Partida Rol por web

Os encontrais en medio de l plaza harper situada frente al alluntamiento de la ciudad, el alcalde esta haciendo un anuncio de que creara un comite de expertos que intentara buscar solucion al problema de la ciudad con el suministro electrico y alimenticio

Escuchaba al alcalde sin demasiada atención. Todo el mundo lo miraba expectante, pero a mí me parecía un farsante. Estaba segura de que él sabía lo que le pasaba a la electricidad del pueblo, tan solo era que no nos lo quería contar por la misma razón que todos los políticos callan: dinero.

Bufé y me di media vuelta. Para escuchar tonterías, mejor me hubiera ido al mercado que allí las señoras no hacen más que inventarse sandeces.

Caminé hacia el exterior del círculo de personas que se había formado para escuchar al alcalde con gran dificultad. Entre codazos, me iba abriendo paso.

-Perdón, perdón - me disculpaba automáticamente y sin mucho entusiasmo-. Perdón, disculpe, señor, no lo había visto.

No entendía nada de lo que decía esa persona ni sabía que rango ocupaba, no me acordaba de nada desde que me había encontrado a Ignis y aún llevaba puesta mi armadura la gete llevaba ropas muy raras y hablaban de algo extraño algo sobre un suministro "ecléctico"-Me acerqué a una mujer que me pegó un codazo-Oye ¿Qué es eso del suministro "ecléctico" y donde estamos?-Miro a la persona que estaba hablando-¿Y quién es ese?¿El rey?

Sonreí ante la mala pronunciación del hombre y ante su insinuación de que el alcalde podía ser un rey.

-No, no - dije, riendo-. Ése es nuestro alcalde -dije, señalándolo con la barbilla - y está hablando sobre el suministro eléctrico - pronuncié despacio, para que me entendiera bien-. ¿Dónde ha estado todo este tiempo? ¿Acaso no se ha enterado de los problemas que viene sufriendo el pueblo desde hace.... ni yo misma lo sé? - me quedé mirándolo, curiosa-. ¿De dónde es usted? - pregunté, frunciendo el ceño-. Está en Ciudad Esmeralda, cielo. Compruebe si no se ha confundido de pueblo - dije, burlona y continué intentando salir de entre ese gentío.

-No se donde estoy, lo último que recuerdo es estar saliendo de un bosque-Digo algo confundido-Vengo de una ciudad de grandes guerreros, pero no tenemos nada de esto ni e-lec-tri-ci-"daz" ni alcalde, no se que es eso de alcalde-Sigo a la joven porque al parecer ella era autóctona de este lugar-Me he despertado en este lugar no se como, debe ser cosa de brujería-Digo nervioso ante esa perspectiva-¿Y que problemas está pasando esta ciudad?¿Hay algún tipo de guerra?

Mi desconocimiento de ese modo de vida se veía a la legua, los problemas de mi gente era la guerra, solo nos dedicábamos a eso, los esclavos hacían todo lo demás y todos los hombres de la ciudad eran criados para la guerra.

-¿Saliendo de un bosque? - pregunté, girándome para mirarlo atentamente. Dejó de parecerme un loco para pasar a una persona totalmente perdida-. Ven conmigo. Te invitaré a una taza caliente y me contarás todo lo que recuerdes - le tomé de la mano y lo conduje por entre el gentío hacia la vacía calle.

Al rato, llegamos a mi casa. Era verdaderamente pequeña, pero, para mi sola y para mi mascota, era más que suficiente. Atravesamos el pequeño jardín y abrí la puerta.

-Coco, aparta - dije a mi hurón negro -. Sí, ya sé que tienes hambre, un momento. Tenemos visita, sé amable - le avisé. El pequeño hurón olfateó al desconocido y se escondió en su pequeña casita de madera-. Te tiene un poco de miedo. Eres demasiado grande para lo que él está acostumbrado - le expliqué -. Pasa, pasa - le invité- y ponte cómodo.

Señalé el par de sofás colocados en ángulo que estaban en el salón. Me quité la chaqueta y me dirigí hacia la cocina. Cogí dos tazas de té y serví un poco en cada una de ellas.

Volví y le tendí una al hombre.

-Tómala. Está caliente y te reconfortará - me senté en el otro sofá y le miré -. Bien, dime todo lo que recuerdes.

Estoy escuchando el discurso del alcalde, pero ya sabía todos esos problemas. He estudiado las instalaciones eléctricas del pueblo y soy consciente de todas las irregularidades que pueden surgir.

-Normal, con el poco suministro que tenemos y el gasto es imposible que consigamos tener suficiente energía para abastecernos. ¡Deberían mejorar las instalaciones!

Supongo que para la gente que me rodea debe ser chocante que un chico de mi edad hable de los temas energéticos, pero ya estoy acostumbrado. ¡Que se fastidien!

