Partida Rol por web

Thessaly saca uno de los pergaminos que encontró con la esperanza de usar una magia poderosa contra la araña.

¡Ocho! ¡Claro, arañas! ¡Un culto respecto a un dios araña o algo así! ¡Tiradle aceite si tenéis!

Farfulla mientras saca el pergamino.

Cuando lo tiene en la mano lo lee con dificultad. Nunca habia lanzado magia tan poderosa... y así seguirá siendo. Cuando intenta lanzar el conjuro las letras desaparecen en un chisporroteo.

La visión de su enemigo le hizo arder por dentro más de lo que lo había hecho la imprudencia de la Elvariel. ¿El peligro que estaba en el "ocho" era aquella araña blanquecina y de ojos rojos? Su Destino estaba delante de ella y sentía como si hubiera sido guiada hasta allí por el agarre fuerte pero temblososo del Débil. La fe que profesaba le insuflaba el valor que necesitaba y mientras lazó el ataque rezaba silenciosa súplicas al Débil. ¿Debió rezar más alto para que los estropeados oídos del Viejo pudieran oirla o es que quizás  se divertía viendo sufrir a sus más fervientes siervos?

Después de haber provocado un breve, pero intenso incendio y haberse quedado cegata unos segundos, Nehifile comprendió que luchar a lo loco no era la solución. Sería mejor usar sus armas: el sigilo, el ataque furtivo o su enorme y magnífica puntería. Optó por el sigilo. Revoloteó, ya estando a la altura del techo, por encima de la gran y repugnante araña blanca. Esperó a que alguien del grupo atacara por delante y luego ella descendió con la intención de ganar una posición completamente ventajosa, pero no calculó bien. 

Lekion se avalanza contra la araña sin pensar en nada más que en dejar hueco para que el resto pueda extenderse por la salida de la escalera a la habitación.

Acierta con un poderoso golpe al cuerpo de la araña, hundiendo considerablemente su espada.

Kitsu no puede sino rodear al resto de sus compañeros, para poder entrar en el combate, por desgracia, golpea sin querer a Thessaly a su paso lo que provoca que pierda por un pequeño instante su concentración en el pergamino que estaba leyendo

La gran araña muerde con sus dos grandes colmiños en la cota de mallas de Lekion, unas chispas brotan del golpe y al salir, la sangre empieza a manchar la ropa de Lekion.

Ahora está distraída. Piensa la bruja mientras saca su daga.

Sabe que es arriesgado pero se niega a quedarse mirando.

El chocar de la maza contra el suelo hizo que le temblara todo el brazo. Apretó los dientes para no dejar salir un grito de su boca. ¿Qué es lo que quería el Débil?¿Qué tenía que hacer para que guiara su brazo en el ataque? Mientras lanzaba otro golpe con la maza gritaba llena de rabia.

- ¡Yo te maldigo alimaña del averno!- Por una parte pensaba igual que Thessaly con respecto a la extraña proliferación de alimañanas de 8 patas, pero pro otro lado no había detectado mal alguno en la torre.

Nehifile tenía a la araña delante. No perdía el control, pero estaba haciendo lo único que deseaba en ese momento: intentar matar a ese engendro albino. Nada podía distraerla de su cometido. Y el primer dagazo se dirigió a un punto vital del bicharraco. Buscaba su muerte, lo más rápidamente posible. Aunque las prisas no siempre eran buenas. Pero los filos de las dagas describían estelas de lo rápido que se movían. 

Lekion prepara para golpear a la araña

La araña se vuelve a abalanzar contra Lekion haciendole una terrible herida en el abdomen, sigue castigando en el lugar donde ya ha hecho un agujero.

¡¡KKiiiaa!!, grita Kitsu con su extraño acento mientras corta pedazos de la araña por doquier.

La Pitonisa trataba de moverse sin estorbar demasiado en la pelea. La araña se movía rápido evitando cualquier torpe movimiento amenazante de su maza.  No conseguía acabar de concentrarse en su pálido objetivo mientras éste se cebaba en el pobre Lekion.

-¡Lekion!

Lanzó de nuevo la maza ya mellada. El Destino del  líder del grupo parecía estar escrito y no ser nada halagüeño. De repente el graznido del cuervo le pasó por la cabeza. ¡Pájaro de mal aguero!. La cabezonería de la joven le impedía dejar al hombre morir así como así. Había que acabar con la araña cuanto antes.