Partida Rol por web

 Medité antes de responder:

 - Bueno, me puedes hablar de Melissa y de lo referente a mí. No entendí mucho, pero parecía importante.... Y otra cosa, ¿como hice para ver aquella sombra?. Además de eso, ¿sabías que soñé con Mel la anoche, antes de conocerla?. ¿Tú puedes hacer lo mismo?.

Así que Anya era una ex-demonio... Bien, podría darme información útil sobre todos ellos.

Darla encontró un hechizo que decía ser para principiantes. Se lo mostró a Amy pues aunque había un dibujo de una persona formando un escudo a su alrededor, algunas de las palabras estaban en un idioma que la chica no reconocía.

-Wow, sí... este creo que puede servirte. Ven conmigo, párate en el medio del cuarto.

Amy estaba tan emocionada por el tema de la magia que al principio ni habló de la Cazadora de nuevo.

-Estira tus manos en cruz, alrededor de tu cuerpo. Sí, así. Como cuando las animadoras hacen la T, exacto. Bien... 

Se alejó unos pasos y dijo:

-Repite conmigo y, por favor, no te vayas a equivocar con la pronunciación que estos hechizos deben ser bien recitados.

Amy carraspeó y leyó del libro de Darla.

-Credo scutum protegit a malis.

Esto... Muy bien dijo Darla poniendo los brazos en cruz y cerrando los ojos para concentrarse.

Escuchó las palabras de su amiga y, respirando hondo, las repitió:

Credo scutum protegit a malis

Abrió un ojo y miró alrededor. Después bajó los brazos y los puso en sus caderas.

¿Ha funcionado? Yo creo que no ha pasado nada. ¿Estás segura de que soy una bruja?

Darla no entendió el golpe que había recibido hasta que el puño de Melissa se hundió en la mejilla blanca de la rubia y se sintió un ruido de dientes rotos. Un hilillo de sangre salió por los aires, como en cámara lenta. Hasta el Vigilante se quedó atónito de la fuerza de su aprendiz.

-¡Maldita... el maestro... te hará pagar!! ¡¡Mi blusa!!

Salió corriendo la vampiresa, lamentándose por su blusa antes blanca y ahora manchada con su propia sangre. En realidad, tanto Cazadora como Vigilante, intuían que la vergüenza de haber sido golpeada tan fácilmente fue lo que la hirió. La cuestión es que la chica no se quedó para el segundo round, aprovechando su única posibilidad y usando la velocidad que la naturaleza de la noche le había dado.

Andrew tenía abajo, en el escritorio, el libro que debía pasar a su aprendiz y no cabía duda de que Melissa tenía que ser ella. Por otro lado la chica se frotó la mano, esperando algún dolor, pero se sentía estupendamente. Ni siquiera se había quebrado una uña.

Le salía como... natural. Tuvo suerte porque Darla era más fuerte que los vampiros comunes y aunque no llegó a tomar una astilla de madera para clavarla a su corazón, se hallaba ilesa. 

Y Andrew tenía ahora una gran misión por delante, pues el Consejo estaba seguro de que él era el indicado: para entrenarla, guiarla y ser su fortaleza espiritual.

Su guía...

-Tienes muchas preguntas. Pero es lógico, aunque yo no tengo todas las respuestas. Pero intentaré decirte lo que puedo...

Willow acercó una silla y se sentó ofreciéndole antes otra a Gabriel.

-Melissa es una chica especial. Sí. En cada generación nace una elegida. Alguien que puede luchar contra las fuerzas del mal lo mejor posible. Posee mayor fuerza, agilidad, mejores reflejos. Pero está condenada a vivir una corta vida. 

La pelirroja baja la cabeza y mira sus manos entrelazadas. Suspira, esta parte le cuesta.

-Cuando una cazadora muere otra renace. Así ha sido desde el inicio de los tiempos, aunque algunos han escapado a tal destino. Pero en general, casi siempre, una Cazadora debe morir para otra renacer.

Sonríe de nuevo pero no es alegre su sonrisa.

