Partida Rol por web

Tlön, Uqbar, Orbis Tertius [+18]

Introducción - El presente del Príncipado

Cargando editor
25/05/2016, 06:53
Director

 

ESCENA UNO

 

El sol de verano deslizaba sus últimos rayos por las cúpulas de los edificios más altos desvaneciéndose en el horizonte de Buenos Aires dando paso a una noche casi tan densa como el día, así era la estación estival en la capital más austral del continente: 28 grados celsius a las 21 hs. Y una humedad digna del trópico. La ropa se pegaba al cuerpo, el viento que soplaba parecía un secador de pelo, los edificios y el asfalto aportaban unos grados extra al retener el calor de ese sol cuya presencia permanecía todavía en todo cuanto había tocado.

En medio de ese vaho candente de la ciudad, que a pesar de todo no perdía su hermosura encendiendo sus miles de luces en rebeldía como una bella mujer que alza la cabeza altiva luego de caer al barro, el Palacio Barolo se erguía como un monolito elegante, un faro de frialdad metafórico y a la vez literal: sus aires acondicionados centrales, imponentes, creaban un hábitat diferencial para las aves de rapiña de oficina que allí pasaban sus jornadas laborales, para aves de rapiña y para otros tipos de predadores también.

Los vástagos más antiguos de la ciudad, los pocos que habían quedado luego de la Noche de los Aullidos, habían recibido con estupefacción la noticia de que Alexandria había dejado una Senescal para que ejerciera sus funciones en caso de que algo le sucediera, ya fuera porque Alexandria no creía que verdaderamente fuera a pasarle algo o porque confiaba en las capacidades de Mercedes Moreno, la ciudad estaba ahora a merced de una completa desconocida.

Bueno, no desconocida. Todos habían visto a la amable toreador recibiéndolos cada noche en el Elíseo del Teatro Colón por los últimos 15 años (aunque desde que anunció su nuevo puesto había dejado su lugar a Juana Latour, una reconocida cainita del clan de la rosa). Habían charlado con ella de tópicos variados, habían notado su distante hermosura, la imagen de dama en apuros que solía desplegar con los recién llegados... Pero en el fondo, muy en el fondo, los antiguos vástagos no podían negar una realidad que habían estado obviando durante los últimos 15 años: Mercedes Moreno podía ser cualquier cosa menos una dama en apuros, se podía dilucidar en el brillo de esos ojos café mucho más de lo que su ligera conversación se proponía demostrar y ciertas microexpresiones faciales apenas perceptibles dejaban suponer sentimientos densos y encontrados.

Al estado de shock inicial le siguió uno más profundo de sorpresa: luego de que se declarara Senescal Mercedes Moreno desapareció de escena, recluida pero manteniendo reuniones esporádicas con los primogénitos supervivientes. La enigmática toreador permaneció en las sombras hasta ahora, nueve meses después de aquella fatídica noche, como si hubiera estado gestándose a sí misma para el puesto.

Fue por ello que al recibir la invitación los vástagos que habían sido elegidos se sorprendieron. Había llegado en un sobre de papel grueso color crema con textura, tenía letra manuscrita elegante en el dorso y un lacrado bordó, hasta parecía que flotaba en él una suave fragancia a flores de naranjo.

“Estimado hermano en la estirpe:

Se solicita su presencia en el Palacio Barolo para un evento el día 21 de enero a las 21 horas. Dress code: creative black tie.

Atte.

Mercedes Moreno, Senescal”

La invitación no aclaraba nada más, pero tampoco era preciso: se iba a tener en cuenta quién asistía, pero mucho más quien no asistía.

La recepción estaba dispuesta a lo largo de la planta baja del edificio, que llegaba hasta una salida a la calle trasera y que había sido acondicionada y decorada especialmente para la ocasión, una banda de jazz dominaba el hall en donde interpretaba piezas para amenizar la velada; más hacia el otro extremo la música se difuminaba en otra de corte más moderno, electrónica.

Notas de juego

Pueden describir cómo comienza la noche, cómo se preparan para el evento o directamente cuando llegan a él.

