Partida Rol por web

Viendo que mis compañeros estaban cien por ciento seguros y dispuestos a ayudar a este hombre, me acerco a el y le sonrío - Discúlpame por dudar de ti, aunque sea un Bardo amigable, sigo siendo un elfo, a veces no puedo evitar ser un poco desconfiado... Por favor, déjanos ayudarte, si nos puedes explicar mejor lo que pasa aquí podemos salvar antes a tu familia- 

El hombre accede.

Teneis algo de comer?

Os cuenta. De las cinco entradas cuatro llevan a las minas donde los angmareanos tienen a los esclavos enjaulados. Dos de ellas ascienden a los niveles de la ciudadela y dos descienden a los niveles inferiores. Los niveles inferiores estan protegidos por una gran bestia a la que alimentan con carne humana y periodicamente bajan alli para subir cargados de oro.

La quinta entrada es un pozo ciego, hay una puerta que nadie ha podido abrir.

- Bien, hay muchos guardias deambulando por ahí? Es un lugar al que podemos entrar fácilmente? o los guardias alertaran rápido de nuestra visita?-

Le doy un par de raciones que tengo guardadas en la mochila y miro a mis compañeros, - Creen estar listos o prefieren que descansemos aquí y cuando estemos mas recuperados entramos?- 

Miro al humano, pero yo ya hablé. Solo espero no tener que decir "te lo dije".

Escucho su relato. No podemos esperar si queremos salvar a su familia. Esa puerta, ¿sabes a qué punto exacto de las cuevas da? ¿Está cerca de donde tienen a os prisioneros?

Le tiendo mi odre, por si quiere beber.

- Yo opino ir a la quinta puerta soy diestro abriendo puertas y así podemos ver quién es el mejor saqueador, dijo sonriendo esta vez a los hobbits, en cuanto a los prisioneros creo que lo mejor es registrarlos y degollarlos, ¿qué opináis? Argumentó mirando a aquellos tres durmientes de aspecto monstruoso por sus máscaras, pinturas e indumentarias, pero que ahora estaban a disposición de su temible filo.

-¡Uhmmm! Tal ve ese quinto túnel nos sirva para entrar desapercibidos en la ciudadela. Siempre que podamos abrir esa puerta... ¿eh, mis pequeños amigos? ¿O quizá Lenwë? Si no podemos abrirla, deberíamos de coger uno de los túneles que descienden a las minas. Nos acercará tanto a nuestro propósito, llegar a las estancias del maldito Rey Brujo, como a donde están los esclavos. Allí ya veremos de qué forma podemos ayudarlos a huir. Supongo que el loco del sacerdote se encontrará en la ciudadela, junto a la mayoría de angmarianos."

Suelto esta reflexión mesándome las barbas y mirando a los túneles.

-"Respecto a estos tres chalados, me da igual lo que hagáis con ellos. Ya eligieron en su momento y decidieron abrazar el mal. Pero no podemos soltarlos o avisarán a los suyos. Así que decidir qué hacéis con ellos."

Me acerco a Bram y le pregunto por su historia, mientras que los demás deliberan sobre qué hacemos.

-"Haber amigo, cuéntame cómo llegaste aquí. ¿De dónde eres? ¿Cómo lograste escapar?..."

Ellos solo bajan a las minas a sacar o meter prisioneros en las jaulas o traernos bazofia cada varios dias. Pero hay cosas peores reptando en la oscuridad. No tenemos ni luz, nos acurrucamos al fondo de las jaulas hasta que nos vienen a buscar. Yo me escape con esto dice mostrando un pequeño cuchillo mellado.

he visto muchas cosas en ese lugar mientras buscaba la salida, lo conozco bien.

Los ánimos comenzaron a hervir y Haleth sonrió mientras asentía satisfecha -Veo que al final todos opinamos de forma similar, me agrada. Las cerraduras no deberían ser ningún problema. Tenemos a dos hobbits y eso es garantía de quien cualquier puerta será abierta- Miró a sus menudos compañeros -Tenemos que ayudar a estos hombres, el Mal nunca debe triunfar. Los dioses nos han puesto en este camino para que les salvemos, les demos esa segunda oportunidad que se merecen- Se alzó y miró en la dirección en la que debería partir. La barbilla levantada y sus ojos pensativos. Esta vez no fallaría, no iba a defraudar a nadie

Miro en la dirección que mira Haleth, hacia la oscura fortaleza que se recorta en el horizonte.

Vamos entonces digo, sacando mi espada. Debemos movernos ya.

