Partida Rol por web

Tu grupo de forajidos y tú os habeis estado moviendo mucho últimamente, desde el atraco al banco de Bisbee y asaltar a ese grupo de ricachones cerca de Hereford os habeis concentrado más bien en que os pierdan la pista.

Sin embargo por ese soplo sobre la diligencia con oro del gobierno, de ser cierto, bien vale la pena volver a acercaros a una población y la más cercana en la ruta de esa diligencia es Tombstone. Lo primero será concretar los detalles, claro. Cuando estéis bien informados, las afueras de la ciudad será un buen lugar donde preparar el golpe.

Tus muchachos están de buen humor: los tres mejicanos cantan y silban, el negro que liberaste en aquel rancho se mete con los dos indios, y la chica, aquella profesora que decidió dejar su asquerosa vida atrás, hace bromas continuamente. Tan solo el único blanco del grupo, aquel pelirrojo vagabundo exiliado, permanece en su silencio habitual. En general es gente en la que se puede confiar, tipos frios y algo toscos quizá, pero buenas personas al fin y al cabo.

El paisaje al ritmo de buenos caballos cambia constantemente y ya véis Tombstone en el horizonte, no muy lejos. Esta zona es la llanura despejada patria de los cowboys. Prefieres un terreno más húmedo pero aún sería peor más al Oeste, te dices, más allá está el desierto. Odias el desierto, aunque bien pensado... ¿quién no?

Danny sonreía. ¿Y por que no hacerlo? Era sin duda un buen día para vivir: el viento soplaba en su cara, el sol brillaba  a sus espaldas, sus  compañeros reían, cantaban y lo mejor de todo, si las cosas salían de acuerdo al plan y todos hacían su parte,  pronto podrían  llenar sus fardos con oro federal, "Dios salve a América" !Sí señor!

Al ver que se estaban acercando al pueblo Danny paró su caballo en seco e invitó a todos para que hicieran lo mismo. -Muy bien chicos, y chica -Agrega Danny tras una mirada intensa por parte de Jane- ya conocen el plan: Bill (el blanco), Jane (la mujer) y Buba (el negro)  se adelantarán y entrarán primero al pueblo fingiendo ser una pareja respetable de recién casados con su esclavo (perdona Buba, sabes que es solo por unas horas). Su trabajo es hacer todo lo que una pareja de blancos respetables puede hacer: alquilar una habitación en el hotel mas caro de la ciudad, ir al banco, etc. Jane, confió en tus instintos y poderes femeninos para que averigües sobre la diligencia.

Danny hace una pausa antes de seguir hablando y se fija en los "Tres Amigos" como llama a los mexicanos -Miguel, José  y Antonio entrarán al pueblo media hora después que el primer grupo. Su deber es ir al bar y compenetrarse con los lugareños a ver quién afloja la lengua en lo que a la diligencia respecta, pero tengan cuidado de no ser muy obvios -Y luego mirando fijamente a Miguel, el más serio y responsable de los tres, dice- Miguel más te vale que esos dos no se desmadren, nada de beber mucho y tampoco nada de peleas. Primero el trabajo y luego la diversión.

Y por ultimo -Dice Danny con la voz ronca de tanto hablar- Enola (un indio) y Gaho (otro indio) vendrán conmigo. Nosotros entraremos por el lado opuesto del pueblo sin hacer ruido y pasando desapercibidos. Buscaremos a nuestro contacto en los bajos fondos. -Ahora hablando para todos- Recuerden todos que deben ocultar sus armas antes de entrar al pueblo. Según he escuchado por ahí las autoridades no permiten que la gente porte armas publicamente. Faltan tres horas para el medio día; a la una nos vemos aquí mismo para preparar el golpe. Si mis contactos no me fallan, la diligencia ha de pasar alrededor de las 2 PM por esta misma ruta. En esa hora que nos queda antes del golpe intercambiaremos información y prepararemos el terreno. - Luego poniendo cara amitosa agrega- !Bueno, chicos y chica, no se queden ahí parados, a trabajar!

Ahá!

responde Jane escuetamente, con una gran sonrisa. Sin algún otro de los muchachos no estaría a salvo, aún no ha aprendido a cuidar de ella, sin embargo como parte del equipo es un miembro valioso. Es lista, tiene recursos y no pierde los nervios fácilmente.