Cargando editor
25/05/2016, 06:59
Director

Antonelli había recibido la invitación, como todos, y no le extrañó debido a su influencia y a su posición en los entramados de la Camarilla porteña, lo que sí llamó su atención fue que se le pidiera ayudar con la recepción junto a Juana Latour. Conocía a la toreador, por desgracia, y no se llevaban muy bien porque la rubia tenía la mala costumbre de denostarla con sus gestos a pesar de que sus palabras a veces dijeran lo contrario. Sin embargo, el que las hubieran puesto juntas podía interpretarse de tres maneras: uno, estaban compitiendo por algo, presumiblemente el puesto de Guardiana del Elíseo; dos: la Senescal la estaba castigando por algo y tres: la Senescal confiaba en su capacidad, por eso le daba una tarea tan importante como recibir a los invitados, y quería que vigilara a la toreador.

Fuera como fuese, tenía que esmerarse al máximo: tarde o temprano se enteraría de cuál era el verdadero motivo de todo aquello.

Cargando editor
25/05/2016, 07:00
Director

Notas de juego

Al fondo, a la izquierda del recinto hay un salón más amplio en el que puedes tener un espectáculo propio si quieres, como bailarines de tango por ejemplo.

http://3.bp.blogspot.com/-0U07s6oP4z0/T3--q-RB5cI/AAAAAAAAjWQ/ZlvD-5o6MwE/s1600/hall_palacio.jpg

Cargando editor
25/05/2016, 16:17
Jules de Bourdeo

A las 21 horas. Lo cierto es que no deja demasiado tiempo para mucho más.

La misma frase con la que me acosté a pasar el día es la primera que me viene a la mente al llegar la nueva noche y despertar a ella. Pero aunque no sea demasiado tampoco es necesario correr hay tempo de sobra para revisar e-mails, correo ordinario y las noticias del día.

Solo tras terminar con el habitual ritual, necesario para poder llevar adelante negocios que funcionan en gran parte mientras duermo, puedo dedicarme tiempo a mi. Ducharse, aunque no haya sudor que lavar, siempre da un plus de frescura. Y ponerme en las hábiles manos de Natalia, mi fiel ayudante, me asegura ir bien peinado y conjuntado adecuadamente a la etiqueta que requiere el evento. El negro nunca queda mal.

Solo me queda tiempo para ir a alimentarme, nunca se sabe lo que puede llegar a ocurrir aunque a priori no haya peligro. Y, al parecer, somos de los primeros en llegar. Entro dejándola fuera, sé que no estará ociosa.

Este lugar siempre me agrada. Y el Jazz no es una mala elección.

El amplio y bien decorado lugar pronto estará lleno con la élite de la ciudad. O, al menos, con los que apoyen a la princesa...o no quieran que se les señale como enemigos a las primeras de cambio. Busco a Juana con la mirada, como guardiana no debe andar lejos, como también busco a otros vástagos que pueda haber ya allí.

Cargando editor
25/05/2016, 17:07
z/Victoria Bello

Releí la carta varias veces, hacia muchos años que tenia tantas dudas sobre algo tan banal como una fiesta. Tal vez, tanto encierro me transformo en una paranoica. 

 La ducha, de nuevo, estaba rota. Me tire un balde de agua fria, me peine con los dedos y me hice una trenza cosida. Creative black tie ¿Que significaba eso?,  busque en Google... ¿QUE?? ¿De donde voy a sacar un vestido?. Después de media hora, una de mis ghoul me trajo un vestido negro con escote pronunciado y largo hasta las rodillas, era muy ajustado pero era lo que había. Los tacos color rojo sangre, estilo pin up, fueron una pesadilla.

Tenia una hora y media de casa hasta el palacio, mientras le mandaba un mensaje al Vasco, preguntando si iba a ir.  Subí al Ford Falcon rojo y pise el acelerador como pude. Llegue relativamente temprano, el lugar era hermoso y el ambiente relajado pero, yo no puedo dejar de estar alerta. Ademas los zapatos no me daban mucha estabilidad. Recorrí el salón observando atenta la puerta, por si aparecía el primogénito Brujah.

