasiado deprisa, pero me veo lento. Comienzo a pensar que hay algo aquí que no marcha bien, y es por ello que no disfruto matandio a estos pobres persas, cosa que en otras circunstancias haría gustoso.

Pero da igual, aquí y ahora, o matas, o te matan...

Con mi espada, y de un certero tajo, cerceno a la altura de la rodilla la pierna del persa más cercano a mi aprovechando la "ventaja" de estar más bajo que él... Su sangre riega mi cara mientras cae y me da a entender que pierde la vida por momentos. Es sólo un crío (1). Aprovecho el momento para levantarme, y mientras lo hago, inco la espada en las ingles de otro de los persas... El muchacho muere antes de darse cuenta de su propia castración (2). Mi repentina rapidez de movimientos me permite nuevamente recoger mi escudo, de nuevo podré defenderme en condiciones. Observo cómo enfrente mía viene corriendo uno de los persa, cargando contra mí con la lanza en alto... Mis aguzados sentidos me permiten oir una segunda carga en mi contra desde mi espalda. De reojo veo una segunda lanza que se me acerca. El segundo persa no sabe que ya me he dado cuenta de su presencia... Espero hasta el último momento para zafarme de los dos ataques con una rápida finta. Los dos persas se ensartan mutuamente sin darse cuenta de lo que ha pasado (3 y 4).

Hasta el momento no había podido masacrar a ningún persa pues he estado en la reserva esperando mi turno...

Y mi turno ha llegado, mi primera(1) víctima es un persa que va con una espada y sin escudo dirigirse directo hacia por lo que solo tengo que estirar mi pica y acabar con su despreciable vida. Seguido de éste llegando otros tres(2,3,4) a los cuales elimino con un barrido de mi pica y rematándoles en el suelo y al quinto(5) que llega por mi izquierda le parte la nariz con un golpe de escudo y una vez en el suelo le corto la cabeza con el mismo borde del escudo.

Veo a un persa(6) dirigirse a lo loco hacia mí con la espada sujetada por las dos manos en alto, así que me dispongo a lanzar la pica que atraviesa su pecho, desenvaino mi espada y empiezo a realizar una danza de muerte con ella, primero bloqueo un ataque de un hacha con mi espada y rápidamente la muevo de revés para cortar el cuello al dueño del hacha(7). Siguen llegando persas y al siguiente(8) después de bloquear su ataque le doy una patada en el estómago que le hace caer en el suelo donde puedo clavar la espada y acabar con su miserable vida. Otro más(9) aparece a mi izquierda atacándome, yo me protejo con el escudo y contraataco con la espada dando un tajo que va desde el hombro izquierdo hasta la ingle.

Parece por un momento que no hay nadie a mi alrededor y en el frenesí de la batalla grito

-Spartaaaaaaa

4º Ronda de Combate
Persas 270/600 (-133)

Comienza a caer una ligera lluvia sobre las estepas de Platea, Zeus acuchilla el cielo con sus rayos, el sonido del truno vaticina lo que se acerca, los persas cargan desesperados con el corazón en cogido fustigado por los latigos de sus amos.

Lloran gimen y maldicen mientras cargan, huyen se tropiezan y finalmente mueren a manos de los inmisericordes espartanos.Las gotas caen sobre el escudo y el caso de Tindáreo produciendo un sonido metalico a la vez que lava las sangre de sus enemigos abatidos en la cruenta matanza de la que ha sido participe instantes antes, un rayo ilumina su cara.

-Hasta nuestros dioses tienen piedad por estos pobres desgraciados, mirad como lloran lagrimas desde el cielo, pero nosotros no tenemos piedad, nosotros somos los heraldos de Ares, somos hombres de guerra y este es nuestro oficio-  clama a pleno pulmon en plena tormenta mientras avanza a la vanguardia de la falange.

Los Persas consiguen cargan colina arriba, la ventaja es del ejercito griego, muchos persas resbalan presa facil para las tropas espartanas.

(1)El primer persa llega cargando con su espada en alto antes siquiera a chocar con el escudo del espartano es traspasado por su lanza, la lanza entra por su boca y sale por la parte posterior del craneo produciendo un ruidoso chasquido, de un fuerte tiron retira su lanza llevandose consigo parte de los sesos del pobre desgraciado.

(2) El siguiente persa se para en seco al ver salir una lanza por el craneo de su compañero que iba en vanguardia, el miedo lo ha dejado paralizado, no es un espartano, tan solo un pobre esclavo persa obligado a luchar por un hombre que se cree un dios, el miedo lo paraliza, grave error. Tu miedo apesta, incluso con esta lluvia soy capaz de olerlo- dice mientras lo atraviesa con su lanza a la altura del estomago, una muerte lenta le esperaria de no haber sido pisoteado la cara del esclavo se hunde en el lodo, muriendo afisiado bajo los pies de los soldados espartanos.

