Partida Rol por web

Me encuentro demasiado aturdido, la estrepitosa entrada al templo y las consiguientes malas palabras del policía me impiden recordar nada con claridad... pero me siento familiarizado con el lugar. Puede que sólo sea porque ya he estado antes como Eddgar o que no consigo sacar del todo provecho del pobre Arnold para recordar.
Cuando el policía se dirije también a mí diciendo que no les damos buena espina ni Walton ni yo... me temo lo peor, no quiero entrar en pelea y menos con policías, no son muy pacíficos por lo que sé y por lo que veo. Miro de reojo mal al que me ha agarrado por el brazo, pero no opongo resistencia, de momento.
Clavo mi mirada en Anastacia esperando su respuesta mientras ella nos mira a ambos...

Zadkiel lanzó una mirada al agente que podría haberlo atravesado de lado a lado, y estampado su masa encefálica en la pared tras él, esparciendo la materia gris por todo el muro como el pegote de un escupitajo bien cargado. Sin embargo se abstuvo de decir nada, mordiéndose la lengua y esperando a que Anastacia dijera algo.

Lo último que queremos ahora es montar un numerito con estos idiotas, es mejor que no nos busquemos más problemas de los que ya tenemos. Pensó mirando a Anastacia con cara de "síguenos la corriente o la liamos"

Le sonrió al policía. Intentando ser lo mas convincente posible, mientras me paro delante de ellos dos.

-Pero claro que los conozco oficial... El es Eddgar, y es mi tutor. Esta dándome una clase particular de historia, y recorremos iglesias, y aquí mi otro compañero es su asistente personal y amigo mio que nos esta ayudando con esta excursión ya que hace poco que trabaja con el Señor Eddgar... Disculpe que no le haya respondido antes, pero me había quedado ensimismada admirando su belleza... Lo lamento...Por favor, permitanos continuar con la clase...-

Le digo con una sonrisa, intentando parecer lo mas inocente posible en el cuerpo de aquella niña. Estaba vieja para estas cosas ya, pero necesitaba sacar a mis compañeros de ahí, antes de que se le ocurriera hacer algo mas.

-¡¡Walton!! Hermano Walton!!- la anciana empezó a acercarse a paso rápido hacia los oficiales, dejando atrás a Eva y los demás -¡¿Pero que se supone que hacen ustedes?!! Suéltenlo inmediatamente, él es de nuestra congregación también! No es un criminal!!! quítenle las manos de encima- decía la anciana con un esfuerzo visible de su voz y una tensión por todo su cuerpo. La anciana arrugada pero de aspecto benévolo y amable, se aproximaba a grandes pasos hacia el oficial, tomó al caucásico, mientras lo miraba molesta.

-Oficial, primero se burla de nosotros y nuestra denuncia, y ahora intenta arrestar a los miembros de nuestra congregación!! le exijo que se vaya de inmediato- la respiración de la mujer estaba agitada, a su edad, esas presiones no serían buenas para su salud, pero allí estaba, con una convicción que podría impresionar hasta a los mismos ángeles.. algunos de los cuales hacían acto de presencia, ocultos y asediados por una recurrente mala suerte que parecía continuar y continuar y continuar...

-¡¡¡Váyanse ahora mismo de este templo de fe!!!- y el rostro del policía parecía contorsionarse y debatirse entre la lástima y el orgullo..

El oficial observó a la anciana, sin saber como reaccionar. Su compañero sostuvo a Eddgar y luego lo libreró. Luego miró a Anastacia, mientras parecía pensar, era como si no se creyera la excusa. El hombre pasó a mirarlos a todos y cada uno y luego soltó al moreno, sin casi nada de delicadeza. -Como quiera señora, como quiera... usted nos llama y luego nos echa, vaya locos que son todos ustedes los fanáticos- dijo manoteando al aire. Su compañero suspiraba con alivio, callado como había estado todo el tiempo y caminó detrás de él.

Luego el oficial se gira. -Eh, vaquero...- dijo dirigiéndose a Walton, mientras se quitaba los lentes, dejando ver unos ojos azules y serios, rodeados de algunas arrugas prematuras, propias de la exposición al sol. -Que no te vuelva yo a ver en cosas raras... que seguro no vas a tener a tu abuelita para que te saque de problemas- dijo. El compañero entró. Y el oficial sonrió de forma amable y segura.

-Que tengan buena noche señores, que solucionen sus problemas- se monta y cierra la puerta. Luego se oye el ronronear del motor de la patrulla, y el auto empieza a moverse, dejando tras de si un ligero olor a gases de exhosto, y el silencio de todas las figuras en la puerta de aquel sitio donde todo había comenzado.

