Partida Rol por web

Tombstone: Dead Lands

Nirvana

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30/05/2010, 14:48
Director

Sujeto entre dos mundos, el espíritu de Danny Chang flotaba. No habría descanso ni reencarnación mientras su corazón no estuviera en paz. Las reglas del cosmos impiden que el odio se propague, se perpetúe de encarnación en encarnación. El alma de Danny no seguiría su curso. Aún no.

Se hallaba en nièpán. Nirvana, como lo llamaban los occidentales. Libre de sufrimientos, dolor y miedo. El siempre reflexivo budismo, incapaz de definir el Nirvana con palabras, lo delimitaba mediante lo que no era.

El Nirvana no es la existencia común a la que está sujeto el ser humano.

El Nirvana no está condicionado a nada o por nada.

Su estancia aquí se prolongaría hasta que hubiera saldado sus cuentas, pero los dioses siempre saben crear caminos bajo los pies mortales...

Veía calles sucias, como pantanos. Carros de caballos, vías públicas iluminadas por farolas de gas, negros y blancos paseando por las fangosas avenidas. Sabía dónde se encontraba: estaba en Nueva Orleans. Nadie parecía darse cuenta de su presencia, y su presencia no alteraba nada. Lo veía todo turbio y borroso, como si lo mirase a través de una lente sucia.

Lo referente a su propio cuerpo era más difícil de precisar. No necesitaba mirar a su cadera para saber que no tenía sus pistolas. Tampoco notaba el peso del sable a su cintura. No sentía el contacto de la empuñadura con su mano, y cuando fue a descansar su puño sobre la mango de la espada envainada, como solía hacer cuando estaba vivo, solo se encontró con su cinturón.

Ahí delante, sudoroso y acuclillado, estaba la razón de todo. Hudu Brown devolvió la mirada a Danny y se incorporó. No llevaba armas a la vista, y su expresión era la de un hombre asustado.

¿Qué hacía aquí? A menos que Brown también estuviera muerto, no era posible habérselo encontrado aquí. No. No está muerto. La mente de Chang funcionaba rápida y elástica, como su cuerpo. El bastardo de Hudu Brown, además de un chamán de vudú que visitaba a los espíritus, era un drogadicto. El láudano era su veneno favorito, y nadie habría sido capaz de decir a dónde le llevaban sus enfermas visiones. En alguna parte, el cuerpo de su padrastro estaría babeando y mirando al vacío, pero su alma - transportada en uno de sus "viajes" - estaba aquí y ahora. La Diosa Fortuna había besado a Danny, y escupido en la cara del cabrón de Hudu Brown.

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30/05/2010, 15:16
Hudu Brown

Dan, muchacho Danny odiaba cuando le llamaba así. Solo por esta vez, el haitiano parecía meloso, suplicante.

Me alegro de verte, hijo.

El ojo izquierdo estaba cerrado, como si lo hubiera perdido, pero el derecho estaba tan velado como de costumbre. Parecía ciego, circunstancia de la que el muy perro se había aprovechado infinidad de veces.

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30/05/2010, 15:20
Director

Notas de juego

Reglas para Nirvana.

-Todos los posts estarán íntegramente en cursiva, y el tiempo verbal será en pasado.
-Siempre que te dé pie a que postees, serás dueño de las acciones de Danny. Sin embargo, cualquiera de mis posts puede incluir tantas acciones de Danny como yo quiera, siendo tú un simple espectador de lo que hace el chino.
-Si mataras a Brown en este sitio, acabarías con su alma y por tanto el tipo la diñaría en la realidad. Por otro lado, si Brown (o cualquier otra cosa) te matase a ti aquí, tu cuerpo seguiría muerto y tu alma seguiría emperrada en saldar cuentas antes de irse, de forma que perderías esta oportunidad, pero Danny tiene todo el tiempo el mundo... Volverías a encontrar a tu padrastro cada vez que se drogase, que usase esos rituales suyos para contactar con los muertos y, en última instancia, cuando muriese. No tiene escapatoria.
-Eso es todo. Simplemente intenta amoldarte a mi forma de narrar y a mis descripciones sobre el estado de Chang.

