Partida Rol por web

Turno 1209

Draupner no estaba dispuesto a permitir que ese esperpento se fuese con las cosas que había cogido. Cuando Oin se aparto, Hiendeescudos no se lo pensó, y alzando su martillo cargo hacia el hombre.

Pero no logro su objetivo, a medio camino se detuvo.

- Me llevare cuanto he cogido, no dejare nada - dijo mirando al enano, pero contestando a Ilidan - claro que me marchare, puedes estar seguro de ello - seguía caminando lentamente, se recreaba en la situación - ¿daño?, estoy seguro de que cumpliréis vuestra promesa - termino diciendo para seguir caminando calmadamente.

Turno 1209/02

El pequeño hobbit no hizo nada, tan asombrado estaba de la situación y más al ver que sus compañeros no intentaban hacer nada para impedir el paso a ese extraño...¿hombre?, ¿ser?.

Se mantuvo muy tenso mirando nerviosamente a sus compañeros cuando el extraño personaje se acercó al carro, rebuscó entre lo que ahí había y se fue con algunas cosas, entre ellas el hacha de Groal.

Poco a poco comenzó a comprender algunas cosas, parecía que sus compañeros estaban inmovilizados por alguna fuerza extraña, al igual que el conductor de la carreta. Él no estaba seguro de que no estuviese sufriendo la misma suerte, o simplemente estaba siendo presa del pánico.

El extraño personaje se iba, a pesar de que Oín y Draupner hacían ademán de impedirlo, aunque sin conseguirlo. El pequeño hobbit estaba cada vez más extrañado, y convencido de que el extraño personaje era la causa de todo.

Así que sin pensarlo mucho e impulsado más por el miedo que el sentido común, carga su honda y comienza a voltearla cada vez más rápido.

-¡Deja eso ladrón! -grita a la vez que suelta su proyectil con toda la fuerza de la que es capaz de reunir.

Turno 1209/02

El pobre Oin no entiende cómo se ha apartado sin ser esa su intención. Mira al tipo mira a Draupner y mira su arma. No entiende nada.

- ¡Por l's barbas de Durin! ¡M'ha hechizao! ¡Un maldito conjurador es!

Echa a correr y vuelve a ponerse delante. Aún hechizado es cabezota... 

Turno 1209

El hombre no respondio al grito de Bolgo, se giro un poco para mirarle y sonreírle, y siguieo su camino. Bolgo se quedo girando y girando su honda, sin lograr lanzar la piedra.

RESOLUCION TURNO 1209

Estaban en mitad del bosque, con el sol en todo lo alto, un sol que dias atrás habia estado escondido y que ahora brillaba a rabiar. Sin embargo el viento continuaba llegando frio, desde el norte, lejos, las montañas mandaban sus recordatorios de que el invierno no habia terminado aun. La tormenta, lejana aun, no era visible desde el camino, los arboles la tapaban. Pero acabaría por llegar antes o después.

El grupo habia estado comiendo tranquilamente, hasta que un hombre apareció como de la nada. El misterioso hombre se camuflaba escondiendo su cuerpo tras tintes, líquenes y hojas, estaba completamente mimetizado con el bosque. Salio de entre los arboles, y como si los conociese de toda la vida, se acerco al carromato.

La tensión creció, y antes de que se diesen cuenta, el hombre estaba subido en la carreta, buscando entre sacos y barriles. Lleno su mochila con algo de comer, algunas legumbres, frutos secos y arroz. Tambien saco de uno de los barriles, un paquete del tamaño de un zurron, recubierto por una manta vieja, y atado con cuerdas. Lo metió en su mochila. Entonces vio el hacha de Groal, no dudo en hacerse con ella. Groal no opuso resistencia y con ella ya en sus manos, salto de nuevo a tierra y se despidió.

Oin fue corriendo a interponerse en su camino, arma en mano. Sin embargo, el extraño hombre, siguió en su dirección calmado y tranquilo. Y hubieran chocado de no ser por que el enano se aparto para asombro de todos.

Draupner llego por detrás, a la carrera, su arma estaba dispuesta para golpearle, pero no pudo hacerlo, a mitad de camino bajo el arma y se detuvo.

Incluso Bolgo era incapaz de lanzar con su honda uno de esos certeros golpes a los que tenia acostumbrados a sus compañeros. Su honda giraba y giraba, no se decidia. Quizas le faltase seguridad, tal vez quería afinar el tiro. No, no era eso, algo le impedía soltar la piedra en contra de aquel individuo.

