Partida Rol por web

La segunda ronda daba comienzo. El Torneo pokemon continuaba con sus combates y la gente no quería perderse tal evento por lo que el estadio pokemon estaba a reventar. Los primeros combates ya daban comienzo cuando en el campo de batalla aparecieron los dos contendientes, I'ill y Zimmer.

Zimmer e I'ill, dos entrenadores que no se habían presentado en el anterior Torneo, por lo que ambos resultaban un nuevo espectáculo para el público, dos nuevas apuestas que darían mucho que hablar durante el torneo y así lo estaban haciendo. Ambos entrenadores no habían corrido la misma suerte, Zimmer tuvo que recurrir a sus tres pokémon para lograr acabar con su oponente, cada decisión que tomó fue vital para el combate y no tuvo tiempo para relajarse ni un solo segundo. En cambio Erika no tuvo la misma suerte que su rival, aunque se defendió hasta el último momento. Sin duda había plantado cara al ganador del torneo anterior y por poco casi logró derrotarle. Con aquel combate, la pequeña había logrado un buen grupo de admiradores.

I'ill y Zimmer estaban dispuestos a dar todo en aquel combate. El árbitro alzó el banderín para que los técnicos dieran paso al terreno de juego

Las compuertas que había bajo los atriles de ambos entrenadores se abrieron y tras ellas apareció un campo usual. Esta vez ningún pokémon se vería beneficiado por las condiciones del terreno de batalla.

Una nueva señal del árbitro hizo que los técnicos escogieran el clima con el que se empezaría, siendo también un clima habitual y sin temperaturas extremas.

Los espectadores gritaban de la emoción, la elección surgida de ambas combinaciones darían lugar, sin duda a un singular combate en la que los entrenadores pokémon darían todo lo que estuviera en su mano para clasificarse para la siguiente ronda.

Erika estaba contenta y divertida con un nuevo enfrentamiento pokemon; quería demostrar que aún no había dado todo lo que podía. Con una sonrisa se dirigió a su rival saludándole con movimientos frenéticos de la mano.

¡Eoh Zimmer! ¿estás preparado?, no te voy a dejar ganar, pero pasémoslo bien.

Ante la asuencia de incidentes en el campo de batalla Erika pensó un momento y sacó una de sus pokeballs lanzándola con decisión. Es tu turno Sonya(ferrethorn)

Zimmer entró en el campo de batalla sonriente, ahora ya no tenía el miedo que tenia en la primera ronda, había demostrado a la gente y a si mismo que podía estar al nivel de los mejores. Ahora debía luchar con otra entrenadora que hacía también su primera aparición en este torneo.

Con paso firme entró en el terreno de batalla, esta vez era uno normal, completamente, sin ningún tipo de ventaja hacía ningún tipo, ¿que hacer?, podía confiar en la velocidad de sus pokemon de nuevo, pero no, no le gustaba repetir estrategias,esta vez probaría algo nuevo.

Agarro la pokeball de Ferrothorn, preparándose para lanzarla al campo.-¡Que gané el mejor!-Gritó llevando ya a su pokemon al terreno del combate, fijandose por primera vez en su rival... ¿No era demasiado joven? 

El combate estaba a punto de comenzar y los dos entrenadores salieron al campo de batalla con convicción. Al dar la señal el árbitro, ambos contrincantes hicieron su primera elección sacando sus pokemons frente a ellos listos para el combate que se avecinaba.

El público espectante observaba a los dos entrenadores y a los pokemons que estaban a punto de enfrentarse, sin duda prometía ser un combate emocionante.

vaya sorpresa Si el ferrothorn de Zimmer era tan duro como Sonya iba a resultar un combate muy violento.

¡Sonya Cabezahierro!

Los ojos de Zimmer se abrieron de par en par, ¿como luchar contra un pokemon igual que el suyo? No tenia muy claro como hacerlo, lo primero seria asegurarse el terreno, darse alguna ventaja respecto al rival, y tenía una idea de como hacerlo.

-¡Mantén la la posición!¡Arraigo!-Le ordeno, intentando resistir el golpe sin obtener daños y con una segunda idea en mente.

Ninguno de los dos pokémon parecía especialmente rápidos, de hecho ambos se caracterizaban por su férrica defensa pero su lenta velocidad. El primero en actuar fue el pokémon de I'il que se lanzaba a propinar un fuerte golpe en el duro cuerpo de su gemelo.