-Melissa tendrá a partir de ahora una vida diferente. Ella, a diferencia de tú o de mí, no tiene elección. No puede escapar a su destino. Debe combatir al mal hasta morir. 

Se seca una lágrima.

-Melissa me hace acordar a otra amiga, aunque no te asustes. Ella no está muerte, aunque sí murió una vez. Pero esa es otra historia. Lo cierto es que es una lucha solitaria, y será difícil. Una cazadora precisa amigos. Los guías pensaron que no pero se equivocaron. La fuerza de la misma radica en sus amigos. Y aquí viene la parte que quizás no te guste: tanto tú, Gabriel, como Darla, sí esa Darla, seréis parte del grupo. Podéis obviamente rechazarlo pero sueños proféticos han mostrado al aquelarre wicano que es mi mentor, junto con mi jefe, que así debería ser.

La chica se queda estática, mirando a la pared, pensando.

-Porque la boca del Infierno se ha abierto de nuevo y esta vez... será díficil. El ser que quiere a Melissa una vez quisó a mi amiga, ¡maldición una vez la mató!

 Medité profundamente sobre lo que Will dijo, desde luego la cosa no pintaba bien para esa chica: Miré con enfado a mi amiga, aunque por supuesto ella no era el objeto de mi ira, era la situación injusta de Melissa:

 - ¡Pues no es justo!. ¡Sean quien seas esos guías, no tienen derecho a imponer eso a una chica en contra de su voluntad!. ¿Quien se han creído ellos o el maldito destino?. Ella tendría que estar estudiando, divertirse con sus amigos o salir con chicos, no jugarse la vida cada día...

 Estaba tan enfadado, que quería estallar, no me dí cuenta de como los cristales de nuestro alrededor, empezaban a temblar, a causa de la reacción de mi magia a mis emociones.

 Finalmente, algo más sosegado, pregunté:

 - ¿Y que pasa conmigo?. Dijiste que también yo era diferente. ¿Acaso no soy como tú o hay algo más?.

El bibliotecario no dijo nada ante la reacción de la chica. Tan solo la dio la espalda y se ocultó entre las estanterías de la vieja biblioteca. Pocos segundos después llevaba un libro más bien gordo entre sus manos. Lo dejó caer sobre la mesa. Creo que esto lo explicará todo.

Dijo haciendo una señal con el dedo para que Melissa se acercase.

Me llamo Andrew Fullen, soy el bibliotecario y también el Vigilante. He sido contratado por el Consejo para entrenar a la cazadora. Aquella que nos libre de los males que yacen en esta tierra. Y por lo visto, esta mujer, era una de esos males. Ella era un vampiro, igualito que los de True Blood solo que con más mala leche.

Debemos estar atentos y unir tu fuerza y mi conocimiento. Ambos debemos trabajar en equipo, pues resulta que un mal mucho mayor nos acecha.

Tú eres la elegida. Eres la Cazadora.

Después Fullen contuvo la respiración mientras esperaba a que la chica asumiera lo que le acababa de contar.

Darla puso su concentración al servicio del hechizo pero cuando abrió los ojos y no notó ningún cambio, se sintió algo frustrada. Le preguntó a Amy si estaba segura de que ella realmente era una bruja. La animadora no iba a cesar en creer que lo era, porque el aquelarre lo había dicho.

-Intenta otra vez, sé que puedes. Confía en mí. Una vez que sientas la magia pasar por entre tu ser no volverás a ver nada con los mismos ojos.

Tomó nuevamente los brazos de la morena y los posicionó en forma de T, era el segundo intento.

-Luego contestaré tus otras preguntas. Vamos, una vez más.

-Tú tienes algo especial. No podemos saberlo con certeza, pero el aquelarre del que participo ha sentido está energía que despides. Así cómo la Cazadora es especial, tú lo eres también. No puedo decirte a qué nivel, ni siquiera qué es lo que eres en realidad, pero sí que es importante tu ayuda en el grupo.

Willow tomó las manos de Gabriel.