 

 

 

 

Cargando editor
25/05/2016, 18:05
Juana Latour

La pelirroja cobriza te distinguió a la distancia y apresuró el paso en tu dirección -Monsieur Burdeo, buenas noches. ¡Bienvenido! -exclamó extendiendo los brazos mientras caminaba hacia ti, su vestido de gasa bordó resaltaba su piel y su cabello y hacía un vuelo exquisito mientras caminaba. Te tomó las manos y te besó una vez en cada mejilla.

Entonces Juana vio a alguien. Quién era y cómo los de seguridad la habían dejado pasar vestida así, no tenía idea. Dejó escapar un gritito y se disculpó con el vástago ventrue -Ya regreso.

Cuando estuvo junto a la chiquilla la saludó -Buenas noches, soy Juana Latour, guardiana del Elíseo, por ahora - miró de arriba a abajo a la recién llegada -No sé si estabas al tanto de que no puedes transitar por este recinto vestida así.

Cargando editor
25/05/2016, 18:22
z/Antonelli

Había estudiado la invitación con curiosidad antes de abrirla ligeramente disgustada con el aroma, pero por lo demás había estado encantada, hasta la parte en que se me solicito que ayudara en la recepción junto a Juana Latour, sospeche con cierta ironía que intentaba ponernos a ambas en una situación peliaguda, ¿intentaba la regente hacer que compitiéramos entre nosotras, hacerme ver que no estaba bien o simplemente demostrarme que confiaba en mí? No lo sabía, pero sabía qué hacer.

Me había asegurado de llegar mucho antes que todos.

Y ahí estaba, enfundada en un exquisito vestido de gala largo  y dando mi mejor imagen,  junto a Juana Latour, haciendo gala del papel de anfitriona que se nos había solicitado que hiciéramos en recepción, dedicando a cada  nuevo  invitado mi más exquisita sonrisa y algún estudiado cumplido, le sonreía a todos, observando su ropa, esta noche debía ser encantadora… perfecta.

Entonces escuche su voz a gritos en algún lugar... "estupida" volví a ver a alguna dirección notando que había perdido la oportunidad de saludar a Bourdeo, desde mi posición le ofrecí mi mas dulce sonrisa mientras me le acercaba.

-Bienvenido Bourdeo, permitame decirle que su traje es magnifico, siempre es un placer tenerlo en alguna fiesta-comente ligera mientras veía no perder oportunidad de dar bienvenida a otro miembro de la estirpe, debía hacerlo bien... tenía que hacerlo bien, esperaba su respuesta, sabedora de cual era la actuación de un buen anfitrión, a recibir a los invitados que aun no llegaban, confiaba en que Latour supiera actuar a la medida.

Cargando editor
25/05/2016, 19:32
z/Victoria Bello

Me aturdió el chillido de la mujer, mire su vestido parecía caro y sofisticado. Suspire tratando de ser lo más diplomática posible_Mi nombre es Victoria Bello, mi situación actual es limitada en recursos_Dije tratando de entender que tenia de malo mi vestido y por que tenia eso alguna importancia_Y no puedo costearme un vestido como el suyo, señorita Latour. Si eso es un problema, me retiro... En cuanto pueda hablar con el primogénito Brujah_ Mire para todos los rincones del salón pero el Vasco no había llegado, su mirada era la de una arpía: prejuiciosa y altanera. Quería gritarle que era una estupidez juzgar mi vestido, cuando hay cosas más importantes que ocuparse pero sonreí lo mejor que pude. Aunque no me gustara tenia que acatar esas normas.

 

 

 

Cargando editor
25/05/2016, 20:11
z/Dante

La invitacion lo habia tomado casi desprevenido, pero tras leerla por tercera vez termino preguntandose el porque habia esperado tanto Mercedes. La parte del dress code lo habia hecho sonreir: Creative black tie. El ornamento del poder, aquella diadema que parecia eterea al vestirla, y que luego de sacarse daba dolor de espalda.

