Partida Rol por web

La reina pálida y el rey condenado a la soledad, cansados de que las perquisas del capìtán de la guardia no condujeran a nada, abandonaron la sala con paso regio. Pinocho había quedado ahora reunido con un pequeño grupo: su viejo compañero Grillo y el Gato con Botas. ¿Sería este el momento propicio para que pudiera hablar?

Bien, ahora que estamos solos hablaré. Si no les he dicho nada antes es porque no fiaba un pelo de esos dos que se acaban de marchar. -dijo refiriéndose a Blancanieves y a Midas-. He entrado en palacio siguiendo el rastro de un vampiro. Un ser diabólico al que llevo años persiguiendo desde que convirtió en uno de los suyos a mi padre. El rastro que ha sembrado en la ciudad es inconfundible, y todas mis pistas apuntan a esta boda.  Aun no he conseguido verle el rostro, pero tengo mis sospechas, que incluyen al que hace un momento ha tratado de sacarme del medio tropezando conmigo por accidente...

Y justo en ese momento, el rey Midas, que hacía apenas un instante había salido de la habitación, volvió a entrar obligando a Pinocho a callar. 

Cuando vuelves a entrar en el dormitorio ves a Pinocho hablando con el gato y el grillo, pero justo en el momento en que entras se calla. Parece como si ese maldito mocoso estuviera esperando a que tu señora y tú os largarais para empezar a hablar. 

-¿Podrías demostrar eso que nos has dicho de alguna manera? Ahora si que no entendía nada, las cosas eran cada vez mas extrañas. Había tenido que callarse, pero esperaba que aun así Pinocho le contestara a aquella pregunta. De todos modos esto no parecía tener que ver con el asesinato de Bella, lo que le había contado Gretel tenía más sentido.

-¿Que opinas tu Pepito? dice dirigiendose a Pepito Grillo

Hay que darse prisa...

A Gato, con gesto agradecido por la consulta: - Parece que no sólo hay conejos imaginarios, sino que también nos encontramos al segundo invitado que parece ser quien no es... Creo que tenemos la oportunidad de comprobar lo que nos ha dicho Pinocho ahora mismo. De ser cierto, creo que lo siguiente será ir rápidamente con Su Alteza y su... cómo diría, alterada prometida, para suspender la ceremonia. Aún no hemos comprobado si la acusación de Peter es cierta y creo que deberíamos hablar con Bestia. Pero, sobre todo, hay que detener esta locura antes de que alguno de los invitados sospechosos pueda darnos otra sorpresa como la de Bella.

Estamos en el buen camino. Sólo falta un poco...

Aquel madito niño había dejado de hablar justo en el instante en que Midas entró por la puerta. El anciano no se fiaba de aquel nido de polilla viviente...colarse en una fiesta de la realeza...habrase visto...La locura aullaba en la mente de Midas esperando a ser liberada pero un rey diminuto tiró de las cadenas con fuerza atándola de nuevo.

-Esperad ¿suspender la ceremonia?¿Que ha pasado? -dijo confundido

El Rey maldito se puso blanco de pronto al hilar las palabras del Investigador insectoide...y si...y si aquel mequetrefe volador...era...era...!No! Midas cortó el paso a los dos investigadores cruzándose de brazos frente a la puerta en busca de una respuesta. 

-¿Y que es eso de la acusación de Peter? Peter está con la Reina Blancanieves cuando me marché...si hay un complot para asesinar a mi sobrino y poner en peligro a la Reina deseo y exigo saberlo. Yo mismo le retorceré el pescuezo al artífice de todo ello.

Los ojos del Rey maldito centellearon señal de que lo que había dicho era tan cierto como que la lluvia caía hacia abajo y tan cierto e inexorable como la muerte misma. No les dejaría salir, no hasta recibir una respuesta, una respuesta que le ayudara a predecir la amenaza que se cernía sobre su Reina.

A Pepito: -Bien, pues intentemos demostrarlo y vayamonos de esta sala. Le dijo gato antes de escuchar lo que dijo el rey Midas. Al ver su cara de asombro cuando Pepito habló de detener la ceremonía me giro hacia Midas:

-No ha sucedido nada, tranquilizate, pero Pepito cree que lo mejor es supender la boda al menos unos días hasta que se aclare la situación y descubramos lo que ha ocurrido

-¿Y que es eso de la acusación de Peter? Peter está con la Reina Blancanieves cuando me marché...si hay un complot para asesinar a mi sobrino y poner en peligro a la Reina deseo y exigo saberlo. Yo mismo le retorceré el pescuezo al artífice de todo ello.