-Te vamos a necesitar, espero que entiendas que aunque depende de ti el formar parte de esto... tu participación podría significar una diferencia.

Fue en ese momento, mientras Rosenberg hablaba con el chico, que nuevamente vio la sombra. Se estaba acercando a Willow despacio, flotando en el aire en medio de brumas.

 Miré fijamente a Willow y le susurré:

 - ¡Will, la sombra, se acerca por detrás tuya!.

 Apto seguido, instintivamente, tiré a la pelirroja por detrás de mí, para protegerla con mi cuerpo y apto seguido disparé a esa cosa con una esfera de energía, confiando que, al ser mágica, le afectara...

WTF??? Melissa aún no daba crédito a lo que ocurría a su alrededor. Extrañada había permanecido mirando su puño como una idiota mientras la cosa que la había atacado huía y lanzaba alguna clase de amenaza relacionada con un "maestro" que nada significaba para la chica. Recién volvió a prestar atención a lo que la rodeaba cuando escuchó el ruido de un pesado libro apoyarse sobre la mesa y el bibliotecario volvió a hablarle. Pero lo que decía, sonaba a chino básico.

Esperó unos segundos luego de que él terminara de hablar, a ver si tenía algo más que decir, si le aclaraba que todo aquello era una broma de mal gusto, una novatada porque era la recién llegada a la escuela, pero Andrew permanecía impasible, esperando su reacción. Al parecer todo aquello iba en serio.

-Tu... esto... de verdad... tu... ¿es esto acaso una clase de broma?- sabía que no, pero tenía que preguntarlo, su razón no daba crédito a lo que vivía, a lo que le decían. Asustada y frustrada se dejó caer en una silla próxima.

-Vampiros? en verdad? y oscuridad... supongo que hay más cosas que no me estás contando aún ¿no?- aunque aún se resistía a creer, su mente comenzaba a ver las implicaciones de las palabras pronunciadas por el bibliotecario. Los vampiros eran solo el principio, o tal vez el peor de los males, pero no cabía duda de que, si esos seres existían, era probable que otras cosas como hombres lobo, momias, fantasmas e incluso demonios lo hicieran también. Melissa se sintió realmente jodida.

-Dices que yo tengo que salvar al mundo? Yo? si apenas soy una chica de quince años!!! Una nena!!! mi madre todavía me prepara el desayuno y me plancha la ropa!!! ¿Como se supone que voy a salvar al mundo?- aunque la desesperación la invadía, algo dentro suyo pugnaba por tomar el control de sus emociones y decirle que todo saldría bien, que aquello que parecía una misión imposible era para lo que había nacido. Seguramente el mismo impulso que la había llevado a asestar ese puñetazo en medio del rostro de Darla, era lo que corría por sus venas y señalaba su destino.

-Yo... necesitaré tiempo... aún... no, no creo nada de esto aunque lo haya visto con mis ojos... lo siento... deberás tenerme paciencia Andrew...- suspiró como capitulando y sonrió tímidamente a su Vigilante. -Pero podemos comenzar mientras tanto.

Andrew se quedó sorprendido ante las palabras de Melissa. No podía creerse que después de todo lo que había visto aún siguiera comportándose de modo escéptico.

¿Tiempo, Melissa? ¿Acaso crees que nos darán tiempo los vampiros cuando nos vuelvan a atacar?

Estoy aquí con una misión, la de instruirte y la de vigilarte. Yo también soy nuevo en todo esto y cuando hoy me desperté jamás pensé que ahora estaría diciendo estas palabras. Pero lo que no puede ser es que después de el demonio contra el que te has enfrentado todavía digas que eres una niña y que tienes miedo.

¡No me jodas, Melissa! Tú y yo sabemos que en verdad sabes perfectamente lo que sucede, en tu interior lo sientes como sentí yo mi destino.

No hay tiempo que perder, debes creer, estar convencida y luchar. Sé que es una mierda y que aún eres joven, pero nosotros no elegimos nuestro destino, puedes aceptarlo ahora o dentro de 10 años, pero quizá para entonces tú y todos estaremos muertos.

