Partida Rol por web

Un largo viaje hacia Minas Tirith

Cap. 6: Cambio de planes

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21/05/2012, 08:56
Bolgo Villaseca

Turno 605

Las noticias que les había llevado Colarak habían dejado a Bolgo estupefacto, pero aún más le sorprendió la tranquilidad con la que Gallindum reaccionó. El mediano salió de su escondite y se acercó al humano y el enano con varias frases en su mente.

¿Pero no vamos a acudir en su ayuda? ¿No salimos cabalgando para ayudarles? ¿No vamos a...?

Pero no dijo ninguna de aquellas frases. Había aprendido a dejar hablar a los que mandaban. Enseguida Gallindum pensaría algo y los pondría en movimiento, o al menos eso pensó el hobbit.

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21/05/2012, 12:22
Oin "Yelmogris"

Turno 605

El enano gruñe ante esas palabras.

- L'sabía... arqueros a caballo... - y escupe a un lado.

Sin embargo, lo que tiene claro es que no llegarán a tiempo corriendo y que además, no cogerían jamás al enemigo montado.

- Aquí esperar debemos... El humano - señala a Coralak - volver debe y avisarnos..

Cada vez está más convencido de que habrá pelea.

 

 

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21/05/2012, 20:33
Fréagulf
Sólo para el director

Turno 605 (Asalto 8)

Una vez hubo detenido la hemorragia del pecho con una venda provisional, Fréagulf comprobó que su enemigo continuaba aturdido y desorientado. Notó como la sangre de su antebrazo seguía manando hacía su mano pero no tenía tiempo de improvisar otro vendaje. Si quería terminar con aquello de una vez por todas tenía que aprovechar la ocasión que se le brindaba y atacar con contundencia, luego ya si había tiempo improvisaría un vendaje para su antebrazo.

Sabía que estaba al límite de sus fuerzas por lo que trató de lanzar un ataque bien colocado, un tajo directo hacía una de las partes blandas de la armadura de su rival o a cualquier punto débil que pudiera encontrar.

-¡Vamos Fréagulf!- Se dijo antes de lanzar el ataque acompañado de un poderoso grito de batalla.

- Tiradas (2)

Motivo: Ataque

Tirada: 1d100

Resultado: 78(+36)=114

Motivo: critico?

Tirada: 1d100

Resultado: 68

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22/05/2012, 12:44
Draupner "hiendeescudos"

Turno 605

No le gustaron nada las noticias arrojadas por Coralak, ni la decisión que habían tomado sus compañeros de avanzadilla. Estaban en misión de exploración para la caravana, su misión era mantenerse al marge y volver a informar y sin embargo se habían lanzado en una carga contra varios enemigos.

Además, estaba convencido, por la pericia atribuida a los Rohirrim, que Valdir no habría tenido ningún problema en dejarlos atrás, de tal modo que ellos podían haber ido por un lado a avisar al grupo y por otro ir a interceptar a su compañero más adelante.

La toma de una decisión que comprometiera al grupo no les correspondía a ellos. Muchas vidas estaban en juego aquella tarde.

- Gallidum, debemos continuar viaje. Si son orientales lo que tenemos delante cuanto menos tiempo estemos aquí mejor. - 

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22/05/2012, 16:35
Gelion

Turno 605

El bosquimano poco más podía hacer que mantenerse quieto, recuperándose del innecesario esfuerzo de concentración. En su fuero interno saber que las cosas se habían torcido le pesó en el corazón. Sus compañeros requerían su ayuda y él se escondía detrás de un carromato.

Una profunda vergüenza le embargó, y durante un segundo estuvo por levantarse y comenzar a andar al lugar del conflicto. Bolgo tenía razón y sin embargo eran guardias, defensores de los señores que se encontraban en los carromatos.

La seguridad de la dama Briniel dependía de sus desvelos. No podían sino esperar.

Confiemos en ellos. Son intrépidos guerreros y prevalecerán ante las dificultades. Miró a Bolgo buscando su complicidad No podemos abandonar nuestro puesto. Debemos confiar en ellos.

Al mismo tiempo el bosquimano sentía que quedarse allí podía ser un error

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23/05/2012, 23:16
Ilidan

Turno 605

 

Tras cerciorarse de que no había nadie por los alrededores, y que el enemigo estaba realmente muerto como denotaban sus ojos vidriosos, Ilidan volvió a contemplar la escena más detenidamente mientras pensaba cual iba a ser su próximo paso a seguir.

Los caballos desperdigados tras la muerte de sus antiguos dueños, que por ahora, algunos de ellos, parecían ser fieles y permanecían a su lado. Por lo demás un silencio en una pradera en la que la sangre regaba su hierba en ciertas zonas.

Ahora tenía dos opciones, quedarse y esperar a que el resto de la caravana avanzará hasta llegar a su posición, lo que provocaría dejar los cadáveres de sus recientes fallecidos compañeros solos, pero acaso ahora eso importaba más de que la caravana podía estar siendo atacada por el resto de jinetes, aparte de la pareja  que ya habían visto, que podían encontrarse por los alrededores.

