Partida Rol por web

Así, los tres pintorescos extranjeros comenzaron su caminata de vuelta al pueblo de Liwold.

Tal y como predijo Kain, los pueblerinos no despegaron los ojos de los 3 visitantes, principalmente de Kain, el cual era observado con una mezcla de desprecio y miedo.

- El barón volvió a contratar aventureros? - Pudieron escuchar de un pescador que hablaba con su mujer mientras caminaban. - Esos tipos nos van a traer problemas... -

Por fin, luego de algunos minutos de caminata, el trío llegó a la modesta posada en la cual se hospedaba Agnis. Cuando la cleriga llegó al pueblo, su primera idea era hospedarse en em minusculo templo de Marah que allí existía, pero el templo era demasiado pequeño y sólo servía como parroquia para los campesinos ddl pueblo.

Acercándose de la posada "Canción Serena", el trío no pudo dejar de observar a un grupo... Bizarro delante de una tienda de libros muy vieja, consteuida justo al otro lado de la calle.

El grupo era compuesto por un hombre de vestiduras negras y capucha que escondía todo su rostro, un apuesto y pulido joven de origen seguramente noble por las ropas que llevaba puestas, y un individuo de manto blanco y mascara que cubría sus ojos, el cual Elias estuvo casi seguro de que era un ángel, aunque tuviera una apariencia un tanto extraña.

Mire por un momento alrededor mío viendo el antiquísimo edificio que se plantaba ante nosotros, mientras que al otro lado había una posada llamada la Canción Serena.

—Bueno mi buen amigo, espero que esto sea la tienda que buscáis, especialmente tras nuestra pequeña odisea— Sonrió galantemente mientras  miraba hacia el hombre al que había ayudado a encontrar la tienda y tras un momento mire hacia la posada pensando si me lavarían la ropa y de paso me darían una buena habitación donde dormir esta noche hasta que encuentre otro objeto para mi pasión.

Me mantuve apartado del grupo dejando que los demás se relacionaran con los lugareños. Cuanto menos contacto tuviera con ellos, mejor, pero tenía que enterarme de los motivos del tal Jabamiah sobre los demonios.

La demonología en concreto era una de las ramas de mi especialidad que me atraía más. El hecho de levantar cadáveres estaba bien, pero un buen siervo demonio, eso ya eran palabras mayores.

Jabamiah entró en la biblioteca rápidamente mientras Threkor y Asmodeus quedaban para tras. En ese momento, ambos pudieron ver como un extraño grupo llegaba, desde el otro extremo de la calle, caminando en dirección de la posada.

El grupo era compuesto por una joven de cabellos blancos y ropas levísimas, un sucio, úmido y lastimado pirata, y un joven de ropas elegantes, cabellos negros y porte noble, casi mas noble que el del mismísimo Asmodeus. Seguramente, debían formar parte de algún grupo de aventureros a servicio del barón.

Nuestra busqueda ha dado sus frutos,damos con una tienda que destila ocultismo y demas cosas extranas.Esta debe ser la famosa tienda que he estado buscando.

Hablo con un tono de voz alegre.

-Buenos companeros, ese debe ser la tienda que he estadp buscando,entremos pues.

Entro a la tienda, con alegria.ya que podre terminar mi investigacion muy rapido.

-Buenos dias señor,me han dicho que esta tienda conocen algo del demonio "Samael" quisiera saber todo sobre ese demonio,incluso como invocarlo,Gracias.

Entré en la tienda detrás de Jabamiah y ya le estaba preguntando al tendero por el demonio que estaba buscando.

No se anda con rodeos. Habla abiertamente de invocar demonios. Un tanto imprudente.

A pesar de todo, esperaba impaciente las respuestas del tendero. Aquello era muy interesante. Mientras escuchaba la conversación, miré por la tienda para ver qué cosas tenía. Quizás pudiera llegar a interesarme algo.

Samael. Interesante saber el nombre de un demonio. Lo memorizaré. Tal vez pueda encontrar algo de información adicional en algún otro sitio. No me olvido de Vectoria, pero aquello de momento me interesaba más. Además, creo que tengo tiempo para ver pasar Vectoria. No pasará nada por unas horas.

Mire con curiosidad al grupo que se nos acercaba mientras el extraño que yo  había ayudado hacia su tienda esperando que el demonio que buscase no fuese yo y este entraba e seguramente estaba en su paraíso buscando cosas, mientras tanto empecé a observar de forma sutil, intentando que no noten demasiado mi mirada hacia ellos, pero mi ojo se fijó predominantemente  en dos personas, en el hombre de buena vestimenta que parecía un emisario del barón y la joven elfa que estaba siguiéndoles y cuando conseguí que me miraran les dedique una elegante reverencia.

En el interior de la biblioteca, entre dos estanterias llenas de libros y pergaminos polvorientos, un viejo se encontraba sentado, detrás de una mesa de roble. El anciano lanzó una mirada enigmática hacia Jabamiah, entonces se levantó en silencio, sacó uno de los libros en una de las estanterías, lo abrió y miró fijamente hacia Threkor. - Samael es el líder del infierno y señor de los demonios. La Tormenta misma obedece a sus ordenes. Para invocarlo es esperar hasta el anochecer y decir "Samael, ven a mi" delante de un espejo y en un círculo con siete velas. Entonces, Samael vendrá a tu encuentro.

Oh que felicidad, esta era ¡realmente la tienda que yo queria encontrar! El extasis de tener esta informacion es grande.

