A partir de las 17:36 te doy los permisos para hablar en la salita del té.
Entro en la sala con un leve regusto de insatisfacción al no haber podido hablar con claridad con el capitan. Me disponía a echarme otro trago de whisky al estómago, Hay que reconocerlo... tienen un gusto excelente las casas de la realeza.
Ya tenía el vaso cuando la hermosa prometida me dice:
-Capitán, deseo hablar con vos -le dijo suavemente, con una leve sonrisa.-Sobre Bella.
Instintivamente hago una pequeña mueca y me retuerzo el bigote. Esa mujer ¿Que sabía de la difunta?... Luego reaccioné y con una leve sonrisa hice una inclinación.
-Segun tengo entendido no se le puede negar nada a una dama en las cercanías a su boda.- Sonrio un poco mas-. Permitidme felicitaros de paso por el futuro enlace.
Después de que Caperucita decidiera cambiar de pareja de baile, Pinocho abandonó la sala. Las grandes galas no estaban hechas para un niño de madera. Bueno, lo cierto es que nadie lo había invitado. ¿Qué demonios estaba haciendo él allí?
El Príncipe sonrió a su prometida con adoración y tomó la mano de Caperucita para besar la suave piel de sus nudillos mirando a los ojos a la extrovertida y sin duda seductora prima de Cenicienta.
-Más tarde,mi señora-contestó recurriendo al protocolo sin preocuparse lo más mínimo, mientras, por dentro ,Su Alteza Real se encogía bajo el gruñido instintivo del Cazador. Estaba volviéndose loco con tanta mujer hermosa y las mallas no ayudaban a centrarse.
Se reunió con su tío que, al terminar de bailar, vigilaba de refilón la mesa en la que Blancanieves, la dama que guardaba enanitos calvos dentro de ese corpiño del vestido daba cuenta de la comida sin preocupación aparente.
-Un tesoro, sin duda-coincidió con educación con su tío y le hizo un gesto para que le acompañara a pasear por la sala, pero sin alejarse de la mesa demasiado, en consideración a su tío.-Es un desgraciado incidente, sin duda, y si se encontrara a quien le hizo eso a la madrina...-se le revolvieron las tripas y palideció- no va a ser agradable para nadie. ¿Qué opináis vos, tío?-dijo con interés-¿conocíais a la difunta?
-Gracias, Capitán-murmuró a Capitán Garfio con una humilde sonrisa. Se puso recta, entrecruzó sus dedos sobre su vientre y miró al hombre con sombría cara.-Como ya sabéis, Bella y yo éramos tan buenas amigas que iba a ser mi dama de honor. Ayyyyy -suspiró quedamente.-Recuerdo tan bien nuestras pequeñas aventuras...-alzó la barbilla y mirando al techo, una nube espesa salió de su cabeza que se fue haciendo más grande en la cual se representaban las imágenes que Cenicienta iba recordando.-El pilla que te cojo colgadas de lianas mientras emitíamos nuestro grito de guerra, nuestros paseos por las nubes en una alfombra persa, o aquella vez que llenamos el castillo de un centenar de perros moteados,... O cuando me hablaba de Gaston y su nariz, o de una extraña y mágica rosa roja, o los locos inventos de su padre que siempre acababan reventando.-Cenicienta volvió la vista hacia Garfio con una pequeña sonrisa de los buenos momentos vividos y lentamente la nube empezó a encogerse hasta desaparecer.-Entre muchas otras cosas.-Finalizó.-Quería entregarle el ramo de novia para su próximo enlace con Bestia pero...-La hermosa doncella empezó a derramar lágrimas por su amiga-...me gustaría dároslo a vos para que las coloquéis en su tumba.-Sacó un pañuelito de encaje y enjuagó las lágrimas con suma delicadeza para que el maquillaje no se le corriese.-Si no os importa.-Murmuró finalmente pues Cenicienta debía celebrar su luna de miel y no le daría tiempo.
Tranquilamente bebo de mi copa de champán y voy probando los distintos canapés de los que dispone la sala. Mientras parezco estar ocupada, no pierdo detalle de las conversaciones que ocurren a mi alrededor. Algo me dice que la voz que me trajo hasta aquí está cerca, pero no consigo dar con el/la dueño/a de ella, y que ya no hable no me facilita la tarea.