Así, que el numenoreano, aunque no le gustaba dejar así a sus compañeros, debía de dejar el luto para más tarde, además de poder perder los caballos, que eran un bien valioso, pero él solo no podía encargarse de llevar a todos; espoleó a su caballo para volver hacia la loma. Mientras además miraba por los alrededores no a apareciera alguno de sus compañeros, pero sobretodo algún enemigo, y que le sucediera lo de verse emboscado o hostigado como Valdir.

- Tiradas (3)

Tirada oculta

Motivo: Percepcion

Tirada: 1d100

Resultado: 74(+46)=120

Tirada oculta

Motivo: Montar

Tirada: 1d100

Resultado: 9(+29)=38

Motivo: Montar

Tirada: 1d100

Resultado: 44(+29)=73

Notas de juego

He repetido la tirada de montar porque se me ha olvidado desmarcar la casilla para que no fuera oculta.

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24/05/2012, 00:35
Director

Intro Temüdyin

 


Llego Temüdyin, en su huida personal hasta un grupo de rocas. Iba a pie, descalzo, sin apenas abrigo pese al frio que hacia, solo habia tenido tiempo de coger una lanza que encontro dentro de una auriga y un pequeño frasco que conocia bien, ese brebaje que recuperaba las fuerzas y del que apenas quedaban un par de dosis.
Camino, no, mas bien corrio durante gran parte del dia y parte de la noche. Cuando la luna, casi imperceptible en el cielo, estaba en lo mas alto, tuvo la necesidad de parar, retomar el aliento, recuperar el resuello. Llevaba mucho tiempo corriendo, los pies le dolian y no aguantaba mas. Dejo el camino, un camino sabia le llevaba alli donde no queria llegar, a los Sagath aliados que esperaban a los que fueron su familia, los aisdragas, todos ellos tribus unidas del este, unidas para la reconquista, tal y como lo hicieran sus antepasados.
Asi, agotado, con los pies doloridos y muerto de hambre, decidio darse un respiro el explorador.  En esas rocas en las que se sintio suficientemete protegido, se hizo un improvisado camastro con algunos arbustos de alrededor. No habia mucho abrigo con el que cubrirse, la piel erizada le dolia con cada corrante soplido de aire, un aire firo, casi helado que azotaba la zona. Eran vientos del norte, en pleno invierno, y eso significaba frio.
El tejido de los sueños cubrio los ojos de Temüdyin, sumiendolo en una placentera somnolencia que pronto dio con un estado casi comatoso.
Ya bien entrada la noche, cuatro horas antes del alba, o al menos eso calculo con su unico ojo al despertarse, el explorador se desperto sobresaltado. El frio de la noche, los continuos sonidos de animales pequeños que por alli husmeaban y el frio, ese intenso frio, no era facil de llevar. No encencio hoguera alguna, pero apenas logro dormir, si descansar los musculos tra la larga caminata.
Lo habia despertado el repicar de los aceros al chocar, los relinchos de un caballo, los gritos de guerra de un desesperado.
De inmediato se vio ya con la lanza en la mano, asustado, temiendo que le hubieran dado caza. Con la piel helada, lar ropas humedas por dormir en el suelo y la vision de lo que delante ocurria.
Un hombre, no lo conocia, pero parecia uno de esos etheod que ya habian masacrado antes, se batia a muerte con un aisdrag. Antes hubiera considerado a esa tribu como su unica familia, como aquello que amaba, pero con el paso del tiempo y en vistas de lo acontecido, no eran buena gente. Tras la paliza recibida, y la huida, ahora se encontraba con eso. La sangre le hirvió dentro, nbo mas masacres, no mas muertes, salvo la de los salvajes…

Notas de juego

► Marca "solo para el director" de momento

► Postea el ataque con los bonificadores de la ficha, si te falta alguna tirada o algo, la completare yo por adelantar.

Suerte

 

 

 

 

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24/05/2012, 13:29
Temüdyin
Sólo para el director

TURNO 605 (Asalto 8)

 

- "Chaka, ¡Chaka!, ¡¡Chaka!!..." - aquel maldito nombre resonaba en su cabeza haciendo que el dolor punzante de los pies y de las heridas que sus "camaradas" le habían producido pareciesen una broma.  

Temüdyin corría, corría como si fuese una de las presas que Araw, poseído por su legendaria cólera  y montado en Nahar, perseguía sin piedad por los vastos bosques que poblaban la Tierra Media en la lejana Primera Edad mientras hacía sonar el Valaróma. Pero por mucho que se apresuraba no podía dejar atrás aquella maldita voz, aquella voz que había cambiado su suerte y su vida, la voz que había sembrado el caos en su mundo y que ahora le obligada a huir de los que antes habían sido sus compañeros. Procedía de todas partes y de ninguna, de su propio interior y de la lejanía más absoluta pero, de alguna manera, parecía estar atrayendo hacia un lugar determinado.