Tras dejar su mustang en manos del valet parking (advertencia de por medio en lo referente a ralladuras), Dante entro en el Palacio como habia hecho tantas otras veces. El ambiente era agradable, como era de esperar: Si algo habia que reconocerle a los Toreadores era esa facilidad para hacer a alguien sentirse bienvenido en un segundo, o un paria al siguiente dependiendo de su humor.
El Azote vestia un saco rojo vinotinto de tres botones, abrochados a la altura del ombligo que delimitaban la apertura en V. Las solapas eran negras, de unos 3 dedos de anchura. La camisa, de un blanco mate y en el cuello, un moño tambien negro pulcramente arreglado. La solapera, del lado izquierdo, era una pequeña rosa floreciente de rubi, señal de respeto hacia la nueva senescal... Despues de todo era su noche. Los gemelos de las mangas, la rugiente cabeza de la Bestia, el simbolo del clan Gangrel en onice pulido.

Se adentro en la sala, sonriendo a conocidos de vista y a aquellos que fingian no conocerlo: Su linea de trabajo, aunque muy agradecida y necesaria, no era algo con lo que todos se sintieran comodos, y el por supuesto no podia echarselos en cara. Guiño un ojo a Antonelli a modo de saludo desde el otro lado de la recepcion, y estaba a punto de dirigirse hacia alli cuando su oido, siempre atento, capto una conversacion ni de lejos tan amena como se esperaba en la velada.

-Dejala pasar, Juana le reprocho con una sonrisa juguetona a la guardiana del Eliseo, tras aparecer tras Victoria Vas a asustar a los chiquillos. No creo que la Pax Vampirica peligre por un escote pronunciado.

Esperaba que su reputacion de defensor de los neonatos de la ciudad bastara para hacer que la guardiana al menos dudara.

Cargando editor
25/05/2016, 20:35
Dr. Franco Noble

Agitaba levemente el vaso de whisky, mientras su mirada se distrajo en el reflejo de las luces de colores que provenían de Buenos Aires Design. Una vista privilegiada de la recoleta era una de las mayores virtudes que tenía su living. Fernando acababa de presentarle las novedades del día y habían hablado en detalle de un par de negocios que no podían esperar. Su mente estaba ocupada en el encuentro al que había sido citado, finalmente la Senescal había abierto el juego, con la pomposidad que tanto disfrutan los Toreador Espero que hagas bien tu jugada, o dejaras de jugar.

- Uno blanco y uno rojo, eso bastará-  esa frase fue suficiente para que uno de los hombres saliese de prisa de la habitación.Se acomodó su corbata púrpura que resaltaba con el resto de su vestimenta completamente negra. Tomó la lata de cigarros importados y se dirigió hacia Alfa Romeo -Lleva los refuerzos que haga falta, no quiero sorpresas esta noche- le dijo a su hombre que se encargaba de su seguridad, tras ello subió al auto y su chofer lo llevó a través de la 9 de Julio hasta la puerta del palacio sobre la Avenida de Mayo.

Se bajó del auto y su mirada de detuvo en la imponente aspecto que habían logrado darle al lugar esa noche - Gerónimo, quiero que me acompañes al vestíbulo central, observa mucho y habla poco, de acuerdo? Si hay algo importante que daba saber, me avisas - Su acompañante era corpulento, de mirada audaz y semblante inexpresivo, asintió ante el pedido de Franco de inmediato, casi nunca se despegaba de él y lo acompaño hasta la entrada caminando a sus espaldas. Las puertas se abrieron casi de inmediato cuando se anunció, y entró al palacio con dos claveles en su traje, uno de cada color. Delante de él, a un par de metros delante, pudo ver a Juana Latour hablando con una joven mujer que debía de ser la encargada de la limpieza, dándole indicaciones con severidad, a las cuales se sumaba el Gangrel. Unos pasos detrás estaba la bella Antonelli, hablando con Jules, y se dirigió a ellos sin dudarlo.

- Que gusto verla, Antonelli - tomó la mano de la dama y la besó con cortesía. Los claveles habían sido perfumados con fragancias frutales, eligió el blanco para ella y se lo extendió, con caballerosidad. Él disfrutaba de las flores, especialmente los claveles que abundaban en los funerales y los hospitales, se habían convertido en un símbolo para él, y era cuidadoso con el color y el aroma de cada uno, cada cual significaba algo diferente - Hace tiempo que los antiguos no están todos reunidos en un mismo lugar, será algo interesante. Por cierto, he venido acompañado, ya lo conoces, será discreto como de costumbre si permites su presencia- 

Cargando editor
25/05/2016, 20:59
Jules de Bourdeo

Reconozco la llegada de Franco con un leve cabeceo, disculpándome al alejarme justo cuando el se acerca. Comprenderá por qué enseguida. Y tampoco está mal acompañado, Por Antonelli. Aunque parece con ganas de irse a la puerta. Pero no la dejaremos, detalles de maldad propios de viejos. Al menos en mi caso.