Si nadie lo impide, clavaré mi espada en el cuello del primer angmariano hasta que deje de respirar.

- Por el tunel ciego no nos puede guiar, el no lo conoce, deberíamos primero ir y rescatar a la mayor cantidad de personas, cuando esten todos libres, que salgan corriendo de los túneles, usemos el alboroto para adentrarnos a la otra entrada. Estoy seguro que de de ahí saldrán mas que un par de cosas. Y no solo hablo de angmarianos... Si nos podemos camuflar mientras salen, cuando veamos que quedan pocos, cerrar la puerta desde adentro y ponerle unas trabas. Así tendremos menos peligro mientras estan entretenidos con los esclavos- 

Mientras los demás discutían alternativas para ver cómo entrar... Lenwë se acercó a los enemigos durmientes y con su daga rajó las gargantas uno por uno. Después de haberles dado muerte a los tres limpió su daga en la vestimenta de algunos de aquellos infelices y se la guardó. A continuación examinó sus pertenencias por si tenían algo de valor o que les valiera para bajar.

- Estoy contigo Brendan, en el tiempo que llevo contigo siempre has tenido buenas ideas, seguiré tu plan si al resto también le parece bien. Argumentó el elfo como si la acción anterior no hubiera tenido ningún dilema para él.

Después ocultó sus cuerpos, si como había dicho Brann era algo regular que sacaran a los prisioneros, metieran comida y demás, aquel acceso tenía que ser bastante transitado y por si las moscas no quería escuchar la señal de alarma cuando estuvieran recorriendo la mitad del túnel, aquello podría ser el fin de todos, así que aunque perdiera el tiempo ahora escondiendo los cuerpos en los alrededores sería más seguro que dejarlos allí a que algunos de los guerreros lo encontrara.

Al final fue el elfo quien, con su encanto personal, consiguió aplacar al fugitivo. Éste nos dio instrucciones del interior y sopesamos que hacer. Yo lo tenía bastante claro. La curiosidad me dibujaba aquella misteriosa puerta en la cabeza como quien piensa en un jamón o en un tonel lleno de oro, alhajas y embutido. 

-Yo abriré el paso del quinto pasadizo, o al menos lo intentaré- dije con aplomo, subido a una piedra para que se me escuchara y viese mejor. Aún así, apenas superaba el metro sesenta.

Por un momento a Angus le pareció que Zarahi y Lenwë iban a disputarse el “honor” de degollar a los prisioneros, aunque finalmente fue el elfo el que lo hizo. ¿Era esta insensibilización ante la vida la única alternativa al mal que representaban los antiguos siervos de Sauron? Quizá dejar vivir a los enemigos del bien era un error, pero al hobbit esta distinción moral se le antojaba un camino peligroso.

Por supuesto, Migue no tardó en intentar convertirse en el centro de atención haciendo una promesa, y esta vez ni siquiera llevaba una cogorza que lo justificara. ¿Es que aquél temerario insensato era incapaz de aprender?

Tras deliberar decidieron ver que pasaba con la entrada bloqueada. La unica que no echaba humo. Dieron rapida cuenta de los angmareanos y se deshicieron de los cuerpos ocultandolos.

Subieron la ladera nevada hacia la abertura. El tiempo empeoro y se levanto viento que trajo nieve. La ventisca les sacudio un poco hasta llegar arriba, la cumbre quedaba mucho mas alta todavia, la entrada estaba semioculta tras un lateral.

Parecia un gruta mas desde lejos pero entre la nieve encontraron un sendero con escaleras talladas en piedra a medida que se acercaban. Llegaron a la boca del agujero. Camuflado como una gruta natural pero no lo era, una repisa embaldosada daba paso a una sala interior tallada en la roca viva. En una pared al fondo habia un portal de piedra de unos tres metros de altura por dos de ancho, con una puerta de metal oscuro, posiblemente acero u otra aleacion con varios cerrojos intrincados perfectamente engrasados a pesar del paso del tiempo.

Alrededor del marco de la puerta la pared estaba grabada con runas enanas parcialmente cubiertas de musgo y liquenes. En el suelo de la sala habia varios esqueletos humanos de diversas epocas y restos de equipo podridos por la humedad.

Finalmente gana la opción de la puerta misteriosa. No sé si yo la hubiera escogido, pero vale.

Observo la puerta y me acerco un poco. Una puerta enana, apuesto a que con trampas. ¿Seguro que deseáis intentarlo? digo a los hobbits. Luego, me aparto.