Partida Rol por web

Spideman corre heroicamente para salvar al pobre coche de juguete de las garras (o más bien del pringue) de aquella sustancia verde asquerosa, que no acierta a identificar qué es. Pero al parecer, acaba de engullir a un hombre, así que, por si las moscas, lo mejor era alejarse y observar la situación.

- ¡¡COCHE QUE HABLA, YO TE SALVARÉ!! - dice antes de lanzarse heroicamente hacia él, para empujarlo y desplazarlo.

El cochecito huye de Spiderman gruñendo algo relacionado con "escandaloso" y "no hay manera".

Habían caído ya cuatro de sus compañeros de cajón. El viejo clic y tres de os hombres de la Green Company, todos bajo los ataques de aquella miniatura enloquecida y malvada... IronMan era el muñeco mas grande de todos los presentes ahora que la marioneta se había partido por la kitad, así que era su responsabilidad que nadie mas saliera herido... o muerto. Si es que los juguetes podían vivir, salir heridos o morir, claro. Eso era algo sobre lo aún tenía sus dudas.

Fuera como fuera y dejando al margen sus pensamientos, IronMan avanza con paso firme -todo lo firmemente que se podía avanzar con un pedestal como piernas- y se abalanza sobre la miniatura para sujetar el brazo que sostiene la espada demoníaca. Sin su arma, ya no podría causar mas dolor.

Viendo como Iron avanza lentamente, El cochecito corre a ayudarle. Si hace el favor...

Pisa el acelerador cuando Iron ya está estable sobre él. Ambos seres mecánicos quedan unidos por un objetivo como una efectiva máquina de matar. El golpe de Iron Man Hulkbuster da en el blanco, y...

Los chicos del Ok Corral se acercan hasta el grupo y se ponen a la par de la green company

-¡Maldición, nuestras balas apenas le molestan!-Grita Doc-.

-Pues si eso es lo que podemos hacer, eso será lo que hacemos.-replica Wyatt- Al menos, daremos alguna ventaja a nuestros compañeros. ¡Vamos, en círculos alrededor de él!-.

Y acto seguido, los miembros del Ok Corral comienzan a galopar a lomo de sus caballos dando círculos alrededor del demonio, mientras disparan sus armas.

Intentando despejarse, la masa agita su gelatinoso cuerpo al tiempo que se extiende en todas direcciones con la intención de saber al menos si hay alguien cerca de ella. Tras breves instantes, sus verdosos tentáculos se topan con algo, algo huesudo y que emite leves graznidos de protesta. Sin perder un segundo, la cosa se abalanza sobre el torso del maltrecho pollo esquelético, consciente de que no volverá a tener una oportunidad como ésta.

Lenta pero metódica, su gelatina se va introduciendo en las articulaciones superiores de aquel ser ahora sin piernas, inmovilizando poco a poco sus brazos y mandíbula para dejarle completamente indefenso. Aquel monstruo con pico va a tener que responder por sus crímenes, y a ojos de la decidida masa la justicia siempre es de color verde.

El comandante observo como iron man forcejeaba por quitarle su arma a la odiosa criatura demoniaca que habia diezmado sus filas casi por completo asi que decidiendo unirse a la contienda se acerco y esperando a la resolucion de su accion lanzo un derechazo potente al rostro del demonio viendo que sus balas no le hacian efecto a este demonio...

Todo sucede muy, muy rápido: El golpe de Iron a punto está de impactar sobre el busto demoníaco, y el comandante Hazard no tardará en reventarle las costillas metálicas. Todos los muñequitos de plástico parecen decididos a hacerle el mayor daño posible con sus ridículamente dolorosos disparos, como garbanzos disparados por un tiragüitos.

La furia se dibuja en la cara a pincel seco del Gran Demonio, que invoca a su dios obsceno con una plegaria tan morbosa y excitante que el mismo Slaneesh no puede evitar responderla...

...Una oleada de enorme fuerza lanza a los soldaditos por los aires como si fueran... eso... juguetes, llevándolos a estrellarse contra el suelo muchos centímetros más allá. El cochecito sale despedido también, y sus frenos gastados le impiden recuperar el control inicialmente. El comandante Hazard y Iron se ven menos afectados, pero no son capaces de mantener sus respectivos ataques y retroceden varios pasos.

El demonio, por su parte, parece agotado, pero eufórico al mismo tiempo. Ha de escapar...

El viejo coche mira seriamente al engendro de plomo y pintura acrilica. El juego de la realidad, en el que al fin participan los juguetes como algo más que peones, tiene reglas estrictas, y aquel demonio parece tener la desconcertante cualidad de saltárselas.

Todos ellos han comprobado el milagro de la vida en sus carnes, todos ellos han experimentado con sus opciones y todos ellos han tropezado con sus limitaciones.

Ese demonio, en cambio... es distinto.

Cómo-Has-Hecho-Eso -le pregunta con voz grave y pausada.

El juguete-araña está con la boca abierta, no es capaz de asimilar tanta brutalidad, tanto vandalismo, por parte de aquellos seres tan extraños y heterogéneos. En ese momento, no puede distinguir lo justo de lo injusto, ni el fuerte del débil, así que decide esperar para ver si la cosa se aclara.

El demonio haciendo un ultimo esfuerzo, dandole las gracias a su dios levanta el vuelo y se separa a varios centimetros del suelo subiendose a algun lugar donde no puedan alcanzarle.