Partida Rol por web

Trolop saltaba intentando ver más allá de los objetos grandes que le tapaban la visión, corría de un lado al otro ansioso por montar en la alfombra, y levantaba las esquinas de las que estaban echadas en el suelo por si había otra debajo.

-¿Donde estaaaaas? ¿Donde estaaaaas? Preguntaba picarónamente.

Shhhhhhhhhhhhh -digo poniendo un dedo en los labios para que todos dejen de hacer ruido, creo que he oído algo por algún lugar.

De repente caeis todos en la cuenta que vuestros pies están sobre una superficie suave... "Hay tantas alfombras" dijo el espejo...

Condemorl y Trolop reaccionan rápidamente y saltan fuera de la alfombra que pisa... pero el resto. Ay el resto!! De repente un extremo de la alfombra se levanta y con una sacudida describe una onda que se acerca hacia vosotros a una velocidad terrible. Chim y Karabás caen sin poder evitarlo y cuando quieren darse cuenta están algo mareados por la caida... pero jurarían que debajo de la alfombra no hay nada sólido.

El espejo rie con una voz grave.

Condemorl y Trolop han evitado la caida pero el movimiento ha sido tan rápido que tardan en comprenderlo. La alfombra se escondió bajo sus pies. Ha intentado hacerles caer y a aquellos a quienes ha sorprendido, los ha levantado en el aire. Se encuentran a metro y medio por encima del suelo. Demasiado alto para vuestro tamaño.

¡Dejad de jugar con la alfombra y vamos a buscar el grano, o a este paso Rudesindus volverá y no hemos hecho nada de lo que nos encomendó! -grito a los que están flotando sobre nuestras cabezas, mientras el tiempo pasa y lo único que hacemos es perder el tiempo...

-¡HuaaaaAAAAAAaaaaaauuuuuuOUCH! - la sacudida mina sus esperanzas de encontrar una alfombra dócil y manejable.

-¿Y tú de que que ríes? - le recrimina al espejo mientras trata de recuperar el equilibrio sobre el artefacto volador.

-Tienes razón, Condemorl. Si vemos que lo de la alfombra no puede ser, tú eres fuerte y no tendrás problemas para subir por las escaleras con un saquillo de grano. Yo me esperaría aquí, en el segundo piso. Para cubrir la escalera que sube, no sea que al cabroncete bigotudo de Lucifer le de por subir a almorzarse a alguno de los cuervos del amigo del amo.

- escurre el bulto de una hipotética y cansada segunda ascensión con poco disimulo.

-Iiiiiaaaaaaaaaaaaaaaahhhh!- el grito acabó con un fuerte ¡Zumpf! al impactar el cuerpo de Chim con el suelo. Se queda unos segundos alelado antes de levantarse, mientras oye risas y hablar de grano. - Muy bonito! Nosotros doloridos y tú Condemorl hablando de grano! Increible!- se indigna.

-Además, no sé ni para qué hemos venido a por la alfombra, si nos va a dar más problemas que otra cosa! Maldita bromista! Te voy a dar yo bromitas!! - y dicho esto, se dispone a utilizar sus lutin-poderes y a mojar la alfombra.

-¡Weeeeee! Gritó Trolop ante la sacudida que lo hizo pegar un bote antes de que la alfombra levantara el vuelo. ¡Maldición! ¡Ahora ellos están allí arriba y nosotros aquí abajo! Le gritaba a Condemorl ¡Eso no es justo! ¡Yo también me quiero divertir! Pues ya verás lo que le hago ahora a la maldita alfombra...

Por mis santos tentáculos que tú bajas y me llevas a por el grano y las palomas negras...

Trolop entrecerró los ojos con fuerza y miró fíjamente a la alfombra para obligarla a bajar con fuertes sacudidas de viento.

Un viento terrible empieza azotar la habitación procedente de los dedos de de Trolop. Frías corrientes de aire envuelven la alfombra voladora y la mantienen suspendida en el aire y, poco a poco, va descendiendo, incapaz de hacer cualquier otro movimiento que no sea seguir las eólicas órdenes del lutín.