Ilidan camino hacia el, sospechaba algún embrujo, y al parecer asi era. Por alguna extraña razón, no eran capaces de hacer daño a aquel hombre. Desenvaino su arma aun con la sospecha de que no seria capaz de usarla.

Entre todos no convencían a su nuevo amigo de que dejara cuanto habia cogido y se marchase. Lejos de amedrentarse entre tanta arma, el hombre contestaba, educado, pero con un toque de prepotencia que no hacia si no enfadar mas a todos.

Gelion, junto al carro, observaba la escena, intentado entender lo que estaba pasando. El conocía de las artes mágicas, y dedujo que no podia tratarse de otra cosa. Comenzo a prepararse, su mente se centraba, se quedaba poco a poco en blanco.

Oin, cuando el hombre lo rebaso, volvió a correr para ponerse delante de nuevo, y de nuevo, se aparto para no chocar.
Entretanto el viajero seguía en su estado de sock, tan solo parpadeaba y miraba al cielo, no se movia ni volvió a hablar. El hombre camuflado se marchabaq

Turno 1210

El desconocido y atrevido hombre, se despidió de nuevo de Oin para seguir su camino hacia la espesura del bosque.

- Sera mejor que no me sigáis - dijo en voz alta a todos - Que no se diga que no os lo adverti - Y se callo para seguir caminando

Turno 1210

Gelion se hartó de su inactividad. Se sentía superado y además en su campo y la sensación no le gustaba nada, absolutamente nada.

Centrado en su magia desencadenó un nuevo sortilegio usando la fuerza de la varita de sauce.

El hacha debía comenzar a moverse con vida propia y saltar de las manos del visitante.

Pues lo mejor que puedes hacer es devolver lo que has cogido y marcharte si no quieres que mis capacidades te dañen gravemente. Y no se diga que no te lo he advertido.

Turno 1210

Ilidan sintió aquella sensación que había visto sufrir a sus compañeros segundos antes. Era como sí una fuerza invisible le impidiera actuar a voluntad siempre que fuera en contra de los intereses de aquel extraño hombre. El no poder hacer nada mientras se iba como sin más le hacía enojarse cada vez más.

Sin embargo, a la vez reconocía su inferioridad, y tras escuchar la advertencia que les daba, se dio cuenta que era una tontería resistirse más y tentar a la suerte, arriesgar la vida porque aquel hombre cambiará su forma pacífica de actuar por una agresiva ante nuevas advertencias, improperios o acciones desafiantes.

Esperaba que sus compañeros se dieran cuenta de aquello. Esa vez habían sido vencidos, ya no había que resistirse más, al menos por el momento. Esto quería decir, que más tarde tendrían que reflexionar sobre lo sucedido, y buscar medidas para que si esa situación volviera a suceder acabará de una forma más favorable para sus intereses.

Turno 1210

El pequeño hobbit seguía volteando su honda sin conseguir lanzar la piedra. Estaba claro que había sido hechizado, y por lo que veía, sus compañeros habían sufrido el mismo destino. Una sensación de impotencia le inundó. Se sentía derrotado y la rabia crecía dentro de él, al ver como el causante de todo esto, no sólo se iba tranquilamente, sino que encima les había robado, bueno, a Groal, pero Groal era uno de ellos.

¿Qué puedo hacer?, ¡¡¡no consigo moverme!!!

Turno 1210

Pese a que su instinto le incitaba a combatir había algo que le impedía alzar su mano contra aquél ser, no acababa de encontrar un motivo para golpearle. Quizá fuera que no les estaban robando directamente a él y que Groal había renunciado ya con anterioridad al uso de su hacha, por lo que el hecho de que se la quitaran tampoco era una afrenta tan grave.

Pero algo estaba mal en todo aquello. Fue entonces cuando vio el hacha del Beórnida vibrar en la mano y creyendo que podía ser un nuevo truco de aquél ser o un intento de ataque se preparó nuevamente para el combate acercándose a su enemigo en actitud defensiva.

Turno 1210

El hacha comenzó a vibrar, por lo que el hombre trato de sujetarla con mas fuerza.

RESOLUCION TURNO 1210

La tensión crecía. Oin y Draupner no se apartaban del tipo, no podrían golearle, pero tampoco dejarían que se fuese así como así. El hombre los advirtió, no quería que lo siguiesen, continuo caminando cuando Oin  volvió a apartarse.