- "Si, tan solo, pudiese borrar los tres últimos días...." - pensaba aún a sabiendas de que en lo más hondo de sus ser, sus huesos y órganos, hasta la más insignificante de las fibras que componían sus músculos, no deseaban olvidar. Era, simplemente, un intento de autoengaño, algo que podía haber evitado las torturas y el dolor que le habían infligido.

Porque más allá de su espalda lacerada, de sus pies destrozados, más allá de la vacía cuenca de su ojo izquierdo, estaba  la cruda realidad. Aquella que hizo que sus recuerdos dormidos, enterrados casi voluntariamente, hasta el borde la extinción, fuesen arrancados de los rincones más apartados de su mente para llenarla casi en su totalidad. Y entre esos recuerdos volvía a sonar, con más fuerza cada vez, aquel maldito nombre: - "Chaka, ¡Chaka!, ¡¡Chaka!!..."

Una rama baja impactó en su cara con fuerza, tumbándole boca arriba. - "Mierda" - No era la primera vez que le sucedía: en su alocada carrera se había dado de bruces con el tronco de un par de árboles, tropezado en infinidad de ocasiones y caído de rodillas ante la imposibilidad de evitar cualquiera de los obstáculos que se cruzaban en el camino. Al principio no entendía muy bien porque pero a medida que fue tomando conciencia de sus sentidos también lo fue de su  recién adquirida limitación. Había sido el último regalo de sus compañeros. Era un hábil explorador, de rápidos reflejos y una percepción lupina pero en aquel momento se mostraba incapaz de esquivar siquiera el tronco de un inmenso e inmóvil árbol. Parecía como si le hubiesen arrebatado el sentido de la distancia, como si el mundo a su alrededor se hubiese tornado plano, como un dibujo plasmado en el papel. Intentó palpar su ojo izquierdo, aún a sabiendas de que no iba a encontrarlo, y solo consiguió que un terrible dolor invadiera su rostro. En ese dolor estaba la respuesta a su incapacidad. 

Se levantó con dificultad, mirando rápidamente a su espalda. Sabía que no tardarían en darse cuenta de su huida y que lo perseguirían sin descanso como sabuesos salvajes; aunque también sabía que no sería hacia allí donde primero mirarían. No habían sido capaces de arrancarle ni una sola palabra y después de más de diez horas de "caricias" sin descanso seguían sin entender el porque del comportamiento del que había sido el mejor de sus exploradores.

De hecho ni siquiera el lo tenía claro del todo. No hasta que se encontró de frente con la aldea destruida. Y allí, en el centro de la misma, aquella macabra pira alimentada con los cadáveres a medio consumir de los habitantes de la misma y de la que el suave viento arrancaba las humeantes cenizas que como copos de nieve se dejaban arrastrar por él hasta ser depositados en los alrededores. Todo estaba cubierto por aquel gris ceniciento: el suelo, los árboles, las plantas, los restos de las casas que componían la villa y, finalmente, su piel herida.

Temüdyin, en un acto reflejo, intentó limpiar aquel poso con unos nerviosos movimientos. Pasó su mano sobre el hombre izquierdo, apartando los volátiles residuos de la hoguera que el viento había depositado sobre él y que habían ocultado ya la marca que le había acompañado desde que tenía conciencia de existir, la marca que había activado aquella trágica cadena de acontecimientos. Se quedó un instante observándola mientras la ceniza la cubría de nuevo.  Y fue entonces cuando se dio cuenta, fue entonces cuando, por fin, encontró el origen de la voz que gritaba aquel nombre, un nombre que hacía solo tres días había escuchado por primera vez: - "Chaka, ¡Chaka!, ¡¡Chaka!!..."

No pudo soportarlo más, el dolor era demasiado intenso y la voz retronaba en su cabeza con la fuerza del cuerno de Örome. Los pies le dolían, la espalda le ardía y el ojo.....el inmenso dolor del ojo amenazaba con hacerle perder la cordura. Un caliente y viscoso líquido manaba de su cuenca vacía y, resvalando por su mejilla, dejaba un surco en las cenizas depositadas en su piel y se colaba por sus resecos labios.

Fuera de si, alargó el brazo y cogió un tizón humeante de la hoguera y se lo introdujo en la cavidad. Al entrar en contacto con la piel y el liquido silbó suavemente, solo durante un corto periodo de tiempo, el que acaeció entre aquella brutal acción y el terrible aullido que brotó de lo más profundo de Temüdyin. Su instinto le instó a retirarlo rápidamente  pero con férrea voluntad lo mantuvo  durante un instante más, justo hasta que sintió que las fuerzas le abandonaban, las piernas le flaqueaban y la vista se le nublaba. Dejó caer el trozo de madera ardiendo y, al tiempo que se desplomaba, se asió a la lanza con todas las fuerzas que le quedaban. Cayó de rodillas pero consiguió mantenerse consciente. Sabía que si se desmayaba no tendría posibilidad de salvación.

