Partida Rol por web

Siguiendo a los ancianos, Zadkiel entró en la oficina del pastor Louis, observando detenidamente todo el lugar en busca de algo que pudiera serles útil. Les dejó entrar primero a los ancianos, y luego se acercó al escritorio, en donde el teléfono aguardaba para hacer aquellas llamadas.

-¿Conocen u´tede´ los número´ de teléfono? les preguntó Zadkiel mientras descolgaba el aparato con intención de realizar el mismo la llamada Tengo mu´mala memoooria, y no llevo móvil para apunta´ ningunoo.

Según hablaba, vió a sus compañeros entrar en la oficina detrás de los ancianos y disimuladamente les hizo un gesto con la mano, para que se dieran prisa en investigar como pudieran la oficina mientras él entretenía a los viejos y realizaba la llamada.

No tengo ni idea de lo que sabrán en esas otras iglesias, pero algo me dice que estamos ante la oportunidad de averiguar algo más de todo esto. Pensó de manera optimista.

Respiro profundo varias veces para intentar serenar al cuerpo de Constance. Era lo que me temía. Estaba enamorada del Pastor Michael. Seguramente la foto que guardaba en su bolso era de el. Tal vez no había sido tan buena idea que sugiriera que lo llamemos. Si lo veía las cosas para mi envase se iban a complicar y mucho. O tal vez podría ir y confesarle abiertamente que “yo” estaba enamorada de el y tal vez ayudar a la joven. Pero no creía que sea buena idea. Me acerco a Eddgar con expresión preocupada.

-¿Estas bien? No tienes buena cara...-

Le digo de manera sincera, cruzándome de brazos y sentándome a su lado para escucharlo. No tenia buena pinta para nada. Ni el ni Eva. Tal vez deberíamos dejar para el día siguiente la búsqueda de Ruthiel y de los demás.

- Bueno, la verdad es que me noto demasiado cansado como para ser de ayuda aquí... Mi mente no me permite ver nada, recordar nada sobre Arnold y lo que conocía él... Deberíamos descansar, al menos yo lo agradecería, y quizá mañana estuviese en mejor estado físico y mental como para servir de ayuda al grupo. - respondo a la jovencita que se ha acercado con aire preocupado a mí.

De todos modos, -le susurro para informarle:- creo que estos dos han ido a investigar en el despacho del pastor...

Eva y Zadkiel son los únicos que avanzan hacia la oficina, siguiendo al Hermano Eric, que se mueve con paciencia pero con entusiasmo. Pronto van tras bambalinas, y caminan por uno de los pasillos tras el podio principal. Allí llegan a una pequeña sala, con un par de sofás negros y una mesita, Así mismo, hay una mesa más grande que tiene varias bolsas con víveres. El hermano Eric continúa sin detenerse, solo estira la mano y enciende la luz, un bombillo en la pared arroja luz amarillenta sobre todo el lugar. En la pared hay un afiche que muestra un cielo azul, y dos mujeres con túnicas blancas y largas.

"Busca siempre el camino y el consuelo entre tus hermanos"

Rezaba la leyenda. Había dos puertas al final, una de las cuales tenía el nombre "Pastor Louis". Sin duda se trataba de su oficina. El viejo dudó unos instantes y la abrió, encendiendo el otro interruptor.

Es un sitio cómodo y amplio, hay una biblioteca cerca a la puerta, de las que uno se esperaría encontrar en una casa, de un color suave, lleno de volúmenes y pequeños libros de superación personal, con esos nombres tan provocativos y originales, "En camino del éxito", "Superando las dificultades", "De la mano de Cristo" y varios etcéteras, declinaciones y parecidos.

Luego, sobre la pared hay un calendario, con la imagen de una playa y unas letras amarillas enmarcando "JULIO", abajo, los días del mes, con anotaciones cotidianas como "pago de servicios", "Impuestos" y el día 12 (es decir, mañana), encerrado en un círculo Rojo, con la palabra "El gran día". Después de este día, no hay otra anotación.

El escritorio, está casi intacto, varios folletos están organizados en una torre, un bolígrafo negro, un marcador rojo y un teléfono negro de rueda reposa. Las sillas del frente, son de madera, parecen sacadas de un comedor, la silla del pastor (donde él se sentaría) es un poco más alta y elevada. Atrás, hay un portabiblia con soporte, con la biblia cerrada (con un pequeño seguro abrochado). En letras góticas y doradas, sobre el volumen negro, se puede leer "Holy Bible", y la lengüeta roja y delgada sobresale de alguna página de la mitad, destacando que los bordes son dorados.