PD: ¡¡y no uses citas!! XD

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30/05/2010, 20:23
Danny Chang Lee

Hudu Brown, Danny paladeó el odiado nombre como si de la más exótica de las frutas se tratara.

Su cerebro trabajaba a toda velocidad intentando calcular cómo, cuándo y de qué forma podría ajustarle las cuentas a aquel mal nacido. Sin embargo, aún no se encontraba bien aclimatado a su nuevo estado, por lo que decidió esperar y ver. Y, mientras tanto, dejar que el cabrón fuera hablando, a ver si le proporcionaba soga suficiente como para ahorcarlo.

¿En serio, Hudu? ¿Te alegras de verme? Menuda sorpresa.

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31/05/2010, 19:08
Hudu Brown

Hudu abrió la boca - mostrando su colmillo izquierdo anormalmente grande - pero no dijo nada. Le preocupaba no conocer cuánto sabía Danny, y se reflejaba en su cara el temor a despejar dudas.

Por supuesto, hijo. ¿Por qué no iba a alegrarme?

Lo que veía en la cara del chino, en todo caso, le decía que era tarde para fingir ignorancia. Danny lo sabía. Tal vez Chang se sintiera como un gato jugando con un ratón, pero Brown era suficientemente listo como para sentirse el ratón.

No sé qué te han dicho por ahí, pero he estado queriendo saber de ti. Saber que estabas bien. Si te han dicho otra cosa es mentira. Lo juro por tu anciana madre...

Cerró la boca de golpe, con un CLAP de sus dientes bien sonoro. Parecía arrepentirse de algo dicho. Sin duda había mencionado un tema espinoso, aunque no sería la primera vez. Si Hudu Brown había tenido alguna vez un punto debil, éste era su inmensa bocaza.

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31/05/2010, 19:36
Danny Chang Lee

¿Y qué mentiras me podrían haber dicho, Hudu? Tengo curiosidad por saberlo. La gente es tan mala...

Danny empezaba a sentirse a gusto en su piel (por etérea que fuera), y a disfrutar del inicio de su venganza que, como todo el mundo sabe, es plato que se saborea frío.

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02/06/2010, 14:02
Hudu Brown

Hudu Brown miraba con intensidad a través de su extraño ojo velado. Mantenía la inquieta vista siempre en movimiento y sudaba mucho, aunque era difícil de decir si por la presencia de Danny o por empatía hacia su cuerpo físico, que debía estar sufriendo los efectos de la droga. Miraba hacia todas partes, como buscando una salida, pero no demostró encontrarla, pues terminó por volver a afrontar la presencia de Chang y sus preguntas.

Me enteré de que te arrestaron en Tombstone, y de que te llevaban a Yuma... y no sé si el muy perro de Bill te ha dicho alguna patraña, pero no deberías creerle. Nunca te he deseado ningún mal, hijo. No he tenido nada que ver con eso.

Sus mentiras parecían osadas, incluso para él, y su negativa era una confesión demasiado obvia hasta para un bocazas como Brown. El viejo chamán de vudú no era tonto, pero precisamente por eso debía intuir que había poco que Danny no supiera ya. En su intento de dar explicaciones, a modo de huida hacia delante, el haitiano analizaba todas las reacciones de su hijo adoptivo.

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02/06/2010, 18:51
Danny Chang Lee

Danny mantenía una calma absoluta. Esta vez era él quien dominaba la situación, y Hudu estaba obviamente en desventaja. Siguió tejiendo cuidadosamente una telaraña en la que envolver a Hudu sin que este pudiera escapar.

¿Bill, Bill? ¡Ah, el bueno de Bill! Pobre chico, qué final más triste el que tuvo.

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06/06/2010, 01:19
Hudu Brown

Callaba como si sintiera que se le acababan las salidas. Danny sabía que, acorralado, el animal de Brown podía ser aún peligroso, especialmente si podía coger ventaja de algún truco sucio. Fijó su ojo blanquecino en las pupilas de Chang, como si le leyera la mente y confirmara que sí, que llegado el caso lucharía. Hudu respiró lentamente y siguió en silencio, como si le estuviera dando otra oportunidad al chino, más que tratar de evitar su destino. Lo inevitable de su destino comenzaba a envalentonarle, y Chang empezó a darse cuenta del peligro que suponía jugar con alguien como Brown en lugar de clavarle un puñal por la espalda.