Desde allí, doblado por el dolor, observó la lanza que había robado del reposa armas de la cuadriga de Byambyn antes de huir del campamento y, de alguna manera, aquella visión le confortó tanto que esbozó una mueca que quería parecer una sonrisa. ¿Cuántas veces había admirado aquella extraordinaria arma? ¿Cuántas veces había compartido batallas con su portador, observado el preciso manejo que este hacía de la misma y que le había catapultado a la posición de jefe del grupo de avanzada del que había formado parte hasta hacía bien poco? ¿Cuantas veces habían copulado con las mismas mujeres, simples botines de guerra, arrebatadas por la fuerza de las armas a unos hombres indignos que no habían sido capaces de defenderlas? ¿Cuántas....?

Aquellos recuerdos se desvanecieron, se diluyeron como una gota de aceite en un cubo de agua y, poco a poco, fueron dando paso a una gran sombra que, puñal en mano, se cernía sobre él, le asía la frente con la mano libre, echándole la cabeza hacia atrás y.... - "¡Maldito seas Byambyn!"

La rabia se apoderó de él e hizo que se incorporara de nuevo. Con un movimiento preciso volteó la lanza sobre su cabeza, un par de veces, para finalmente, acabar pasándosela bajo el brazo, manteniéndola horizontalmente en posición de ataque básica. Era un arma magnífica, digna de un líder. Perfectamente equilibrada, tanto que daba la sensación de estar sosteniendo una simple fusta de arriar caballos, y con un acero reluciente y afilado, un acero que jamás había perdido su temple. Mientras la observaba dos simples palabras, débiles pero decididas, brotaron de sus labios: - "Te mataré." 

Un familiar sonido llegó a sus oídos procedente del campamento que acababa de abandonar y que se encontraba perpendicular a él. No había duda, la cacería había empezado. No podía perder más tiempo, intentó reemprender la marcha pero no pudo. Rápidamente echó mano del segundo "regalo" que su amigo le había hecho: una oscura botella de cristal, protegida por una red de cáñamo tejida, y que contenía un fuerte licor, de fabricación propia, muy popular entre los Aisdragas.

Dio un largo trago. Al principio le costó tragar pero, poco a poco, el potente líquido fue abriéndose paso en su garganta. Pronto notó sus efectos. El calor volvió a sus extremidades, y con él, la energía. También notó como el escozor de las heridas en la espalda remitía por momentos. Por un momento la nostalgia le embargó: ¡cuanto iba a echar de menos aquel infecto brebaje! 

Rápidamente desechó aquellos pensamientos. Sabía que la mayoría de los efectos de la bebida eran ficticios y que pasadas unas horas desaparecerían dejando paso a una realidad más cruda aún. Debía aprovecharlo. Dio un último vistazo a la pira y se puso en marcha en dirección oeste, avanzando perpendicularmente al Men-i- Arraw pero a una distancia prudencial del mismo. Sabía lo que le esperaba allí: un ejercito de Sagaths, y más al oeste Burh Ailgra, la ciudad que querían atacar y su destino más inmediato. No sabía porque: no le importaban aquellas gentes, no le importaba aquella ciudad ni lo que pudiera pasar a sus habitantes pero tenía claro que, tarde o temprano, Byambyn aparecería por allí. Y el lo estaría esperando.

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Temudyin no sabía el tiempo que había transcurrido ni la distancia que había sido capaz de recorrer. Hubo momentos que ni siquiera era dueño de su cuerpo y que este solo avanzaba mecánicamente, sin que su voluntad interviniera para nada. Pero el efecto del licor pasó, y con él el último rastro de fuerza. El sol había abandonado el cielo y la noche estrellada se había adueñado del mundo. Sin rastro de nube alguna, el frío se acentuó y se apoderó de las extremidades del explorador. Sin aliento ya para nada más, simplemente, se dejó vencer y se desplomó encima de unos arbustos que había colocado cerca de unas rocas, al resguardo del cortante frío. 

No supo decir cuanto durmió o, mejor dicho, cuando desfalleció. Solo sabía que no había sido suficiente. Sin embargo los sonidos que llegaban a sus finos oídos y que le habían arrancado de las manos de Irmo no dejaban lugar a dudas: cascos de caballos y estridentes relinchos. Se levantó como impulsado por un resorte y asió la lanza con fuerza, en posición defensiva. - "Ya están aquí" - pensó.

Sin embargo, algo le incitó a pensar que no se trataba simplemente de eso. El chocar de los aceros indicaba que alguien peleaba. Por un momento valoró la posibilidad de marcharse de lugar antes de llamar la atención pero pronto su arraigado instinto de explorador se impuso. Su primera norma siempre había sido la de no abandonar una zona sin antes no haber recabado toda la información. 

Decidido estiró todos sus músculos, usando la lanza para lograr la máxima efectividad, y sus doloridos músculos empezaron a desperezarse en medio de un brutal dolor. Además las heridas de los latigazos que le habían propiciado en la espalda le producían cientos de pinchazos parecidos a la mordedura de igual número de serpientes. Pero, al final, gracias a la férrea voluntad que lo impulsaba, empezó a moverse. 

