Partida Rol por web

Turno 1016

- Cuerpos de orientales. - se limitó a responder Draupner a la pregunta de Gelión. - Nada por lo que preocuparnos de momento. Sigamos que la marcha se presenta dura. -

Cada uno recuperó su sitio para continuar la marcha y tendió de nuevo la cuerda para volver a la rutina que les había llevado hasta allí.

Le había encantado forzar la marcha aquél día, sin embargo las fuerzas estaban muy justas para proseguir con la marcha. Cuando pararon, al igual que el resto, salvo el que estaba de guardia, trató de encender fuego, pues todo el día bajo el agua le estaba empezando a pasar factura incluso a él, sin embargo estaba complicado conseguirlo, solo les quedaba tratar de seguir las indicaciones de Oín. El pensó, para el caso de no encontrar dos varas, hacer la tienda de un solo mástil para el fuego, pues el mantener la temperatura se había convertido en una prioridad.

RESOLUCION TURNO 1016
 

Una simple mirada. Eso fue lo necesario para que Leanoth se hiciese entender. En cuanto Freagulf hizo la petición para que fuesen a buscar a Draupner y los suyos, el señor de la ciudad miro a uno de sus oficiales y este salió de inmediato, sin palabras, sabían de lo que hablaba, conocían el lugar donde se amontonaban los cuerpos. Freauglf dio por supuesto que harían lo pedido.

Leanoth continuo en silencio, escuchando al ailgratha, como habían dado un enorme rodeo, como se habia abandonado la ciudad de Burh Ailgra… La cara de preocupación iba creciendo, no sabía que las cosas estaban tan mal.

Después escucho de boca de Freagulf los rumores de que dos soldados habían llegado del norte. La cara entonces se torno en tristeza.

La sala estaba bien iluminada, en un silencio que solo las palabras de Freagulf rompía, todos escuchaban el relato de cómo se acercaba un gran contingente enemigo, de cómo se vieron obligados a escapar. Los tapices caían abrigando la pared, deteniendo el eco que habría en la enorme sala. Junto a Leanoth sus hombres de confianza tampoco daban crédito, nada sabían de todo aquello, aunque tampoco les pillaba por sorpresa, conocían el peligro, no que ya estuviese a sus puertas.

RESOLUCION TURNO 1016
 

La lluvia no cesaba, y no solo eso, si no que parecía que por momentos su intensidad creciera. El suelo estaba encharcado en su mayoría. Al terreno no le daba tiempo a absorber la ingente cantidad de agua que caía.

Cuando llego la hora de descansar, apenas un par de horas tras haber descubierto los cuerpos orientales, salieron del camino en busca de algún refugio. Pero no había nada, no esta vez. Ni arboles, ni rocas, solo llanura, una extensa y ondulante llanura. Buscaron una zona algo más elevada que el resto, con el fin de no encontrarse con un terreno anegado. En lo alto de una loma encontraron el lugar, incluso tenía algunas rocas que, convenientemente adecentadas, podrían servir para dormir lejos de la tierra. Algunos comenzaban a sentir algunos síntomas de enfermedad. La lluvia, el viaje a pie, el frio, todo junto mermaba la salud de algunos de los viajeros. En esta última parte del viaje, se comenzaban a notar los excesos, el ritmo tremendo que llevaban y el poco descanso que podían permitirse dadas las condiciones.

Necesitaban hacer fuego, Marga disponía aun de alguna hierva, su ultima dosis, pero sabía que era el momento de usarla, antes de que cayese enfermo alguno. Disponian de algo de leña seca, por suerte se habían provisto de ella, tenían algo de yesca para encender y de yesqueros para prender. Pero les sobraba lluvia, el agua impedía hacer un fuego decente.

Buscaron la manera, y la encontraron. Con un sobretodo improvisaron una cubierta. El corto bastón del hobbit, el arco de Ilidan y los martillos de los enanos, lograron hacer una estructura lo suficientemente fiable, como para poder acomodar los leños secos debajo. No pronto lograron encender un pequeño fuego en el que enseguida la enana se puso a hervir las últimas hojas.

