Partida Rol por web

Una pequeña tropa persa rompe filas entre la compacta muralla espartana, para mayor verguenza y bochorno de Tindáreo.Finaliza la hora de la lanza y da cominezo la hora de la espada.

Maldito persas, bastardos, han abierto brecha, no por su hombría, sino por su ingente número de tropas, así como el malhacer de nuestra falange, me temo que hemos subestimado el número de nuestro enemigo.

Tindaréo vuelve a lanzarse al combate con renovada furía, un grito sale de lo más hondo de su ser a la par que una neblina roja cubre sus ojos.

¡Por Grecia, por Esparta, por nuestro Rey, Leonidas, muerte y destrucción!

(1)Un persa corre en dirección hacia Tindaréo aullando en su maldita lengua, la lanza de Tindáreo sale de su musculoso brazo impactando en el pecho del Persa y traspasandolo, dejandolo empalado en el suelo en su caida.Tindaréo saca su afilada espada de su vaina produciendo un sonido metalico.

Un valiente compañero lucha solo contra un pequeño grupo de persas, ningun espartano lucha solo jamás, un golpe de  escudo de Tindáreo echa por tierra a un persa que se interponía entre él y su compañero.

(2)Ambos espartanos luchan espalda con espalda,produciendo una coreografia de estacodas, sembrando el campo de batalla de cadaveres, un barbudo pagano ataca con su espada a Tindaréo, quién lo esquiva echandose a un lado, y responde con un golpe de su espada, seccionandole el brazo que portaba el arma a la altura del codo.La sangre del persa se mezcla en el suelo con el barro y la lluvia que azota el campo de batalla.

Los Persas lograron romper la falange Espartana con sus numerosas hordas. Los Espartanos tuvieron que dispersarse y mezclarse entre los enemigos para acabar con ellos uno a uno, lejos de la proteccion que ofrecian los escudos de sus hermanos. Ahora solo quedaba eliminar sin piedad a todos aquellos indeseables que osaban poner sus sucias pezuñas en tierra Espartana.

PNJotizando...

Muchos de los Persas sobrevivieron en este asalto, salvo por los que murieron a manos de unos pocos valientes Espartanos que arriesgaron temerariamente sus vidas saliendo a combatir sin miedo a los sucios Persas.
Poco a poco, los ejercitos de Jerjes seguian muriendo a manos de los hijos de Esparta, pero quiza necesitarian algo mas de ayuda para acabar rapidamente con ellos antes de que algo terrible pudiese ocurrir a alguno de sus hermanos.

Con miedo en el cuerpo, los Persas seguian afrontando a los Espartanos con torpes movimientos. Algunos osaban levantar sus armas contra ellos. Otros se mezclavan entre los cadaveres, pero las lanzas Espartanas los encontraban y los daban la muerte que merecian.

PNJotizando...

Visto estaba que al final se romperían nuestras filas, y al final es lo que ha ocurrido, así que recojo del suelo mis avíos y cargo de frente contra los persas que quedan.

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRGH

Ahhhhhhhhhh!!! Cratos se lanza contra un ingente numero de persas matando todo lo que se interpone en su camino después de ser herido en su pierna derecha, un gran corte arroja sangre sin cesar.

Una espada persa golpea a Tindaréo en el costado, el golpe habría arrancado un grito de dolor de otro hombre, pero no de Tindaréo , un autentico espartano, acostumbrado a no mostrar dolor, endurecido por el severo entrenamiento de todo espartano durante su gogé, acostumbrado a recibir brutales castigos sin causa alguna, no solo cuando era descubierto robando, sino como parte de su entrenamiento.

El joven espartano recuerda los castigos disciplinados en los que era atado a un arbol mientra uno de los reclutas lo golpeaba con una vara sin piedad, el objetivo  era endurecer a ambos al que recibia los golpes para no mostrar dolor y al que lo administraba para no sentir compasión.

