Partida Rol por web

En más de una ocasión, durante el viaje, intentó romper aquel silencio tan incómodo. Sabía que la conversación que iban a tener a continuación iba a ser bastante seria.
Redujo la velocidad al entrar a la calle en la que vivían y detuvo el coche unos metros más abajo del portal. El silencio seguía siendo dueño del ambiente.
La luz interior del vehículo se encendió cuando Bea abrió la puerta para salir. Se la veía impaciente. Breck, se quitó el cinturón y se retrepó hacia atrás en el sillón intentando estirazarse. La puerta se cerró y él quedó a oscuras en el interior del vehículo.

Estaba nervioso mientras subía las escaleras y más aún cuando le abrazó. Deseaba que aquel momento no pasase nunca. ¿Por qué todo era tan difícil?

- No, gracias...-le respondió y la siguió a la cocina. Se detuvo en la puerta y miró al suelo mientras escuchaba como rasgaba la envoltura de la pastilla y cómo se deshacía en el agua. De pronto, la miró a los ojos.

Escuchó sus palabras detenidamente y sintió como cada palabra que quería decir no pasaba de su garganta. Se aclaró la voz y avanzó lentamente hacia ella.

-No quiero alejarme de ti, cielo-el tono de voz era delicado y bajo. Casi un susurro- Sin embargo, no puedo evitar sentirme distante...distinto.

Se mantuvo en silencio mientras la agarraba de la mano para acercarla más.

-Quizás debería haberte contado esto mucho antes, pero tenía miedo...-cerró los ojos para luego volver a mirarla- Pensaba que me tomarías como un loco. No quería perderte... Todo ha pasado tan rápido.

Cerró con fuerza la mano que le quedaba libre intentando reprimir todo lo que sentía.

-He querido mantenerte a salvo desde un principio. No sólo de mí, sino de todo lo que mi ser conlleva... Sin embargo, ahora quizás sea yo la persona menos adecuada para estar a tu lado.-tragó saliva. Sus ojos humedecieron y unas pequeñas lágrimas resbalaron por su mejilla-¿Qué pasará ahora... que no somos dos, sino cuatro?

 Hola, ¿dónde te metías? Estaba preocupadísima y David también... - hablaba apresuradamente y con nerviosismo - ven a casa cuanto antes que tengo que ver que estás bien.

 Raven se acerca a ti - ¿qué te parece si damos una vuelta para relajarnos? O también podemos ir a casa para recorger algunas cosas, como tu veas... - su mirada intentaba penetrar en tu interior para ver tus verdaderos deseos.

Estaban a cada lado de la barra de la cocina y aún así había algo intangible que comenzaba a formar un abismo. Decía que estaba distinto, que algo había cambiado irremediablemente, pero ella no entendía como de repente se había encendido ese instinto cuando.

- Breck, no te reprocho que me hayas ocultado quién eres, o qué naturaleza real posees. Es lógico que me mantuvieras al margen porque yo también lo hubiera hecho para no hacerte daño –sonrió dulcemente y agarró su mano. Lo hizo con delicadeza, pero había determinación en su mano, como si no pensaba permitir que la retirara.

- Somos cuatro, pero no vamos a rendirnos por ello. No dejaremos esta lucha sin haber comenzado si quiera –dijo segura de sí misma- No sé el final de nuestra historia, pero todo final tiene un principio… ¡Joder! Qué poética me he vuelto –rió abiertamente.

Dio la vuelta a la barra y se puso frente a él. Llevó sus manos a la cara de él y miró más allá de sus ojos.

- Te quiero.

Fue simple, pero sincero. Breck sabía que ella no era demasiado romántica, pero sí muy apasionada. Si creía en algo luchaba por ello. Lo besó sin pensar que podían saltar chispas, sin pensar que ambos se rehuirían. Lo besó, simplemente lo besó.

- Sin esfuerzo no hay recompensa… Ahora podemos llevar más allá nuestro esfuerzo –Sonrió con picardía-, y todavía nos dará tiempo de recoger algunas cosas para el viaje.

