Partida Rol por web

¡Maldita sea! Que el rival cambiara de pokemon no entraba dentro de los planes de Zimmer. ¿¡Que podía hacer contra un psiquico!? Eso era peligroso, eso aumentaba sus nervios de nuevo, apretó los puños al ver ese pokemon de Lilly.-Mud, no te dejes asustar... ¡aprovecha el temporal!-No había dado orden exacta de ningún ataque, pero su pokemon lo entendió perfectamente, Ventísca. El pokemon utilizo enseguida el ataque de tipo hielo, haciendo que el granizo le ayudara moviendo de forma brusca este con una fuerte tormenta helada, Zimmer sabía que eso seria menos efectivo que simplemente golpear con un golpe de agua, pero tenia una corazonada, sabia que podía paralizarlo

Un cambio de pokémon se produjo de nuevo. Lilly tenía la intención de usar la misma estrategia de Zimmer dejando a su rival sorprendido.

Lilly escogió un precioso Espeon, la evolución de tipo psíquico del eevee que se regaló a todos los participantes en el anterior torneo. Ahora teníamos allí delante a Solaris un poderoso pokémon contra el que Marshtomp tendría que lidiar.

Sin lugar a dudas, la experiencia que habían acumulado Zimmer y su pokémon inicial durante el largo recorrido hasta aquí haría que Lilly le costase ganar aquel combate. Así que decidió aprovechar el terrible granizo que estaba cayendo y lanzar una poderosa ventisca contra Espeon.

El pokémon ágil se movió de un lugar a otro con la esperanza de esquivar el ataque, pero aquel movimiento invadía todo el campo de batalla y dejaba a Espeon gravemente helado. Si Lilly no tenía cuidado, Solaris se podría ver gravemente dañado por el frío y quedar a la merced de Zimmer.

Lilly se mordió el labio de la frustración, estaba contra la espada y la pared, tenía que remontar ahora, o sería demasiado tarde. Además de soportar aquel granizo, aguantó la embestida de una poderosa ventisca. Aunque de momento espeon parecía resistirlo con determinación.  Hora de pasar a la ofensiva.

-Solaris. - Dijo llamando a su pokémon. Aunque no necesitaban de comunicaciones verbales, miró a su espeon intensamente, mientras apretaba con las manos la bufanda que rodeaba su cuello por la tensión acumulada. -Desata tu potencial, ¡psíquico! - Exclamó con cierta fiereza, tenía que ponerse las pilas. Aguanta pequeña, por favor... Se que puedes Solaris.

Casi sin esperar a que su entrenadora dejara de hablar, guiada por sus pensamientos espeon comenzó a cargar el ataque en su esfera roja.

No había suerte, no había logrado congelar al pokémon y el daño que había hecho tampoco era muy elevado, ¿valía la pena seguir intentándolo? Era arriesgado, pero poco mas podía intentar, quería confiar en que su primer pokémon llevaría la situación y el único modo que existía era ese.-¡No te rindas Mud!-Gritó dando fuertes ánimos a su pokémo-Continua así, ¡Ventisca!-Y el pokémon agua reaccionó, por desgracia mucho mas lento que ese Espeon.

Espeon actuó nada más entrar en el campo de batalla, y aunque el frío del estadio dañaba al pokémon esto no le evitó crear una poderosa energía psíquica en forma de bola roja que fue a parar al pokémon de Zimmer haciéndole un grave daño.

El pokémon de Zimmer empezaba a encontrarse gravemente herido, y aunque sus piernas flaqueaban todavía continuaba en pie, hacía todo lo imposible por lograr vencer a Espeon y así ayudar a su entrenador a pasar de ronda. De nuevo volvió a crear una poderosa ventisca, pero Espeon esquivaba los afilados copos de nieve y el poderoso vendaval, además de que la energía calorífica que tenía en su interior le hacía no caer congelado, estaba aguantando el tipo y sobreviviendo a las terribles embestidas de Marshtomp.

Aquel encuentro estaba siendo digno de la primera ronda, ambos entrenadores estaban dándolo todo y quedaba claro que estaba deseando puntuar para poder acceder a la segunda fase del torneo. Ni Zimmer ni Lilly se rendirían tan fácilmente y usarían todas las armas que disponían para acabar con su rival.

Sólo podía hacer una cosa, el temporal no era nada bueno para nosotras había que aguantar lo máximo posible y acabar pronto. Lilly gritó la orden casi nada más su pokémon recibía el embiste del rival.

-¡No te dentengas golpea con psíquico una vez más, tú puedes Solaris! - Tenía al menos que poder tumbar uno al menos, no podía rendirse ahora. Aguanta pequeña, confío en tí...