¿Quién será?, ¿Por qué me hizo venir?...
Por otro lado, las conversaciones son demasiado empalagosas para mi gusto personal y más teniendo en cuenta que un asesino anda suelto. Blanqueo los ojos ante las vanalidades de los novios, pero no pronuncio palabra alguna.
Observo con desconfianza al Capitán quién entró hace unos segundos en la sala seguido de cerca por la niña que anunció la muerte de la dama de honor y ahora se dirige a hablar con Cenicienta.
¿Realmente Peter acabó con él?, Si es así, ¿Qué hace aquí?... Bah, seguramente ese chiquillo no hizo bien su trabajo, al fin y al cabo es un niño inmaduro y alocado.
La ausencia de Midas a mi alrededor comienza a incomodarme y no consigo centrarme correctamente en lo que necesito. A lo lejos observo con ceño despectivo al pequeño niño de madera marcharse hacia el pasillo.
Vaya seguridad, se cuela todo el mundo, así cualquiera pudo haber acabado con la amante de la Bestia, si hasta un niño burla la seguridad. Bueno un niño... un muñeco de madera... de madera... madera... ¿Será él?... Olvídalo Blanca, es un simple muñeco... no, no puede ser a quién buscas... pero... ¿y si fuera él?, Peter tendrá que investigarlo...
Continúo bebiendo, curioseando de vez en cuando la puerta que da al pasillo, esperando a ver si el niño aparece por allí.
Respiro aliviado. Flores y muertos... Bah cosas de mujeres. Un barco y mucha metralla... ese es un entierro digno. La mar embravecida, el siseo de la pólvora. El corazon se me salía del pecho al recordar los abordajes, pillajes y saqueos de la juventud. Miré al rededor, Hablando de pillajes... no sentía ni respeto ni aprecio por el dueño del palacio, pero si que le podía tener envidia. Lo que daría por 20 buenos hombres armados hasta los dientes y con la suficiente avaricia como para dejarse embaucar. Pero algo tenía que decirle a la novia.
-Mi señora, me honrais con esta petición.-Inclino la cabeza de forma elegante-. pero no se donde enterraran a la pobre mujer. Podeis dar por sentado que cumpliré vuestra peticion -Pues espera sentada... Perderé la otra mano antes de ponerme a hacer el tonto con flores y mujeres muertas.-, pero e de preguntarlo, no os lo tomeis a mal. Teniendo un capitan de la guarda tan aguerrido y caballeros y nobles que suspiran por vos, ?por que se lo pedís a este humilde capitán? Muy a mi pesar no nos hemos conocido antes, creo.
Cuando el Príncipe besó su mano, Roja se estremeció completamente, ya fuera por su olor a cambiaformas, ya fuera por el efecto aturdidor que aquel hombre le estaba produciendo.
Debía hacer algo y pronto.
-Más tarde,mi señora-contestó recurriendo al protocolo sin preocuparse lo más mínimo, mientras, por dentro ,Su Alteza Real se encogía bajo el gruñido instintivo del Cazador. Estaba volviéndose loco con tanta mujer hermosa y las mallas no ayudaban a centrarse.
Olisqueo al Capitán Garfio ya que le tengo a mano, no vaya a ser que haya más de uno en el baile.
Tras el mareante baile, y la pérdida de la ocasión para hablar a solas con el Príncipe Azul, aunque no sabría muy bien qué decirle realmente, siguió a Cenicienta.
Cuando escuchó lo que pedía a Garfio, puso los ojos en blanco y suspiró.
Después muy educadamente le dijo: Querida, he de hablar con el Capitán de la guardia, os dejo en buena compañía, no os preocupéis, volveré en seguida, antes de que siquiera os déis cuenta.
Dicho esto, se dio la vuelta y salió de la sala, necesitaba darse prisa en volver, pero no quería esperar por si su prima no estaba de acuerdo en su marcha.
Salgo de la sala al pasillo.
Salgo al pasillo en busca de Bestia, no sé si le encuentro o encuentro a alguien, sino le busco. Debo ser buena en eso, tiene que tener un olor completemante distinguible del resto. Le busco.