Andrew bajó la mirada, se acababa de dar cuenta del comportamiento que acababa de tener, pero es que Melissa le había puesto realmente nervioso con sus dudas. Él también las había tenido, pero tras lo que había visto ya no había vuelta atrás. Todo aquello era real. Muy real. Demasiado real.

Las palabras de Andrew la golpearon como un puño. No era una niña, no podía correr a las faldas de mamá y esconder su cabeza entre ellas esperando que todo pasara. Aquello era real y lo sabía. El Vigilante tenía razón. Pero... ¿si ella no quería? ¿si se rehusaba a seguir ese "destino"? Nadie le había preguntado, nadie. Las ganas de llorar y protestar como una chiquilla malcriada se debatían con aquella otra parte de sí recién descubierta, esa que le había demostrado que había mucho más en ella de lo que se veía en la superficie.

Tras unos instantes que le parecieron eternos, su parte luchadora ganó. Andrew tenía razón, el mundo descansaba sobre sus hombros, le gustara o no y debía hacerse cargo, le gustara o no.

-Lo... siento... es que... nunca he sido... no me he sentido especial de ninguna manera y de golpe enterarme que tengo la responsabilidad de salvar al mundo... lo siento. Vale, guardaré mis dudas en algún rincón de mi mente. Si dices que soy capaz, debe ser así. Si no... supongo que el mundo estará en problemas ¿no?- la chica se encogió de hombros. Era una adolescente como cualquier otra y, aunque entendía el peso de la responsabilidad que acababa de asumir, las consecuencias de fallar aún no le hacían mella.

-Bien, Vigilante. Aquí la Cazadora se presenta dispuesta a aprender- aunque sus palabras podían sonar irónicas o burlonas, Mel estaba hablando sinceramente. -Por donde comenzamos?

Está bien dijo Darla. Respiró hondo al cerrar los ojos. Si se estaban riendo de ella iba a ser fatal para su popularidad.

Repitió los pasos que había dicho Amy y esperó unos segundos. Abrió de nuevo un ojo y resopló. Se dejó caer en el suelo suspirando.

Creo que no sirvo para esto comentó lamentándose.

Andrew respiró hondo cuando se dio cuenta de que la cazadora había decidido asumir su destino y aceptar lo que tenía que hacer. Sabía perfectamente que era una niña y que aún había cosas que le costarían entender, era normal, a él también le costaba. Pero debía ser fuerte y hacerle sentirse seguro a la muchacha, era su protector, su vigilante y cualquier gesto de flaqueza en él podría suponer un duro desafío para ella.

- Lo primero que debemos hacer es ir al cementerio. Sé que no es tu lugar favorito, pero allí podremos entrenar con facilidad y con soltura sin que nadie nos moleste. Cuando estemos allí te seguiré dando las directrices que necesitas saber. Pero por si nos encontramos con más vampiros por el camino, procura tener una estaca a mano. Eso siempre les hace mucho daño. Y procura llevar todo lo que tengas de plata por casa, ese elemento puede ayudarte en caso de necesidad pues si tienen contacto con ella sentirán que les quema.

Willow giró rápidamente aunque en la mente de Gabriel parecía que todo se sucediera en cámara lenta:

Rosenberg girando, él lanzando una bola de energía, la misma atravesando esa cosa (haciendo que la bruma que la formara se abriera en un agujero del tronco para cerrarse nuevamente), y la cara que se formó. Era espantosa ya que aunque humana parecía lo más alejado a un hombre que alguien pudiese imaginar.

-Os vigilo...

Dijo la bruma de cara blanca. Willow elevó sus manos pero ambos, ella y su compañero, volaron por los aires hasta ser tirados contra una estantería y caer unos veinte libros encima de ellos.

-No la ayudaréis o moriréis. Es Su Voluntad...

Pronto desapareció, justo cuando Anya bajaba las escaleras corriendo, alertada por el ruido.