Partida Rol por web

Erik saltó al terreno de batalla preparado. Estaba muy cerca de llegar a la final y de ganarla, y una niña pequeña (y seguramente mimada y estúpida) no lograría impedírselo. La parte racional de su cerebro le mandaba mensajes de advertencia. Si Chihiro había llegado hasta allí, no sería un rival fácil de vencer.

Suerte dijo, sin mediar más palabras, cogiendo una pokéball y mirándola fijamente.

¡Axew, es tu turno! ¡Adelante! gritó, lanzando a su pokémon al campo.

Chihiro sabía cómo empezaría la batalla. Escogería a Bunny que hasta ahora había sido un gran compañero y no le había defraudado. Miró a los ojos de su rival directamente mientras tanteaba su pokéball. Algo en su mirada le hacía ver que tenía a un campeón duro de vencer. Se había calificado y había llegado hasta allí y le sonaba haberle visto en otras ediciones.

Ella era novata, pero no le estaba yendo nada mal. Se había preocupado de capturar y entrenar a un buen grupo de pokémon, y se sentía satisfecha con ellos. Pero en el anterior combate había terminado recurriendo a un segundo, eso significaba que Bunnelby no era suficiente.

Respiró hondo, se concentró, sonrió y le deseó buena suerte a su rival.

¡Buen combate y que gane el mejor! Arrancó la pokéball de su cinto y la soltó al aire. El rayo rojo se materializo hacia el cielo, haciendo que Bunnelby cayera dando una voltereta en el aire.

¡Una entrada fantástica para lo que iba a ser un combate inigualable!

Axew y Bunnelby, dos pokémon conocidos en el público, pues ambos entrenadores los habían usado bastante. Ambos habían guerreado hasta el final, demostrando grandes capacidades. Ambos, en el anterior combate, habían derrotado a su rival casi con sólo ese pokémon. El espectáculo iba a ser digno de ver, y la gente lo sabía
 

Chihiro respiró hondo. Axew era un pokemon fácil de capturar pero dificil de vencer. Era de esos dragones que muchos entrenadores lo escogían como su pokémon inicial, y debía preparar una firme estrategia contra él.

Las técnicas usadas con el resto de contrincantes no funcionarían contra Axew, era un pokemon con muy pocas debilidades, así que lo mejor sería usar efectos más rápidos y con mayores consecuencias.

¡Probemos a empezar de otra manera, amigo mío! ¡Usa esos dientes tan afilados que tienes y dale un buen mordisco!

Erik contempló al pokémon de Chihiro y asintió con tranquilidad. Si bien no había visto competir a sus rivales, no le importó mucho. Conocía a ese pokémon y, aunque no era débil contra Axew, sabía que un buen golpe acabaría con él.

Axew, Enfado ordenó Erik. Acto seguido, los ojos del pokémon dragón se tiñeron de rojo y se lanzaron contra su rival.

Los pokémon se prepararon para realizar los ataques pedidos por sus entrenadores. Mientras los dientes de Bunnelby comenzaban a brillar, los ojos de Axew se volvían rojo furia, y sus gritos aterrorizaban al público. Y allí fueron, uno contra el otro.

Bunnelby intentaba morder por todos los medios a Axew, pero éste era más veloz. No sólo conseguía esquivar los mordiscos, si no que a cada dentellada, Bunnelby se llevaba un zarpazo de las poderosas garras del dragón. Las energías del pokémon de Chihiro iban disminuyendo, mientras que no era capaz de hacer ni un simple rasguño a Axew.

Al final, el combate se decidió. Axew, harto de esquivar los golpes, lanzó un zarpazo a la cara de Bunnelby. El pokémon conejo no pudo evitarlo, y salió disparado contra la pared. Había quedado inconsciente.
 

Chihiro observó el movimiento tan potente de Axew y se quedó muy sorprendida. No se esperaba que frente a ella estuviera un paladín. Ahora comprendía la razón por la que Erik hubiera llegado tan lejos. Sin duda aquella semifinal podría ser lo equivalente a la gran final, puesto que dudaba que los que iban por la otra parte del torneo fueran igual de fuertes que ellos dos.

Siendo un paladín significaba que todo su equipo estaría compuesto por dragones, lo que significaba que necesitaba todos los movimientos de dragón, hielo y hada que le fueran posible. La muchacha tanteó sus pokéball y comprendió que se la iba a jugar todo a una estrategia y tener mucha suerte. Axew era un pequeño pokémon rápido y eficaz, y enfado era el movimiento más poderoso. Debía sacar a un pokémon cuya resistencia aguantase el primer golpe y cuya evasión aumentara con cada instante.

