Sí quiero ir contigo, aunque no deberías de suponer tanto... - estaba riendo y sabía que lo decía en broma pero un poco de verdad había en sus palabras.
Realmente estaba impaciente por aprender a manejar el arma, no exactamente por una cuestiónde gusto sino de necesidad. Pero tan pronto dijo eso como que se juntaran en parejas para practicar combates. Ahí estaba más sobrada de experiencia pero no sabía con quién ir porque suponía que ahora no podía contar con Breck. Así que se dirigió a Gorka:
- Tengo cierta experiencia con las artes marciales, pero no sé quién queda libre, no creo que llegue Breck.
Veis como Gorka se aprieta el oído derecho y contesta - entendido.
Mira a todo serio - tendremos que practicar en directo, nos vamos, creo que cada uno tiene su destino si no alguien tiene alguna duda que me pregunte, estamos a contrarreloj por lo que coged lo necesario y nos vemos en el aeropuerto en unos minutos - después se dirige a Viro.
Al-Zaharat, me ha dicho que te encargues de Erika, han descubierto que se trata de una traidora por lo que hay que deshacerse de ella cuanto antes, lo dejo en tus manos, seguro que sabrás lo que hacer... - dice Gorka con una media sonrisa dibujada en la cara.
Al parecer no iban a entrenarse, simplemente demostrarían su valía sobre la marcha. Consideraba que aquello era rozar el suicidio, pero lo hacía por Breck. Quería creer que aquello les uniría tras la brutal realidad que había descubierto hacía poco: ella era una Vampira y él su enemigo natural. Sólo una fuerza mayor, devastadora para todo, hacía que hubiera una brecha entre los instintos de su pareja.
- Genial... -comentó sin demasiado entusiasmo- Nos llegó la hora...
Kira se vio por pimera vz con un arma en las manos No puedo creer que tenga que matar a alguien o algo... se acercó a Gorka para decir algo pero se volvió para atrás ¡A ver respira hondo y sueltalo sin miedo!
- ¿Por qué tenemos que matar? ¿No sería mejor hablar? El camino del Señor nos enseña a amar al prójimo... Espero que me hagan caso... me crié entre monjas y si me vieran matar a alguien las decepcionaría es más a Dios nuestro Señor todo poderoso también
Viendo la cara de todos cuando termina de decir eso Kira descubre que lo que ha soltado a los demás les importa poco y que quiera o no va a tener que matar o morirá por no hacerlo...
- Está bien iré... pero no recurriré a la violencia física ni psiquica a no ser que sea estrictamente necesario... ¿vale?- esto último lo dijo algo temblorosa.
Kira se alejó de Gorka y suspiró ¿Dónde estará ahora Lestat? Menos mal que iré con él a Egipto. Salió de la habitación para buscar a Lestat e irse con él al aeropuerto ya que los demás "compañeros" aún eran desconocidos para ella.
Otra media sonrisa se dibuja en su rostro, repitiendo el gesto de Gorka:
- No me caía bien de todos modos... - dice irónica e indiferente - me la llevaré a otro lugar más apartado, aquí sería demasiado... llamativo. Nos vemos luego - se despidió.
Las palabras de Kira la sorprendieron:
Estaba tirada en el suelo, casi sin aliento presionando su herida y mirándote fíjamente - sois estúpidos al pensar que ganaréis en esta guerra estando en este bando, morireis como hormigas, simples y insignificantes hormigas - dice con los ojos en furia y gritando histérica, sabía que era su fin, por lo que rió sin ganas aunque intentando disimular su miedo.
Viro, intenta sacarle información sobre nuestro objetivo antes de matarla - dice Gorka por el transmisor.
Mientras escuchava a Viro pensó que algún día alguien le arrancaría esa lengua de vívora. Era demasiado pedante, y aunque sabía que era poderosa no significaba que fuese invencible. Cuando se marchó de la sala junto a otra mujer se acercó a Kira:
- Sabes, no creo que tenga nada que ver ser lo que somos y creer en un Dios. Si fuera tú adaptaría mis creencias a mi nueva vida... La verdad es que no creo en Dios, ni en nada por el estilo, pero eso no significa que TÚ no sigas creyendo en ello -miró brevemente a la salida, por donde se habían marchado las dos mujeres- ¡Que se joda!
Dio una palmadita a la chica y se dirigió Gorka o cualquier otro vampiro bajo las órdenes de Al-Zaharat:
- ¿Cómo puedo contactar con Breck? Quiero verle antes de partir.
- Prefiero morir sirviendo a mi señora que acabar como tú... - le espetó.