Pues desde el momento que te conté no recuerdo nada-Digo mirando extrañado el sofá-Soy de una ciudad en la que se nos cría desde niños para luchar-Digo mientras acepto la taza-Gracias-Pegué un sorvo y seguí hablando-Yo era uno de los mejores pero siempre me las ingeniaba para estar con...-Pensé que no era el mejor comentario-Para no luchar, así que no llegé a ningún puesto importante, un día fuí de caza a un bosque y empezó llover, acampé en una cueva, y había una llama que se transformó en esta espada-Digo enseñándosela-Pero al día siguiente cuando estaba saliendo del bosque...nada, lo último que recuerdo es estar en la plaza, nada más, siento no poder ser más específico-

Observo al hurón y sonreí-Siento asustarlo, es bastante bonito-Comento mientras doy otro sorvo al líquido de la taza-Gracias por todo, mi nombre es Bellis-Termino, pues la chica me había llevado a su hogar y no me había ni presentado

Pongo el post solo para Ireth así no nos liamos entre nuestros post ^^

El discurso del alcalde era aburrido, como la mayoría de los discursos de políticos.

"Y siempre ocultando la verdad...¿qué tendrá, que nadie quiere que se sepa?"

De pie, cruzado de brazos, escuchaba distraídamente al hombre mientras tenía la mirada perdida en su dirección.

"Es increíble que la gente le crea y aún no haya hecho nada para averiguar que pasa. En fin, me voy a consultar libros, quizá encuentre algo útil".

-Es decir, que no recuerdas nada - resumí.

Me eché hacia atrás en el sofá y me quedé mirando al hombre.

-La verdad, esperaba que fueras de más allá del Muro - dije, sonriendo-. Pero, bueno, lo mejor será que te quedes en algún sitio a descansar. Puedes hospedarte en un pequeño lugar que hay aquí cerca.

Me levanté y cogí las dos tazas. Las llevé a la cocina y me puse de nuevo la chaqueta.

-Venga que te acompaño y te digo dónde está - sentí hambre de repente. Miré al hurón que me acariciaba las piernas-. Ah, sí, perdona - volví a la cocina y saqué un poco de comida para el animal-. Aquí tienes, Coco.

Me dirigí a la entrada y abrí la puerta.

-Vamos - le apremié-. Ah, por cierto, yo me llamo Ireth. Encantada - me presenté y cerré la puerta en cuanto salió Bellis-. Bueno, y, no sé... Cuéntame algo más. No sé...Si te diese un mapa, ¿sabrías situar tu antigua ciudad?- le pregunté, mientras caminábamos por la estrecha calle de tierra.

Conforme me doy la vuelta para marcharme de aquel infructuoso discurso, me doy de bruces con un chico mayor que yo pero consideráblemente más bajo. (Nathan)

-Oh, perdón - Me disculpo indignado por mi comportamiento.

-Pues no se, supongo que sí-Digo medio convencido-La verdad que no hay mucho que contar, siempre me he estado entrenando, desde niño cuando tenía diez años, no he tenido tiempo para nada más, no creo que te guste mi cultura, viven por y para la guerra, a ojos extraños, parecemos bárbaros, pero nosotros consideramos el combate como un arte, y morir en batalla el mayor honor-Seguramente eso me costaría la simpatía de la mujer, pero no le pensaba mentir, era de donde era y estaba orgulloso.Pero por algún motivo me preocupaba lo que pensara de mí, quizás era debido a que en mi ciudad las mujeres y también los hombres repudiaban a aquellos que mostraban debilidad y yo daba muestras de estar totalmente desvalido en un mundo desconocido para mí, y ella se mostraba amable e incluso me daba alojamiento las tripas me empezaron a rugir.

Por cierto ¿Donde se puede cazar o conseguir comida?-Pregunto-Me muero de hambre, no como nada desde hace mínimo dos días y suelo comer mucho-Odiaba tener que pedirle mas hospitalidad así que estaba dispuesto a conseguir la comida por mis propios medios.

-Uhm, no, no, la culpa es mía, iba distraído...y es que con ésto, si no te pones a pensar en otra cosa, te aburres enseguida de oir sandeces...

-No te creas que son tantas tonterías, es cierto que tenemos un serio problema energético. He estudiado el suministro energético del pueblo, y a mi modo de ver consumimos más de lo que podemos generar.

-Vaya, tenemos un estudioso aquí, ¿eh? No, las tonterías son lo que dice el alcalde, no el problema. Sabe más de lo que dice, como buen político. El por qué de ocultar la verdad a la gente se me escapa.

Me parecía fascinante lo que me contaba Bellis. El hecho de que no fuera de este pueblo de mala muerte, le confería un aura de misterio y misticismo al cual no me podía resistir. Deseaba hacerle más preguntas, pero hubiera sido indecoroso y de mala educación, por lo que simplemente dije:

-Primero, vamos a ir a un lugar que conozco donde tienen libros y, después, si quieres, vamos a por algo de comida.

Caminamos por las calles del pueblo aún un poco desiertas, aunque podía verse a varias personas ya atendiendo sus negocios y charlando entre ellos.

-Mira, allí es donde vamos -señalé una tienda con un letrero de madera-. Venden libros y demás, pero también tienen cartas náuticas y mapas. Quizá podamos ver uno y así descubrir de dónde eres, ¿vale? - sonreí y seguimos caminando por la ancha calle que a medida que pasaba el tiempo se iba llenando con más y más gente.

-Supongo que tienes razón, pero yo al menos no soy quien para juzgar eso. Por cierto, nunca antes te había visto por aquí a pesar de lo pequeño que es el pueblo, ¿eres de aquí?

-Sí, soy de por aquí, pero suelo tener la cabeza hundida en libros o estar curioseando por bibliotecas, a si que no soy muy visible que digamos.

Miró al joven, como evaluandole brevemente.

-¿Y qué me dices de tí?