No había sitio para nadie bajo el parapeto, por lo que todos tendrian que dormir al raso, bajo la lluvia. Una manera mas que incomoda de hacerlo en la que casi te mojabas lo mismo tapándote que sin taparte. Se iban turnando para acercarse al timido fuego. No podían dejar que la temperatura de sus cuerpos bajase, habia que mantenerse caliente.

El día despuntó, el sol comenzó a verse muy lejos, entre algunas nubes, unas horas después la lluvia paro, el cielo se abrió y la luz calentó los cuerpos ligeramente. Tenian suerte.

Poco después de salir el sol, antes de lo que hubiera sido la hora de comer, Ilidan diviso algo a lo lejos y aviso, todos lo vieron claramente. Jinetes, varios, venían del oeste, hacia donde ellos se dirigían. No iban al galope, en unos minutos estarían allí.

RESOLUCION TURNO 1016
 

Los hermanos dormían tranquilos en sus camas, fuera la lluvia golpeaba incesante las ventanas. Habian atrancado la puerta desde dentro, no es que temiesen algo, era simple rutina, una rutina que les llevaba a temer todo.

Con las ventanas bien cerradas se escuchaban las respiraciones fuertes de ambos hombres. Secos al fin, calientes bajo las mantas, hacia dias que no cataban un buen colchon y ahora se encontraban incrustados en unos de lana y cubiertos por unas mantas tejidas bastante calidas.

Turno 1017

Leanoth, con la mirada, envio a uno de sus hombres a cumplir la petición de Freagulf. Después siguió escuchando el relato de Freagulf. Cuando termino le contesto.

- Tus amigos serán escoltados hasta aquí, sabemos dónde es, hace dos noches acabamos con una avanzadilla importante de aisdrags que avanzaban desde el sureste. El enemigo no tardara en conocer su suerte, estamos preparando la defensa de la ciudad. - le informo el comandante.

- Nada conocíamos de la inminente llegada de las tropas de Burh Ailgra. Si que sabíamos sobre el avance una hueste menos numerosa por el norte, pero confiábamos en que Burh Marlinge primero, Burh Ailgra y Burh Widu después, lograsen acabar con ellos. Parece que no has sido asi. Pronto estaremos en mitad de dos ejércitos… - era aterrador pensar en ello.

- Ya mantuvimos conversaciones para encontrarnos todos aquí, en Burh Waldlaes, hacernos fuertes y repeler al enemigo. Mandamos mensajeros para pedir ayuda al rey Aldarion, no sabemos nada aun, aunque salieron en cuanto nos enteramos de que los orientales avanzaban. Estoy seguro de que Gondor responderá - dijo convencido, si bien todos sabían que sus tropas estaban muy ocupadas en las tierras del sur.

- Has oído bien, dos soldados llegaron a primera hora de la noche - dijo entristeciendo su cara - Lamentablemente estaban malheridos y prácticamente murieron en nuestros brazos.  Eran dos soldados de tu ciudad. Pero no sabíamos el motivo de su llegada. - dijo pensativo, ahora si que conocía ese motivo, Freagulf se lo habia contado. - Hice marchar a unos exploradores al poco tiempo, deberían de llegar en cualquier momento.

La sala volvió a quedar en silencio. Todos esperaban lo peor.

Turno 1017

Gelion saludó al sol agradeciendo su calor. Se sorprendía de no estar tosiendo o con fiebre. De algo le había servido por lo visto pasar penurias. Tal vez su cuerpo se hubiese fortalecido un poco.

No tuvo casi tiempo de comer siquiera un parco desayuno. Venían jinetes. Fuese quien fuese no le iba a encontrar doblegado como un corderito. El bosquimano comenzó a centrar su mente. Dejó que el agua le resbalase desde la nuca hasta la espalda sin prestarle atención. Su mente se enfocó y la forzó poco a poco hasta que una pequeña retahila de palabras en su lengua madre le asomaron a los labios.

El arte aprendido una y otra vez le embargó y se entregó a él. Debía hacerse sentir, debía imponer su voluntad ante sus enemigos.

Preparo "Encantar semejante"

Turno 1017

Draupner se levantó sobresaltado por el aviso de Illidan y a pesar de que le dolía la cabeza por la congestión, rápidamente ayudó a este a despertar al resto para estar en guardia.