Cerca hay otro afiche, esta vez muestra varias mujeres en túnica, parecen estar en un coro, cantando, la luz cae sobre ellas. "Sintonízate con nosotros, podemos llevarte a la salvación".

El hermano Eric tomó el teléfono, levantó la bocina y mira a Zadkiel cuando hace su comentario -¿móvil?- pregunta confuso y tras un pequeño silencio incómodo -No importa, me sé el teléfono-, empieza a marcar, dándole vueltas al disco del teléfono. Pasan unos instantes, y del otro lado hay comunicación.

-Con el Pastor Michael por favor, es importante... soy Eric Robinson, sí, de la congregación de...- anuncia expectante, al parecer es interrumpido, pero él continúa -Es sobre el pastor Louis, por favor...- y luego silencio.

-¿Pastor Michael? Pastor Michael! que alegría oírlo, que Dios le bendiga... si, si... Pastor... dígame, está con ustedes el Pastor Louis... es que... no está con nosotros...- la expresividad del viejo baja, e incluso desde este lado del auricular, su forma de decirlo parece algo... sosa.

Zadkiel y Evangelia desaparecen tras el hermano Eric, mientras los ancianos se quedan con ellos, conversan entre sí, consternados y preocupados por lo que está sucediendo. Eddgar no parece tener buen aspecto y su fatiga empieza a notarse a través de los gestos de Arnold, su envoltura mortal. Anastacia parece tener que lidiar con otras preocupaciones propias. Los ancianos, encabezados por la triste hermana Leonor se acercan a los dos ángeles en cuerpos humanos.

-Hermanos... venid! oremos por que logremos encontrar al pastor Louis, es necesario que el señor nos de una luz y una esperanza, ya que todos los miembros de esta congregación necesitamos de la sagrada y sabia dirección que nuestro líder espiritual nos proporcionaba... el pastor Louis es como un ángel que el señor envió para nosotros...- y los ancianos asienten sonriendo con inocencia, y se toman de las manos.

-Venid, venid- invita la hermana Leonor, para que se unan.

Observo a la mujer sonriendole con todo el carisma posible. Mientras me mantenía sentada al lado de mi compañero.

-Perdónenos hermana, pero aquí mi compañero esta cansado y no se siente bien, me quedare acompañándolo para velar que no se descomponga...-

Le digo intentando ser lo mas convincente posible, aunque decía la verdad. Me preocupaba Eddgar y que se sintiera mal, no podía dejarlo solo, menos siendo alguien que curaba enfermos con su maestro. Era mi obligación estar con el en su malestar.

- Hermana, nos uniremos a las oraciones si me permiten el seguir aquí sentado, la desaparición del pastor ha sido muy de sopetón y ciertamente no me encuentro muy bien. - le digo a la anciana alzando una de mis manos por si quiere sentarse a mi lado para orar sin necesidad de tener que moverme yo ni hacerlo por consiguiente Anastacia, a la vez que miro a mi jóven compañera agradeciéndole el gesto con la mirada.

Eric llama, bien bien, estos llorones incompetentes parece que al final serán de alguna utilidad. Nunca habia pasado tanto tiempo entre humanos, y de lo que había oido a lo que he visto hasta ahora... He tenido una gran decepción

Esperaba fueran más lúcidos, más astutos, y no es que precisamente Evangelia fuera ninguna lumbrera...

Eric habla por el telefono y doy un codazo a Walton, al mirarme le señalo el día de mañana en el calendario, acompañando el gesto con una extraña mueca interrogante.

Leo con irreverente curiosidad las frases que rezan bajo las inspiradoras imágenes y entonces veo la llamativa biblia, que excéntrico libro, la palabra de Dios debería ir en nuestros corazones y ser expresada por todos de igual manera

Sonrío al pensar en la extravagante idea de que Dorothy monte una capilla donde todos los fieles den sus sentimientos como sermones, y su rostro de nuevo se volvió taciturno al recordar el comportamiento despectivo de los policias y la devoción incondicional de los creyentes de esta secta hacia un solo hombre, los hombres aún estaban a muchas millas de comprender a Dios.

Walton asintió con la cabeza a lo que Eva le acababa de indicar, el también lo había visto y aquella fecha señalada en el calendario no le indicaba nada bueno.

¿Que diantres será ese gran día? Pensó con curiosidad Estos fanáticos están tan obsesionados con su fe, que no me extrañaría que esta también sea una de esas sectas que acaban en un suicidio colectivo y es eso lo que más me preocupa. Espero que al menos la desaparición de Louis pueda servir para detener o atrasar eso, si es que se trata de algo así, claro.

