Partida Rol por web

Caminamos por la concurrida calle más bien en silencio. Cada uno adentrándose en sus pensamientos y aislándose del resto.

-Bueeenoo - dije, intentando abrir un poco de conversación-. ¿A qué os dedicáis? - pregunté a los dos chicos que nos acompañaban-. ¿Qué hacéis en vuestro día a día? -sonreí intentado parecer amable. La verdad  se me daba un poco mal abrir conversaciones, pero el silencio no me gustaba-. Vaya con el alcalde, ¿eh? ¿Qué se tendrá entre manos?

Parece que la chica trata de iniciar una conversación, sinceramente no he hablado demasiado con mujeres, y ahora me doy cuenta cuando el temor cierra mis pulmones para evitar que hable.

Aun así consigo vencerme a mi mismo y contestar.

-Soy alumno de a universidad local, estudioso de ciencias físicas. - De nuevo siento que se fijará en mi corta edad y en que no debería estar en la universidad aún, pero es lo que soy.

-Me dedico a buscar conocimiento, en concreto ahondando en los estudios arcanos. Y lo del alcalde...todos ocultamos algo siempre, sea una tontería o algo grave, y esta vez va a ser de las segundas.

Lo cierto es que me parece muy curiosa la desconfianza generalizada en la figura elegida de forma democrática para dirigir el pueblo. Yo no pude elegirlo, pero me parece que un alcalde electo se merece mi respeto hasta que demuestre verdaderamente que está haciendo las cosas mal. Inocente hasta que se demuestre lo contrario.

Sin meterme en la conversación seguí un poco separado al grupo, mientras pensaba que estarían haciendo ahora en mi ciudad, si me buscarían o no.

Supongo que ahora es el turno de Ireth, por lo que consigo armarme de valor y decir:

-¿Y tú?

Intenté eludir la pregunta, como ya hiciera con Bellis.

-¿Yo? Nada importante - dije, sonrojándome y mirando las tiendas de las calles como si fueran lo más interesante que había visto en mi vida.

Callé un segundo y luego dije:

-¿En serio estás en la Universidad? - pregunté con los ojos como platos -. Uaahh,qué bien. Eres muy afortunado, que lo sepas - le dije, señalándolo-. Y tú - me dirijo hacia el otro muchacho- autodidacta, digamos - me sorprendieron sobremanera. Ahora que los miraba me sentía verdaderamente pequeña y estúpida-. Qué bien, qué bien - dije-. Cuánto conocimiento junto -sonreí-. Si el alcalde no soluciona esto, ya sabemos qué debemos hacer las gentes del pueblo - comenté mirándolos-, pediros consejo, porque seguro que nos sacáis de ésta- reí, como si fuera el mejor chiste del mundo.

Qué tonta que era.

Esbozó una sonrisa educada ante el comentario de la chica.

"No me considero poseedor de la Verdad...aún no, pero quizá se pueda hacer algo para ayudar"

Dudo que una mujer atractiva no tenga nada interesante en su vida - Pienso, pero jamás llegaré a decirlo.

-Desde luego si se pide consejo estoy dispuesto a darlo - Me giro hacia Nathan - Soy práctico, y no creo que la solución nos llegue por arte de magia, llegará por el esfuerzo de los hombres en resolverlo.

Quizás haya sonado ofensivo para el ocultista, pero no se otra forma de expresar lo que pienso, no soy muy dado a las relaciones sociales.

La sonrisa se amplía aún más en el rostro del chico:

-Es normal sentir desconfianza. Al fin y al cabo, unos cuantos "genios" decidieron que los Arcanos serían secretos al alcance de unos pocos, y el secreto y cifrado se han asegurado de que éso sea así, y la gente común no tenga mucho trato con ello...pero te sorprenderías.

Carraspeó y continuó:

-Siempre he sido bastante curioso, de ahí mi actual ocupación, a si que no estoy del todo desinformado acerca de lo que estudias, aunque seguramente no llegue a tu nivel. Pero, ¿te has parado a pensar alguna vez en un mecanismo alimentado por, digamos, otras energías? Sería algo que revolucionaría tu campo de estudio.