Aun así, el temblor en su labio y el titubeo en la voz, cuando llegó, compensó con creces cualquier mala impresión.

Bill era un mal tipo. Lo conocí hace tiempo en Dodge City y luego me enteré de que estaba contigo. Seguro que tuvo lo que merecia.

Era agradable oir a Hudu, aún ahora, tratar de salir de la ratonera en la que se había metido.

¿Sabes una cosa? no me extrañaría que Bill hubiera dado el soplo por el que te detuvieron en Tombstone. Seguro que todo lo malo que te ha pasado ultimamente lo ha causado ese pelirrojo.

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06/06/2010, 20:37
Danny Chang Lee

Eso es lo que yo pensaba. Porque tú no me deseas ningún mal, ¿verdad?

Una amplia sonrisa llenó el rostro oriental de Danny. Parecía amable, incluso candorosa.

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08/06/2010, 03:06
Hudu Brown

La última frase de Chang, y esa sonrisa cargada de significado, acabaron por destemplarle. Hudu Brown resolló, aunque resultaba imposible decir si el sonido había sido una especie de risa o un rugido. Mantuvo el silencio una eternidad, al principio conservando su sonrisa apaciguadora, pero para cuando habló, su expresión ya había cambiado totalmente.

Está bien, chino. Yo dejaré de tomarte por tonto si tú dejas de jugar conmigo.

Levanta las palmas de las manos en actitud de ceder.

Yo contraté a Bill, aunque solo para que te vigilara.

Como si leyera los pensamientos del chino, quien acepta con muchas reservas sus palabras, añade:

Tampoco es que me haya creido nunca que ese pelirrojo pudiera contigo. Debía estar borracho para intentar medirse con su jefe.

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16/06/2010, 23:17
Danny Chang Lee

Pues qué curioso, comentó Danny; la idea que tenía Bill de la vigilancia era obsequiarme con un exceso de plomo, y dadas sus escasas luces, dudo bastante de que se le ocurriera por sí mismo. ¿Sabes lo que creo, Hudu? Que no las tenías todas contigo estando yo libre y relativamente famoso, y que te tomaste unas cuantas molestias para que ocupara una parcela permanente en la colina de las Botas, cortesía de nuestro ex-amigo Bill. Lástima que fallara estrepitosamente. ¿Y ahora, Hudu, qué se te va a ocurrir para quitarme de enmedio?

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19/06/2010, 04:02
Hudu Brown

Hudu analizó a Chang con su único ojo, como si le costara creer sus palabras. Finalmente habló, aunque su tono y su actitud no eran la que podría haber esperado el chino

No sabes nada, Danny, y no seré yo quién cambie eso.

Y, con un movimiento muy rápido para su complexión, el chamán de vudú se dio la vuelta y desapareció tras una esquina, de cuya existencia hace un segundo Danny no podía dar fe. El cobarde Brown huía; no parecía saber tan bien como Danny que no había lugar al que escapar ni sitio donde esconderse. Solo era cuestión de tiempo, pero Hudu demostraba querer jugar sus cartas hasta el final.

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12/07/2010, 18:45
Danny Chang Lee

 Sin perder la sonrisa, Danny echó a correr en pos de Hudu, a dondequiera que éste fuera.

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15/07/2010, 02:19
Director

Danny Chang estaba de buen humor, y se encontraba decidido a disfrutar la cacería. La carrera de Brown le había alegrado más que preocuparle. ¿Acaso habría sido divertido si se hubiera rendido tan fácilmente? Brown al final lucharía, y contra la espada y la pared el haitiano podía ser un rival a tener en cuenta, pero solo al final. Su estilo siempre había sido el mismo: mentir, manipular... y, si no funcionaba, huir y esconderse. Cogido en su escondite, entonces, solo entonces, el muy perro plantaría cara.