(3) Los persas chocan contra la compacta muralla espartana como hicieran antes. el choque de escudos resuena con un sonoro pam, las filas posteriores de la columna espartana comienzan a realizar su trabajo empujando más y más ganando terreno a los persas, el soldado que tiene enfrente Tindáreo se desequilibra ligeramente , momento que aprovecha para levantar su escudo, y golpearlo con su canto antes que si quiera caiga al suelo, la cabeza del persa se deprende de sus hombros bajando colina abajo.

(4)Un persa confiado intenta matar a Tindáreo con su espada aprovenchando que su escudo está aun en alto, pero no ha contado con su lanza, en menos de un segundo saca de su error al desgraciado persa, aprovechando la inercia de la bajada de su escudo  lanza un golpe descendente a la vez que gira su cintura, la fuerta del golpe y la afilada punta de su lanza son suficientes para incrustarse en su craneo, un regero de sangre sale al retirar la lanza, el persa cae cadaver con los ojos en blanco.

(5) Un chiquillo impulsado por el impetú de su empuje tropieza con la última victima de Tindáreo, patetico simplemente patetico, el probre desgraciado se clava la lanza del espartano trapasando su ojo, la hoja sobresale más de dos palmos por detras del craneo, los sesos del pobre idiota se desparraman por el campo de batalla.

-Vais a tener que hacerlo mejor si quereis matar a Tindáreo, no sois más que basura, ¿es esto todo lo que tienes Jerges?, clama a los vientos.

Las cosas por fin se ponian interesantes algunos persas llegaron en cantidad y en formacion por lo cual le dieron batalla a la falange de Cleomenes Uf! tal vez trendiamos que traer a nuestras mujeres o niños para que les enseñen a combatir la primera embestida fue brutal pero no lo sufuciente para quebrar nuestra defensa y una marea de lanzas espartanas respondio dejando persas moribundos o muertos, asi estuvimos un buen tiempo y mi lanza bebio 4 veces la sangre persa pero casi nos atrapan desprevenidos cuando en pleno combate contra sus ultimas fuerzas una lluvia de flechas nos cayo encima, unas cayeron a mis pies pero otros compañeros no tuvieron tanta suerte....

Me adelante y mate a un persa que intentaba huir con una flecha en su pierna (5). Estos perros no tienen honor.

Entonces embesti contra dos arqueros, los cuales empezaron atacar con sus arcos, cuando arroje la lanza que mato al primero de ellos (6) una de las flechas rozaron mi cara y causaron mi primera herida en esta batalla. LLegue hasta quedar cara a cara con el 2do arquero persa que saco espada curva y con rapidos ataques busco una brecha y en mi defensa pero la potencia de mis ataques lo hizo retroceder, con otro ataque le corte el brazo con el que esgrimia y  la estocada en el corazon lo dejo de rodillas escupiendo sangre y un segundo despues se desplomo en el suelo alimentandola con su sangre(7).

Entonces volvio sintiendo que la adrenalina estaba desapareciendo y sus viejos miembros empezaban a sentir el trajin del cambate.... como terminaria todo esto??

El baño de sangre de la oleada anterior no ha sido suficiente para calmar mi sed de víctimas. Esos sucios persas...

-¿Seguís esforzandoos? ¿Aún creeis que podéis atravesar nuestras filas?- Mi lanza atraviesa a otro persa, asomando una cuarta por su espalda (1) -¡Los Dioses están de nuestra parte! ¡Vosotros les habéis enfurecido, siguiendo a alguien que se hace tratar como un Dios!- Cada palabra pronunciada va acompañada de una estocada con la lanza, que mis enemigos tratan de esquivar; pero su esfuerzo es en vano (2, 3) -¡Y nosotros somos la Ira de los Dioses! ¡Pagaréis por esa afrenta!

Los gritos de los espartanos hacen mella en la moral de los persas, que cada vez oponen menos resistencia. Enfurecido por el poco empeño que ponen en abrir brecha a nuestra formación barro de lado a lado con la lanza, derribando a dos enemigos más con sendos cortes en la cara y en al pecho (4, 5). Esta maniobra deja al descubierto otra fila de persas, hacia la que me dirijo lanzando una patada para derribar al primero y acabar con su vida atravesándole el pecho cuando se encuentra en el suelo (6)...

