Partida Rol por web

[Cuarta Planta - Habitación de la Princesa ]

¡Wooooooooooou! ¿Qué demonios ha sido eso? - Cambaral... has sentido eso... - le digo a mi amigo mientras cojo las estanterías que vuelven a tambalearse. - Tu eres una criatura marina... ¿Eso ha sido un cambio de rumbo brusco? - termino un poco nervioso.

Miro a mi amigo mientras las estanterías dejan de temblar y secándome el sudor de mi frente con una de las mangas de mi túnica, le comento por lo bajo que voy a ir a la habitación de la Princesa a ver si todo esta en órden.

Comienzo a caminar por la cuarta planta, hasta que me cruzo con la Princesa Farilynn y el Señor Frank por el pasillo.

Me quedo de pie frente a ellos, en posición de firmes, mientras les hago una profunda reverencia a cada uno.

- Siento mucho molestaros. - les digo agachando la cabeza. - Pero estaba cumpliendo mi castigo como me ordenastéis y el barco ha cambiado de rumbo de repente. ¿Está todo bien o tenemos algún problema? - continúo cabizbajo. - Claro que si no es de mi incumbencia, procedo a continuar con mi trabajo, sin embargo, me gustaría saber si debemos prepararnos y estar alertas... Vos habéis dicho que este sería un viaje peligroso... -

Continúo con la cabeza gacha, esperando cualquier respuesta que me dejara tranquilo.

[Comedor- Sala de entrenamiento]

Termino de desayunar y me dispongo a moverme de alli, recuerdo algo entonces, claro ahora tocaba vuelo, pues aunque no estemos en el internado creo que seria buena idea el ponerme a practicar mis habilidades, muy bien asi hare.

Sin mas sali de la sala camino de la sala de entrenamiento dispuesta a practicar mis habilidades pra el vuelo

[Habitación de Dana]

Me desperté a duras penas en cuanto la profesora llamó a la puerta. "Oh, no...", pensé perezoso, intentando quedarme en la cama hasta que ella misma me sacó. Después me llevó a sus aposentos y cogió su bola de cristal. Yo miré fascinado, y escuché atentamente lo que decía.

-¡Guau!-exclamé sentándome y observando el ritual.

-Sirius, me quedo aquí. No me fío ni un pelo de el enano ese. Oye... ¿Qué hiciste con los trozos de los trofeos? Y lo que es más importante... Mira a ver si puedes traer a algún profesor. No me gusta ser una niña chivata, pero ya he tragado castigos de más por culpa de ese enano y no quiero pasarme el resto del viaje limpiando letrinas - le digo antes de que se vaya.

Luego sigo con mi tarea, limpiando superficialmente los trofeos.

|EVALUACIÓN DE JUGADAS|

El encantamiento de Arioch no funciona como él hubiera pensado o querido. De lo que no se ha percatado es que los trofeos no los rompió él con su magia, sino que hizo tambalear la vitrina y éstos cayeron... Precisamente por ese motivo, los trozos que tiene de los trofeos rotos, no consiguen juntarse de nuevo.
Parece ser que si Arioch no quería que le echaran la culpa de haber roto algo tan valioso para la historia del barco, tendría que emplearse más a fondo.

|Pasillos|

- No te preocupes- le dije al muchacho que nos había parado a Frank y a mi-. Habréis notado ese brusco cambio de rumbo porque nuestra misión acaba de cambiar... O mejor dicho, vamos a hacer un paréntesis y ocuparnos de otra cosa que, en este mismo instante, necesita nuestra total atención... Pero, como comprenderás, no puedo adelantarte absolutamente nada... Según vayamos llegando al lugar de destino seréis todos informados. Lo único que puedo decirte es que probablemente nos encontremos con una lucha inminente nada más acercarnos al lugar... - dije, mientras me despedía de Sirius con la mano y me marchaba al comedor. Aún no había desayunado y tampoco había hablado con Walgior para comentarle el cambio de planes.

|ANUNCIO MASTER|

El equipo master os anuncia que, mañana mismo, se procederá al cerrado de esta escena para empezar otra nueva, tal y como hicimos con la llamada "Partida de rol".
Os avisamos para que podáis terminar las conversaciones que tengáis pendientes o cosas que estéis haciendo, pues en la nueva escena se adelantarán las horas hasta que llegue el momento de la boda.