Se giró y observó la conversación que Eric mantenía por teléfono, por lo que parecía Eric había conseguido contactar con otro de los líderes, aunque no estaba seguro de si aquello era una buena o una mala señal. Tras mirar detenidamente todo el lugar se inclinó sobre la mesa, dando a entender su interés por la conversación, aunque lo que realmente quería era investigarla más profundamente.

Vamos aver si aquí hay algo... una carpeta, un informe... lo que sea.

La hermana asiente, y en poco tiempo, ella y los otros dos ancianos restantes, se toman de las manos y los toman a ustedes con una familiaridad que los hace reaccionar de inmediato, por costumbre o por reflejo, Arnold y Constance se toman de las manos, un breve atisbo y un fuerte recordatorio de que Eddgar y Anastacia solo son residentes en otros cuerpos humanos y deben tratar de armonizarse todo lo posible. Más trabajo, más esfuerzo, más dificultades.

Tras un solemne y respetuoso silencio, quien toma la palabra es la hermana Leonor. -Hermanos, oremos por el siervo de nuestro Señor, nuestro guía y salvador, quien ha sido un ejemplo y ha conducido nuestra congregación junto con los demás pastores y predicadores, junto con nuestro gran Pastor, para que entendamos y vivamos la verdadera palabra de Dios... oremos para que donde esté en este momento, se encuentre bien, protegido por los ángeles del paraíso, guardianes de quienes son los representantes del Señor en la tierra- hablaba la anciana mujer.

Acto seguido, todos empiezan a entonar oraciones en susurros, lamentaciones, peticiones... el tiempo se pierde un poco en el fervor de estos ancianos, que parecen creer ciegamente en su pastor.

Sobre el escritorio solo hay folletos organizados, que hablan sobre Los Santos de los días del Juicio Final, sobre la redención, sobre Dios y el momento del cambio de vida. Un folleto que por alguna razón estaba en la memoria de Eva y Zadkiel, o más bien, de Dorothy y Walton. El escritorio tiene tres cajones, todos tienen cerradura, por lo que cualquiera podría estar asegurado, no obstante, se necesitaría abrirlos y comprobarlo, en las narices del hermano Eric. Salvo estos cajones y la biblioteca, no hay un archivador o algo más donde se pudiesen buscar documentos o papeles.

Un silencio se escuchaba de este lado, el auricular sonaba a intervalos regulares. -N-no está... v-verá, estábamos orando, en la liturgia y de repente todos entramos en un trance... si, un milagro, y luego... cuando despertamos, él ya no estaba por ninguna parte... le digo la verdad!- comentaba el anciano. Del otro lado venían respuestas, que por el tono, parecían preguntas.

-Si, estamos seguros, avisamos a la policía...- empezó a decir, pero fue interrumpido.

-Si, ¿y con la pastora Helen? ¿avisará?... ¿está seguro? ¿no los ha llamado?- preguntaba, preguntas volaban de un lado a otro de la línea.

-Estamos tan consternados... si, si... por supuesto que si... también espero que esté bien... por favor, avísenos... si, si... ¿mañana? bueno... pues... si, por supuesto que si, le avisaré a todos... estaremos allá, no nos perderíamos el gran día, pero...- ahora parecía que era Eric el que respondía. -... Entiendo, entiendo... Dios mio... que esté bien- la voz de Eric parecía a punto de quebrarse.

Eddgar nota cómo gracias a la pequeña oración y al tacto de aquellas manos de sus compañeros y de los ancianos se siente mejor con Arnold. Eso es, hombretón, pienso para mí mismo como hablando con Arnold aunque no pueda oírme.
Cuando la hermana Leonor termina de hablar en susurros orando y todos empiezan a imitarla, intento hacer lo mismo yo también en bajito, muy bajito, rezando por encontrar una vía de conexión con Arnold. Abro los ojos un segundo para mirar a Anastacia y ver cómo le está sentando a ella la oración grupal.

Zadkiel se maldijo a sí mismo al ver aquellos papeles, no parecía que ninguno fuera a ser de mucha utilidad.

Esto no marcha. Creo que no piensan cambiar sus planes para mañana y eso es grave. Como se trate de algo como lo que me estoy imaginando ya podemos espabilarnos... pensó preocupado.

Miró a Eva, esperándo que ella se hubiera podido fijar en alguna otra cosa que a el se le hubiera escapado y luego volvió a mirar a Eric.

Si tan solo pudiera leer sus pensamientos... pensó con amargura mientras intentaba seguir la conversación telefónica y deducir alguna cosa de lo que fuera que estuvieran hablando. La frustración de la situación empezaba a ponerle nervioso y no pudo evitar tamborilear con los dedos en el escritorio, a causa de la impaciencia que sentía crecer en su interior.