Por eso Danny se lanzó hacia su padastro y dobló la esquina con buen ánimo y tan rápido como pudo. A pesar de que ya empezaba a sentirse cómodo en su nueva existencia, lo que vio entonces le confundió durante unos segundos, pues se encontró con un paisaje distinto a todo lo que habría esperado. Tres paredes negras y sucias ante él y a sus lados, formando dos esquinas aun más negras, aun más sucias y de un ángulo bastante cerrado. A su espalda, sintió una puerta cerrarse. No, a decir verdad no la sintió cerrarse. No escuchó el CLIC de su cerradura, ni el giro de su gozne. Tampoco sintió la presión del aire al moverse el batiente ni percibió un cambio en la iluminación. Más que sentir una puerta cerrarse, sintió una puerta cerrada aparecer súbitamente a su espalda.

No le hizo falta darse la vuelta para imaginar los barrotes. De hecho, reconoció a la primera las celdas de Tomsbtone, de cuya hospitalidad ya había disfrutado. Las únicas fuentes de luz provenían de la pared del fondo, en la que había un ventanuco alto, de los barrotes a su espalda, cuya sombra se dibujaba en el suelo, y del incompleto muro de su derecha. Porque la pared de ese lado no estaba formada por ladrillos en toda su extensión. Más de la mitad del tabique de la derecha - la mitad más cercana a la puerta - estaba formada por gruesos barrotes metálicos. La celda en la que se hallaba de improviso confinado comunicaba con otra celda, adyacente.

A Danny no le preocupaba demasiado si este cambio de escenario había sido causado por el capricho de su variable nueva existencia, o si Brown había tenido algo que ver. Lo cierto es que no tenía ninguna prisa, y sabía que las paredes que sujetaban a Hudu eran más fuertes que las de ninguna prisión. La relativa falta de emociones de este limbo le hacía observar los cambios en torno y mantener la sonrisa. Anhelando el momento de dar con su padrastro, pero a la vez alegrándose de postergarlo un poco más.

Lamentaba que su preciado sable no estuviera con él ahora. En la transición de la muerte las armas parecían haber simplemente desaparecido. El bandido conservaba el resto de sus ropas y posesiones tal y como las recordaba, incluida su pistolera, todavía con la munición en ella, pero sin rastro de los revólveres.

Tales eran los pensamientos de Danny Chang cuando se dio cuenta de que no estaba completamente solo. La celda contigua estaba ocupada.

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15/07/2010, 03:00
Condenado

A través de las barras de acero que separaban una celda de otra, se podía ver la figura de un hombre vestido con una chaqueta negra, pantalones claros típicos de cowboy y sombrero de ala ancha. Aparte de su indumentaria y su complexión - algo desgarbada - poco más podía verse por ahora, pues el individuo estaba sentado en el banco de su habitáculo casi de espaldas a Danny. En sus manos sujetaba un bulto que, debido a la poca iluminación y a la pantalla que formaba su propio cuerpo, no podía vislumbrarse. El individuo no parecía haberse dado cuenta de la aparición de Chang, o bien no se había alterado por ella lo más mínimo. Si la discreta presencia de este prisionero había llegado a hacerse notar era porque desde su lado se oía un murmullo entonado.

Este hombre cantaba, a veces casi en susurros y a veces con voz algo más audible. Entonaba una canción cuya melodía resultaba conocida, pero cuya letra Danny no había oido nunca. ¿O era al revés? Lo cierto es que algo en su quijotesca figura, su voz melancólica o en la historia que narraba su canción, resultaba familiar al chino, pero no podía decir qué. La balada decía así:

I killed a man in Dallas,
And another in Cheyenne
But when I killed the man in Tombstone
I overplayed my hand.

I rode all night for Tucson
To rob the Robles Mine
And I left old Arizona
With a posse right behind.

I rode across the border
And there it did not fail
The men that was a-follerin' me
They soon did lose my trail;

They galloped back to Tucson
To get the Cavalry
While I stayed on Mexico
Enjoying liberty;

Ayi-ha, enjoyed my liberty
I promised mi Juanita
A pretty dress of blue
She said, "You'd go and get it".