El chico rubio que había defendido a Alicia durante la acusación entra en sala de invitados mirando a un lado y a otro para localizarla entre la multitud. Solo algunos de los invitados vieron cómo, siguiendo a Hansel, el conejo Blanco también entraba en la sala.
Aprovechando un momento en que todos los invitados parecen distraídos, te asomas a la puerta sigilosamente para inspeccionar el pasillo. En él únicamente ves al niño de madera llamando a una de las puertas a la derecha del corredor.
El olor ácido de Garfio te revela que el capitán llevará varias semanas sin ducharse. Se trata de un mezcla de olor a brandy, salitre y carne podrida que por un momento hace que retuerzas tu cara con en signo de repulsión, pero aparte de eso no percibes en él el característico olor de los licántropos.
Te daré los permisos para hablar en la salita del té a partir de las 13: 58.
Aburrida, me dirijo hacia el pasillo, allí observo al pequeño muñeco. Haciendo acopio de mis finos modales, me dirijo tranquilamente hacia el pequeño. Pero cuando casi estoy llegando a su posición, observo con frustración, como entra en la puerta.
Entro en el pasillo.
Avísame cuando pueda postear allí y continúo, que este post se me ha quedado feo y pequeño :P.
EDITADO POR EL DIRECTOR: Pinocho no ha entrado todavía en ninguna puerta.
Jefe, en el estado de los pjs el estado de Pinocho es dentro de la salita del té.
No, pone "salita de té (exterior)" Eso quiere decir que todavía no ha entrado.
Ok, fallo meu. Avísame cuando pueda postear en el pasillo.
¡BRUMMMM!
Un estallido de humo y de fuegos artificiales inunda la sala y aparecido de la nada se muestra ante vuestros ojos, vestido con traje de gala ¡el genio!
- Damas, caballeros y animales -dijo elevando su voz para dejarse oír en toda la sala-. Les ruego un minuto de atención (mis honorarios son caros y el príncipe solo querido contratarme para una breve actuación). Hoy es un día feliz, ¿verdad tortolitos? Así que voy a interpretarles una bonita canción pensada especialmente para la ocasión: ¡música maestro! -pidió dirigiéndose al director de la orquesta-:
Es el baile real
Mil doncellas acuden
Todas quieren bailar
Con el apuesto Príncipe Azul.
___
Una joven muchacha
Entra en la sala de baile
Sus miradas se cruzan
El hechizo venció.
___
Pasan las horas
En su burbuja de amor
La medianoche se acerca
La princesa se transformó...
- ¡Vamos! ¿Quién quiere continuar? ¿Nadie se sabe el final de la historia?
-Es un desgraciado incidente, sin duda, y si se encontrara a quien le hizo eso a la madrina...no va a ser agradable para nadie. ¿Qué opináis vos, tío?¿conocíais a la difunta?
-No tuve el placer de conocerla pero de una cosa estoy seguro, debemos andar con cuidado, el asesino está aún en estos muros...-el anciano miró con centellas en los ojos, estaba dispuesto a todo por Su Reina- Puede que en el pasado tu y yo tuviéramos nuestras diferencias, sé que desde lo de mi hija...bueno...nuestra relación ha sido tensa
El anciano recordó los acontecimientos con una mueca de tristeza y culpabilidad mientras en su mente miraba el rostro de su hija teñido de incredulidad y pánico mientras el oro lo iba cubriendo. Negó con la cabeza y miró de nuevo al Príncipe con gesto decidido.
-En momentos así se debe confiar en los lazos y la sangre es un lazo muy fuerte -el anciano miró en dirección a Blancanieves mientras se alejaba- Has de saber que puedes contar conmigo, muchacho, no permitiré que nada le pase a tu prometida a parte de casarse contigo -el anciano sonrió- Ahora si me disculpas, iré con Blancanieves, no es bueno que nadie camine solo por palacio.
El anciano hizo una inclinación de cabeza al Príncipe y caminó en dirección a Su Reina con paso decidido. Se acercó a Blancanieves con arrepentimiento en el rostro por haber abandonado su puesto de guardia con la cabeza gacha como un perro esperando el golpe de su ama.
-Esperadme, mi Señora...-dijo en tono sumiso