Sin perder un segundo se equipó y se preparó para lo que pudiera acontecer pues era claro que aquellos jinetes les alcanzarían pronto, aunque por el ritmo que llevaban todo apuntaba a que todavía no les habían visto, pero no tardarían en hacerlo ahora que empezaban a moverse.

Cuando estuvo preparado alzó la vista para sopesar si era una amenaza lo que se cernía sobre ellos o si por el contrario eran jinetes aliados. De todos modos les pidió a sus compañeros que estuvieran preparados.

Luego se acercó a Bolgo, para darle instrucciones precisas. - Aprovecha la maleza baja para escabullirte, y ponte a una distancia desde la que puedas emplear tu honda, todavía no sabemos las intenciones de los jinetes y eso puede hacer que salves el pescuezo. Si has de disparar te lo haré saber. - y tras él habló con Gelión, y aunque detestaba la magia, sabía que en aquella ocasión podía sacarles de aquello. - Si llegara el momento si conoces algún truco para derribarlos a todos de sus monturas nos vendría muy bien.- 

* Si son eorlingas añadiría - Recojamos el campamento con aparente normalidad. -

Turno 1017

A pesar de haberse calentado al fuego y después con los primeros rayos de Sol que despuntaban de entre las nubes, seguía teniendo síntomas de congestión, aunque el enfriado parecía haber remitido un poco tras dormir. Quizás el té que le ofreció Marga durante su guardia conjunta fuera el remedio que le ayudará a pasarlo por completo.

En un momento que se alejó algo más del campamento animado por el sol, deslumbró lo que sin lugar a dudas era la silueta de varios jinetes que se acercaban por el Oeste. Sin perder tiempo, fue corriendo de vuelta hasta el campamento para primero avisar a Draupner del acontecimiento, y después entre los dos al resto.

Cuando todos fueron avisados, Ilidan volvió a echar un vistazo para conseguir más datos de los jinetes, ya que con las prisas de no querer jugársela a que fueran enemigos, ni siquiera pudo vislumbrar si se trataba de estos o aliados.

Turno 1007

Tras otra noche pasada por agua, aunque con el aliciente de que consiguieron improvisar un pequeño refugio y encender un fuego, el día se presentó de otra manera. La salida de los primeros rayos del sol  reanimó al pequeño hobbit, el cual se levantó y se estiró, cuando llegó el aviso de Ilidan de que venían unos jinetes.

Rápidamente se preparó para lo que pudiese pasar, no sabían si esos jinetes eran amigos o enemigos, así que era conveniente estar preparado. Preparó su escudo y mientras buscaba alguna de sus armas Draupner se le acercó y le dio instrucciones. Cogió su honda e intentó escabullirse entre la maleza para estar preparado para atacar a la señal de Draupner, si fuese necesario. Mientras tanto, un escalofrío recorría la espalda del pequeño hobbit mientras tragaba saliva ante lo que podía pasar.

Por fin amanece tras una asquerosa noche pasada por agua. Los tibios rayos del sol calientan levemente al aterido enano. Y para colmo de males, justo a la hora de comer, aparecen unos jinetes. Draupner empieza a ladrar órdenes y Oin asiente a ellas, para enseguida armarse  y dejar el escudo cerca mientras intenta aparentar la tranquilidad que no siente.

Turno 1017

Las palabras de Leanoth, el señor de Burh Waldlaes habían causado una terrible conmoción en Fréagulf. Notó como un paralizador escalofrío le recorría toda la columna vertebral y le paralizaba los hombros primero, y el resto del cuerpo después. Una congoja amarga se apoderó de su estomago y un mal presagió turbó su mente. No lograba articular palabra, se temía lo peor.

Sin duda aquello era lo último que se esperaba. ¿Habrían dado con el grupo?. Un montón de ideas y conjeturas se apoderaron de su pensamiento mientras el silencio se apoderaba a su vez del gran salón. Sus amigos, sus jefes, su personas más cercanas, ¿qué habría sido de ellos?. Pensó en el plan de los enanos para desviar la atención del enemigo, era posible que no hubiera funcionado y que hubiera salido del revés. -Tercos enanos... -Pensó disgustado. La incertidumbre de no saber lo que había pasado era lo peor.