Haciendo un gesto de despedida con el sombrero se aleja seguida de los dos silenciosos hombres.

Mmmm rezonga Antonio y si nos paran por las armas, ¿debemos entregar todas y quedarnos desarmados?

Los otros "amigos" asienten. La preocupación de los mexicanos es comprensible, dos de ellos tienen carabinas, difíciles de ocultar, y en este lado de la frontera los de su país levantan sospechas rápidamente.

Por otro lado, Antonio es el más violento de los tres compatriotas, no te extraña que con su facilidad para meterse en lios no quiera quedar desarmado.

Mmm -Dijo Danny mientras pensaba- Bueno la verdad es que no me gustaría dejarlos desarmados, son extranjeros en una tierra poco tolerante. "Tres Amigos" tienen tres opciones: 1)esconder sus armas antes de entrar al pueblo, 2)venir conmigo y quedarse en las afueras del pueblo esperando mi señal y 3) no venir en absoluto y quedarse aquí preparando el terreno para una buena emboscada sin ser vistos. Lo dejo en sus manos caballeros...

¡Recuerden que queremos robar la diligencia y desaparecer, no formar un escandalo para tener que vérnosla contra todo Sheriff, Ayudante, Bounty Hunters y Rangers posibles!

Caramba... está bien, mano contesta Antonio en nombre de los otros tras pensarlo un momento

se intentará pasar desapercibidos, y si nos paran creo que un revólver podremos colar.

Se encogen de hombros, mirando al sol para calcular cuándo salir mientras tú te concentras en otras cosas.

Echas un vistazo cegado por el sol de la mañana. Estás un poco desconcertado, todo el paisaje parece igual. La diligencia debe llegar de esa dirección, o tal vez de aquella, asi que...

Te das cuenta de que no hay muchas posibilidades en esta llanura tan despejada, tu mejor baza es alejarte lo suficiente de la ciudad para que el asalto pase desapercibido, pero primero tienes muchos detalles que averiguar.

Muy bien - Dice Danny, mientras mueve la cabeza en tono afirmativo- Vamos a averiguar todo lo posible sobre la  diligencia, pensándomelo mejor creo que no hay mucho terreno en donde preparar una emboscada, así que hay que interceptarla lejos del pueblo. ¡Chicos! -Dice el forajido para todos en general y para nadie en particular- ¡Hay que pasar desapercibidos! Mas vale que no se nos vaya la lengua...

Y sin decir más espolea a su corcel hacia el lado opuesto del pueblo, esperando que todo salga según el plan...

Los mexicanos se despiden agitando su sombrero mientras esperan su momento de entrar en la ciudad por la calle principal, según tus planes. Tú, acompañado de los dos indios, te diriges hacia el otro extremo de la población para entrar con toda la discreción posible.

Tratas de ocultar lo mejor posible tus armas y los dos apaches hacen lo mismo, bajo un poncho la pistolera con los revólveres es invisible, si no te revisan, pero el rifle es más difícil de ocultar. Atado al caballo, colocándole una manta encima y tapándolo todo lo que puedes con tus anchas ropas, el fusil no es visible a simple vista. Tendrás que conformarte con eso.

El lento paso de los caballos te acerca a Tombstone, cuando estás ya a pocas yardas te encuentras con un cartel de madera clavado en el suelo:

Ordenanza 41: los forasteros tienen prohibida la posesión de armas dentro de los límites de la ciudad. Entregar sus armas al Sheriff al entrar.

Varios agujeros de bala decoran el aviso, como sarcásticas firmas.

Dejas a tu montura seguir hacia la población, sus edificios están cada vez más cercanos y pronto empiezan a estar a tu alrededor. Entras lentamente por una calle ancha de tierra blanda con multitud de comercios en sus costados. El ritmo de tu caballo es lento, como de procesión, el avanzar de un forastero que aún no sabe a dónde va o qué busca en un pueblo nuevo. Por doquier ves gente normal, artesanos, herreros, pero también gente dura, vaqueros, pistoleros... no puedes ver nadie visiblemente armado, pero las apariencias pueden ser tan engañosas en los demás como en ti.