Se acercó un poco a la traicionera vampira y la miró con cara de pocos amigos:
- Tengo poco tiempo y paciencia, así que si contribuyes, ésto va a acabar muy pronto y te prometo una muerte rápida e indolora, si te resistes, prepárate para sufrir las consecuencias y en ese caso espero que lleves bien lo de soportar el dolor y una "leve" tortura - su sonrisa era un tanto macabra - A ver... has hablado de otro bando, ¿quién forma ese bando? ¿Quién o qué exactamente? Supongo que estarás al tanto de que un "ser" vino con intención de llevarse a Kira, ¿qué es? Y, ¿quién? ¿Qué pretenden exactamente? ¿Cuánto saben de la profecía? ¿Sabes si hay más traidores entre nosotros?
Detuvo sus palabras para dar tiempo a Erika a contestar y comenzar con la nueva ronda de dudas, como advertencia le acercó el tacón de su zapato a la pierna y se lo clavó levemente para que se diese prisa.
Mira a Bea con interés - si me dejas unos segundos, miro por los monitores para hayar a Breck - después de observar todos, le contesta a la chica - pues está justo detrás de la puerta, con una muchacha licántropo... Alba, creo que es su nombre, si te esperas otros segundos puedo sacar su ficha policial y médica, jejeje - ríe con voz grave y sonora, demostrando que era broma la proposición pero sin dejar de ser posible el hacer eso.
En mi opinión debería de ir a casa a recapacitar sobre tu nueva vida con Breck y después volver aquí con las pilas cargadas, el tener un punto débil nos hace débiles Bea... recuerdalo y lo peor de todo es que tenemos pocos datos sobre contra lo que luchamos y puede que tengan la habilidad, al igual que muchos de nosotros, de leer las mentes... y que sepan que lo que más daño te haría sería perder a tu licántropo sería su muerte - dice serio pero intentando que comprendas la situación - comprendo que el amor no se elige pero él no será eterno, tú si.
Ves con ilusión como una mueca de dolor se muestra en su cara, sabes que el daño provocado por tu tacón es grande pero aun así tiene fuerzas para hablar - tú y tu estupida cruzada... servir a tu señora no te servirá de nada, vivir sí - y sonríe como anteriormente, son sus últimas palabras antes de ver como un pequeño pero contínuo hilo de sangre brota de su boca y con una sonrisa te mira casi sin poder mantenerse despierta del shock de la situación, tanto dolor hace que hasta los más fuertes se hundan... tu temes lo peor y al abrir su boca lo demuestras la lengua no está en su sitio, a preferido cortarla antes de seguir hablando.
Miras por los monitores que Gorka tiene por toda la sala y ves a Lestat que está en una especie de enfermería usando medicamentos o algo parecido para curar sus heridas.
No esperaba aquel consejo, pero era sin duda lo que pretendía hacer. Necesitaba las últimas horas antes de partir con Breck y hablar seriamente.
- Buen consejo… -comentó antes de mirarlo por última vez y salir por la puerta.
Al abrirla se topó con Breck y la otra licántropa llamada Alba. No sabía de qué estaban hablando y tampoco le interesaba. Si quería solucionar algunos puntos de su cada vez más difícil solución debía estar dispuesta a pasar por encima de quien fuera.
- Breck… -llamó su atención- Quiero volver a casa antes de marcharnos.
Su actitud, que resultaba firme y fría en aquel momento, era conocida por su novio como una forma inevitable de conversación. Sólo esperaba que no pusiera una excusa.
Breck se sorprendió al ver aparecer a Bea a través de esa puerta y, antes de poder asumir que se encontraba ante ella, aquellas palabras viajaron rápidas hacia sus oídos.
La miró detenidamente después de escucharla sin moverse apenas. Sus facciones había cambiado, físicamente no era la misma. Aunque tenía grandes esperanzas en que nada de lo que sintiese hubiese cambiado con su "transformación".
-De acuerdo, Bea...-sabía perfectamente que iban a tener una conversación. ¿Qué lugar es mejor que su propia casa? Además... a Breck le apetecía volver a su piso antes de emprender el viaje- vamos a casa.
Se volvió hacia Alba y mientras revolvía su pelo con cariño le habló:
-Se fuerte, ¿vale?- una sonrisa se dibujó en su rostro.
Después tendió la mano a Bea y esperó a que le correspondiese en el gesto para marcharse de aquel lugar.
Kira mira agradecida a Bea por intentar ayudarla frente a la burla de Viro y se fija en los monitores que Lestat se encuentra en la enfermería Debería ir a ver como está...
Sale de la habitación en busca de la enfermería para despedirse de Lestat y volver a darle las gracias, al llegar lo observa desde la puerta con miedo a entrar ¿Entro o no entro? Puf... estoy haciendo el ridiculo mejor me marcho a casa a rezar por todos nosotros.... nos vendrá bien ya que vamos hacia una muerte casi segura... mmm... ¡voy a entrar! No mejor no..., mientras está pensando se mueve de un lado a otro como debatiendo con alguien pero la verdad es que está hablando totalmente sola. Coge su móvil para ver la hora Mejor hablo con él mañana... ya que seguro que está cansado....