Tragó saliva con dificultad y alzó la vista hacía Leanoth, sin darse cuenta la había bajado cavilando en sus turbios pensamientos, asintió con la cabeza. -Bien. -Dijo a duras penas. - Gracias por la información.  -Hizo un movimiento extraño, fue a girarse pero no lo hizo, el shock todavía se apoderaba de él. -Os ruego que... me mantengáis informado. -Su voz era apenas un hilo. -Volveré a la posada a informar a mis amigos... Si... si me necesitáis estaré honrado de serviros en lo que haga falta. -Su voz recuperaba poco a poco la energía y la determinación. Ahora sentía como una rabia inmensa se apoderaba de su cuerpo. Si todo su pueblo había caído, no iría a Minas Tirith, vengaría sus muertes y arrancaría las vidas de todos los perros orientales que pudiera matar.

RESOLUCION TURNO 1017
 

El ailgratha se allegro al conocer la disposición de Leanoth para ir en busca de los que habían dejado atrás, Draupner y los suyos. No es que el enano se hubiese portado demasiado bien, pero el resto no tenia culpa de la terquedad del naugrim.

Freagulf presto atención a las noticias. Burh Waldlaes conocía las intenciones del enemigo, sabía que avanzaban por el norte, y por el sur, contaban con la intervención de los pueblos al norte del Talath Harroch, pero estos no habían sido capaces.

Peor sentó al explorador la noticia de que los dos soldados que habían llegado, compañeros suyos, habían perecido. No se sabía con exactitud lo ocurrido, Leanoth había mandado una partida de exploradores al norte para recabar información. Turbado, Freagulf agradeció la información y se marcho, pidiendo antes que fuese informado.

La idea de Draupner no había sido buen, lo habían contratado, para defender a Agranil y la carga. Ninguna de ellas estaba en su poder en ese momento. ¿Qué sería de la misión ahora? Seguramente la intención de atraer las miradas enemigas, no había resultado, o bien no cayeron en la trampa, o bien pasaron desapercibidos bajo la intensa lluvia.

El camino de vuelta fue algo mejor, había dejado de llover. Además le enseñaron otro camino. No tuvo que volver a la puerta, bajar las escaleras y cruzar la ciudad. No, en lugar de ello una interminable escalinata que bajaba en espiral por la montaña en cuya cumbre se encontraba el castillo. En su base, una gran puerta de hierro, casi imposible de penetrar, se abrió para dejarlo salir.

Un paso tras otro lo llevaron de vuelta a la posada. Allí el ambiente no había cambiado demasiado. Había mas clientes, si, pero todo estaba tranquilo. Tras hablar con el posadero, supo que Temudyin y su hermano descansaban en una de las habitaciones, mientras que Alian estaba en otra, en la que había una segunda cama para el propio Freagulf. El tabernero lo guio hasta su habitación, Alian había dejado la puerta abierta, ni siquiera se despertó cuando el ailgratha entro. Con todos durmiendo, y cansado como estaba, se echo a dormir, cosa que hizo casi de inmediato, tras cerrar la puerta por dentro.

Pasaron unas cuantas horas, ni sabían cuantas, fuera aun era de día, pero a juzgar por la luz, poco quedaba de este. El posadero llamo a la puerta con avidez. Tuvo que insistir hasta que Alian le abrió la puerta.

Les comunico que abajo esperaban dos soldados que querían hablar con Freagulf, al parecer Leanoth reclamaba su presencia. Rápidamente Alian y Freagulf se vistieron y recogieron sus cosas. Cuando bajaron vieron a Temudyin y a Yves comiendo algo. No era la hora del almuerzo pero parecía que llevaban poco tiempo levantados también. En la sala había varios parroquianos, gente joven en general, murmurando mientras bebían.

RESOLUCION TURNO 1017
 

Pasaron unas cuantas horas durmiendo, ni sabían cuantas. Cuando al fin se levantaron vieron que fuera aun era de día, pero a juzgar por la luz, no quedaba mas de una hora para que se hiciese de noche.