Sin perder tiempo buscó el punto más alto: un afloramiento rocoso a escasos cien metros de él. Escaló fácilmente por el amontonamiento de grandes rocas y, escondiéndose al máximo para evitar ser descubierto, oteó el horizonte en dirección a los sonidos. Fue fácil dar con la fuente del escándalo: dos hombres peleando a muerte. Uno, un éothéod, enemigo declarado, usurpador de las tierras que les pertenecían. No había lugar a dudas ya que su escudo de armas lo delataba. Parecía estar en serios problemas. Rió para si mismo: siempre había tenido claro lo sobrevalorados que estaban aquellos folla caballos. Era un juego de niños derrotar a uno, él mismo contaba por decenas los que había ensartado con su lanza o pasado por el filo de su hacha, por lo que no le extrañó lo más mínimo que estuviese a punto de morir a manos del otro hombre, que se mantenía de espaldas a él. 

La escena lo relajó pues estaba claro que no le buscaban a él. - "Mejor, así me será más fácil escabullirme y, con suerte, estos dos dejaran rastros falsos que harán más difícil mi seguimiento. Seguramente no sea más que un asalta caminos aprovechándose de la torpeza de esos malditos hijos de yegua" -

Y fue cuando ya se disponía a marcharse cuando lo vio. Su corazón le dio un vuelco cuando el asaltante misterioso giró su posición dejando ver la parte izquierda de su rostro. Allí, la larga y profunda cicatriz que desde hacía más de quince años surcaba la mejilla de Sukhe, uno de los soldados Aisdragh que formaba parte de su reducido grupo de excompañeros. 

Entonces Temüdyin lo tuvo claro: Sukhe lo estaba buscando a él y, por casualidad, había dado con otra presa. Ver como aquel inepto, en el escalón más bajo de la jerarquía militar Aisdragh, estaba a punto de acabar con el éothéod no hacía más que confirmar lo que ya sabía sobre los hombres caballo: no valían más que la mierda que cagaban sus propias monturas. Pero aún así, en aquel momento, le podía ser de utilidad. Mientras no muriese, cosa que no iba a tardar en pasar según se desarrollaba la contienda, aquella cucaracha llamada Sukhe estaría demasiado centrado en él como para fijarse en un silencioso y descalzo tuerto que, como un fantasma y lanza en mano, se iba a colocar a su espalda y le iba a clavar la lanza en medio de la misma, partiendo su columna en dos.

- Tiradas (5)

Motivo: Acechar

Tirada: 1d100

Resultado: 4(+32)=36

Motivo: Ataque 2M Lanza

Tirada: 1d100

Resultado: 52(+56)=108

Motivo: Posible Crítico

Tirada: 1d100

Resultado: 66

Motivo: Abierta de Acechar

Tirada: 1d100

Resultado: 33

Motivo: % A/E

Tirada: 1d100

Dificultad: 10-

Resultado: 64 (Fracaso)

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24/05/2012, 22:25
Gallindum
Sólo para el director

Turno 605

Gallindum yernia claro cual era su mejor opcion, pero aun asi, como siempre hacia, quiso escuchar a los demas. Unos querian ir a ayudarlos, otros desviarse, otros no abandonar el puesto. El estaba mas convencido de lo ultimo.

- Coralak, ve a oservar como sucenden las cosas, nostros esperaremos aqui - dijo el enano mirando los alrededores - por favor. - añadio dandose cuenta que al fin y al cabo el hijo de Agranil no era un escolta.

Cuando el muchacho se fue, continuo hablando.

- No tenemos donde escondernos, lo mejor sera que esperemos aqui, estemos preparados. 

- Oin, Draupner a la cabeza. Arlan tras ellos para darlos apoyo, llevad escudos. Bolgo sube a la carreta, desde alli tendras mejor tiro. Gelion... confiamos en ti, quedate proteguido. - Comenzo a dar ordenes y a colocar lo que seria una formacion de defensa. - Maese Dwalin, no puedo pedirle que se una, pero llegado el momento... Ya me entiende. Groal, ve con Gelion.

El maestro herrero, portador de la cota, aferro su arma y se coloco junto a Arlan. no dijo ninguna palabra, pero su gesto fue claro, lucharia.

Cuando todos estubieron colocados llevo a Egornat y Dorhand tras la carreta e informo a Agranil. Despues tomo su posicion, en cabeza, entre Oin y Draupner.

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25/05/2012, 00:10
Director

RESOLUCION TURNO 605

 

Las noticias de Coralak eran malas. El enemigo andaba cerca, como todos temian. Por la descripción del muchacho supieron que Valdir se batia en duelo con un sagath, y que a este lo apoyaba a de lejos un arquero. Tambien supieron que Elendur e Ilidan se apresuraban en su ayuda.

Casi todos estubieron de acuerdo, lo demostraran o no, que habia sido una imrudencia por parte de los montaraces el no avisar al resto del grupo antes de lanzarse sobre los enemigos. Alguno se lo reprocharia a su vuelta. No habia ya remedio, estaba hecho.

