Partida Rol por web

Esperando de brazos cruzados a que la cola avanzase, empiezo a observar con cierto disimulo a los que estaban registrando sus nombres y a los que ya estaban fuera de la fila.

El que más me llama la atención es una especie de monstruo que no sabría identificar, trato de no mirarlo directamente y giro mi mirada a un hombre cangrejo el cual dudaba de si podría yo comunicarme con él eficazmente.

Pues sí que hay diversidad me digo a mi mismo, asombrado. Había una chica muy guapa hablando con un panda, un individuo extraño preguntando algo y lo que me deja más rallado es ver a lo que creía que sólo era una leyenda: Un namekiano.

No puede ser, ¿eso es lo que creo que es? ¿un namekiano? digo en voz baja para mi mismo y trato de acercarme a él pero al dar unos pasos en la cola, me pegan un codazo y me dicen que tire hacia atrás Jeje, lo siento lo siento digo mirando al suelo y volviendo a mi sitio.

Qué putada, quisiera hablar con él... Pero bueno, más tarde. Miro a mi alrededor y al principio de la fila

¿Dónde se habrá metido mi discípulo? dijo que vendría...

Una de las razones de que la cola no avanzara, era el enorme oso panda que había justo en la entrada junto a una chiquilla que no paraba de hacerle preguntas. Tora, que seguía mirando a la chica mientras comenzaba a hablar, pensó que aquella niña hablaba demasiado rápido y que tener tres ojos debía darte una mejor visión, sobretodo de profundidad.

Estuvo a punto de ignorar a la chiquilla, pero entonces pensó en un par de cosas. La primera, que allí no había visto bambú aun. Y que comenzaba a tener hambre. La segunda que aquella chiquilla podría conseguir bambú por él. Y le apetecía mucho comer bambú.

Uhhhmmm..... Baaaambbuuuuuuú.....

Salió de su ensoñación y clavó la mirada en la muchacha cuando le preguntó si iba dentro. Dio un fuerte pisotón, haciendo temblar el suelo y levantando unos centimetros del suelo uno de los carteles de su atillo, agarrandolo en el aire y mostrandoselo a Kaina.

Acto seguido, cuando le preguntó sobre si combatiría, miró hacia el guardia, que volvió a negarle la posibilidad. Se encogió de hombros, tampoco parecía muy afectado, así que le dió la vuelta al cartel para contestar a la siguiente pregunta, a la de si combatirá.

Cogió en la otra mano otro cartel, bajando el anterior y levantó otro cartel. Parece que lleva uno donde escribe y otros donde ya tiene cosas escritas de antes. Y señaló el siguiente cartel.

Luego guardó todos los carteles y señaló hacia el interior del torneo. Acto seguido se señalo a si mismo y luego a ella. Le había caido bien, le acompañaría. Solo esperaba que le rascara la espalda de vez en cuando, le diera bambú y no le hiciera escribir demasiado.

Arto de ver que por culpa del enorme oso panda que hay delante del todo y recordando que se ha colado y nadie le dice nada y ya arto de ver que la fila no avanza. El namekiano emprende el vuelo un poco más alto. Unos tres metros del suelo. Pasa volando por encima de toda la gente de la fila, incluso por encima del oso y del hombre del megafono el cual parecia que era de la organicación.

-Vengo a combatir. ¿Donde me inscribo, o paso para dentro directamente? Dice al pasar sobre el supuesto organizador.

Me encontraba callado y recostado sobre una de las palmeras cercanas al lugar, cubriéndome del fuerte sol que hacía en ese momento, empecé a mirar y analizar a cada uno de los que llegaba a hacer parte de la fila de inscripción. Me llamo la atención una pequeña joven que se movía de manera enérgica de aquí para allá, hablando con un gran Panda, no era usual que una fémina luchara en el torneo, pero si está aquí es porque tiene mucho potencial.