Se vistieron y dejaron recogidas sus cosas. Cuando bajaron al comedor principal, vieron que habia mas ambiente que cuando llegaron. En la sala había varios parroquianos, gente joven en general. Todo quedo en silencio al ver a Temudyin. Los ojos se clavaron en el y comenzaron los murmullos. Lejos de importarles, pidieron bebida y comida y se sentaron en una de las mesas, habia varias libres.

Degustaron tranquilos la comida, suponían a Freagulf apaciblemente dormido en su habitación. Tras la comida reposaron un poco. En ese momento aparecieron dos soldados en la posada. También se quedaron mirando a Temudyin hasta que el posadero les indico que era amigo. Recelosos aun llevaron al posadero aparte y hablaron con el. El hombre desapareció escaleras abajo, para aparecer unos minutos después junto a Freagulf y Alian.

RESOLUCION TURNO 1017
 

Ilidan diviso a lo lejos varios jinetes que se acercaban rápidamente. No iban a galope tendido, pero su ritmo era bastante alto.

El nerviosismo cundió, Gelion comenzó a dar vueltas a su mente, a dejar fluir la energía por su cuerpo. Draupner pidió a Bolgo que se escondiera en la maleza y preparase su honda. Los demás esperaron acontecimientos. Ilidan subió un poco para verlos mejor, quería saber si eran o no enemigos, orientales.

No, no lo eran, vestían armaduras de cuero, llevaban escudos granates, con un puño dorado en el centro. Yelmos de cuero con penachos del mismo granate. Los caballos eran vigorosos. Tenían el mismo aspecto que Freagulf, pero con distintos símbolo. Todos supusieron lo mismo, jinetes de Burh Waldlaes, aun sin conocer la librea de la ciudad.

Los ocho jinetes aumentaron la velocidad para llegar cuanto antes al lugar donde estaban Draupner y los suyos. No tardaron en llegar. Portaban lanzas, espadas colgaban de sus cintos. Uno de ellos, el único que no llevaba escudo, se adelanto. Cuando llego a la altura de los viajeros, se detuvo en seco, y ordeno hacer lo mismo a los que venían detrás.

Todos se detuvieron, en formación abierta. Bolgo, aun tratando de esconderse, era visible por todos, no habia sitio donde lograr hacerlo bien. Gelion seguía murmurando, recitando inaudibles letanias, invocando el poder de la naturaleza, concentrado su vista se perdia en el infinito.

La tensión se relajo un poco, no demasiado, no dejaban de ser soldados y no conocían sus intenciones, al menos eran aliados.

Turno 1018

- Freagulf de Burh Ailgra, Leanoth requiere tu presencia, han regresado del norte nuestros exploradores - dijo uno de los soldados al ailgratha en cuanto lo tuvo delante. Ambos soldados abrieron paso al explorador auntes incluso de que este pudiese saludar a sus compañeros.

Turno 1018

- ¿Sois vos Maese Draupner? - pergunto seriamente mirando al enano. Espero su respuesta positiva  y continuo.  - Mi señor nos envía para daros escolta hasta la ciudad - dijo secamente

Los caballos nervisos aun por la ultima cabalgada, relinchaban y pifiaban, golpeando sus cascos contra el terreno.

Turno 1018

Gelion se relajó visiblemente. Por lo visto no tenían nada que temer y no tenía intención de alterar la voluntad de quienes no les amenazaban. De modo que poco a poco dejó de murmurar y se calmó.

Esperó a ver qué decía su jefe y lo cierto es que tenía ganas de que les escoltasen y les permitiesen descansar fuera donde fuese que terminasen llegando.

Era un poco extraño que les estuviesen buscando. Sólo podía ser porque el otro grupo se les había adelantado. 

Oin se pega a Draupner con el arma en la mano pero sin parecer amenazador. Dos enanos mejor que uno. Aún no se fía de los jinetes.

"Caballos" maldice para sí. 

Aún así no le parece mal que les escolten lo que queda de camino y así poder relajar un poco la guardia.

- Oin a su servicio. - hace una leve reverencia sin perder de vista a los jinetes - ¿y sois vos...?