So I went back to the border
Just to get that gal a dress
I killed a man in Guaymas
And two in Nogales;

But the posse was a-waitin'
To get me on the trail
Now in Tombstone I'm layin'
In the Cochise County jail.

They-re gonna hang me in the morning
A'fore this night is done
They're gonna hang me in the mornin'
And I'll never see the sun.

I want to warn you fellers
And tell you one by one
What makes a gallows rope to swing:
A woman and a gun.

 

El prisionero, nada más terminar su tonada - que había mantenido a Chang casi hipnotizado - giró la cabeza, mirando hacia atrás, y sus ojos azules se cruzaron con los de su vecino de calabozo. La sensación de familiaridad era aun más fuerte ahora en Danny, y sus instintos le prevenían, de alguna forma, contra este hombre. Lo cierto es que el sujeto miraba al mestizo como si también lo reconociera pero, en lugar de suspicacia, él mostró una sonrisa triste. Fuera lo que fuera lo que mantenía entre las manos, seguía oculto tras su cuerpo.

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15/07/2010, 03:42
Director

Notas de juego

La balada del condenado:

Maté un hombre en Dallas,
Y otro en Cheyenne
Pero cuando maté a aquél en Tombstone
Fui demasiado lejos
 

Cabalgué toda la noche hasta Tucson
Para robar la Mina Robles
Y dejé el viejo Arizona
Con una patrulla tras de mi
 

Cabalgué más allá de la frontera
Y eso no me falló
Los hombres que me seguían
Pronto perdieron mi pista;

 

Corrieron de vuelta a Tucson
Para llamar a la Caballería
Mientras yo me quedaba en Mexico
Disfrutando la libertad;
 

Yihaa! Disfruté mi libertad
Prometí a mi Juanita
Un bonito vestido azul
Ella dijo, “Vé y cómpramelo”.
 

Así que regresé a la frontera
Solo para conseguirle a mi chica un vestido
Maté un hombre en Guaymas
Y dos en Nogales;
 

Pero la patrulla me esperaba
En el camino apostada
Y en Tombstone estoy tumbado
En la carcel del condado;
 

Me colgarán por la mañana
Antes de que termine la noche
Me colgarán por la mañana
Ya no veré más el sol.
 

Por eso quiero advertiros,
A todos y cada uno,
La soga de la horca la mueven,
Un arma y una mujer.

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05/08/2010, 18:59
Danny Chang Lee

Danny escuchó la canción de su extraño compañero de celda, todavía sin comprender por qué aquellas tristes tonadas le atraían tanto. Lo cierto es que mientras que esa melodía duró, Danny se sintió como dormido, mecido como si fuese un bebé entre aquellas letras, como si le trajesen retazos de una vida pasada que, aunque acabada tan pronto, parecía tan lejana.

Estaba bastante asombrado del extraño lugar donde se encontraba. Hacía un momento buscaba a Hudu, a aquel maldito drogadicto, y ahora se encontraba en esa vieja prisión, quizá esperando que en cualquier momento Jane apareciese por las rendijas de su celda a hablarle sobre las malas y buenas nuevas del mundo exterior.

La verdad es que estaba tan distraído entre la canción y sus propios pensamientos, que cuando observó a su compañero, quien le devolvía la mirada, su mano se dirigió con bastante pereza hacia su sombrero; y cuando al fin lo tocó, saludando al otro, una sonrisa igual o más triste se dibujó en su rostro.

Aunque la intriga era bastante grande, se conformó con negarse el lujo de preguntarle a su compañero acerca del paquete que cargaba entre sus manos, sin saber muy bien si estaba preparado para observar lo que había allí escondido. Quizá la paranoia abrazaba con fuerza lo poco que quedaba de alma o que estuviera loco, pero prefería no saber; y si tenía que saber algo sería la forma en que podía escapar de allí y terminar de saldar sus cuentas con su "querido" padrastro.

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06/08/2010, 01:01
Condenado

Los ojos azules del prisionero siguieron fijos en Danny, y con su mano izquierda se rascó la incipiente barba de tres días mientras la mano derecha permanecía quieta. Aún daba casi la espalda a Chang, y le miraba, por encima de su propio hombro, con la cabeza girada hacia él. Por eso, lo que sea que tuviera en el regazo seguía tapado.