El hacha comenzó a vibrar en las manos del ladrón, comenzó suavemente, pero pronto esa vibración empezó a crecer cada vez más. Pero fue capaz de evitar que se le cayese de las manos. Fue el momento en que entendió que algún otro usuario de la magia, andaba cerca. Sus ojos se clavaron en Gelion, el mismo lo había dicho.

Ilidan creía que no tendrían nada que hacer en contra de esa persona, no mientras su hechizo perdurara. Bolgo no reaccionaba, seguía girando su honda, estaba paralizado, y no era la magia el que se lo impedía.
Groal se bajo del carro, era su hacha, y lo enanos estaban haciendo lo posible por qué no se marchara con ella. Caminó hacia el ladrón y los enanos, tampoco se rendiría tan fácilmente.

No avanzaban mucho, pero cuanto más se adentraba uno en el bosque, mas tupida era la vegetación. Los arboles no te dejaban ver muy lejos, unos se tapaban a otros. Las copas de los arboles oscurecían el ambiente y ya no se notaba la brisa fría del camino. No era esa oscuridad que antaño asolara ese mismo bosque, era tan solo el secreto de un bosque antiguo y una naturaleza exuberante.
¿Cómo parar sin usar la fuerza a ese desdeñable ser que los había robado impunemente? Era la pregunta que todos se hacían. Si no hallaban la respuesta, quizás lo siguiesen por todo el bosque.

Turno 1211

 El hombre agarro con fuerza el hacha ayudado por las dos manos. Su cara había cambiado, ahora parecía mas enfadado.

- Dejadme ir, no volveré a avisaros - dijo en voz alta, querían que todos lo oyesen, cerciorarse de que el mago lo escuchase.

Comenzó a dar pasos grandes hacia adelante, hasta que termino por echar a correr.

Turno 1211

El pequeño hobbit seguía volteando su honda sin disparar su proyectil. Estaba paralizado, sin conseguir reaccionar. Pero sus compañeros, por contra, cada vez se mostraban más activos, con la idea de detener a ese extraño ser que se había llevado el hacha de Groal.

De pronto a su mente le vino el recuerdo de historias antiguas, de La Comarca, de los míticos Frodo y Sam, y de Bilbo, centrándose en el encuentro con el no menos mítico Gollum...¡¡¡Ladrón, Bolsón!!!, le vino a la mente, ¡¡¡ladrón, ladrón, ladrón!!!

-¡LADRÓN! -gritó a la vez que intentaba lanzar de nuevo un proyectil contra el extraño ser

Turno 1211

La mano de Draupner estaba retenida y no entendía bien por qué. A pesar de ser claro que les estaban robando y Bolgo a voz en grito así lo expresó, no estaba enojado, al revés estaba extrañamente tranquilo.

Era claro que no iba a combatir con aquél ser, no parecía representar una amenaza, a pesar de que sus palabras comenzaban a serlo, pero tampoco podía dejar que se fuera con aquello que había tomado. El hacha de Groal empezó a vibrar y observó como aquella persona hacía un claro esfuerzo por mantenerla entre sus manos, por ello y pensando que había bajado un poco la guardia, soltó el martillo, dejando que este colgara de su muñeca y aprovechó el supuesto despiste para agarrar su mochila.

Turno 1211/02

No había forma, por más que lo intentaba el pequeño hobbit no lograba lanzar un proyectil contra el extraño personaje. De la perplejidad y el miedo pasó a la rabia. Rápidamente guardó su honda mientras sacaba su escudo y gritando se dirigía hacia el extraño personaje.

-¡LADRÓN, LADRÓN, LADRÓN!

No le podré hacer daño, pero al menos le voy a molestar todo lo que pueda para que no se vaya tan facilmente

Turno 1211

Ilidan seguía con su pensamiento de que la mejor opción por el momento era dejarlo irse, sobretodo tras comprobar com ni siquiera la magia de Gelion era efectiva. Así que aunque luego se lo pudieran reprochar sus compañeros, se dio la vuelta y volvió hasta el carro.

Turno 1211

No podía ser. Aquello no podía ser, iban a ser burlados.

Tenía que hacer algo. Y lo iba a hacer.

Forzó la varita. Exprimió hasta la última gota de poder que tenía y lo volcó con fuerza.

Sabía que fuese cual fuese el embrujo que les habían echado no podían tomar acciones hostiles contra su enemigo. Se preguntaba si esto incluía los embrujos propios.

El sortilegio que realizó por ello no estaba destinado a dañar a su enemigo. Debía quedar dormido y ronroneando como un gatito.