El hermano Eric se acerca  a tí y susurra, mientras miera la escena, junto con los otros venerables, que parecían consternados por la escena y la "eficiencia" de las autoridades de Houston. El pobre Walton estaba cerca a llevarse problemas, y las circunstancias no le favorecían.

-Será mejor que espere un poco hermana Dorothy- comenta con su voz, tratando de que nadie le oiga -Lo hablaremos cuando se vayan los oficiales, mejor que estemos todos, entre más nos enteremos... mejor- y trató, sin mucho éxito, de sonreír.

Cuando Anastacia expone su excusa y motivo por el que supuestamente nos conoce a Walton y a mí, no puedo evitar que una sonrisa aparezca en mis labios aunque nadie se de cuenta. Ha estado bien excusado, ¿sino qué pintaría una chiquilla así vestida aquí?
Observo en silencio, anonadado por la reacción de la señora mayor aunque la pobre con gran esfuerzo se ha salido con la suya y de paso con la nuestra liberándonos de esos estúpidos policías.

Y tras la tormenta llega la calma. Todos nos quedamos callados escuchando al coche patrulla alejarse. Yo no sé qué decir, me resulta familiar la anciana pero no consigo recordar quién es, así que mejor será permanecer callado, quizá mis compañeros hayan tenido más suerte controlando el cuerpo en el que están que yo.

Zadkiel reconoció a la anciana que acababa de interceder por ellos frente a los policias, y dio gracias al cielo por que por una vez tuvieran algo de suerte. O al menos eso esperaba que hubiera sucedido y no acabaran de salir de la sarten, para acabar en las brasas. Sintió la fuerza de la mano del policía soltándolo de mala gana, y se alejó dos pasos de él, antes de que los agentes se marcharan, no sin antes darle el pertinente aviso que a Zadkiel le sonó a amenaza encubierta.

Voy a tener que empezar a acostumbrarme a este trato pensó fastidiado.

Luego miró a la señora y le habló:

-Grasia´ señoora, ha sio ute´mu amaable cuidando de mi le dijo intentando imitar el acento de Walton que su memoria le hacía recordar La polisiia se porta mu maal con Walton en esta´ siuda.

No quisiera enfrentarme a la hermana Leonor, vaya mujer

Esta gente está algo chalada... de eso no cabe duda

Pero eso no es de mi incumbencia, he venido a cumplir un trabajo y cuanto antes lo haga antes me podré coger unas vacaciones

Con semblante serio quedo en mis cavilaciones a la espera de que todos tomen asiento y nos cuenten lo ocurrido aquí hoy...

O al menos.... la versión humana

Suspiro mirando al policía. Sabia que no me había creído, pero por lo menos lo había intentado. Gracias al cielo que la señora mayor nos había ayudado a sacar las papas del fuego. Observo a mis compañeros de reojo, antes de entrar a la iglesia.

-Lo siento...no fui demasiado convincente... No estoy acostumbrada a estos interrogatorios así...-

Les digo algo avergonzada por no haberlo podido hacer bien, pero si volvía a tener que hacerlo lo intentaría mejor. Necesitaba encontrarme bien con el cuerpo de Constance para saber como llevar mi fachada en la tierra. Esperaba que no estuviésemos mucho tiempo allí.

La mujer suspiró aliviada. La benévola anciana observó a todos y esbozó una sonrisa que llena de alivio a los cuatro ángeles... quienes casi olvidan por un instante que se encuentran en donde comenzó todo, en uno de los "templos" de la infame secta de los Santos de los días del Juicio Final. La vocecilla de la mujer de avanzada edad se dejó escuchar nuevamente.

-Adelante, adelante por favor. Hermano Walton, si, lo se... son unos brutos... no todos los hijos del señor se tratan como hermanos... una lástima, y esos oficiales se han burlado de nosotros, en estas horas de necesidad y de tristeza, de desesperación- dice mirándo a Walton, o mejor dicho, a Zadkiel, con sus enormes ojos. -Ustedes sigan también hermanos, les he reconocido también, disculpen que no me sepa sus nombres, pero ante los ojos del señor, todos somos hermanos, aunque nos separen las diferencias... adelante, adelante- y la anciana permite que los tres que estaban en la puerta continúen.

El lugar es básicamente el mismo... excepto que, como se ha mencionado, ahora está vacío. Todos están frente al podio, a la tarima donde recuerdan estaba Ruthiel al principio. Allí donde estuvo parado (con todo y su efímera hacha), había un agujero sobre la madera, como si alguien la hubiese golpeado con fuerza. Además de la anciana, había otros tres ancianos, ambos parecían consternados.