El sonido del golpe retumbó por todo el campo de batalla, así que Zimmer decidía elegir otro tipo de estrategia y hizo que brotaran unas raíces de su pokémon planta para comenzar a succionar la energía del suelo y así sanar la primera herida causada. Pero no logró hacerlo puesto que el golpe de su rival le levantó del campo y lo envió varios metros hacia atrás evitando que sus raíces quedaran agarradas al suelo.

El público contenía de momento la emoción, no sabían que podía suceder de aquel combate y sin duda sería épico, ambos pokémon enfrentándose contra un igual. Sin duda el entrenamiento y la decisión de sus entrenadores sería el que dieran la victoria a uno u otro bando.

de nuevo Sonya, cabezahierro.

No era algo muy original, pero había qu intentar derribarlocon ataques potentes.

El pokemon de Zimmer no había seguido las ordenes, al parecer el fuerte golpe de su enemigo lo había echado atrás, de todos modos no se rendiria, sabía que esa era la mejor estrategia y seguiria intentandolo.-Otro intento, ¡Arraigo!-Gritó apretando los puños, sabiendo que eso era lo unico que podía darle una ventaja.

I'il volvió a usar la misma técnica que hace un momento y volvió a impactar de nuevo con su cabeza de hierro en el cuerpo espinoso de su igual. Las púas hicieron que aquel golpe le hiciera un grave daño pero esta vez, el pokémon de Erika logró hacer un daño más devastador. Había logrado traspasar las defensas de su rival y le había mandado por los aires. 

Pero, ahora, no fue como antes, en este momento, el pokémon de Zimmer en cuanto cayó al suelo sacó sus raíces y las inyectó en el terrero de batalla para absorber toda la energía que podía entregarle la tierra. Lentamente el Ferrothorn de Zimmer iría recuperando más energía y el de I'il se vería más dificultado para lograr vencerle.

El público estaba muy animado por estar contemplando aquel combate. Sin duda aquellos dos pokémon tan extraños estaban dando un espectáculo la mar de interesante.

Así Sonya sigue debilitándolo, dentro de poco será tuyo.

Continúa, cabezahierro otra vez.

Lo tenía, Zimmer tenía ya preparado el combate. No sabía si su rival tenía un arma secreta oculta, pero si continuaba con ese ataque poco a poco obtendría la ventaja.-¡Ahora! ¡Energibola!-Grito emocionado ordenando a su pokémon. Sabia que no aria mucho daño, pero no recibiria daño de más por las puás.

Ambos entrenadores empezaban a saber como actuar en aquel caso. Parecía que I'il decidía mandar a su pokémon a golpear repetidamente su cuerpo contra el de su homólogo, pero las púas de éste prácticamente le estaban devolviendo todo el daño causado y así se iban debilitando los dos prácticamente a la vez, pero para colmo el pokémon de Zimmer lograba sustraer energía del suelo, por lo que lograba curarse y así lentamente adquirir ventaja sobre su rival.

Pero los ataques del Ferrothorn de Zimmer tampoco eran de gran utilidad, la bola de energía lanzada tampoco lograba traspasar las férreas defensas de su contricante, por lo que el duelo comenzaba a resultar un poco aburrido y hasta previsible.

Ambos pokémon conocían más que de sobra el pokémon del rival, sabían sus virtudes y sus defectos y cada uno lograba obtener el máximo posible de sus movimientos, pero aquello parecía una tarea más dura de lo que aparentaba.

Ya falta poco Sonya, sigue debilitándolo Le salió un suspiro ¡cabezahierro!

Zimmer sonrío, ya estaba consiguiendo la ventaja. Su ataque era poco efectivo pero aún así le daba una ligera ventaja, gracias a que su ataque no le hacía recibir el daño de sus pues.-¡Continua! Vamos, ¡Energibola!-Ordenó de nuevo, aunque casi ni hiciera falta, el combate era repetitivo, pero ya casi lo tenía todo a su favor.

Los golpes y movimientos de ambos contrincantes comenzaban a ser repetitivos y previsibles, el combate perdía interés para el público puesto que se podía comprobar cuál sería el futuro para ambos pokémon de seguir así. El pokémon de Erika se iba lentamente debilitando debido a los golpes contras las púas de su rival, mientras que éste, aprovechaba la energía del suelo para lograr sanar las heridas que le iban causando. Lentamente Zimmer se iba haciendo con el control de aquel combate, pero el público ya no animaba a ninguno de los dos, simplemente se dedicaban a charlas entre ellos e ignorarles.