[Habitación - Sala de entrenamiento]

Había vuelto a mi cuarto tras el desayuno. La verdad es que me aburría enormemente encerrada en el barco. La mar no era mi elemento, no terminaba de sentirme cómoda con aquella náusea contínua en el estómago y el constante vaivén. Y me frustraba mucho no haber descubierto más sobre la leyenda del barco o sobre el Oráculo.

Decidí pasarme por la Sala de entrenamiento. Hacer algo de ejercicio quizás me distraería. De camino allí estuve a punto de caer cuando el barco dió un súbito giro.

Llegué a la sala de entrenamiento pálida, totalmente mareada y esforzándome en mantener la compostura. Eché un vistazo a ver si alguien más se encontraba allí, alguien que pudiese decirme qué había sido esa sacudida del barco.

Maldita sea estaba claro que de esta manera iba a ser imposible de arreglar los trofeos pero aunque yo nunca fuera muy bueno con la magía recorde un ecantamiento de lo mas sencillo sobre todo si se trata de objetos pequeños como estos trozos, si no podria arreglarlos pues los haría desaparecer.

Volví a meter los trozos en mi arcon, primero saque unas cuantas mantas que tenía en el fondo para hacer hueco, seguidamente abrí la mente para conseguir concentrar el máximo de poder y concentrandome en los trozos los visualize desapareciendo, haciendose invisibles...

| Comedor |

Terminé de desayunar y estube apunto de levantarme cuando Farilynn entró al comedor. La miré, algo aliviado pensando que seguía allí con nosotros, aunque tal vez lo unico que vino a hacer era anunciar nuestra relación para luego marcharse. Esto ultimo no lo permitiría así que me quede en mi sitio, callado y a la espera de lo que pudiera ocurrir. El giro del barco la verdad esque me habia sorprendido un poco pero no quise darle mucha importancia, o tal vez la importancia desapareció cuando ví a mi unico amor entrar por las puertas del comedor.

| Casa lúgubre - Habitación - Comedor |

Despues de tomarme mi vaso de leche habitual, subí a mi habitación para prepararme para la ceremonia. Me encantaban los trajes... Me lo puse y me miré en el sucio y algo roto espejo de la pared de mi habitación por largo rato.
-Que guapo eres, maldito hijo de perra...-le dije ami reflejo con una sonrisa de prepotencia.
Al bajar de nuevo al comedor esperé sin sentarme a los demas. Quería marchar ya de aquella casa a la boda. Tal vez porque necesitaba otro cambio de aire.

[Habitación - Sala de entrenamiento]

Tra haber acabado de desayunar, me dirigi hacia la sala de entrenamiento con la esperanza de encontrarme alli con naida o con marian, llevaba ya tiempo sin saber nada de ellas. Al entrar en la sala de entrenamiento me llevo una gran decepcion al ver que no estaban ellas, y a la vez me sorprendo al verla casi vacia, solo habia dos chicas (Vana Driel y Isabella), les saludo con la cabeza y me dirijo hacia las entanterias de armas para cojer una lanza y practicar un poco.

|Habitación - Comedor - Sala de entrenamiento|

Desperté con el brusco movimiento del barco, cayéndome de mi cama y golpeándome con la mesita de noche.
"¡Auch!", exclamé para mis adentros, frotándome la cabeza. ¿A qué se debería aquel cambio tan brutal?
Me levanté del suelo tan rápido como pude y me cambié el pijama por unos pantalones blancos, acompañados de una camiseta negra y unas botas del mismo color.
Bajé inmediatamente al comedor, para comer un par de tostadas con mermelada de fresa y un vaso de leche con azúcar, para después irme a la sala de entrenamiento.
Allí ya habían varias personas, entre ellas se encontraba Owën.
- ¡Hola! ¿Sabes algo del cambio de rumbo repentino del barco?- le pregunté, cogiéndole la lanza para que me prestara atención.