Eso sí, cuando solucione otra cosa.

Me acerco decidido a la joven Victoria y a Juana, mientras tecleo en mi smartphone.

-Haya paz, la solución es bien sencilla.

Enseguida aparece una mujer hermosa vestida con un traje negro sencillo que deja los hombros al aire pero va acompañado de guantes. La falda baja hasta casi la rodilla, y sería ceñida si no tuviese un pequeño corte lateral. A juego con mi tres piezas negro, sobre una camisa roja.

-Mi querida Natalia no tendrá inconveniente en intercambiar su ropa con la señorita Bello, si a las dos os parece bien. No debe perderse una convocotoria de la princesa por un formalismo, importante si, pero evitable.

Cargando editor
25/05/2016, 21:13
z/Antonelli

Correspondí con una sonrisa al guiño de Dante, el cual se veía muy bien, antes de corresponder con una sonrisa al saludo del Dr. Franco Noble, el cual contaba con mi agrado, aquella noche se había superado, vestía exquisitamente, lamente perder la oportunidad de llegar a la puerta.

-oh querido doctor que placer verle esta velada –digo encantada  disfrutando de la caballerosidad de la que hace gala,  al tiempo que huelo, con delicadeza, la flor que me ha dado, un clavel blanco – es precioso, gracias – digo de nueva cuenta mirándole a los ojos, en seguida vuelvo los ojos al criado que trae encima- Por supuesto querido, puede quedarse- le sonrió posando mi mano en el brazo de Franco: mi beneplácito y mi advertencia, puede quedarse pero si crea algún problema, el que sea (como ese que cometió el ghoul de aquella neonata hace años) será su responsabilidad, un segundo después sonrió ligera y le miro, tras dar un vistazo a mi alrededor- es verdad que no nos habíamos reunido antes como ahora, pero ahora lo hemos hecho, estoy segura que la regente estará encantada con su presencia, después de todo es la representante ahora –sonrió delicadamente un poco aterrada al notar que ya van cuantos, Dante y Jules están junto a Juana y la niña esa... oh dios, "vamos no dejes de sonreir"

Cargando editor
25/05/2016, 21:31
Juana Latour

Juana sonrío ante el comentario de la chiquilla -¿Primogénito brujah? -murmuró paladeando el cargo; de pronto vio que algo que se podía solucionar muy sencillamente, sacando a la brujah del salón estaba cobrando notoriedad al punto de que ya dos vástagos estaban abogando por esta don nadie. Entonces, no era una don nadie, más tarde averiguaría quién era. ¿Desde cuándo las reuniones del Elíseo se habían convertido en eventos de caridad? -Querida, ni aunque viniera Caín en persona lo dejaría pasar si no está vestido como se solicitó-sostuvo, miró al gangrel y al ventrue y luego alzó las manos en señal de rendición -Esta bien, creo que la solución que presenta el señor de Bourdeo es la más factible -sostuvo mientras señalaba un pasillo lateral -Allí hay un baño de damas, hagan el intercambio rápido y que su asistente salga por la salida a la calle trasera. Muchas gracias, caballeros y... damas -sonrió con un dejo de sarcasmo. Moviéndose hacia la puerta en busca de recién llegados.

Cargando editor
25/05/2016, 22:00
Facundo Bahl

La reunión era sin duda una cuestión de gran importancia. Sin embargo, Facundo se tomo su tiempo para atenderla, puesto que no era la única cosa en su mente ultimamente. Tras despertar y asease, eligió al azar uno de sus trajes como si fuera cualquier noche. El código de vestimenta requerido era prácticamente lo que un hombre de su ocupación consideraba “ropa de trabajo”, un detalle de agradecer.  Y no necesitaba otros accesorios más llamativos que el anillo de sello plateado o el Rolex, sobre su persona.