Tindaréo recuerda el dia en el que dos reclutas lo ataron a un arbol los jamás pidió clemencia  o piedad, jamas emitió sonido alguna mientrar era golpeado, la sangre bajaba por su espalda, finalmente los dos jovenes se llevaron al muchacho incosciente.

En esta ocasión era un pobre persa el que habia osado levantar su arma contra él, y en esta ocasión Tindáreo podia responder.

(1) Tindaréo agarra la muñeca del desdichado persa, mientras le propina un cabezazo, u otro y otro, su yelmo se tíñe de rojo con la sangre del desdichado persa, el hombre muere con la cabeza abierta.

(2) Luego descide acallar los gritos del hombre que dejo lisiado anteriormente, *maldito persa llorón, no aguanto la debilidad*  muere bastardo-dice mientras clava su espada en su boca acallandolo definitavamente.

De pronto las cosas parecen que quieren salirse de control, entonces Cleomenes corre hacia el persa sorprendido. El primer golpe rompio su guardia el segundo golpe le quito la vida (1). Sabia que no podia batirse en retira, los persas lo alcansarian en un santiamen o una de las flechas acabaria con su vida.

Encontes cargo contra el grupo de persas y este gesto heroico o inconciente no lo esperaban los persas, sus flechas y lanzasse clavaban contra el suelo o rebotaban en su escudo. Por fin cara a cara contra la muerte su espada abrio la garganta del primer persa que se debatia entre la vida y la muerte con la mano en su garganta y con la otra una espada.

Las cosas empiezan a descontrolarse... algunos de sus compañeros habían recibido heridas y muchos otros no luchaban como es debido... ¿acaso habían olvidado lo que significa ser espartano? Achilles no y lo tenia muy claro seguiría acabando con tantos persas como se le pusieron por delante.

-Por Esparta!!! Por Leonidas!!! y por los 300!

me enfrento a tres asquerosos persas, que despues del fragor de su carga me han acorralado, me han hecho un corte superficial en el costado, pero ahora me toca vengarrme de las immundicias que me han echo daño, salto hacia delante cegado por la rabia con la lanza hacia delante ensartandole por el pecho y clavandolo en el suelo, sus dos amigos no pueden hacer nada por su compañero que riega el suelo con su sangre.

QUIEN SIGUE HIJOS DE FULANA CRIADOS EN LAS FALDAS DE UN REY AL QUE TEMEN POR SU LARGA LANZA CON LA QUE PUEDE TRASPASAROS!!!!!

La muerte ronda sobre territorio espartano.

DEcidido a morir luchando me enfrento a 3 persas que vienen hacia mi, trabajan sincronizados y sus ataques sosn sucesivos y algunos me causan heridas, aunque no las siento, pues estoy acostumbrado al dolor.

En un descuido de uno de ellos mi espada le hace un corte en el pecho, dejandolo casi muerto. Mientras giro mi cuerpo para enfrentar a los otros dos cara a cara

Rodeado por 3 soldados persas, Menelao recibe un espadazo por parte de uno en un brazo antes de poder hacer cualquier movimiento. Afortunadamente el hombre de Jerjes no es muy habil y el corte es solo superficial. Rapidamente descarga su lanza contra el enemigo que lo atacó y le atravieza sin dificultad su cabeza mientras con su escudo golpea a otro soldado que se ve obligado a retroceder unos pasos levemente herido.

Con la ruptura de nuestra formación quedé muy desconcertado. La famosa falange espartana, ¡rota en un asalto de unos pocos y débiles persas! Tanto fué asi que por un momento dudé sobre lo que hacer, momento en el cual uno de los invasores aprovechó para asestarme un tajo en el muslo...

El dolor y la visión de mi sangre derramada me hicieron volver a la cruda realidad.

Un combate no está hecho para pensar, está hecho para actuar.