Gorka se ríe a carcajada limpia mientras mira por la pantalla la imagen de la vampiresa ardiendo y retorciendose como puede.

Bueno ahora que hay tiempo tienes que ir a acabar con un asuntillo pendiente... - dice señalando a un monitor de ordenador - mira este es el hombre que tienes que liquidar ya que es testigo de uno de nuestros crímenes o eso o de algo peor; he estado escuchando por rádio y el hombre desvaría sobre cosas sin sentido o eso es lo que dice el psicólogo del hospital, pero puede que cuando vayas algo te suene de algo... - ríe sonoramente.

Se retrepa en el sillo estirazándose y bostezando - bueno estoy al otro lado del trasmisor por si necesitas algo.

- ¡Oh vamos! No está bien reírse así de la gente... la pobre está sufriendo - comenta simulando pena - eres demasiado cruel - le reprocha mientras, con la lengua, elimina los últimos restos de sangre seca que había en sus labios, luego mientras observa el monitor, se deja caer en una de las mesas con gesto despreocupado.

Gorka le informa de su nueva tarea:

- ¿Y por qué eliminar a alguien a quién creen loco...? Está bien, está bien... mejor no arriesgarnos, esos humanos han conseguido sorprenderme alguna vez con sus descubrimientos.

La vampiresa mira detenidamente en el monitor la imagen de su próxima víctima, e intenta memorizar los rasgos de su rostro de la manera mas detallada posible.

- A ver que me encuentro esta vez... - se endereza y coge un arma - nunca se sabe... - sonríe a su amigo - mantenme informada sobre cualquier novedad que surja o sobre algún dato que te parezca relevante...

Hecha una última mirada al monitor en el que aparece Erika para después sonreír de manera retorcida.

En un último gesto se despide de Gorka besándole levemente en los labios y después se marcha andando con gesto picarón hacia el hospital.

Kira no puede evitar sonreir al oir la voz de una conocida, se separó de la enfermería y se dirigió hacia la puerta mientras escuchaba a su "prima" pelearle por no haberla llamado antes.

- Lo siento he estado... algo distraida ultimamente.... voy ahora mismo hacia allí... necesito descansar un poco ¡Hasta ahora!- dijo con su dulce voz y su inconfundible gracia.

Kira colgó el telefono sin darle tiempo a contestar y fue a la casa de MArisa, sacó su llave del bolsillo la introdujo en la cerradura y entró.

- ¡¡Hola!!- le dio dos besos en las mejillas a su prima y otros dos a David.- Ya estoy aquí. Necesito beber un poco de agua si no es mucha molestia.

Se dirgió hacia la cocina esperando a que le sirvieran un vaso de agua bien fresquita, una vez consumido el agua por completo se fue a su habitación hizo su maleta en la que metió una poca de ropa, una biblia y la foto de su familia algo desgastada. Debía ir al aeropuerto con destino a Egipto enseguida por lo que escribió una nota a Marisa y se marchó.

Querida Marisa:
Te agradezco mucho tu acogida en este maravilloso lugar, pero debo ir a Egipto para que mi música se escuche allí y les agrade. Se que he estado poco tiempo pero no te preocupes por mí ya que pronto estaré de vuelta. No se como agradecerte todo lo que has hecho por mi por lo que te dejo mi cruz favorita que espero que te ayude y que a través de ella me recuerdes jeje.
Te quiero mucho y espero que todo os vaya muy bien.
Un beso, Kira.
p.d.: No me olvido de ti David.

Salió de la casa sin hacer ruido e intentando que Marisa y David no se enteraran, dejando la nota en su habitación, y fue al aeropuerto a esperar a alguien conocido o al avión.

Lucca aún aturdida por tantas novedades en tan poco tiempo, agradece la proposición de Raven.

- Sí... Buena idea... Me podrías acompañar a casa, para recoger mis cosas, y podemos charlar... Aún tengo muchas cosas en la cabeza.

Le devuelve la mirada que se queda clavada en la suya como si quisiera adentrarse en la oscurdad.