-Me gustaría enfrentarme a ella, a pesar de verse tierna y dulce, debe tener un gran poder en su interior, y es lo que busco, un rival digno de combatir-

Cuando veo el letrero que saca el Panda anunciando que tiene hambre, recuerdo que llevo algo de comida en mi bolsa, abro para mirar en el interior y me encuentro que solo me quedan dos esferas de arroz dulce, tomo una de ellas y le silbo al Panda para llamar su atención, cuando ya tenga su mirada en mí, le lanzo la esfera de una manera que la pueda tener en sus garra sin que se dañe.

-¡Hey!, Panda, tómala… y tú, niña bonita, ¿quieres una?-

El panda no respondió a todas mis preguntas pero eso no me importa demasiado, es decir, muchas veces pregunto sin parar y no soy consciente verdaderamente de lo que pregunto. La cuestión es preguntar.

Es entonces cuando una voz de chico se dirige hacia nosotros. Algo ruborizada me doy la vuelta.

-Ho hola- digo algo nerviosa -Esto... no gracias, no tengo hambre- digo muy rápido al chico. Es un chico apuesto y muy atlético, podría ser el terror de las nenas y tener una masa de fans locas detrás.

QUIETOS TODO EL MUNDO. En este momento reparo en que HAY UN HOMBRE CONEJO.

Sin hacer más caso al panda (VOLVERÉ) y al chico, mi ímpetu me hace ir corriendo al hombre con orejas largas.

-Alaaaaaaaaaaaaaaaaaaa un lindo conejitooooooo- empiezo a repetir la escena del oso con un conejo, por momentos vivo un déjà vu. -Hola, hola, hola, ¿cómo te llamas? Yo Kaina, voy a luchar en el torneo, ¿tú? ¿me encantan tus ojeras, digo ¡orejas! ¿Tienes bambú? Mira, ese es mi amigo, se llama Tora y tiene hambre. ¿Te gustan las zanahorias? Siempre he escuchado que a los conejos les encanta- otra vez he empezado a hablar... Kaina, ¡STOP!

Se había mantenido apartado y lejos de la "acción" de la cola, observando detenidamente y mirando a todos y cada uno de sus posibles rivales y la escena no podía gustarle más. En otros torneos la gente era demasiado seria y sólo se preocupaban por combatir pero aquí... al menos, al principio parecía distinto.

Se acercó al Panda, justo cuando uno de los integrantes de la cola le lanzó comida y, en un gesto rápido se adelantó al panda recogiendo la bola de arroz. Después le miro y le sonrió.

¿No deberías ponerte a dieta? Me da a mi que tienes unos kilitos de más amigo.... 

Durante la espera en aquella fila mi atención se habia vuelto exclusiva para el ser de Namek, habia escuchado mucho sobre ese planeta, pero siempre me parecio ciencia ficcion... no podia creer ver e identificar aquella leyenda.

De repente, la mujer que hablaba con el panda viene corriendo hacia mi y me hace unas cuantad preguntas seguidas, le sonrio afablemente y contesto

Encantado Kaina, me llamo William, también voy a participar en el Torneo. Tiene un poder excepcional, ojala pueda medir mi habilidad con ella. No tengo bambú, pero mi discípulo siempre lleva miro de nuevo alrededor, niego con la cabeza y sigo la cuestion es que no está por aquí aún. Y sí, claro que me gustan las zanahorias. le digo amistosamente. Me vuelvo a fijar en el supuesto namekiano y le pregunto a Kaina

¿ Sabes si ese individuo es realmente un... namekiano? espero que no me tome por loco, aunque quizas no sepa lo que es un namekiano.

Tse... No sé si después de todo era tan buena idea medir mi fuerza con los mayores luchadores del planeta. Porque creo que aquí no están los mejores. Al menos conseguiré el premio económico si me contengo y no mato a nadie. ¡Maldita sea! Que el Rey de los demonios se vea rebajado a tener que conseguir dinero...

El señor conejo contesta mis preguntas muy amablemente. "¡Qué majo este conejito!"