Tras bajar a su oficina, paso revista a los puntos del programa, preparando el código de directivas que dejaría a Sofía y las demás para esta noche.  Las proyecciones para el petróleo en Asia eran malas… tenían que remover esas inversiones discretamente pero con prisa hacia otras aéreas. Lo mismo Argentina; aunque el año anterior cerrara positivamente, el 2013 auguraba malas cosas tras el feriado fiscal. Había que asegurar algunas escotillas antes de la tormenta.

Pasadas las 22 ya estaba todo organizado. Bajó y busco el auto en el frente, un pulcro Mercedes Benz S600. El tacto suave del cuero casi le dibujo una sonrisa, cuando se metió en el asiento… Aquel auto valía cada dólar. Cerró los dedos sobre el volante, puso primera y salió tranquilamente rumbo al Eliseo, tomando por Riobamba para luego doblar en Hipolito Irigoyen. Así podría dejarlo en el estacionamiento, justo enfrente a la entrada dispuesta por la senescal en la parte posterior del edificio.


El viaje duro solo minutos, ya que la agencia estaba apenas a unas cuadras. Podría haber venido caminando, pero la precaución dictaba otra cosa. Estaciono él mismo (simplemente no dejaría a nadie conducir su auto) y cruzo al palacio Barolo. Entro sin prisa pero también sin pausa; sus asuntos le traían con mas frecuencia que la mayoría a este sitio, y solo unos cambios en la decoración no le distraerían de lo que venia a hacer.

Por otra parte, nada más entrar se encontró con varios de sus clientes. Facundo repartió silenciosas y cordiales venias tanto al doctor Noble como al señor de Burdeo, sin sorprenderse por su presencia, aunque si por su temprana llegada. Al parecer ya estaban enfrascados en algo, relativo a unas muchachas… Por las dudas, presto brevemente atención a las palabras de la actual guardiana, para formarse una idea de que iba el asunto. Más enseguida quedo claro que no era nada de su interés, por lo que aguardo que se desocupara para saludarla en un aparte.  

Cargando editor
25/05/2016, 22:15
z/Victoria Bello

Mire al tal Bourdeo y a Natalia, no sabia si sentir enojo o sorpresa_No quiero molestar a nadie, si la señorita Natalia quiere darme su ropa yo no tengo problema_ Aclare el quiere para que la joven no se sintiera presionada, a cumplir algo que no deseaba. Me incordiaba tener que aceptar ayuda de desconocidos_Cuando termine mi asunto, le voy a devolver lo suyo_Use todo mi autocontrol para no mandar todo al demonio. Mire con odio a Latour, y camine a los baños_ Gracias, algún día se lo voy a pagar_Dije sonriendo a Bourdeo. Luego mire al vástago del broche de la bestia_Gracias a vos también, desconocido_Los Gangrel que conocía eran personas amables y este no era la excepción. 

Luego mire a la joven_¿Como podes caminar con los tacos?_Le pregunte, Natalia parecia un sofisticado felino y yo pato.

Cargando editor
26/05/2016, 01:03
David Burton-Miller

Es hora de despertar, Scáth. No querrás llegar tarde. Su voz atravesó la oscuridad y me trajo de regreso.

Él tenía razón, debía aprovechar la oportunidad. ¿Qué mejor momento para conocer a los demás Vástagos? Seguramente cualquier otro..

Miré los libros que descansaban sobre la mesa, eran viejos, muy viejos, y para la mayoría estaban llenos de garabatos y versos sin sentido, valiosos sólo por su antigüedad, pero para aquellos que conocíamos su código contenían valiosos secretos.
Suspiré con una ligera tristeza, estaba tan cerca de la respuesta.

¿Quieres que te acompañe? Preguntó.
-No, iré solo. Le vi debatirse entre aceptar mi orden o insistir, o para ser más preciso, le vi sopesar sí su preocupación por mí era mayor a su desagrado por los otros dearg-due. Sonreí pues conocía la respuesta: Me acompañaría.. Pero en realidad no lo quería allí, era la primera vez que me presentaría ante tantos vástagos de la ciudad y prefería no tener que preocuparme por él. Así que no le di opciones.
-Mañana debes reunirte con los sindicatos y es mejor que descanses. Sin mayor dificultad el tema estaba sanjado, pues solamente la CBM podía disputarme su atención.