Empieza a marcar el telefono de Marisa para saber si estaba en su casa.
- ¿Marisa? Hola, ¿estás en casa?
La impaciencia y la ira se apoderan de la vampira:
- Si crees que te la vas a librar haciendo eso estas muy equivocada... - le dijo mientras al tenerla agarrada por la mandíbula, clavaba sus afiladas uñas en la piel de la joven dejándole marca, y después le lanzó la cabeza contra el suelo con fuerza.
La habitación daba a un pequeño patio interior abandonado siglos atrás. Viro aprovechando la imposibilidad de la chica para moverse, salió al patio y divisó la zona mientras su mente iba creando un nuevo sistema de tortura.
Cuando entró de nuevo en la habitación para coger el material que usaría, Erika intentaba débilmente acabar con su frágil vida, y Viro por su parte la detuvo, y luego cogió su cara con fuerza y la obligó a mirarla a los ojos:
- Ahora vas a saber que ocurre cuando las "personas" como tú me cabrean... - los ojos de la vampira brillaban deseosos de sangre, su sonrisa era torcida y su gesto impenetrable.
Arrastró a la muchacha hasta el patio donde la podía tener vigilada y acto seguido, cogió unas cadenas. Éstas eran gruesas y de un metal algo oxidado aunque serviría. Eran muchas las ventanas que daban a ese patio y eligió dos bien altas, una enfrente de la otra y a cada una le enganchó fuertemente una de las cadenas.
Una vez hecho esto obligó a Erika a levantarse, la vampira se resistía e intentaba por todos los medios agarrarse a cualquier cosa que impidiera su avance hacia la muerte, pero Viro tenía en aquellos momentos mucha más fuerza y la arrastraba sin esfuerzo.
De manera dificultosa debido al continuo movimiento de Erika, Viro consiguió que los extremos de las cadenas se enganchasen alrededor de su cuerpo, haciendo presión e impidiendo que pudiera moverse, pues estaba rodeada de cadenas que la retenían. Sus pies no tocaban el suelo e intentaba deshacerse del abrazo del hierro, pero la sonrisa de victoria de la que era la mano izquierda de Al-Zaharat, indicaba una innegable derrota por su parte.
La última parte la concluyó en cuestión de minutos, ésta consistía en juntar madera vieja de antiguos muebles a los pies de la inmovilizada traidora, y luego verter aceite de una de las lámparas y seguidamente prender fuego a la improvisada hoguera. El fuego aumentaba poco a poco, y Viro lo avivaba cuando era necesario. Y aunque al principio las llamas no llegaban a tocar sus pies, sin embargo el calor sí que la alcanzaba y le iba quemando poco a poco, mientras el fuego ascendía rozando su piel y carbonizándola.
Era un proceso lento y Viro no tenía tiempo de quedarse a esperar, así que una vez que se aseguro de que su plan no fallaría, le lanzó un beso con cara pícara a la chica y le guiñó un ojo de manera seductora antes de marcharse, y dejando atrás los gritos desesperados y cargados de dolor de Erika cerró la puerta tras de sí y se dirigió hacia la sala de I+D.
- ¿Gorka? ¿Estás ahí? Me he entretenido un poco más de lo que debería y además no he conseguido sonsacarle nada a esa traidora, lo siento... aunque me he divertido un poco... - sonrió - ¿hacia dónde tengo que dirigirme ahora? ¿Qué me he perdido mientras estaba ocupada?
No apartó la mirada mientras la observaba, ella no era de las que desviaba los ojos. Se mostraba firme, decidida, pero también estaba cansada. Mientras se alejaban de allí, agarrados ambos de la mano, no pudo evitar pensar que si no hubiera sido por aquella coincidencia Breck hubiera terminado por marcharse antes de contarle qué era en realidad. Decidió que lo mejor era aguardar hasta que llegaran a casa.
El trayecto fue tranquilo, pero silencioso. Ella estaba pensando, intentando buscar los puntos de los que quería hablar antes de soltar lo primero que se le ocurriera y estropearlo todo. Ella tenía un carácter fuerte cuando se trataba de cosas importantes, y aquello lo era, y mucho.
En la seguridad de su casa, una vez dejado atrás aquella reveladora noche, se abrazó a Breck deseando que con ese sencillo gesto todas sus preocupaciones se resolvieran. Pero no era así, no tan fácilmente.
- Voy a tomar una aspirina, ¿quieres algo? –dijo mientras se dirigía a la cocina.
Intentó no parecer demasiado nerviosa, aunque la verdad es que estaba sumamente preocupada.
- Breck… cielo… ¿qué será de nosotros? –preguntó con tristeza- Si tú y yo somos tan distintos, ¿por qué no te habías dado cuenta antes? ¿Por qué de repente noto que quieres alejarte de mí?
.