¡Vamos, Grimmer, ha llegado tu turno! ¡Hazte todo lo pequeño que seas capaz y esquiva todos los golpes de Axew!

Erik observó con detenimiento a Grimer. La estrategia de Chihiro le había desconcertado momentaneamente, pero de momento no podía hacer nada. Supuso que quería envenenar a Axew, era lo lógico... Pero cuando le ordenó el ataque, abrió mucho los ojos. Buscaba evitar el golpe.

Miró a su pokémon, no había orden que entendiera en ese momento, así que simplemente dijo Ataca

La elección de Grimer era algo que los espectadores no entendían. Todos sabían que Axew era más rápido y potente que el pokémon lodo, ¿cómo había elegido Chihiro ese pokémon? Pero rápidamente las dudas se disiparon. Aunque pequeña, la entrenadora era muy lista, si había escogido a Grimer, tendría una razón.

Pero el que no atendía a razones era Axew, que seguía con los ojos rojos. Volvió a lanzarse contra su rival y, aunque esta vez sus golpes eran menos efectivos, acertaron de lleno. Pero Grimer no atacó. Gritó, y su cuerpo empezó a reducirse. Ahora, Axew tendría mucho más complicado el acertarle.
 

Erik puso una mueca parecía a una sonrisa. Aunque Grimer se encogiera, Axew podría con él en cualquier situación.

Axew, otra vez, ataca dijo, haciendo que su pokémon se lanzara contra su rival a golpearle sin descanso.

Chihiro observó a su compañero. La técnica estaba resultando útil, pero la entrenadora estaba empezando a sudar por la presión del combate. Debía aguantar un golpe más para que Axew quedara confundido tras el ataque y obtener algo más de ventaja. Pero la reducción de Grimer no era infinita, y aunque pudiera hacerse más pequeño no implicaba que pudiera librarse de todos los golpes.

¡Una vez más, amigo mío! ¡Vuelve a reducir tu tamaño!

La estrategia de Chihiro había dado resultado. El público clamaba, vitoreando a la muchacha, pues había conseguido que Axew no derribara a su segundo pokémon de dos golpes. El pokémon dragón intentó golpearle con sus fuertes garras, pero no lo conseguía, pues Grimer reducía más y más su tamaño, haciendo casi imposible golpearle.

¡Y Axew estaba confuso! Tras el gran esfuerzo de usar su poderos ataque, Axew le costaba mantenerse en pie y enfocar a su rival. ¡El combate se estaba mostrando muy divertido!
 

Erik frunció el ceño. Esperaba que la estrategia de Chihiro no diera resultado, pero habia conseguido esquivar los ataques de Axew sin problema.

Axew, centrate, usa otra vez enfado

Chihiro sonrió al ver como Axew volvía a fallar y encima ahora no sabía ni lo que podía hacer. Su estrategia estaba dando resultado así que lo siguiente que debía hacer era atacar con Grimer. Tenía varias opciones pero esa sería la efectiva, debía quitarse a Axew de en medio lo más rápido posible.

¡Llénalo por completo de veneno, Grimer! ¡Lánzale tu lanza mugre!

La confusión de Axew era total. No sólo no golpear a Grimer, si no que estaba tan ido que se golpeaba a si mismo. En ese estado, él mismo se golpearía hasta caer derrotado. Pero Grimer hacía perfectamente su trabajo y, reducido como estaba, se dedicó a lanzar mugre a su rival, llenándole de lodo venenoso, aunque la dura piel de Axew parecía bloquear que el veneno entrara en su cuerpo.

Axew estaba siendo derrotado, y Erik lo sabía. Estuvo tentando de devolverle a su pokéball, pero sabía que su pequeño pokémon dragón no se lo perdonaría. Prefiere ser derrotado antes que ser retirado pensó.

¡Axew, reacciona! ¡Usa enfado!

Chihiro sabía sin saber qué decisión tomar. Estaba ganando el combate contra Axew, pero si quería obtener algo de ventaja en el combate debía actuar con decisión y estrategia.

Es hora de que te tomes un respiro, amigo mío. Qué tal si te echas a dormir un rato. ¡Usa descanso!