|Comedor|

Me acerqué a Walgior, una vez que él me vio entrar por la puerta del comedor, y me senté a su lado unos minutos.
- Hola -le saludé, con una sonrisa. Ya no me iba a importar que nos vieran, dentro de unos instantes haría pública nuestra relación-. No te preocupes por mí, y tranquilo, que no te va a tocar salir detrás de mí a buscarme... Vamos a ir a rescatar a la reina Hanless. Markwolf, por mucho que lo intente, no conseguirá gobernar a los elfos, ni aunque se case con la reina elfa...- le dije, levantándome de nuevo y sentándome en la mesa de los profesores y adultos del barco.
Comencé a tomar aire... Dentro de unos instantes lo iba a hacer público... Todos lo sabrían...

|Habitación - Comedor|

Me desperté con ayuda de aquel tremendo cambio de rumbo. Me asusté bastante, pues pensaba que nos estaban atacando... Aunque, luego pensé que si hubiera sido eso, nos habrían dado la voz de alarma...
Me levanté rápidamente, poniéndome el primer vestido de seda blanca que encontré en el armario, con unos zapatos a juego, y me bajé rápidamente al comedor.
Entré por la puerta sofocada de tanto correr, pero vi que todos estaban desayunando tranquilamente, incluído Walgior.
Me quedé parada unos instantes, observándole. No sabía si debía ir a hablar con él...

Ya estaba listo, habia desayunado, tuve una noche exitante y muy activa pero lo mejor es que hoy no creo que va a haber nada de entrenamientos. Pasaron unos minutos y vi como mi gran compañero entraba a la sala en la cual me encontraba yo esperando a los demas ya de hace un tiampo...

Yo estaba vestido con un saco de gala, con los colores amarillo, verde y con diseños de cocos con chupetes. Estaba bestido para la ocasion... tenia un pantalon de tela anaranjado y un gorro de pescar, mas mis lentes.

Mire a Jairon y le dije -Siempre tan serio, prefiero mas un poco de sensillez y comodidad, con eso me siento como en una lata... ufa... me falto la corbata... acaso me podrias perstar una????, no mejor no voy a ponerme algo mas formal para que el maestro no me ponga decabeza... anuque creo que como estoy es mejor, no es verdad???-

|Sala de entrenamiento|

noto como alguien coge mi lanza por detras, y escucho una voz conocida que me pregunta por el cambio de rumbo, me giro y veo a Naida detras mia.
- hola, no, no se nada de ese repentino y brusco cambio de sentido, preguntales a los profesores quizas ellos sepan algo.
por cierto, ¿te hace un pelea?, estoi mu aburrido en este barco, me gustaba más el internado.- dije con una sonrisa

| Casa lúgubre - Comedor |

Miré a Mefiroth nada mas llegar y ya empezó a comerme la cabeza con sus estupideces.
-Me da igual como vayas.-le dije con seriedad.-Como si quieres ir en paños menores.-dejé de mirarle y esperé impaciente a que bajaran los demas para no estar solo con aquel pedazo de carne con patas... Menudo estorbo en esta casa, aveces me apetecía hablar con mi señor y pedirle que lo mandara a una misión suicida para librarnos de el, así haria algo util.

Mire a Mi compañero que su cara expresaba muy poca cosa, lo mire mas af fondo con mas atension y entendi que como estaba bestido a el no le importaba deveras...

-Deveras amigo, que eres una perona con muy poco sentido del .... quiero desir, dejame ir a cambiarme que ya me canse de hacer el payaso y que los demas no apresien el esfuerzo y la pasion por estas cosas... ni una risita, ni un jesto de agradesimento por dar luz en esta sombria casa...- Dije mientras caminaba en direccion a cambiarme rapido ya que se nos estaba haciendo tarde...

[Cubierta del barco - Biblioteca]

Sin duda el cambio de rumbo anunciaba cambio de planes.
Por el momento me gustaba el curso de acción que llevábamos. Me fuí a la biblioteca. Una vez en ella me procuré algunos pergaminos, una pluma y tinta. Cogí los libros de hechizos que con tanto afán había leído y empecé a transcribir tres hechizos del nivel más básico y sin embargo altamente eficaces. Estos eran "Piel de piedra", "Manos ardientes" y "Contacto electrizante".

Cuado acabé, devolví los libros a su estante, enrollé los pergaminos y los sujeté a mi cinturon.