Se mantuvo quieto y en silencio mientras escuchaba cada una de sus palabras.

"No sé el final de nuestra historia, pero todo final tiene un principio…"...y todo principio una razón. Nosotros, ahora...-pensó abatido. Vio como Bea daba la vuelta a la barra y se colocaba ante él. El contacto con su piel le pareció un pequeño calambre que le recorrió todo el cuerpo, sin embargo, no dijo nada. La miraba, se miraban.

-Yo también te quiero, cielo...- sus palabras fueron cortadas por aquel beso. Tensó cada músculo de su cuerpo para luego relajarse y disfrutar (o al menos intentarlo) de aquel gesto- No lo olvides...

Susurros más que palabras, aún así, reflejaban todo lo que sentía en ese momento.

Los sentimientos, tal cuales, siempre son dolorosos. Siempre... el estar al lado de la persona a la que amas y saber que el simple contacto físico, o la simple presencia puede hacer que la odies como nunca has odiado a nadie. Es difícil actuar cuando quieres hacer dos cosas que se contradicen. Es muy duro amar cuando tú mismo te ves obligado a odiar.

-Sí...-respondió a sus últimas palabras- Podemos preparar algo para el viaje, aunque si te soy sincero no tengo ni idea de qué llevar, qué preparar...

Las palabras que iba a decir a continuación no eran sino un batido de todo lo que le ocupaba la mente en las últimas horas.

-Todo ha pasado tan rápido... Esta guerra...-se detenía bastante al principio, como si le costase hablar- Somos seres extraños, inhumanos, sin embargo no sé cuantos vamos a la lucha. Tampoco sé cuantos hay de cada una de nuestras especies. ¿Crees que seremos suficientes? Es más...¿de verdad piensas que iremos todos a defender lo que nos pertenece?-aclaró ese punto- Nuestra existencia. ¿O simplemente seremos soldados al mando de alguien a quien no debemos por qué respetar?- la miró con tristeza- Me siento utilizado... ¿tú no?

Además estaba cansado. Por lo que se dirigió al salón y se sentó en uno de los sillones.

 Al llegar al hospital todo es un revuelo de gente entrando saliendo al parecer a habido un accidente de autobús o algo parecido, pero eso no es asunto tuyo, tu meta está muy clara matar a un anciano loco, aun haciendo cosas de novatos pero es que en estos tiempos que corren no pueden dejar que nada salga mal, porque al menor fallo todo se derrumba y si son órdenes de Al-Zaharat hay que acatarlas.

Para poder entrar en la habitación tenías que hacer lo que hiciera falta, hablar con la recepcionista y sacarle todo lo que sabe sobre el anciano.

La recepcionista te dice muy amable que esperes que tiene que hacer una llamada telefónica. Ves en su cara que está bastante preocupada con quien habla.*

Fenris lanzo una nueva mirada a Monique esperando ver si ya estaba lista.

-Pues, nosotros tambien deberiamos de prepararnos.. ¿No crees?

Lo cierto es que era realmente una intriga que clase de ser podia ser capaz de poner en jaque a dos razas tan poderosas como los licantropos y los vampiros, pero ahora el estaba metido en la mision de descubrirlo y no pensaba descansar hasta conseguirlo.

El alboroto en el hospital ayuda a la vampiresa a pasar algo más desapercibida de lo normal. Su ropa, casi siempre negra o roja y su constante exibición del cuerpo, no suelen ser factores que le faciliten este tipo de misiones. Aún así, esta vez intenta ser lo más discreta posible y se acerca a recepción de manera sigilosa.

- Buenos días, me gustaría saber algo sobre Alfredo Vázquez... - sonríe de nuevo. 

Mira a la recepcionista con cara inocente mientras que habla por el teléfono y le muestra la mejor de sus sonrisas.

 La mente de la chica estaba turbia pero no te costó mucho leer su mente como un libro abierto.