Entonces, tras escuchar las distintas opiniones Gallindum comenzo a ordenar lo que podria llamarse una formación. Tras las indicaciones cada uno tomo su lugar, incluido el “jefe” de la escolta. Coralak salio despedido, tomando la misma direccion que habia traido, dirigiendose a lo alto de la loma.

Junto al carro, todos comenzaron a tomar posiciones. Al frente una linea no demasiado abierta de tres enanos. Gallindum en el medio, Draupner a la derecha y Oin a la izquierda. Tras ellos, cubriendo el espacio que quedaba entre la primera linea, Arlan y Dwalin. Desde atrás, donde Gelion y Bolgo esperaban, la vision era esperanzadora, cinco enanos bien armados podrian suponer un autentico muro, aun para los caballos. El hobbit se encaramo a las ruedas, trepo gracilmente hasta el puesto del cochero, que habia ocupado Groal en casi toda la ultima parte del viaje. No podia subir mucho mas, de no ser que trepara por la tela que conformaba la cubierta, y no era facil. Alli el hobbit estaba comodo, e incluso podia resguardarse en parte de las posibles flechas. Gelion se quedo donde estaba, bajo el carromato, junto a una de sus ruedas. Alli aguardaria, una mirada al cielo buscaba a su fiel “Siempreviva” pero no la vio, seguramente descansaria o estaria cazando lejos, no se preocupo por ella, sabia cuidarse.

Marga bajo entonces, portando su maza. Quejandose y farfullando se acerco a Gallindum, se coloco tras el, entre Arlan y Dwalin. Gallindum solo sonrio y penso que habiendo tanto enano, bien podrian cubrir mas terreno, haciendo que Draupner y Oin abriesen un poco los flancos para cubrir mas terreno. La segunda linea taparia los huecos dejados, ahora mas grandes.

No quedaba mucho para la puesta del sol, media hora, quizas menos y Anar desapareceria para paso al manto de estrellas. Alli parados el frio comenazaba a hacerse presente según la luz desaparecia.

En formación, mirrando a lo alto de la loma, pero tambien alrededor de ellos, vieron como Coralak llegaba a la cima, justo cuando otro jinete aparecia. Estaban lejos, no se difierenciaba quien era…

 

 

Notas de juego

► Anota el próximo turno como “Turno 606

► Estais listos

 

► Resolución del próximo turno: SEMI - PAUSA

 

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25/05/2012, 00:12
Director

RESOLUCION TURNO 605

 

El numenoreano estaba algo colapsado. De repente habia perdido dos compañeros, y dos cadáveres enemgos mas los acompañaban. Ahora intentaba decidir el siguiente paso. Opto por avisar a los demas antes de que siguieran avanzando y se encontraran la macabra historia, cabeza cortada incluida.

Asi, comenzo su ascenso por la colina hacia el lugar de donde habia venido. Esta vez iba al paso y a un trote no muy fuerte. Su cabeza daba vueltas, no entendia como podian haber tenido tan mala suerte. Pero ya estaba hecho, debian continuar, aun con el pesar hundido en el corazon. Ilidan miraba alrededor, temeroso de ver nuevos enemigos, de ser emboscado o de que alguna flecha rabiosa apareciera de repente. No vio nada, no oyo nada, todo parecia en clama. Seguramente esos dos volverían de alguna ronda de reconocimiento, o exploracion del terreno. No sabia hasta que punto los echarian de menos, pero una cosa era segura, no debian de quedarse alli mucho tiempo.

Cuando estaba llegando a la cima de la loma, se sobresalto. Un jinete se acercaba a galope. Ilidan se puso tenso, agarro con fuerza su espada, aun en la mano, y se dispuso para lo peor. Pero reconocio a Coralak, que lo miro tambien con una cara de susto, no se esperaban verse alli.

No quedaba mucho para la puesta del sol, media hora, quizas menos y Anar desapareceria para paso al manto de estrellas. Alli arriba, parados, el frio comenazaba a hacerse presente según la luz desaparecia.

 

Notas de juego

► Anota el próximo turno como “Turno 606

► Estas con Coralak, aun no se ha fijado en lo que hay abajo.

 

► Resolución del próximo turno: SEMI - PAUSA

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25/05/2012, 00:13
Director

RESOLUCION TURNO 605

 

Freagulf estaba al borde de la muerte, herido como estaba no tardaria en morir. Su unica opcion pasaba por derrotar al aisdrag y eso no era facil. El oriental le habia propinado varias heridas, pero en particular dos de ella le habian salido caras. Dos tajos, uno en el pecho y otro en el brazo, ambos sangrantes. El del pecho y mientras el jinete se recuperaba de un golpe contra su propia mintura fue malcarado por el ailgratha. Una especie de vendaje, bueno mas bien un tapon con la manga de la camisa, habia detenido momentanemente la hemorragia. Su propia armadura le hacia presion sobre la herida, solo teniua que aguantar un poco. La herid del brazo continuaba su sangria. Un fino hilo de sangre que goteaba ya por la punta de los dedos, llevaba sangrando poco mas de un minuto, pero toda la camisa enrojecida denotaba su debilidad.