Por fín se empezaba a equilibrar la situación... Por fin se equilibraba la cantidad de cadáveres persas en el suelo con la cantidad de cadáveres persas que cargaban contra Diomedes y el resto de espartanos. Los dioses sin duda son caprichosos y esta vez varios persas cuando veían la ensangrentada figura de Diomedes, alzándose como un vengativo avatar de Hades, reclamando sus vidas para hundirlos en el Tártaro, se daban la vuelta. pero de nada servía ya que otros espartanos los abatían. Los persas únicamente podían elegir donde y ante quién morir. Morir o no morir... Tal elección no estaba en sus manos.

- Persas! Venid aquí! Aún hay suelo que regar con vuestra sangre! - Diomedes bramó, increpando a una pareja de persas cercana.

Estos se lanzaron a por él, intentado rodearlo cada uno por un lado, lanzando rápidos pero ineficaces golpes con sus espadas. Mas parecían sacudirlas con miedo que atacar. Diomedes se cubría de uno con el pesado escudo espartano y del otro con la espada. Pivotaba de un pie a otro mientras jugaba con ambos. Finalmente cambio el peso de pierna y arrodillándose, giró con la espada extendida a la altura de la pierna del primer persa. Su pierna fue cercenada límpiamente y voló varios metros por el aire. (1) Cuando el giro le llevó hasta el otro persa, se incorporó para hacer que el tajo fuese ascendente y se hundiese en el costado hasta el esternón del persa, que por la fuerza de los músculos de Diomedes y la inercia se levanto un par de palmos en el suelo. (2) Después cayó como un fardo al suelo, muerto, prácticamente abierto en canal.

Por fín pudo avanzar y recuperar su lanza, arrancándola con una siniestra sonrisa del cadaver persa que la guardaba tan generosamente. Pero poco tiempo la retuvo, pues otro persa ofreció su pecho para guardarla y darla calor. La lanza voló 3 metros y ensartó al persa. (3)

Un persa se encontró solo de pronto ante Diomedes y, farfullando aterrado de miedo, dejó caer su espada rogando piedad. Diomedes le miró con desagrado.

- Esparta no perdona! Esparta no hace prisioneros! - Dijo mientras con un rugido hundía la espada en el pecho del persa. Después utilizó el escudo para tirar al suelo el cadaver del arrodillado persa. (4)

Diomedes se giró, molesto por la cobardía de los persas, mientras volvía a por su lanza y con una corta carrera se avalanzó contra el siguiente grupo de persas, perdón... Cadáveres.

Que puta basura de dados n_n

ahora cuando tenga un momentito roleo...

Después roleo... (e tenido problemas con Internet perdón por la tardanza XD)

la lluvia calma mis brazos, ya sudorosos, y me da fuerzas para abalanzarme contra el grupo central de combatientes, coloco mi lanza en posicion de carga y empiezo un carga que acaba en un pequeño grupo de persas que querian diezmar a dos griegos enzarzados en una lucha, los perss no se esperan mi golpe y caen todos encima de los otros, hasta quedar en una posicion que aprovecho para enviar al hades a dos de ellos ensartandoles con la lanza como a vulgares puercos (1)(2)

los otros mientras tanto ya se han levantado he intentan rodearme, acechándome como a un cervatillo; ja, no saben que los cervatillos a veces pueden esconder a un lobo hambriento de sangre, así que antes que tengan tiempo de asignar los lados ya he embestido a uno con el escudo a la vez que con un ligero movimiento para arriba sesgo su cuello como papel y se queda desangrándose en el suelo lanzando fuertes estertores al cielo.(3)

los otros dos al verme de espaldas creen que estoy perdido, y embisten contra mi; pero uno de los griegos a los que antes habia salvado les para los pies-al fin y al cabo no son inutiles- entonces me giro y veo como uno de lo persas lanza un puñado de tierra al griego a los ojos y el otro le corta limpiamente la cabeza, yo, cegado de rabia desenbaino la espada y cargo contra los desgraciados  que habian acabado con una vida griega, cogiendolos por sorpresa, al primero, que estaba de espaldas, le rompo la espina dorsal de un golpe de escudo en medio de la carga, y antes de que caiga le corto la parte de arriba del craneo (4)

el otro embiste contra mi con la espada, pero yo la paro con la mia, y de la rabia contenida dentro de mi hago que la espada salga volando por los aires, el persa pega un grito, al verse desarmado, pero que no dura mucho, ya que le trazo una linea en el pecho con la espada, haciendo que una mezcla de pulmonescortados y costillas rotas inunde el suelo(5)

asi aprendereis a no malgastar vidas de griegos asquerosos sucedaneos de vuestros antepasados

AU!

AU!