-Es un alivio contar con la presencia de más de nuestros hermanos... hemos sufrido una pérdida terrible, terrible... el pastor Louis, nuestro querido hermano, nuestro carismático guía... no está... no aparece- y parece que estuviese a punto de echarse a llorar, esta imagen es capaz de arrugarle el corazón hasta el más rudo de los humanos o siervos de Dios. Los otros ancianos se apresuran a rodear a la mujer, mientras todos murmuran palabras de ánimo.

No he esperado siglos para ver ésta patética y crispante escena de terapia grupal

Trato de esperar a que terminen pero me resulta imposible, y con sincero nerviosismo y algo de impaciencia les increpo a responder dirigiéndome tanto a Leonor como al resto del grupo.

Va a resultar del todo necesario investigar por nosotros mismos, pero sus testimonios son fundamentales para tener un camino sobre el que dar los pasos, es probable que..... trato de recordar.....nada

¿Qué recuerdan?

¿Qué decían acerca de que estaban todos dormidos?

¿Donde, cuando y como a desaparecido?

¿No han dicho nada esos policias?

Zadkiel mantuvo la mirada de la hermana Leonor y asintió humildemente a sus palabras, intentando aparentar la más desgraciada de las fachadas. El susto con los agentes de la ley había pasado, mitigado por unas repentinas ganas de echarse a reir a carcajadas por la repentina pantomima que se veían obligados a mantener a los ojos de los que ahora sabían, sin ningún tipo de duda, eran miembros de la secta que habían venido a eliminar.

La anciana les dió la bienvenida y los guió hacia el interior del lugar, en el que tan solo unas horas antes habían estado. Zadkiel caminó junto a sus compañeros en silencio, y se detuvo al llegar al lugar en el que se encontraban los otros tres ancianos que hicieron referencia a la desaparición del pastor Louis.

Esto si que es una sorpresa... Tengo la impresión de que ya hemos conocido al pastor Louis. Pensó al oirles hablar y puso toda la atención, a las respuestas que los ancianos pudieran darle a las preguntas formuladas por Eva.

"Allí estaba el pastor y vaya que sus palabras te embelesaban como siempre, estaba dando un sermón y hablaba del gran día que sería mañana, su sonrisa parecía borrar cualquier preocupación... y de repente, la vista del joven hombre se quedó fija al frente, y un silencio que arrancó varios susurros entre los asistentes y todos miraban sin entender.

Luego, alguien miró hacia atrás... pero tu seguías esperando a que el pastor continuara su sermón. Luego hubo un gemido ahogado, y viste como aquel hombre por quien Dorothy sentía gran admiración, daba un paso hacia atrás, como si estuviera inseguro... o asustado... luego volteas, hacia el corredor entre las sillas, donde están todos los asistentes, y una figura corpulenta corre, sus pasos son audibles en medio de un silencio mortuorio... con la respiración atenuada de los asistentes...

y cuando pasa junto a tu lado... Sientes un viento frio, te sientes mareada... y caes rendida inconsciente, dormida... te desvaneces del mundo."

La hermana Leonor no parece muy calmada ahora, los otros ancianos le dedican palabras de ánimo y consuelo. Entonces uno de ellos se dirige a ustedes, un hombre también de edad y más arrugas, su cabello es completamente blanco y corto, y la forma de su cabeza tiene cierto aire cuadrado. Sus ojos están rodeados de ojeras y pliegues, su mirada es triste. Habla con voz carrasposa, rasgada, y parece dirigirse a Eva y luego mira ocasionalmente a los demás.

-Ejem... Hermana Dorothy, cálmese... no sabemos muy bien que pasó, estamos tan desconcertados como usted... pero creo que nos hemos desmayado todos... al inicio todos nos regocijamos porque creímos que era una expresión de Dios entre nosotros y su sabiduría...- comentaba, en sus palabras demostraba profundo y absoluto convencimiento. -Pero en cuanto la hermana Leonor quiso dar la buena nueva, no encontró a nuestro gran hermano, nuestro pastor, el Hermano Louis... y entre todos los que habíamos, faltábamos algunos... incluyendo usted y el hermano Walton. Nos hemos preocupado, porque hemos creído que se trataba de algún ataque por parte de quienes sirven al demonio... pero ustedes están bien- no se mostraba demasiado aliviado por ese hecho a decir verdad -Pero el Pastor Louis no está... y la policía se ha negado a ayudarnos... dicen que aún no ha pasado el tiempo suficiente y que tenía otras cosas que hacer...- dijo.

-Eso... tan solo nos llena de angustia... la hermana Leonor dice que siente que el pastor Louis no está bien...- comentó con tristeza el fervoroso anciano.

Escucho las palabras de ambos, las avasalladoras preguntas de Eva. El nombre de aquel pastor me sonaba. ¿De donde? No lograba identificarlo con claridad, tal vez era por lo distraída que me encontraba, pero en todo caso tal vez alguno de mis compañeros si lo supiera.