Los dos indios te acompañan siguiendo tu paso mientras soportan con imperturbable estoicidad las miradas poco amistosas. La nueva llegada ha atraido muchas atenciones, pero eso es normal.

Jane y los suyos estarán buscando el mejor hotel y dentro de poco ya estarán haciendo preguntas entre rancheros ricachones y pisaverdes*. Los tres amigos darán buena cuenta del Saloon; saben sacar información a cambio de bebida y tienen mucho aguante, cosa harto útil. Mientras, tú, decides cuál será tu primer paso en esta ciudad desconocida para ti.

El aspecto de Danny es el aspecto de un bastardo curtido por el sol y acostumbrado a la dura vida del Oeste. Ya no rie, ya no canta, ya no habla... Es hora de poner su "Poker Face" y comportarse como el matón que todos creen que es.

Estaba corriendo su riesgo al  no desprenderse de sus armas, pero por otro lado nadie le garantizaba que se las devolvieran al salir. Además, el "perro de la ley" local siempre podría reconocerlo...

Sin pensarlo dos veces Danny se dirige hacia su contacto, siempre alerta en caso de que un pisaverde con complejo de superioridad o un blanco frustado quieran desahogarse con alguno de ellos.

Os movéis tratando de orientaros y buscando referencias, hacia la peor parte de la ciudad, el lugar más probable donde podría estar aquel tipo del que te habló el mismo que te dio el soplo. Hacéis algunas preguntas cuando estáis seguros de no ir a meteros en problemas por ello. Enola y Gaho se encuentran con un indio que responde de buen grado, una simpática chica de Saloon, un borracho...

Reuniendo información aquí y allá os vais acercando a algo. Desde luego habeis sabido dar con la peor zona; las sórdidas pensiones y bares de mala muerte que flanquean esta calle estrecha y sucia son exactamente el ambiente en el que esperas encontrar tu contacto. Vas acercándote... y sin embargo has tardado más de lo debido y todavía no tienes ninguna pista directa. No creiste que pudiera ser tan difícil.

Al fin tienes la impresión de haber tenido un golpe de suerte, estás ante un bar cercano a la Oficina de Asuntos Indios, bastante frecuentado por pieles rojas y gente que no tiene prejuicios con los extranjeros. En la puerta del bar trabáis conversación con un par de indios Coyotes que parecen conocer la ciudad lo suficiente y aún más esta zona.

Te sorprendes cuando ninguno de los dos amigables informantes reconoce el nombre que le das, y tampoco la descripción.

Estás pensando en esto aún cuando oyes una voz poco amable a tu espalda.

¡Eh! amarillo, por qué no vuelves a tu lavandería. ¿Sabes lo que decimos aquí de un amarillo que se reúne con pieles rojas?

Un vaquero malcarado parece haberla tomado contigo, es raro que no te hubiera pasado antes. Parece desarmado.

Un puto dia de perros, eso es lo que es - Piensa para si mismo. ¿Qué diablos le estará pasando a mi informante? ¿Estará muerto?  ¿O puede que todo esto se trate de una maldita trampa?

¡Maldita sea!- Dice Danny entre dientes- ¡Hoy sí que no estoy de humor! -Escucha saco de excrementos, métete en lo que te importe, a no ser que quieras aparecer mañana en la crónica roja del Tombstone Epitaph...

Y sin pensarlo dos veces se dirige al bar frecuentado por pieles rojas, sin darle la espalda al vaquero, sin bajar la guardia.

Jajaja te vas a enterar, amarillo...

escuchas amenazar a tu espalda antes de desaparecer en el interior del bar. En todo caso el matón no parece querer entrar en ese local repleto de indios.

La sala es pequeña y está muy cargada. Una barra sirve las mismas bebidas que podrías encontrar en cualquier Saloon, y por la habitación hay pocas sillas y mesas. La mayoría de los clientes son indios o mestizos que permanecen de pie cerca de la barra o se sientan el suelo con las piernas cruzadas mientras hablan algunos de sus extraños idiomas.

Eres recibido con miradas frias pero tus compañeros parecen ser bienvenidos. Pronto un nativo se acerca a hablaros.

No deberías buscar problemas en esta ciudad, ni traerlos contigo, extranjero.

Te dice, dirigiéndose directamente a ti. Tras eso mira a tus compañeros aunque les habla en inglés, seguramente por respeto a ti.