-Pues... si te digo la verdad... ¡No tengo ni idea de lo que es un namekiano!- digo avergonzada tocándome la cabeza y completamente colorada. -No he salido nunca de mi poblado, esta es la primera vez que vengo a la gran ciudad. ¿Y tú discípulo dónde está? ¿Cómo se llama? ¿Es simpático como tú? ¿Es un conejito? ¿Quizá un mapache? Me encantan los mapaches. Oye, ¿Por qué llevas gafas? ¿Te molesta el sol? ¿Crees que harán gafas con tres lentes? Yo nunca he usado gafas de sol, bueno ni de ver... ¿Si tuviera problemas de vista me harían unas especiales para mi? ¡Ay no! Como pase eso ¡qué problemón!

Aterrada porque en algún momento necesite gafas y no puedan hacermelas me pongo en un rincón triste y desolada esperando el consuelo de Don Conejito o el que sea.

Pensándolo mejor, creo que será mejor mantener a esa joven lejos... es capaz de sacarle dolor de cabeza a una piedra... pienso mientras veo como va aumentando el bullicio delante de las puertas.

Intento avanzar a empujones buscando a uno de los empleados del Torneo. He pagado por una entrada VIP  y estoy harto de estar rodeado por paletos...

En el momento la chica llamada Kaina menciona lo de las gafas con tres lentes, me doy cuenta de que tenía un tercer ojo en la frente, a lo que reacciono acercandome y ajustando mis gafas, pienso en preguntarle si es una humana ya que empezaba a dudarlo Pero que más da, es innecesario preguntarle, no petendo que se ofenda.

Kaina, mejor sería que nos suscribamos cuanto antes, ¿tú ya lo has hecho? le digo tratando de evitar las demás preguntas.

Cuando el lindo conejito menciona lo de apuntarnos se me pasan todos los males rápidamente. Pego un salto, me pongo al lado del individuo y le sonrio.

-Uy, pues no jajajaja deberíamos hacerlo cuanto antes ¿no? Si no me lo dices se me olvida, menuda cabeza la mía. ¿No esperamos a tu discípulo? ¿Él no se apunta? ¿Tienes hambre? Por allí reparten pastelitos de arroz. Uff que calor ¿no? ¿Debería quitarme la túnica? ¡Ay! No sé...- comienzo a hablar otra vez como si no hubiera un mañana mientras empiezo a andar nuevamente hacia el hombre que nos tiene que anotar en el torneo.

La chica de los tres ojos azules menciona de nuevo a mi discípulo por lo que otra vez miro alrededor y comento

Por lo visto, Monrak aún no ha llegado niego con la cabeza No participará, no está preparado, aunque él crea lo contrario. digo muy tajantemente.

La cola avanzaba y a cada momento estaba más atento al namekiano, pero cuando me giro hacia atrás...

¿Estoy viendo otro ser de Namek? me pregunto a mi mismo sorprendido, me ajusto las gafas y me crujo el cuello

¡Empiezo a creer que lo son de verdad! sonrío esto va a ser muy emocionante.

Sumido en mis pensamientos me limito a seguir la fila hasta poder inscribirme.

Por fin la cola empieza a avanzar.

-Los participantes diríjanse a la sala del sorteo. Los espectadores esperen por aquí. Dice el hombre del megáfono, dando paso y movilizando a la gente de la larga cola.

Tora agarró la bola de arroz que le facilitó el humano con ambas garras, con cuidado. Entonces, se inclino hacia adelante como agradecimiento. Aquel que le dio comida y la muchacha le habían caido bien, no lo negaría. Los animaría durante las luchas, y solo esperaba que no les tocara luchar juntos hasta la última ronda.

Pero alguien le arrebató de entre las pezuñas la bola de arroz. No se dio cuenta hasta que bajó la mirada para descubrir que la bola de arroz ya no estaba entre sus manos, y un gesto de apuro y sorpresa se materializó en su rostro de oso panda. Miró rápidamente a su alrededor, localizando su comida en la mano de un... ser extraño.

Que lo invitaba a adelgazar.