Cojo aire.... mucho aire

El famoso día.... nuestra aparición... pudiera ser que hubiesemos llegado antes de éste dia con el fin de....

Me paseo tras la mesa y me siento en la silla del padre Louis y lo miro todo

Observo la sagradísima Biblia, si hay algun objeto que probablemente no deba tocar delante del fanático sea este

Cojo unos panfletos y los ojeo en busca de alguna referencia al gran día

Busco una agenda en la que indique qué sucederá, apuntes papeles lo que sea

Tal vez el hermano Eric esté pensando alguna locura.... pero yo debo investigar y este es el primer sitio donde lo voy a hacer, se terminaron las buenas maneras

Algo en Evangelia le decía que algo despiadado y cruel se acercaba, y nieblas de confusión jugaban en su contra y le hacian dudar acerca de sus capacidades

En ausencia de nada de esto, abro los cajones, en busca de más de lo mismo

Trato de implantar un pensamiento positivo en el hermano Eric

No conozco mis poderes, tal vez no sea dominación, tal vez se limite a la comunicación, así que, si es así, trato de imitar en pensamientos a su voz, para que se suene a sí mismo

"Estoy agotado, Leonor destrozada, estos muchachos de veras quieren encontrarle, será mejor volver a casa y dejarles hacer, que Dios les guíe"

Los observo con el ceño fruncido durante unos momentos. ¿Acaso teníamos que repetirlo...? No estaba de ánimos para eso y menos ahora que mi envase estaba pensando en el pastor. Miro de reojo a Eddgar y me uno a la oración con todos. Todavía con el ceño fruncido. Aquello definitivamente no era lo mio.

Los ancianos continúan orando otro rato, ahora solo se oyen murmullos y susurros. Han pasado unos minutos y ni el hermano Eric, ni Evangelia o Zadkiel se asoman de regreso. Los ancianos descansan un momento y la mirada triste de la afable viejecita se posa sobre Eddgar y Anastacia.

-: Empiezo a sentirme agotada... quizás... quizás deberíamos descansar y rezar, a lo mejor mañana regrese el Pastor Louis... yo... yo no se- dice y su voz se vuelve a quebrar, acto seguido, los dos ancianos ponen una mano sobre su hombro y tratan de consolarla un poco.

Las oraciones han cesado y la tarde se extingue. No hay mucho nuevo por ahora, más que esperar y esperar a que los dos de la avanzada, vengan con buenas nuevas...

Los panfletos son propaganda para la secta, sobre seguir a Dios, la verdad y todo lo que se puede decir, sazonado con muchísimas citas biblícas y testimonios. Nada importante, salvo estos panfletos y un par de bolígrafos no hay agendas a la vista.

Luego, Evangelia se lanza a abrir los tres cajones del escritorio, los dos primeros se abren con facilidad, mientras realizan ese ruido metálico seguido de una sacudida, el tercer cajón está asegurado, y el tirón inicial indica que no se puede abrir tan sencillo. Los dos primeros tienen carpetas y papeles, que seguramente habría que revisar con más detenimiento.

El hermano Eric pestañea y tarda unos minutos en reaccionar, mira a Evangelia con fijeza, y termina la conversación -Si, lo haré... llámenos si algo... adiós... adiós- y cuelga, con el sonido metálico, ese "ding" que hacen ese tipo de teléfonos, y mira a la mujer. -H-Hermana Dorothy! que hace! debo pedirle que no toque las cosas del Pastor Louis! se está comportando usted de forma muy extraña- y rodea el escritorio, para pedirte que te levantes -Deje eso ahí por favor!- parece alarmado.

Escuchar la voz del hermano Eric me ponía histérica

Agarrando con fuerza el cajón miro mi mano y contemplo la posibilidad de reventarle la cabeza de un puñetazo, pero rápida mi mente se ve invadida por la virtud de la templanza y aún soy capaz de girarme sonriente

¿No cree que la policia debería haber mirado el despacho del pastor?

Pero no lo ha hecho ¿Verdad?

¿Porqué no miramos nosotros?

Tal vez encontramos algo que nos dé una pista de donde pueda estar el pastor Louis

¿Qué puede ocurrir por curiosear un poco?

En el mejor de los casos igual averiguamos nosotros algo, y en el peor de los casos no averiguaremos nada

No doy más argumentos, ese estúpido no los necesita, no sé ni qué le lleva a actuar como hace

Qué más le da que mire el despacho del pastor si ha sido él el primero en entrar y usar el teléfono

No busco más argumentos, no los necesito