¿Qué buscan aquí los hermanos forasteros?

Tras escuchar de boca de tus amigos el nombre y la descripción del contacto, el hombre contesta:

Lamento, pero no hay nadie con esa descripción aquí y el nombre no me es conocido.

¿Puedo ayudaros en algo más?

en esta última pregunta vuelve a dirigirse a ti.

El forajido le dirije una sonrisa escueta al apache. - Yo no busco problemas mi amigo, los problemas me encuentran a mi. Cómo quisiera vivir una vida tranquila, pero ya ve... -Luego se acerca lo bastante al tabernero para que solo él, Enola y  Gaho escuchen en un susurro lo que le va a decir a continuación-  Soy "Jin, el bandido amigo de los oprimidos", vivo para hacer de este un mundo más justo y en lo que el gobierno federal se empeña para calificar como "fechorias" yo he ayudado a varios "indigenas" como tú, que han sido desplazados de su tierra por el hombre blanco. Si no me crees pregúntale a mis compañeros, yo les salvé de ser ejecutados por un vaquero frustado, como el que acaba de amenazarme hace unos instantes. -Danny pronuncia cada palabra con cuidado,  midiendo su efecto en el tabernero- Puedes ayudarme si sabes algo de una diligencia federal que está por pasar cerca del pueblo. Si no sabes nada al respecto puedes ponerme en contacto con alguien que lo sepa, y si no sabes nada puedes ayudarme ayudándome a salir por la puerta de atrás. Creame que todo lo que nosotros hacemos tiene como objetivo ayudar al oprimido y agradeceria mucho su discreción...

Ves cómo el Coyote que te habló en principio traduce tus palabras al encargado del bar. Entre tú y tus compañeros se intercambian unas miradas de tensión en la espera, estás deseando solucionar ya este tema.

En el exterior se oyen unas palabras gritadas.

1Eh amarillo! ¡sal si eres un hombre!

la amenaza es coreada por unas risas e insultos. El vaquero parece tener amigos. Si están desarmados podrás quitártelos de encima a costa de montar un follón, cosa que es lo último que quieres.

Si están armados... estás en problemas.

Mientras, el intercambio de palabras en el idioma extraño termina y el que parece hacer de intérprete vuelve a hablarte.

El encargado dice que no sabe nada de una diligencia con oro que venga, de hecho, duda mucho que pueda ser cierto. Tombstone está aislada, prácticamente no llegan transportes desde el Este desde hace un mes y ninguno sale hacia el Oeste.

el indio confirma estas palabras con un asentimiento, tras eso sigue hablando:

tememos que no hay ninguna otra salida, este local está encajado entre tres edificios. Lo único que podemos ofrecerle es nuestro apoyo. No nos meteremos en lios, pero mientras esté aquí dentro no se atreverán a entrar.

Si lo hicieran lo lamentarían.

Las palabras no parecen un gran consuelo dada la situación pero es lógico que no estén dispuestos a hacer mucho más por unos extranjeros.

Danny y sus dos compañeros se miran nerviosamente entre sí, el apache pare tardar siglos en responder. Cuando por fín responde Danny deja escapar un largo suspiro. -Bien, noble amigo no esperaba otra cosa de usted...

A continuación se mueve sigilosamente y procurando no ser visto, en dirección a la ventana. La idea es calcular el número de adversarios y qué tan bien armados se ven.

-Piensa, piensa -Repite en voz baja, sus opciones se están acabando.

Echas un vistazo afuera por la única ventana que da a la calle donde los matones esperan. Desde luego Tombstone no es una ciudad amable con los extranjeros, convendrá recordarlo en el futuro. Eso es lo que te pasa por la cabeza mientras te asomas discretamente por el borde de la ventana, contando a los vaqueros rápidamente y evaluando el peligro de un vistazo.

Son cinco, suponiendo que no haya ninguno más oculto. El que inició el follón tiene un Colt en la mano sin molestarse siquiera en ocultarlo. Intuyes que al menos otros dos están armados, por la manera en que meten la mano entre los pliegues de su ropa.

Tus amigos apaches empiezan a ponerse nerviosos, para colmo habéis dejado tu rifle y la carabina de Gaho en los caballos, fuera.