Partida Rol por web

Vaya, se me olvidaba, aquí no hay gente que trabaje por mí...-Pues yo, no tengo-Miro a Ireth, no quería que tuviera que pagar mi parte, así que miré mi cinto-Puedo vender mi espada, la comida es más importante ¿Sabéis de algún sitio donde me la puedan comprar?

-Buena broma, pero no pienso dejarte que vendas un artefacto como ése. ¡Éso sería un crimen!. Yo no tengo problema en invitar a quien no tenga dinero.

Pero...Yo como demasiado, no puedo depender toda la vida de alguien, tendré que hacer algo-Digo, más me pesaba a mí separarme de la espada, pues era lo único que había obtenido de esa tragedia pero no veía otra solución-Lo mejor será que la venda, y quizás después encuentre otra manera de hacer dinero.

Al menos hasta que nos vayamos de aquí

-Me niego a que éso se quede criando polvo en la vitrina de algún simple aficionado a los objetos curiosos. Insisto en invitar.

Me limito a escuchar la conversación, me sorprende que el arcanista tenga dinero, ¿quizás vende sus trucos baratos al mejor postor? ¿O rompe las leyes éticas de la física de no crear riqueza?

Muy bién-Digo lanzando un suspiro-Pero mantenme la deuda te lo ruego, no puedo estar siempre viviendo de limosnas

-Estoy con él- señalé al mago-. Mirad, podemos invitaros entre él y yo. Y podéis comer lo que queráis, para un día que no como con el lirón, se hace un festín - añadí decidida-. Ah, sí, tengo un lirón, Coco, que es con el que como siempre - aclaré, entre risas.

Una leve carcajada fue lo que precedió la respuesta al comentario del guerrero:

-Las limosnas se dan a aquellos que no se conoce de nada, a los conocidos, amigos, etc; se les invita y se les ayuda. Además, hace mucho que no hablo con nadie ajeno a mis labores, y esta bien desconectar de vez en cuando.

Otra vez Ireth, tengo que apañármelas para que no paguen alguna manera -Si, muy miedoso-Digo sonriendo-Pero la verdad s que parece bastante cariñoso ¿Por qué no lo recogemos y que coma con nosotros?

Muy bién-Respondo a Nathan.

Pero si puedo hacer algo para que no paguen lo haré

-Oh, no- me negué ante la propuesta de Bellis-. Él ya tiene su comida y no creo que quiera venir con nosotros. Le gusta quedarse en casa y, de vez en cuando, cazar un ratón- recordé el "regalo" que me dejó la cama aquel día que vine tan cansada. Buen recibimiento.

Lástima, pero bueno, al menos te libras de las plagas-Seguí caminando y las tripas me rugieron ruidosamente por debajo de la armadura-¿Falta mucho?

Negué con la cabeza y señalé a un edificio bajo, de unas dos plantas, donde el primer piso era el restaurante y el segundo eran habitaciones. Un olor muy agradable nos llegó y, por lo menos a mí, se me hizo la boca agua.

-Aquí es donde te iba a decir que podías hospedarte- le dije a Bellis.

Avanzo con lentitud detrás del grupo, y consigo que Nathan también lo haga. Me dirijo a él en voz baja y con la cabeza gacha simplemente digo: "Gracias".

En un tono de voz apropiado, le dijo:

-No tienes que agradecermelo.

Si y supongo, que estarías dispuesta a pagarlo, de eso nada, antes duermo en la calle.El olor me atraía hasta que entré por la puerta, vi a varias chicas y a un hombre sirviendo cenas en varias mesas, un suculento olor salía desde una sala, apenas visible detrás de la barra-Que hambre-

Nos sentamos en una mesa libre y esperamos a que nos trajeran la comida. No había variedad, así que no existía donde elegir.

-No sabía que mis vecinos viniesen a comer aquí y eso que siempre dicen que van ahogados -cotilleé con una sonrisa en los labios, mientras esperábamos a que nos sirvieran.

-Todos tenemos secretos, más grandes o pequeños.

Dijo el mago, con una sonrisa.

Me levanto de la mesa, y digo- Vuelvo en un momento tengo que hacer una cosa-Dicho esto me voy a un lugar del restaurante alejado de la mesa

- El problema es que algunos consideran secreto a algo que puede hacer peligrar la vida de quien está a su lado - Respondo haciendo una clara analogía al uso de magia.

Espero a que una camarera pase por mi lado, preparado para utilizar cualquier truco sucio-Hola guapa-Susurro mientras la chica se ruborizaba y venía hacia mí

Dime-Dijo

Nada solo quería recalcar lo guapa que eres-Digo con el tono de seducción que nunca me fallaba.

Gracias, quizás podríamos quedar para después, ¡Si quieres te invito a la cena!-Dijo contenta, nunca fallaba el enseñar un poco de músculo a las chicas jóvenes

No quisiera molestar, además somos cuatro...-Comienzo-Da igual, no pasa nada-Me cortó

Gracias-Susurro en un tono sensual casi erótico mientras la chica se marchaba ruborizada.

Cumplido mi objetivo vuelvo a la mesa