Reuniendo fuerzas se dispuso a lanzar una estocada, probablemente la ultima antes de que esas  fuerzas desaparecieran por completo.

Entonces algo llamo la atención del aisdrag. Pasos, ruidosos pasos entre un intento de acallar quejidos. Alguien se acercaba por detrás del oriental. Este se dio la vuelta sobre su silla, mirando al recien llegado. Ese hombre estaba semidesnudo, solo portaba una lanza, y unos pantalones. Estaba tuerto, una herida reciente a juzgar por la sangre seca y el pus que comenzaba a crarsele sobre lo que parecia un intento de cauterización. No llevaba botas y presentaba heridas por todos lados.

Para asombro del aisdrag, y del ailgratha la lanza, fuertemente sujeta con ambas manos, iba directa hacia el jinete. De no haber hecho tanto ruido al acercarse, solo hubieran visto la punta salir por su esomago, atravesando al infeliz. Pero no fue asi. La ruidos maniobra lo delato, aun asi el hombre lanzo la punta de su lanza varias veces. Mientras el Ailgratha aprovechando la distracción, hizo lo propio, una esperanza resurgia de repente.

Casi al unisono, ante la incapacidad del aisdrag de defenderse, la lanza del recien llegado atraveso el muslo del oriental. Este intento romper la lanza con su espada, cuando el filo del ailgratha le tajo el otro muslo de nuevo. Ambos enemigos del jinete volvieron a la carga, llegando esta vez mas alto. El brazo izquierdo fuel cortado por la punta de la pica, atravesandole las protecciones de cuero y lacerando la carne. La espada del herido Freagulf le hizo un corte en el costado, bajo el brazo que sujetaba el arma. Demasiadas heridas recibidas, un alarido seco salio de la boca del oriental.

- Mem dü!! möbemi suemön - grito en una lengua extraña

Despues cayo del caballo, exausto, la vida se le escapo lentamente mientras caia bajo la atneta mirada del ailgratha y la cara de satisfacción del tuerto.

Freagulf desfallecia, comenzaba a perder la nocion de la realidad y notaba como la vida tambien se le iba. Tembloroso apoyo la espada en el suelo para no caerse. Todo se le tornaba nublado…

 

Notas de juego

► Anota el próximo turno como “Turno 606 (Asalto 9)

► El enemigo esta muerto, pieza para Freagulf.

► Marcaos los dos. Freagulf y Temudyin

► Fin del encuentro

► En este asalto Freagulf pierde 1 PV’s. Te quedan 2 PV’s

 

► Resolución del próximo turno: SEMI - PAUSA

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25/05/2012, 09:03
Bolgo Villaseca

Turno 606

¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Cuánto tiempo llevaban allí parados esperando una amenaza que no parecía llegar nunca? El hobbit estaba nervioso y la tensión estaba empezando a desquiciarle. Se subió al carromato, buscando una buena posición para disparar su honda y allí, se aseguró de dejarla bien cargada. Echó una ojeada hacia abajo, vio como los cinco enanos se posicionaban en dos filas de tres y dos y su pecho se hinchó de orgullo. Su confianza creció y por un momento tuvo la certeza de que con aquellos compañeros podría haber penetrado en la fortaleza más inexpugnable de toda la Tierra Media.

No tardó en despejar su mente y al distinguir una figura a lo lejos, empezó a girar la honda en el aire. No sabía si se trataría de un enemigo, pero más valía estar preparado. El que ataca primero, ataca dos veces, se dijo con un gesto de determinación en la mirada.

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25/05/2012, 09:44
Gelion

Turno 606

Gelion se avergonzó de sí mismo. Vio a sus camaradas enanos formando una línea de hierro protegiéndoles a todos. El perianat se subió a un carromato al tiempo que sujetaba la honda con gesto hosco. La intención era clara. Y él se limitaba a ocultarse como un cobarde.

Se dijo que no podría estar tranquilo si no ayudaba de algún modo y de nuevo luchó por centrarse en su don. Sin embargo su mente se negaba a centrarse. El esfuerzo quizá había sido exagerado.

Salió de su escondite tambaleante, queriendo saber más sobre la situación. Sujetaba la varita de sauce con cuidado y se acercaba lo más que podía pero lo hacía en un sinsentido pues para poder ver algo tendría que acercarse muchísimo más.

Ahí se quedó, intentando recuperar la concentración pero sin lograrlo. En medio de ningún sitio, al descubierto.