"Por favor policía... coja el teléfono, la asesina de ese pobre anciano está aquí y tengo miedo... los videos de vigilancia mostraban a otra chica pero es posible que haya cambiado un poco de apariencia. A ya por fín lo han cogido..."

Eso es lo que puedes "escuchar" de la recepcionista.

La sonrisa de Viro se tuerce y hace que la recepcionista deje caer el teléfono haciendo una fuerte presión alrededor de la mano que sujeta el auricular, una vez que éste cae, cuelga con un gesto rápido:

- ¿Qué le parece si me guía hacia la sala donde se encuentran las cintas de seguridad? - dice apenas en un susurro y con voz amable para no llamar la atención - Sé que está asustada Sonia - le dice mirandola fijamente a los ojos - pero yo no soy la persona que usted cree y necesito que me ayude a encontrar a esa mujer, antes de que haga más daño... por favor - aparente preocupación y disimula su ira.

 No puede descubrir que tu excusa es un engaño, cree que lo que le dices es cierto por lo que te lleva hasta las sala donde se encuentran las cintas de seguridad y te muestra la del día anterior.

En ella ves claramente a una mujer con pelo rizado y rubio paseando por el pasillo con una bata de médico y entrando a la habitación del anciano, lo cual te explica la recepcionista, después sale con lágrimas en las mejillas y con la cabeza gacha, puedes saber que es Monique cuando coge una PDA igual a la que Fenris tiene y habla por ella.

Tu ira no puedes apenas controlarla has fallado a Al-Zaharat en dos ocasiones y la anciana no tiene mucha buena mano con los que le fallan, por lo que puedes suponer que pasaría si no haces este trabajo, Monique puede que sepa más de lo que aparenta o no.

Monique se acerca a ti con cara muy sonriente - oui, vamos a recoger las pocas cosas que tenemos en el hotel - le pega un tirón del brazo y espera a que Fenris la siga.

El camino al hotel no es muy interesante, gente por la calle y coches en todas partes. Al llegar al hotel Monique comienza a recoger sus pertenencias, aunque tiene pocas cosas que recoger, venís con lo justo que Kraven os ha dado para el viaje.

Raven muy caballero te acompaña a casa y se espera de pie en la puerta esperando a que le des permiso para sentarse o que le hagas alguna pregunta al respecto. 

Al llegar al aeropuerto miras a un lado y a otro pero no ves a nadie conocido, pero una sensación de que te estaban observando estaba latente en el ambiente, miras a un lado y a otro, pero no ves a nadie.* 

Lo notaba cansado, y también distante. Ya le había dicho que a su lado se sentía intranquilo por su naturaleza. Ella, en cambio, sentía lo mismo de siempre por él. Era frustrante ver como la persona que compartía tu vida sentía repulsión hacia uno. Sólo podía ser paciente ante aquella situación, y sobretodo tenaz.

- Pues no sé qué llevar. Supongo que de momento ropa, enseres… como si fuera un viaje –intentó sonreír pero no pudo, aquello no le resultaba agradable- Un extraño viaje...

Cuando Breck tomó asiento y compartió su inquietud intentó poner sus ideas en claro. Ella sabía menos que él, de hecho aquella noche había descubierto su verdadera condición. Lo curioso es que s se sentía más frustrada que sorprendida. La noticia había caído como agua fría, helada, sobre la pareja.

- ¿Utilizada? Me siento… siento rabia Breck. Siento que esto no tendría que pasarnos a nosotros. Siento que nos iba muy bien y siento temor –comenzó a abrir sus sentimientos- Siento que te alejarás de mí, que irás con alguien como tú. Siento celos de esa chica, de una como tú. Siento que si alguien nos utiliza pagará por ello. Siento que esto se me queda muy grande. Pero tengo que ser fuerte, aunque tú me desprecies por lo que soy.

Lo miró fijamente, con decisión.

- Hasta el último momento lucharé por lo nuestro, pero quiero que sepas que si tú no lo vas a hacer debes decírmelo.

Se quedó unos instantes mirándolo y luego fue hacia la habitación.

- Voy a preparar las maletas, algo ligero que llevar.