...Soy un Oso Panda Gigante y Bipedo. Como quince kilos de comida solo para satisfacer mis necesidades básicas. ¿Cómo voy a estar gordo? ¿Este tio no ve mi esbelta figura? Si estoy delgado. Para ser un oso panda, claro. Suerte que no he tenido que escribir esto en el cartel... ufff.... Bueno, ahor a recuperar mi bola de arroz.

Finalmente, negó ante la pregunta de Retti y aprovechó el momento de atención de este hacia el hombre que pedía a la gente inscrita entrar, para quitarle la bola de arroz de un agil, diestro y rápido gesto. Increible para un oso panda.

Y se metio la bola de arroz entera en la boca. Aun tengo hambre. Pensó, y se hizo a un lado, empujando a más gente para dejar de tapar la entrada y permitir el paso.

Quiero sentarme a la sombra, comer bambú y ver como se pegan.

Kuma ya se había inscrito para el torneo y tan solo se limitó a quedarse sentado en un lugar a la sombra observando a las curiosas personas que se habían reunido ya fuese para poner a prueba sus habilidades para la lucha o para asistir como público de tan esperado evento. Le resultaba fascinante la variedad que había allí. La emoción se palpaba en el ambiente. Y así lo entendía Kuma, ya que con cada segundo que pasaba aprendía una cosa nueva.

Su maestro le había dicho que participase, que así podría medirse con personas que harán sacar lo mejor de sí mismo. Kuma había sido creado para marcar la diferencia, para ayudar y defender. Y así lo sentía él a pesar de su corta existencia. Pero para llegar a ser fuerte primero hay que pasar un desafío, una prueba de fuego en la que puedas demostrar que puedes forjar tu destino y alcanzar tus objetivos. Así que por eso aceptó participar en el torneo y dar lo mejor de sí mismo para iniciar su propio camino en la vida.

Fiuuuuuu!!!!! 

Una nube de polvo provocada por la carrera de una jovencita de pelo morado es lo único que deja advertir la presencia de la misma. La cola no es impedimento para Arale que sin mediar palabra atraviesa la gran puerta en dirección a la sala del sorteo.

—No pienso acercarme a esa chusma. Esperaré aquí a que se vacíe esto. Supongo que los organizadores habrán dejado suficiente tiempo, tampoco veo demasiada aglomeración de aspirantes. — El namekiano observó a Dendail mientras los luchadores avanzaban hacía la sala de sorteo. —Me pregunto que hace aquí alguien de mi planeta natal. Je. Sería un interesante adversario para medir mis fuerzas con la seguridad de que no voy a morir. Con mi juventud eterna es cuestión de tiempo el que logre hacerme amo y señor del mundo... WHA-JA-JA — Sin darse cuenta se había quedado casi a solas y se estaba riendo él solo, a carcajadas.

En la lejanía una especie de erizo alvino se acerca montado en una tabla de snow propulsada hacia la entrada del torneo.

Al llegar a la cola observa a un ser verdoso que rie a carcajadas. Este tipo esta como una cabra.

La curiosidad puede con el joven Akira que sin dudarlo le pregunta.

-Perdón ¿está usted bien? Cualquiera diría que le está dando un soplo. ¿Le puedo ayudar de algún modo? 

La multitud avanza lentamente hacia el interior cuando el rugido de un motor anuncia la llegada de un potente deportivo:

Bramando como un toro furioso, el vehículo se sube por la acera, derrapa en el césped y arranca por igual trozos de hierba y espanto de los presentes.

Cuando el motor se detiene, la puerta se abre y un joven de cabellos rubios sale.

El hombre mira a su alrededor con arrogancia y desprecio, examinando a la multitud. Se vuelve hacia el coche y habla a alguien que hay dentro:

-Vete a aparcar el coche y espérame luego en el punto convenido.

El coche arranca de nuevo y se aleja (esta vez más civilizadamente) calle abajo.

El hombre de cabellos rubios entra en el recinto sin dedicar ni una mirada más a los presentes.