-Seguro que estáis destinados a hacer algo. Tú también, ¿eh,Bellis?- dije-. Mi abuela siempre me lo decía. Para bien o para mal, cada uno de nosotros tiene un fin, un destino. Nadie nace en vano. Cosas de abuelas - dije, quitándole importancia con un gesto de la mano.

Agacho un poco la cabeza para pensar, quiero responder al comentario de Nathan, pero pienso cómo hacerlo de forma no ofensiva.

-Puede que aparezca algo que cambie radicalmente nuestra comprensión del mundo, pero seguiré dedicándome a estudiarla y comprender por qué es así, jamás trataría de utilizarlo por el mero hecho de poder hacerlo.

Antes de dar tiempo al mago a contestar, me giro hacia la chica.

-¿Y cuál es tu fin entonces? Yo el mio lo tengo claro.

Sonreí al muchacho.

-Yo el mío no, cielo - le contesté y bajé la vista al suelo-. Aún no sé qué se supone que debo hacer. A veces pienso que debería coger todas mis cosas y marcharme de aquí. No siento que este sea mi hogar... al menos, ya no - levanté la vista y cambié la cara por completo-. Pero, no frustrarse, a su debido tiempo todo llegará - aseguré con determinación y con una amplia sonrisa en el rostro.

-Pues yo espero que mi destino sea una espada atravesándome-Digo seriamente-Ese es el mayor honor, morir en el campo de batalla-Comento-Pero nada de flechas, si no por una espada, en medio de la batalla de mi vida

Morir... ¿Cómo puede una persona buscar la muerte?

-Pues yo desearía vivir para siempre. Es una lástima que sea imposible de lograr, pues al fin y al cabo, si todas las partículas terminan perdiendo su energía, la vida es perecedera.

Escuchaba sus futuros con entusiasmo. Era agradable que en un pueblo de mala muerte como este hubiera gente con ambiciones e inquietudes.

-Vaya, qué decididos que sois- dije, sonriendo.

Seguimos caminando. Hacía mucho tiempo que no charlaba de temas tan interesantes y el tiempo se me pasaba volando.

-Bellis - le miré-. ¿No podrías intentar recordar un poco más de lo que te ocurrió ayer?- le pregunté-. Quiero decir, si pudieras recordar cómo era el bosque, qué árboles, si había algún riachuelo, no sé. Yo no he salido jamás del pueblo, pero a lo mejor ellos sí, entonces, puede que sepan por dónde viniste. Podríamos desandar tus pasos y llegar a tu pueblo- supuse, deseando que no se notara mucho mi deseo de salir de allí. Ese pueblo me ahogaba y hubiera vendido mi casa y todas mis pertenencias por salir de allí.

Niego con la cabeza tan pronto como escucho que quizás yo haya abandonado el pueblo.

-Lo siento, pero llevo toda mi vida aquí, no conozco otro lugar para poder reconocerlo con una descripción, sin embargo si me describes qué ocurrió quizás logre explicarte cómo llegaste aquí.

-La explicación más lógica sería un mal paso en algún punto del bosque. Pero un gran hombre dijo una vez que, si quitamos lo imposible de nuestras deducciones, lo restante, por improbable que sea, es lo verdadero. Además, ésa espada no tiene mucho de normal, ni muchos aceptarían lógicamente la existencia de algo así sin tildarlo de truco barato.

Me siento claramente atacado con ese comentario y me veo obligado a responder quizás de malas formas.

  -Yo no tildo todo de truco barato, pero trato de comprenderlo desde un punto de vista real, no me limito a decir "son cosas que no puedo entender", si existe se puede comprender con estudio y dedicación; y cuando algo lo entiendes, puedes dominarlo a la perfección.

Levantó las manos riendo:

-Quieto, vaquero...no era un ataque de ninguna clase, no hace falta que te enerves. Aunque en esencia, tu y yo buscamos lo mismo, comprensión...solo que en áreas diferentes.