-Disculpe señor...- Le digo de manera algo tímida por interrumpir – Pero...¿Hace cuanto desapareció el pastor? ¿Quien fue la ultima persona que lo vio?-

Tal vez todo esto tenia que ver con Ruthiel. ¿Seria un ángel que desapareció al morir Alexandra? Todo era posible y nada me sorprendería a esta altura después del día ajetreado que habíamos vivido en nuestros nuevos envases.

Todos le vimos en el estrado antes de caer dormidos... su cara... parecia que sabía quien venia a por él

Eva habla con la mirada baja, evocando en voz alta los recuerdos de Dorothy

Mierda, y si el verdadero Ruthiel era el cura y el mostachos era solo un demonio impostor

Levanto la mirada y voy hasta la puerta de nuevo.... y recorro con aire distraído y ausente el camino del secuestrador observando el suelo hasta el altar donde vi por última vez al cura

Buscando... no sé.... algo, cualquier cosa que pueda hacerme dar un paso hacia adelante, ni siquiera estamos en la casilla de salida, estamos muy por detrás, sea quien sea y sea para lo que sea lo que están haciendo esto.... nos llevan ya mucha ventaja, más nos valía ponernos las pilas

Observo el suelo sin saber qué pretendo encontrar....

Un anciano se acerca a nosotros. Un poco más alejada veo a la ancianita que nos ha librado de los policías, Leonor, derrumbada, y se me cae el alma a los pies.
Eric, así se llama el señor que viene a contarnos lo sucedido, ciertamente me suena su rostro, me es familiar... o lo es para Arnold, claro. Al parecer el pastor de la secta, la persona más importante de la misma, ha desaparecido ese mismo día.
Justo el día en que nosotros llegamos a la Tierra, justo el día en que Alexandra falló en su cometido y Ruthiel... Ruthiel... ¿él provocó los desmayos? Seguramente... - empiezo a pensar rápidamente y justo antes de ir a abrir la boca para confirmar sospechas, Anastacia se me adelanta para preguntar lo mismo que iba a preguntar yo. Así que a la espera de la respuesta de Eric le sonrío intentando con ello mostrarle mi comprensión, o la de Arnold más bien.

Zadkiel reconoció al anciano y le costó un poco disimular la cara de sorpresa y en parte de alegría, que estuvo a punto de poner cuando ocurrió el hecho.

Seguía con atención la conversación, pero de momento continuaban sin una respuesta que pudiera despejar cualquiera de las preguntas que tenían sobre todo aquel asunto. Desde luego que continuaban en un punto muerto del que parecía que nunca iban a salir, pero la repentina aparición de recuerdos y rostros, le hacían ver con más optimismo la situación.

En cualquier caso, esperó a que alguno de los ancianos respondiera a Anastacia antes de decir nada más mientras estudiaba con la mirada la iglesia, y hacia sus propias suposiciones sobre lo que allí había ocurrido, probablemente, las mismas que sus compañeros se estarían haciendo.

El hermano pareció desconcertado por la pregunta, los otros ancianos lanzaron unas miradas de reojo a los cuatro, como si no entendieran bien la pregunta de Anastacia. La hermana Leonor tenía sus ojos cristalinos y era como si dos lágrimas se asomaran de sus cansados y agotados ojos, abatidos. Eric miró a la más joven y luego a Eva, mientras uno de esos incómodos silencios llenaban el lugar. Parecía algo obvio que esto de la comunicación entre ángeles y humanos, no era algo que manejaran bien el grupo de novatos...

-Pues, como todos...- dijo el hermano Eric, mientras les miraba con una cara de interrogante -... Cuando... cuando salimos del... desmayo, no estaba por ninguna parte. D-Deberían saberlo, n-nadie lo encontró cuando intentamos buscarlo, es lo primero que notamos- y repasó la mirada sobre los cuatro -No estamos seguros de que sucedió... y el pastor Louis no desaparecería así, sin nada más... menos, menos antes de mañana- dijo el viejo con voz quebrada.

De nuevo el silencio incómodo, y la congoja de los venerables ancianos en túnica. La hermana Leonor miraba desconsolada a los otros y nadie decía nada de nuevo.

-La verdad, no sabemos que hacer, la policía no quiso ayudarnos...- la frase murió ahogándose, en el tono serio del anciano, que también parecía verse afectado.

Eva observa el suelo, pero no hay demasiado que detallar, el podio tiene un corte en la madera que seguramente fue causado con fuerza, hay algunas astillas y hace parte también del interrogante de lo sucedido. Salvo algo de brillo que aún queda sobre el piso, no hay más que ver.