El hombre bajó la mirada, aunque los que más bajaron fueron sus párpados, dando la impresión de que meditaba o soñaba despierto.

I promised mi Juanita
A pretty dress of blue

...

Siguió cantando en voz baja la repetición de la quinta estrofa, y luego continuó con la sexta, aunque para cuando estaba en la mitad ya tarareaba a medias. Al concluir el primer verso de la séptima estrofa  - But the posse was a-waitin'... - la mente de Danny Chang ya no seguía la canción, pues había recordado de qué le era tan familiar este tipo.

Le prometí a mi Juanita... la frase le volvió a la cabeza una y otra vez, con la sensación de déjà vu más concreta que nunca había sentido. La letra de la canción se mezcló con sus propios pensamientos. Jane susurrándole noticias a través de la ventana... solo que Jane no haría tal cosa. Juanita, así le llamaba su antiguo novio. El tipo con el que casi llegó a casarse en una inmunda capilla al otro lado del Rio Grande. Solo que Jane ya conocía demasiado bien al individuo por aquél entonces: tal vez nunca llegara a pegarle, pero era un asesino, un bruto y un indeseable. La valiente Juanita, antes profesora de escuela, se había enamorado de un coyote, al que el romanticismo le duró solo lo que el botín que había ganado el día que la embaucó. Con un hombre así era difícil discutir, pero la astuta Juanita había conseguido deshacerse de él. Había conseguido huir al norte y empezar una nueva vida. Incluso había conocido a Danny Chang, y había creido que su propia canción tendría final feliz, sin preocuparse de la balada del condenado. 

Solo que ahora, sus dos hombres estaban encerrados en la misma carcel. Unidos y a la vez separados por los mismos barrotes que les separaban del resto del mundo. Con la sensación de estar vivos pero, en cambio, tan muertos - uno y otro - como un inquilino de Boot Hills*. Triste historia, pensó Danny, y también la del condenado a muerte. Ahora podía entender que la balada del condenado sonara tan triste, y que el odio estuviera enterrado muy muy profundo en sus ojos, destinado ya solamente a la mujer que amaba.

Al retornar el prisionero a la mente de Chang, se dio cuenta de que aún le estaba mirando. Y de que él le devolvía la mirada.

Buenas, compañero. Tal parece que la Horca se acerca a mi cuello. Estoy tan muerto ya que he empezado a ver fantasmas.

Notas de juego

*La Colina de las Botas: el cementerio de Tombstone.

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06/08/2010, 20:13
Danny Chang Lee

Danny le devolvió la mirada al hombre, y cuando éste terminó de hablar una sonrisa picaresca se le dibujo en el rostro a Chang. ¿Él? ¿Fantasma? La sola palabra, y más aplicada a él, le sonaba algo rara a sus oídos; y sí, ciertamente, quisiéralo o no, él, Danny Chang, era un fantasma.

Pues, compañero, ¿quién sabe si soy el fantasma que le salvará el pellejo? - y una risa triste salió de los labios del chino. - Dios sabe que a cada uno de nosotros la Horca nos tocará tarde o temprano; incluso, yo, un fantasma, la he sentido a veces.

Quizá Danny se estaba burlando del destino del pobre hombre, pero realmente estaba tan confundido que no sabía que decir. Es su mente todavía bullían las revelaciones vividas hacia segundos, y para él flotaba en el aire la cuestión de que si aquel "mundo extraño" en el que sus pies se posaban - si eso se podía llamar posar - en ese momento todo lo que le apareciera, por muy raro que pareciera, estaba conectado con él.

Primero Hudu y ahora Jane...

Pensar en Jane hizo que su corazón, o lo que quedaba de él, diera un vuelco. Su querida Jane, ¿volvería a verla? ¿Tendría la oportunidad de redimirse, de estar cerca de ella aunque fuese por última vez? ¿O sería él también, como aquel condenado, una voz pregonera de la triste historia del condenado?

La vida es algo loca - dijo, frunciendo el ceño, como si tuviera que resolver un problema de matemática demasiado complicado.