Partida Rol por web

- ¡Atalulfo, ¿dónde crees que vas?!.- Gritó histérica la Pitonisa. Aquel gigante iba aterminar en trozos y seco como una uva pasa si seguía sin recibir atención médica. Le siguió por detrás sacando la maza por si tenía que defenderse, a la espera de que sus compañeros acabaran con aquella bestia de una vez.

Pues a recoger florecillas por el campo, responde a la clériga del débil el gigante verde (al que ya sólo faltan la carretilla y los espárragos para parecer... algo de alguna otra dimensión...), tan pancho. Pero ya me apeo de la burra, ya.

Y se prepara para retroceder en cuanto ataquen los demás, escudándose en sus cuerpos para evitar un ataque no deseado. Parece que se va sintiendo mareadillo, y la beldad pelirroja está muy tentadora con esa maza a juego, así que va a ver si le cura la pupita que se ha hecho.

Thessaly saca otra rama con hojas atadas y lo convierte en un colosal y desproporcionado mazo.

Sonríe y carga contra el escarabajo.

El escarabajo, aún con el brazo de atalulfo en su boca compuesta se prepara para partir en dos al rotwailer de Thessaly, pero Atalulfo llega antes y le golpea con su martillo haciendo que su carapazón se parta y salpique trozos por todas partes. Labestia cae inerte en el suelo y suelta su presa.

Bien hecho, Atalulfo. Ahora descansa. Yo te traeré el brazo. Y salió volando hacia las tenazas ya inertes del gran escarabajo.

Te lo querías comer, eh? Dijo mientras abría sus miembros de exoesqueleto y músculo. Pues no es para ti, sucio bicho! 

El puñetero brazo pesaba "un huevo"... de dinosaurio. Tuvo que darle mucha velocidad a su aleteo para transportarlo con espadón y todo. La punta del mismo arrastraba por el suelo y dibujaba un surco rojizo por la sangre que se le canalizaba. 

Esto curado da un buen jamón de paleta! Jijiji. Bueno, bueno, no te desanimes, camarada, has demostrado ser un valiente. Con lo que ganes, podrás curarte el brazo de nuevo y ser el mismo de siempre. De hecho, voy a explorar, a ver qué encuentro. Necesitaré luz.

Así que hizo una seña al portaantorchas, recuperó sus cosas y, una vez lista, revoloteó en busca del tesoro, dagas en mano. 

¡Por fin!

El escarabajo había caído bajo el golpe de aquella mole verde. Incluso con un solo brazo y desangrándose había continuado hasta matarlo, lo cual era de admiración. Ahora sin la presión de las afiladas tenazas, aunque muy nerviosa por lo urgente de la situación de Atalulfo, Alé tomó el maletín de cirujía entre sus manos.

- Vamos a ver por aquí tiene que haber aguja e hilo.- Se dio cuenta que tendrían que parar la hemorragia de manera brusca.- Denis, enciende un fuego y por una hoja de metal a calentar.- Sacó del maletín una tira de cuero cortada especialmente para hacer un torniquete, en lo que la hoja se iba calentando. Llamó al portaantorchas  y a Thessaly.- Alguien tendrá que sujetarlo.- Dijo casi sin creerse que se pudiera hacer. Nehifile había traído el brazo pero después partió a rapiñear. - Atalulfo, no sé si podrás recuperar el brazo.- Le tendió un tronco de madera para que mordiera.- Túmbate en el suelo y muerde esto.- Apretó fuerte la tira de cuero en torno a aquel enorme y musculoso brazo. Bueno, lo que quedaba de él, sólo una pequeña porción cercana al hombro. Cuando la sangre dejó de borbotear puso las manos sobre la herida y rezó al Débil para que fluyera la vida a través de ella y hacia el semiogro.

Atalulfo se traga sus últimas palabras, para que no parezca que iba a retirarse, después de todo.

Ahhh, ehem, si, claro. Iba a seguir combatiendo rudamente hasta que él o yo mordiéramos el polvo, está claro... no se da cuenta de que debería haber dicho lo contrario para darle credibilidad al tema, pero tanta sutileza no podía tener, el pobre.

Mmmmh, continuó, sin arreglar mucho más el tema, mordiendo la tira de cuero, pero admirado por las turgentes carnes de la clériga. ¿Sabes? Es un horror ser curado por un espantajo tan feo como tú.

Buen trabajo, Oráculo. Dice a Aletheia.

Atalulfo, no te preocupes. Vivir con un miembro menos sólo hace que tengas que esforzarte más, y el esfuerzo es lo que forja a los grandes hombres y mujeres.

Thessaly se agacha al brownie mientras acaricia la cabeza del su perro.

Pequeño, entra y trae los objetos que veas. La bruja señala a la cueva.

- Ehm...gracias supongo.- Le dijo a Atalulfo aún desconcertada por su forma de expresarse. El Viejo debía troncharse de risa con aquella extraña "pareja". Eran totalmente opuestos, no sólo  físicamente. Estaba segura de que no podía ser casualidad que se hubieran encontrado. Lo veía como una prueba más  para demostrar su fe ciega en el Débil, así que sonrió y continuó trabajando. Se giró hacia la Bruja.- Estoy anonadada con lo que eres capaz de hacer. Das miedo...lo digo como un cumplido, claro.- Tomó un paño húmedo y trató de limpiarse la sangre de las manos. Al quitarse el flequillo que se le pegaba a la frente por el sudor se dejó manchas de sangre en la cara.

Aletheia se esforzó por evitar que Atalulfo perdiera la vida. Él ya empezaba a notar como las fuerzas le iban abandonando por la perdida masiva de sangre. Por fortuna, entre los conocimientos de medicina y el poder del Debil consiguió cerrar la herida. Una pena no poder unir mágicamente el brazo amputado.

Denis tardó unos minutos en preparar el fuego solicitado, al tiempo que el Browni y Nehifile volvía de la cueva.

Ahora el grupo debía decidir que hacer, si seguir avanzando o buscar un lugar donde acampar, aún quedaban algunas horas antes de que anocheciera.

Nehifile se introdujo en la cueva. A pesar de tener un par de recodos, la luz natural entraba y se podía ver en la penumbra. No era una gran cueva, más bien un hoyo grande cavado por los escarabajos. Allí, multitud de brazos y piernas devoradas estaban esparcidas por doquier.

Nehifile se queda decepcionada al encontrar solo miembros amputados. El Brownie de Thessaly sin embargo se lanza a rebuscar entre los miembros ante la atónita mirada de Nehifile, teniendo suerte y tras rebuscar unos pocos encontrar un anillo de plata.

Estoy completamente descansado, protesta Alalulfo, mientras comienza a dar de comer a su mula desmayadamente y con la clara intención de ponerse a montar un campamento ahí mismo.

Si queréis, podemos ponernos a matar koboldos ya mismo, hehehe.

A pesar de estar bastante pocho, sucio, ensangrentado y de tó, no ha dejado de lanzar algún pellizco a las turgentes carnes de la pelirroja, mientras le curaba su muñón.

Nehifile prueba suerte con los miembros. Normalmente, aunque de otra clase, se le daban bien. 

Así que pasó un rato rebuscando, sacudiendo, apartando y meneando. Todo por encontrar algo de valor.