-¡No!-Exclamo de forma casi involuntaria el entrenador, al ver recibir a su pokemon el siguiente ataque, estaba muy dañado, no tanto como el Espeon, pero no creía que le fuera a dar tiempo a atacar, de todos modos Zimmer no se rindió, aprentando los puños con fuerza grito la ultima orden a su Mud.-Un ultimo intento, ¡ya casi lo tienes!-Gritó antes de que su pokémon recibiera el siguiente golpe.

Los ojos de Marshtomp brillaban con una intensidad azul tan grande como el océano, toda su furia se había desatado tras recibir el último impacto de Espeon, pero toda aquella energía se vio consumida tras el impacto psíquico que recibió de nuevo.

La energía del pokémon que tanto había ayudado a Zimmer a lo largo de todo su recorrido como entrenador pokémon llegaba a su fin. Mud, el gran Marshtomp de Zimmer caía al suelo gravemente derrotado por el poder mental del recién adquirido pokémon de Lilly. Sin duda el intenso entrenamiento que le había dado durante estos últimos días le había convertido en un pokémon muy fuerte.

Ahora Zimmer debía escoger un nuevo pokémon, tal vez recurrir a su rápido Frosslass o por el contrario escoger a uno de los miembros de su equipo que aún no había sacado.

-Gracias por todo Mud, muy bien hecho.-Dijo el entrenador mientras alzaba su pokeball para hacer volver a su pokémon, no quería verlo sufrir durante mas tiempo y debía centrarse en el resto del combate, no quería dejar que el esfuerzo de su pokémon fuera en vano. 

Su corazón se acelero, ¿que hacer ahora? Si no jugaba bien sus cartas ese Quilava podía llevarse por delante a dos pokémon, si Frosslas entraba a combatir podría vencer a Espeon, pero no podía hacer nada con Quilava, y si en cambió sacaba otro pokémon que pudiera contra Quilava lo pasaría peor con Espeon, tras mucho pensarlo terminó decidiendo que sacaría a Frosslas, se arriesgaría a confiar en su velocidad y a el granizo que les rodeaba.

La mano de Zimmer se puso sobre su pokeball, lánzandola al campo instantáneamente.-Freez, termina con esto, ¡Ventisca!-Ordenó mientras aún lanzaba la pokeball, confiando en que la velocidad del pokemon fuera maxima

Con un duro esfuerzo, sobreponiéndonos a un cambio de pokémon, habíamos logrado derrotar al menos uno de los pokémon del rival. Quería saltar de alegría pero el estado de espeon me lo impide, estaba claramente agotada. Y ahora teníamos que lidiar con ese temido froslass.

-¡Espeon buen trabajo, ahora concentra un Bola sombra! ¡Adelante! - Dijo, pues no había tiempo que perder, el tiempo no ayudaba y estabamos contra las cuerdas si no actuábamos con rapidez.

Zimmer recogió a su Marshtomp debilitado y tras sopesarlo un rato decidió volver a sacar al terreno de juego a su Frosslass. El pokémon fantasma hielo no dudó un instante en actuar y su velocidad hizo que usara el medio en el que se encontraban a su favor convocando una potente y poderosa tormenta de hielo que recayó sobre el Espeon de Lilly dejándolo gravemente herido y fuera de combate.

Ahora era Frosslass el ganador y Espeon estaba debilitado.

A Lilly solo le quedaba ya Quilava, había perdido en primer lugar a su Sealeo y por último a su Espeon. Esta vez tendría ventaja Lilly, pero eso no le garantizaba, ni en lo más mínimo que tuviera ganado el combate y mucho menos la ronda. 

Ninguno de los dos entrenadores tenía el combate garantizado, ambos tenían que esforzarse al máximo si querían hacer el mayor número de puntos en aquella ronda. 

-¡Solaris! - Gritó al tiempo que echaba a correr para recoger en brazos a su espeon. -Has estado magnífica ahí fuera, gracias. - Dijo su entrenadora mientras acariciaba la cabeza de su pokémon y lo guardaba en su ball. Aquella ronda no había salido muy bien, pero un traspiés lo tiene cualquiera, y ya sabía encajar las derrotas, te aportan experiencia y madurez.

-Muy bien Pyro, demóslo todo. ¡Nitrocarga! - ordenó mientras lanzaba la ball que contenía a su quilava y este se preparaba para actuar calentando su cuerpo con sus llamas a pesar del temporal.

Ya poco podía hacer, tenia que confiar en que Froslass aguantara esquivando a el pokemon de fuego rival y poder vencer poco a poco. Zimmer suspiro tranquilizandose mientras cerraba fuertemente los puños, no le gustaba nada ese Quilava, y mucho menos la estrategia que parecía tener utilizando las nitrocargas.