Elegí una camisa blanca de rayas y puño francés, una corbata purpura que contrastaba fuertemente y que, gracias al nudo Windsor, resultaba imponente, un traje Brioni de cachemir negro y botones cruzados.
Completé el atuendo con un reloj Jaeger-LeCoultre de cuero negro y una pluma Aurora. Para cerrar utilicé unos gemelos de oro blanco con las letras BM grabadas.

El espejo no reflejaba mi atuendo pero el ojo crítico de mi padrino me aseguró que estaba listo. Esperaba que estuviese en lo cierto pues esa noche debía impresionar a un todo un jardín de rosas.

Abandoné el pent-house y abordé el vehículo que me esperaba. El chófer conocía tanto el destino como mi fama de silencioso, por lo que pude aprovechar para contemplar la ciudad desde mi ventana.

Buenos Aires, tan llena de contrastes que me era difícil catalogarla. El trayecto hasta el Palacio Barolo se me antojó corto. Tendré que levantar un poco la vista de mis libros mientras esté aquí..

Bajé sin despedirme, consiente de que el vehículo esperaría toda la noche de ser necesario.
Utilizar la puerta trasera me hizo reír al recordar una expresión típica de mi país natal, pero al entrar fue patente la importancia del evento. Ya estaban en el lugar varías figuras prominentes de la escena inmortal. A muchos sólo les conocía por referencia, pero había tres a quienes podría nombrar: Antonelli, Franco y Facundo. Para mi fortuna dos estaban juntos.

Me acerqué a ellos con paso firme.
-Que la noche sea oscura y larga para ustedes, Señorita Antonelli, Don Franco. Ante ella incliné levemente la cabeza, a él le extendí la mano derecha.

Cargando editor
26/05/2016, 01:25
z/Antonelli

La llegada de David fue como un golpe para mí, oh Dios… yo debía estar ocupándome de los invitados, sonreí  a David a modo de Saludo.

Sonreí ante su saludo, dramático y estudiado a mi parecer, en cuanto él y franco terminaron de darse la mano hable.

-David, queridísimo,  que la noche lo sea también para ti –le di un beso en la mejilla con gesto sereno a modo de saludo y al separarme le sonreí- ¿te gusta la decoración? No puedo decir que sea mía, pero personalmente la adoro- espero a oír su respuesta y cabecear en aceptación antes de continuar-  me perdonaras que te deje tan pronto, pero debo saludar a los demás, te dejo en la inestimable compañía de nuestro buen amigo –sonreí a Franco- Franco querido, lo dejo en tus confiable manos, estoy segura de que se divertirán, por mi parte... debo recibir a los demás –antes de que pudieran oponerse, cualquiera de los dos, me retire en dirección a la puerta, debía saludar a los que llegaban.

Caminando en dirección a la puerta, encontré a Facundo Bahl, con quién no me unía ninguna relación, aunque sabía de su importancia, sospechando que esperaba a Juana, y que esta sin duda estaría deseosa de saludarlo, me le acerque de manera directa formando mi mejor sonrisa en el camino.

-Señor Bahl, buenas noches –le extendí, con gesto lánguido la mano, era joven por lo que yo sabía y no habíamos creado ningún lazo entre nosotros-  Bienvenido a la fiesta ¿le gusta la decoración? 

Cargando editor
26/05/2016, 02:13
Elizabeth Lamothe

Elizabeth había despertado hacía poco pero había dejado con precaución los atuendos seleccionados para el evento en su vestidor, así que solo fue cuestión de despertar y comenzar a prepararse. Claro, querría volver a sus investigaciones, a sus libros y a su capilla en vez de asistir a estos tediosos eventos de elite, pero Eusebiusz había sido claro al respecto.

Se alisto lo más pronto que pudo y manejó su propio automóvil hasta el estacionamiento que estaba a una cuadra, sobre Avenida de Mayo. La gente en la calle la miraba pasar pero a ella le importaban poco esas vanas apreciaciones mortales. Se detuvo un segundo antes de sacar su invitación de su pequeña cartera "Al mal paso darle prisa", pensó para sí misma. Rogó que Klement ya hubiera llegado, había estado tan recluida en sus investigaciones que no conocía a casi nadie.