El ruido es ensordecedor pero igualmente ois como van cayendo diversos objetos al suelo a causa del viento. Primero son un par de alfombras, luego un cuadro (que llora al impactar contra el suelo!!).

Por otro lado Chim intenta empapar la alfombra pero el aire parece que no permite condensar agua mágica y de sus dedos no salen más que un par de gotitas de agua.

Por cierto, la idea del baúl con patas me ha encantado...

-¡Eh! ¡Espera! - grita cuando se da cuenta de lo que está apunto de hacer Trolop.

Demasiado tarde.

Afortunadamente, sus reflejos le permiten agarrarse con rapidez a los fuertes hilos de la alfombra. Daga, por su parte, se aferra a la capa ratonil, con sus antenas y alas agitadas por el inesperado vendaval.

¡Madre mia! ¡Y acabo de llegar! Desde luego, aquí no se aburre uno. - piensa emocionado, aunque un poco abrumado también por tanta emoción junta.

Con las manos mojadas y tanto viento, a Chim no le da tiempo a reaccionar y se mete la ostia padre. Entre el dolor de cabeza y la rabia piensa en hacerse una bonita capa con la maldita alfombra.

-Pero...-piensa atontado- realmente, la culpa es de Trolop!!! Grrrrr!

Grrrrrrrr -mascullo ante la pérdida de tiempo con la alfombra.

Tanto lutín, ¿Y no habrá ninguno con el poder de la orientación?. Seguro que con ese, no perdería el tiempo, y ya habría alimentado a las palomas negras de la torre...

-¡Aterriza! ¡Bais! ¡Sitz! ¡Plas! ¡A tierra! ¡A tierra! - intenta "domar" al engendro de lana. - ¡Obedece!

El lutín agita los hilos de los que se agarra como si de riendas se tratase.

-¡Por las barbas de Rudesindus! Gritó Trolop al ver la fuerza del viento, para luego echarse al suelo sujetándose la barriga. ¡Jaaajajajajajaaa, esto si que no me lo esperaba! Trolop se incorporó de un salto y miró a sus compañeros en el aire con los ojos desorbitados por la emoción. ¡Venga chavales! ¡Que vosotros podeis! Comenzó a animarles con euforía mientras se apartaba para no terminar en medio de la pista de aterrizaje de la alfombra.

El aire sigue soplando mientras la alfombra empieza a aterrizar. Cae algún que otro objeto más e incluso algún pequeño sombrero de uno de vosotros. Chim termina por volver aunque ha resultado todo una aventura: libros cayendo, un ratón acongojado, parece la guerra!.

- Menudo desastre aun siendo tan chiquito.

-¿Quieres que te ventile a tí también? Le dijo el Lutín al espejo mirándole con picardía. Luego volvió a centrar la atención en sus compañeros y en la alfombra. ¡Carai muchachos! Eso ha sido espectacular! ¡Ahora hay que repetirlo sobre el foso en donde se encuentra la gran bestia! ¡A ver quién es el primero en caerse en él! Jajajajaja.

Al parecer al Lutín le hacía gracia la perspectiva de practicar deportes de riesgo en medio del trabajo.

-Bueno, en marcha, tenemos que ir a por el grano y subirlo a lo más alto. ¿Te vas a estar quietecita? Le preguntó a la alfombra. Bueno, da lo mismo, si lo divertido es cuando no lo estás. Y diciendo aquello, se subió de un salto sobre la alfombra.

-Bueno, probemos a bajar con ella. - dice con cautela.

Pero al mínimo amago de desbocarse, salto. - por su imaginación pasa la imagen de los lutines rodando escaleras abajo tras caer de la alfombra desde dos metros de altura. Pese a solo imaginarlo, hace un gesto inconsciente de dolor.

-Ahora se una buena chica y, despacito, vamos a la planta baja, ¿eh? - le dice a su peculiar montura. - ¿Quién se anima a subir?

La alfombra voladora finalmente parece tranquilizarse y se mantiene quiete en el suelo. No sabeis si fiaros del todo pues las pequeñas sacudidas de uno de los extremos os hace pensar que quizá esté riendo por algo en que piensa.