-La acusación de la que habla Pepito no tiene nada que ver con tu reina, ni con tu sobrino, no tienes de que preocuparte. Simplemente nos contó algo sobre el capitán Garfio, y ya hemos tratado este tema con él... por supuesto lo ha negado todo y ha soltado alguna que otra exageración sobre Peter. Parece ser que su rivalidad viene de lejos, por poco se enfrentan en un duelo de espadas. Además, ¿Para que iba a querer yo asesinar a tu sobrino si es el que me da de comer y me paga un sueldo? Pepito y yo solo estamos intentando descubrir quien es el asesino. ¿Nos dejarás salir por favor?

Esperaba sinceramente que Midas entrara en razón y les dejara salir de alli sin que hubiera un enfrentamiento. Podía ir con su reina si era lo que quería, pero tenía que dejarles seguir con la investigación

A Midas: - Estoy con Gato. ¿Por qué vamos a atacar a Su Alteza si trabajamos para él? Y no hay ningún problema con su Reina. Pero debe comprender que hay un Conejo Blanco suelto por ahí, un invitado, Garfio, que no sabemos si es quien se supone, y que Cenicienta está muy alterada. Hay que parar la ceremonia hasta que se resuelva todo esto. Déjenos salir para evitar que Su Alteza y Su Reina puedan acabar como Bella.

A un paso, a un paso de conseguirlo...

El anciano se apartó dejando pasar a Gato y Pepito grillo pero no así a Pinocho, todo parecía algo más claro pero no tanto...no tanto como para dejar libre al niño de madera.

-Muy bien, no me interpondré en sus investigaciones pero aún hay algo que debo hablar con él -dijo señalando a Pinocho- Deseo hablar con Pinocho a solas, tengo asuntos que le atañen y que podrían ser de vital importancia para ambos.

Otra vez me zumba la cabeza. Quizá Pinocho tenga razón y esté en peligro. Bueno, nadie lo invitó a la fiesta...

Queda tan poco tiempo y estoy tan cerca...

A Pinocho: - Antes de irnos. ¿Has confirmado tus sospechas? Es el momento de que te sinceres.

-Que rápido nos ha dejado salir Midas, espero que Pinocho no esté en peligro, aunque todavía estamos aquí, sería un buen momento para que demostrara su teoría.  Pensaba Gato mientras aguardaba una respuesta de Pinocho. Escuchó lo que Pepito dijo y se unió a él:

-Habla antes de que nos vayamos, ¿O prefieres quedarte a solas con Midas?

Mientras Pepito Grillo y el capitán de a guardia discuten por dónde seguir la investigación, alguien vuelve a abrir la puerta. En este caso se trata de Garfio, que se queda en el umbral de la puerta a la espera de que Midas le deje pasar. Bajo sus piernas se escabulle el conejo blanco que algunos habían dicho haber visto.

Por si no fuerais suficientes, un nuevo invitado llega hasta la sala y permanece en el exterior a la espera de que el rey que convierte en oro todo lo que toca le deje paso. Esta vez se trata de Peter Pan.

De repente, el sonido de un arma de fuego de fuego disparando una ráfaga se escucha procedente de algún lugar indeterminado de palacio.

Miro al conejo fijamente sin soltarlo.

-¿Nunca fallas verdad?- Luego miro al rey.-Majestad vos y yo tenemos una charla pendiente. Me temo que no puede esperar.

Hay una forma muy sencilla de confirmar mis sospechas -respondió Pinocho metiendo la mano bajo su gabardina-. Majestad, aquí tengo algo que me gustaría enseñaros.

Y acercándose a él, sacó del bolsillo un crucifijo de plata incrustado con piedras preciosas para plantárselo delante de su cara. Y no ocurrió nada, salvo que Midas rompió a reír con una sonora carcajada.

Con esto tengo bastante...

A Gato: - Por mi parte, se han despejado mis sospechas se han despejado y voy con Su Alteza.

A Pinocho: - No habéis cambiado nada. Me alegro de que nuestros caminos se separasen.

Salgo de la sala.