-Muchas gracias ser, bueno ya tengo la informacion que queria, vamonos therko a menos que quieras ver algun libro.

Una vez afuera nosotros,reuno al grupo nuestro.

-Buenos compañeros gracias por vuestra ayuda inestimable.

Le hago una inclinacion digna de todo un buen aristocrata.
Con la esperanza que el joven amadeus note esa etiqueta mia.

Sonrio,mis palabras salen con tranquilidad con una pisca de emocion.

-Si quereis acompañarme en la invocacion de "Samael" Podeis hacerlo.No estaria mal, para mi reunir informacion de mas y Sir Amadeus ahora creo que puedes decirme cuales son tus origenes, quizas me seas de inspiracion para un libro, asi como vos therko

Mire con asombro al extraño y note con gran extrañeza que este estaba confundiendo nuestros nombres desde el principio y especialmente llamando Amadeus que era el nombre de unos de mis hermanos, pero intente que eso no se mostrara demasiado en mi cara.

-Invocación de demonios ¿eh?. No cree buen caballero que eso es un poco demasiado la invocación de uno? O usted es muy ambicioso con sus libros o yo creo que esa información no es para su libro-

Le mire intentando expresar esas palabras de una forma muy gentil sin tener tono de ofensa o malestar en ellas por la situación que se presentaba.

Me quedé en el interior de la librería cuando Jabamiah salió con la información que al parecer había venido a buscar. No parecía muy complicado invocar a un demonio, pero tenía más preguntas que hacer al librero

¿Eso es todo lo que dice? ¿Cómo se puede controlar un demonio invocado? ¿Cómo puedo saber el poder de ese demonio antes de invocarlo? Creo que mi amigo se ha ido sin mucha información importante.

No me preocupe mucho por el variopinto grupo con el que nos cruzamos, de hecho solo me di cuenta de su existencia cuando note la mirada de alguna especie de "noble" con pinta de galán, le lancé una mirada asesina y volví la vista al frente.

-Canción serena es un buen nombre, estoy deseando poder conseguir algo de dinero para poder probar la cerveza de este lugar. Seguro que esta deliciosa. Esperad un momento creo poder caminar solo.

Me aparté un poco de mis dos acompañantes y empecé a andar hacía la posada por mi cuenta, aún me dolía pero no podía mostrar debilidad, eso me habían enseñado un lobo de mar por muy herido que este siempre muestra los colmillos.

Necesitaba un momento a solas para pensar en lo que me había pasado, para asimilarlo... para llegar a la conclusión de que mi vida ha dado un giro total, lo he perdido todo y me toca empezar de nuevo.

El anciano se sienta en su mesa, deja el libro en ella y rebusca en sus paginas lentamente. Desde el ángulo donde se encuentra Threkor, no puede ver muy bien que dice el libro. - El lider de los demonios no puede ser controlado, mi joven, pero si haces un pacto con uno, puedes obtener su ayuda. Pienso que con solo decir que Samael es el rei de los demonios basta para que sepas su nível de poder. - El anciano cierra su libro, levantando una considerable cantidad de polvo.

Hacer un pacto con un demonio no era algo que me apeteciera en ese momento, y menos con uno al que no se podía controlar. No sabía cuáles serían las intenciones de Jabamiah, pero Vectoria me esperaba así que decidí salir de la tienda.

Antes de salir, n o perdía nada en preguntar.

¿Tiene algún compendio sobre nigromancia?

El interior cálido de la posada cubrió Kain mientras este adentraba el edificio. Era un calor bienvenido, ya que la temperatura corporal de Kain se encontraba muy baja, y para agravar la situación, faltaban pocos días para que llegara el Dia de Tenebra, y por consiguiente, el invierno.

A cada paso que daba, Kain recordaba mas detalles sobre que había ocurrido la noche anterior. Las nubes rojas que aparecieron de la nada, los rayos sangrientos que cruzaban el cielo, la lluvia de sangre que deterioró el casco del barco y despellejó la piel de varios marineros. Por último, los demonios insectoides, brotando de todas partes. Insectoides volaban por el cielo, llegaban por debajo de las aguas turbias, incluso salían de dentro de las cabinas del barco, como si siempre estuvieran allí.

Los marineros no tuvieron oportunidad para defenderse, fueron masacrados por los demonios. Incluso las aguas del mar, que desde siempre fueron fieles compañeras de Kain, se convirtieron en sangre oleoso y pegajoso. Si no fuera por el capitán del barco, Kain estaría muerto. Aun así, al caer en las aguas agitadas, Kain pudo sentir como su mente empezaba a agrietarse, y como la tormenta también entraba allí.

De repente, Kain se sintió observado, vigilado ¿Podrían los demonios de la Tormenta mezclarse entre los humanos? En la posada habían pocas personas desayunando. Un hombre con largos bigotes comiendo un pedazo de pescado, un joven de cabellos dorados y ojos de colores diferentes, charlando con una mujer obesa, de un ojo rojo y otro verde.

Todos ellos lo estaban mirando fijamente.

- Lo siento, pero no. - Dijo en voz baja. Entonces, el anciano tosió un poco, limpiando su garganta. - No señor, no tengo ningún libro sobre nigromancia. Lo siento mucho. A lo mejor, puede encontrar algo en Vectoria, hay de todo en aquella ciudad. Dicen que va a estar sobre Pradera Verde mañana.

De acuerdo. ¿A cuanta distancia esta Pradera Verde? Tengo interés en visitar Vectoria.

Me parece que es la conversación más larga que había tenido con alguien en mucho tiempo.