Tiro mi lanza al suelo, y con un grito desgarrador me abalanzo con el escudo por delante sobre uno de mis asaltantes. El impulso es tal que consigo desequilibrarle sobre su compañero, momento que aprovecho para desenvainar el kopis y cercenar de un tajo la cabeza del tercer asaltante. Antes de que se recuperen los otros dos hundo mi espada en el abdomen de uno de ellos. La herida no es muy profunda, pero suficiente como para que pierda fuerzas antes de que sea capaz de asestarme un nuevo golpe.

Esta vez, la masacre fue aplastante. Once Persas mas fueron mutilados en escasos segundos. Pocas heridas recibieron los Espartanos que defendian su patria y unicamente la derrota esperaba a aquellos que osaban pisar tierras griegas.
Pocos Persas quedaban en el campo de batalla, rodeados por un ejercito Espartano demasiado numeroso. Era evidente que terminarian muriendo absolutamente todos los bastardos orientales.
De repente, todo el peloton Espartano levanto cabeza y su moral subio desmesuradamente cuando vio que, en el campo de batalla, alguien inesperado surgio de entre las filas para unirse a la carniceria. ¡Era el Capitan Dilios!

Haciendo gala de sus habilidades, Dilios se lanzo al campo de batalla a ayudar a sus hermanos contra la amenaza Persa. Un ataque sorpresa siempre era productivo, y Dilios hizo acto de presencia, hundiendo los corazones de los Persas que lo conocian en un mar de angustia.
Armado con su lanza y su escudo, Dilios embistio a los Persas que encontro por el camino, ensartando su lanza en estomagos, cuellos y pechos Persas. La sangre fluia embravecida por la arena que pisaban sus pies,mientras que, unido a sus hermanos Espartanos, mutilaban y masacraban a los enemigos sin piedad alguna.

- ¡¡¡Espartanos!!! ¡¡¡Rodeadlos!!!

Tindáreo despacha al último persa con pasmosa facilidad, tras retirar su espada  observa la carnicería que se esta llevando a cabo, Un compañero se encuentra en graves apuros , rodeado por dos persas y gravemente herido.

*Maldita sea , es Cratos aguanta muchacho* piensa al reconocer el semblante de su compañero, En su carrera salta sobre una piedra cayendo con su espada en alto sobre el cobarde persa.

Un espartano nunca lucha solo, bastardo persa dice mientras clave su espada al entonces indemne persa.

El otro es todo tuyo hermano, da buena cuenta de él dice con una sonrisa lobuna.

Envalentonado con la unión de Dilios a la carnicería de persas reanudo mis ataques sobre mis asaltantes hasta conseguir rechazar a ambos. Una vez les tengo a distancia lanzo una rápida estocada al que todavía se mantenía indemne, con la que le cerceno el brazo que sostenía su arma. El dolor que sufría era tan grande que se desmayó en ese mismo momento, conocedor ya de su muerte inminente.

Al verse en esa situación tan poco ventajosa, el último atacante intenta escapar de manera infructuosa, pues una patada mía por la espalda es todo lo que necesito para derribarle, y acabar con él en el suelo hundiéndole mi kopis entre sus costillas a la altura del corazón. La victoria será nuestra...

AU! AU!

La herida de la pierna no tiene buena pinta y noto que pierdo vigor y fuerza por momentos, un pequeño momento de flaqueza basta para que me rodeen dos enemigos y tenga que esquivar varias veces sus estocadas desde el suelo, hasta que aparece Tindáreo y mata a uno de ellos, ante la sorpresa del segundo me levanto de un salto y lo ensarto por el estomago hasta que mi espada sobresale por su espalda

ha estado muy cerca, a partir de ahora me va a tocar sufrir el resto de la batalla, si me alcanzan con las fuerzas que me quedan estare en serios apuros.

Hermano Tindáreo, no dudes que has llegado en el momento oportuno, estoy herido y he perdido fuerzas, has salvado mi vida, gracias!!

Tras estas palabras cratos y Tindáreo vuelven a su ruda tarea, matar persas...