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25/05/2012, 12:18
Fréagulf

Turno 606 (Asalto 9)

Con un alivio más grande que el que jamás había sentido en toda su vida, el ailgratha vio como su duro enemigo caía al suelo lleno de heridas y tras una breve agonía moría sin remedio. Jamás en la vida se había enfrentado a un enemigo tan duro, tan resistente y jamás había estado tan cerca de la muerte como en aquella ocasión. Bien es cierto que Fréagulf estaba en desventaja desde el principio y que de haber sido un combate igualado, ambos a caballo, quizá las cosas hubieran sido muy distintas. Sin embargo eso para Fréagulf no le restaba importancia al valor y la destreza de su enemigo. No lo olvidaría, incluso rezaría a los dioses por él. Las cosas no tenían que haber llegado a ese punto pero nada había salido como él esperaba.

Mem dü, möbemi suemön, no olvidaría esas palabras, trataría de conocer su significado. Honraría su memoria... si salía de esa.

Pero Fréagulf había tenido mucha suerte en este encuentro, lo sabía, y habría perdido la vida de no ser por la aparición en los últimos momentos de aquel extraño tuerto que con su lanza había logrado herir al aisdrag, y lo más importante, abrir una brecha en su ferrea defensa para que Fréagulf pudiera clavar su espada y terminar de una vez con el combate. No dudo, aprovechó su oportunidad. Si algo se le podía achacar a su enemigo era que no había sabido rematar a Fréagulf y se había confiado demasiado, para gracia de este. Sus desafortunadas cabriolas en el caballo le habían acabado costando la vida.

Ahora el alivio dio paso a la relajación, y la relajación dio paso al dolor. El pecho le ardía, apenas sentía el brazo que continuaba sangrando y había perdido tanta sangre que comenzó a marearse. El pulso comenzaba a temblarle y notaba como la vida se le iba, apoyó la espada en el suelo y se dejó caer lentamente hasta acabar sentado, luego su mano soltó la espada, como si ya no le importara, y la llevó a la herida sangrante del brazo izquierdo. Le dolía, ahora que había terminado el combate le dolía demasiado.

Levantó la vista a duras penas hacía el tuerto y trató de hablar. -Gra-Gracias, o-os debo la... la vida.- Su voz apenas era un susurró, un hilo de voz. Notaba como su cabeza se le iba. Con mucho esfuerzo y sin lograr atinar en sus maniobras trataba con torpeza de cerrar la herida de su brazo. Mas no lo lograría el solo.

Su mirada fue una suplica hacía el tuerto, puede que aquel hombre ahora decidiera matarle a él. Que aprovechara la situación para librarse tanto del aisdrag como de él y coger sus cosas. Fréagulf estaba demasiado débil para luchar. Su mirada de suplica decía que acabara rápidamente con él si eso era lo que había venido a hacer.

Notas de juego

Pues ya ves Mandrigal sigo sobreviviendo gracias a mi suerte, desafiando a la muerte una vez más...

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25/05/2012, 19:43
Oin "Yelmogris"

Turno 606

Oin se coloca en su sitio. Se ajusta el cinto, agarra bien el escudo y prepara su martillo. Se asegura que el hacha de su cinto esté bien accesible y no por última vez, echa de menos su ballesta. 

Escupe al suelo y mira a Draupner y luego a Gallindum.

 - Мы в залах Durin ... было очень приятно ... - comenta muy serio y vuelve a escupir mientras mira a Coralak y el otro jinete esperando la flecha mortal.

 

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25/05/2012, 19:48
Oin "Yelmogris"

Nos vemos en los salones de Durin... ha sido un placer...

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27/05/2012, 18:25
Ilidan

Turno 606

 

Ilidan se sobresalto cuando vio venir al jinete hacia él.- Al menos no me cogerían por sorpresa.- Pensó. Se preparó al instante para hacer frente a un enemigo de nuevo. Pero no tarda en reconocer a Coralak.

Sin entrar mucho en detalles innecesarios por el momento, el numenoreano le contó los funestos sucesos que había contemplado, como Valdir había caído al ver cortado su paso por dos jinetes, y después al ir en su ayuda lo había echó Elendur. - ... ¿y el resto?.- Preguntó para saber la suerte de los integrantes de la caravana.

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27/05/2012, 21:19
Coralak (Hijo de Agranil)

Turno 606

 

Coralak escuchaba a Ilidan mientras contemplaba a lo lejos los cuerpos sin vida, los caballos a su aire y el sol ocultandose. Tardo en reaccionar...

- Estan alli - dijo señalando el punto donde Ilidan y Elendur los habian dejado antes de marcharse. Coralak estaba impactado - Malditos bastardos...  hemos de avisar a Gallindum, habra que recuperar sus cuerpos y darles digna sepultura... - Estaba apenado

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28/05/2012, 09:00
Draupner "hiendeescudos"

Turno 606

Draupner tomó posición pero siguió en la misma actitud, alerta pero relajando sus músculos para evitar una sobrecarga innecesaria antes de tiempo. 

- Вече се опитва да избегне отговорността?Ти ме забърка в конвоя и да ви придружи, за да изпълни задължението си до края, старото джудже.- respondió todavía con una sonrisa a las palabras de Oín.

- ¡Venga señores, hagamos de esto una anécdota más de este viaje! - arengó al resto de sus compañeros.