AU!

uee! ya no he sacado un cuatro... si no un 5!! Los dados me van cogiendo cariño....XDDDD

En cuando tenga tiempo me pongo a la descripcion.... ya sabeis examenes y tal...T.T

Se me acerca otro infeliz, pero con un rápido movimiento logro esquivarlo para colocarme en su espalda... Sin que el persa se de cuenta, lo empujo contra sus compañeros, está paralizado por el miedo y me deja hacer... Genial, pues tomo control de su lanza mientras su cuerpo me sirve de escudo... Ensarto con su lanza al persa más cercano a la altura del cuello y no se levantará más (1). Continuo corriendop y protegiéndome con el persa... no he soltado la lanza, así que aprovecho y ataco a otro de los persas, que estaba peleando con uno de mis compañeros... Se que no es muy honroso matar a alguien por la espalda, pero ellos son muchos y no es momento para florituras. El soldado no se dió cuenta de mi presencia hasta verse atravesado por el acero de la punta de la lanza (2). La siguiente muerte fue sencilla, una de las más fáciles de mi carrera... Uno de los persas tropieza delante de mi, en medio de la refriega, lo que no hace más que corroborar que estos soldados tan mal entrenados no son más que una pequeña distracción. Es imposible que esta sea el nivel de nuestros contrincantes. Hinco mi lanza en la tierra con el cuerpo del persa caido entre medias. Aún escucho sus gritos de dolor cuando le partí el espinazo (3). Todo ocurre rápido, en un abrir y cerrar de ojos. Desclavo la lanza, totalmente ensangrentada... La alzo, apunto, y la lanzo para que salga volando en dirección de otro de los persas. Mi puntería es buena, inmejorable despues de tantos años de entrenamiento y batallas. Atravieso al persa con suavidad y limpieza; y se desploma (4). Observo ahora al persa que he utilizado de barrera, lleno de tajos, heridas... Incluso desmembrado. Y lo dejo caer, pues ese pingajo de sangre y carne ya no me vale para nada (5).

Una horda persa empezo a irrumpir en la formacion y las primeras victimas empezaron a caer...el primero de ellos fue Pharos el cual parecia estar observando con arta paciencia los movimientos de sus compañeros sin hacer practicamente nada...su muerte no se hizo esperar y una lanza un tanto roma se le clavo en el muslo, posteriormente dos persas se le pusieron uno en cada lado, el espartano imposibilitado al movimiento no pudo mas ver como las espadas persas bajaban sobre su cuerpo y se cernian sobre su pecho ...arrebatandole la vida en cuestion de segundos...la muerte es toda gloria para un espartano que esta en medio de la batalla pero Pharos parecia que no iba a recibir tal gloria debido a no haber entrado en la batalla...

Menelao había estado a resguardo en el fondo de las filas espartanas durante los inicios del combate, sin posibilidad de poder avanzar en la falange. Finalmente, y tras la muerte de Pharos, logró colocarse en primera fila, quedando frente a frente con un grupo de persas que corrían en su dirección. Aferrando la lanza con fuerza dió un paso adelante mientras su brazo derecho avanzaba con fuerza y velocidad dignas de un guerrero espartano, logrando así atravezar el cuello de un enemigo (1). Tras remover la lanza del cadaver sin vida este cayó al piso y la sangre empezo a manar manchando el piso a los pies de Menelao que saltó por encima del soldado que recién había matado y con un rápido movimiento logró que su lanza atravezara el pecho de otro persa (2). Al ver que otro estaba detrás de su nueva víctima, avanzo y dejó otro enemigo clavado a su lanza (3). Lamentablemente ahora se había adentrado en las filas persas, quedando rodeado. Soltó su lanza y desenvainando su espada se lanzó sobre el enemigo más próximo, agarrándolo de la nuca con la mano izquierda y hundiendo su espada en el estómago para luego llevarla hacia la garganta. Menelao pudo sentir la asquerosa sangre del persa manchando su cuerpo (4). Con un movimiento sacó su espada de su nueva vaina humana y la lanzó contra un persa que venía gritando a sus espaldas. El arma voló cortando el aire para terminar clavandose en el ojo de otro estúpido intento de guerrero persa (5). Ahora desarmado, Menelao se enfrenta a otro persa, este armado con una espada barbara que solo usaría un pueblo de esclavos. Aun así puede resultar útil y tras esquivar una pobre estoquada de su oponente lo agarra del brazo con la mano derecha, y con un rápido movimiento se coloca detras de su oponente agarrandole la cabeza con la otra mano. Que los Dioses tengan piedad de tu alma- le dice antes de forzar su brazo para cortarle el cuello con su propia espada (6).