El lugar estaba lujosamente decorado, claro. Odiaba esa tendencia del clan de la rosa a enrostrar el lujo y poder que ostentaban en la ciudad, ojalá se les acabara pronto. Estaban en un momento crucial para cambiar las cosas y este evento, en connivencia con la senescal, era un intento desesperado para aparentar normalidad en una situación anormal. Una ciudad acéfala... era de extrañar que nadie hubiera intentado arrebatar el poder todavía.

Miró en derredor y caminó entre los invitados sin mirar a nadie en especial, deteniéndose en las columnas de mármol y en los pequeños detalles ornamentales que hacían de este edificio una obra maestra.

Cargando editor
26/05/2016, 02:49
Dr. Franco Noble

Saludó a la Arpía de modo cortés, y se concentró en el vástago que acababa de llegar y le estrecho la mano. Elegante y refinado, David era de los mas interesantes en esa fiesta, alejado de la política y versado en las cosas que realmente importaban - Bienvenido David. Buena elección- dijo entre sonrisas, haciendo una ademán con la cabeza hacia su corbata, que parecía espejada sobre la de él, ambas púrpuras y resaltando en sus vestimentas, una sobre el blanco y la otra sobre el negro, en un contraste de luz y sombra que le pareció una broma del destino que lo invitaba a quedarse cerca de ese muchacho.

- No hace mucho que esto comenzó y de momento promete ser una reunión inolvidable. Si gusta puedo presentarle algunos personajes importantes del Eliseo, por ejemplo, la mujer que esta con Facundo es la Toreador que asiste directamente a la Senescal, tengo un presente para ella y es una inmejorable ocasión para que la conozca- le dijo invitándolo a que lo acompañe pero a paso lento, quería darle tiempo al Ventrue a que pudiese completar su conversación.

-He pensado en lo que me ha dicho sobre la maldición de Caín, y creo que usted esta en lo cierto, no tiene exactamente la naturaleza que yo le había expuesto, sin embargo...- continuó cruzando ideas con David mientras se acercaba lentamente a la guardiana del Eliseo.

Cargando editor
26/05/2016, 04:07
María Malena de Alvear y Ponce de León

La pequeña habitación era blanca. Sus paredes eran blancas, su techo y su piso eran blancos, la puerta era blanca. Ni un sonido entraba en ella. No había nada dentro, salvo un cuerpo cómodamente en el piso, sobre un almohadón... blanco. La piel de María parecía perderse en la sala. Si no era por su pelo negro y sus ojos claros, podría haber sido parte de la sala. Estuvo así, inmóvil, con la mirada clavada en la pared largo rato. Finalmente cerró los ojos, asintió y se paró. Tenía muchas cosas que hacer. Eligió un vestido menos formal de lo que había pensado y decidió llevar el pelo suelto. Su chófer la esperaba con el auto preparado, no quería llegar tarde. Todo el camino miró por la ventana observando las calles de BsAs, su BsAs, su ciudad. La calle Corrientes siempre despertaba una enorme nostalgia de aquellos brillantes años 40'donde la noche había sido el centro de la vida social porteña. Del Singapur al Chandecler para "rockearla" con D'arienzo, del Folies Bergère al Marabú para escuchar la zurda del Gordo Troilo, y luego algún pequeño "canapé" antes del sol. La orquesta de Miguel Caló con la voz de Raúl Berón sonada en el equipo del auto acompañando aquellos recuerdos. Al llegar al Palacio bajó sola. Su auto, y el que les seguía de cerca con un par de hombres armados se quedaron afuera, con ordenes de estar en estado de alerta total. Aquella noche podía ocurrir ocurrir cualquier cosa. Se acercó hasta la puerta de entrada, el jazz se hacía notar dando un aspecto totalmente acogedor. Mientras esperaba ser recibida se limitó a observar a los presentes. En algún momento arqueó sus cejas, un viejo gesto que le costaba sacarse. Todos parecían demasiado despreocupados, demasiado relajados. Se dejaban tocar entre ellos, se miraban a los ojos. Estaba preocupada. Se preguntó cuanto tiempo podría llegar a sobrevivir la Camarilla en BsAs si todos eran así de descuidados...