-Freez! ¡Bola sombra!-Dijo esperando que su pokémon reduciera las defensas del rival, con eso podría ganar una ligera ventaja, aunque la desventaja de tipo fuera demasiado.

Lilly recogió a su Espeon e introdujo en el campo de batalla a su último pokémon, su fiel Piros que tantas alegrías le había dado. El pokémon comenzó a agitar sus patas creando un pequeño temblor y generando fuego de ellas, entonces salió directamente contra Frosslas para golpearle con ellas.

Toda la energía calorífica que había acumulado golpeó al pokémon de hielo haciéndole un gran daño, aunque no el suficiente para derrotarle. Quilava ahora era un pokémon muy rápido que se movía a gran velocidad por el estadio de un lado a otro sin parar. Pero esa velocidad no detuvo al pokémon y también rápido fantasma y generando una bola de oscuridad de entre sus manos logró impactar a Piros y también dejarle gravemente inconsciente.

Lilly se estaba viendo en graves aprietos para poder ganar aquel combate, el novato de Zimmer estaba con una clara ventaja sobre su rival, aunque quizá no fuera la suficiente como para ganar aquel encuentro. Sin duda el combate aún no había terminado, y cualquiera todavía podía ser el vencedor. Las cartas aún no estaban encima de la mesa. El combate aún no estaba decidido.

Contra la espada y la pared, estabamos muy cerca de perder la ronda. Lo sabíamos, pero no pensábamos rendirnos, Pyro y yo hemos dado el ciento por cien siempre, y esta vez no iba a ser distinta. Sólo necesitamos un golpe de suerte...

-¡Muy bien Pyro, ahora usa Humareda! - Exclamé tras el impacto del bola sombra del rival, nos quedaba poco tiempo y muy poco margen para actuar.

¡No! Había fallado, su Frosslas había recibido el golpe y el no había sido capaz de bajar las defensas del enemigo, aunque si de causarle graves daños. Dudaba mucho que Freez pudiera aguantar un solo golpe más, pero tenia que intentarlo, tenia que confiar en su pokémon.-No te rindas, sigue ¡intentandolo!.-Gritó apretando los puños con fuerza, estaba cerca de ganar, pero quería hacerlo con su Freez y no con otro pokémon.

Quilava volvió a agitar sus pies pero esta vez levantó una gran cantidad de ascuas por todo el campo de batalla. La nieve del granizo parecía derretirse cuando entraba en contacto con la temperatura que empezaba a aumentar por unos instantes en el estadio. Una poderosa humareda se generó debido al contacto de la nieve con las ascuas y la temperatura era tal que Froslass se vio incapaz de soportarla y notó como se iba derritiendo lentamente hasta quedar gravemente debilitado.

El árbitro levantó el banderín, Froslass ha sido debilitado, vencedor Quilava.

Sin duda ahora Zimmer podía escoger a su último pokémon, podría escoger a uno que le diera la ventaja contra el pokémon de Lilly, aunque por otra parte también debía contar con el clima pues podía no estar a su favor. Eligiera el pokémon que eligiese el estadio estaba expectante ante la última decisión de Zimmer. El combate había llegado a su recta final, y los próximos asaltos serían decisivos para la clasificación.

¡No! Había caído, su pokemon había recibido el golpe sin poder hacer nada, al verlo recibir el golpe no tardo nada en guardarlo en la pokeball. ¿Que hacer? No tardo en pensar algo, sabía que pokemon queria para luchar contra este.

-¡Val, acaba con esto!-Grito energicamente mientras agarraba la ultima pokeball para este combate, del que saldría ese bello Ninetales.-¡Pulso Umbrio!-Le ordeno rápido de nuevo algo nervioso, su ultimo pokémon, tenía una ligera ventaja, pero no sabía si podría aprovecharla conforme tocaba.

-¡Buen trabajo Pyro! - Exclamé con júbilo, con un duro esfuerzo habíamos acabado con ese froslass, Bolita estaría contenta. Pese a que no teníamos muchas opciones de ganar, habíamos presentado batalla y eso se notaba en la reacción del chico rival, una experiencia así nos fortalecería a ambos y seguro que él entraría con muchas más ganas en los siguientes combates.

Observó al ninetales del rival, sin duda era precioso. Sopesando las posibilidades de ganar, no había demasiadas, si quizá Pyro estuviese entero... Bueno, íbamos a golpear, al menos, una vez más.

-¡Vamos a dar nuestro último gran golpe! ¡Arremete con Voltio Cruel! - Dijo a su pokémon ambos sabían que con el granizo, el rival y el propio ataque, sería probablemente el final, pero atacaríamos con todo nuestro potencial. -Estoy muy orgullosa de tí, Pyro. - Añadió sonriente mientras su pokémon se preparaba para atacar. Has estado genial pequeño.