Partida Rol por web

Después de nadar bajo el agua unos pocos metros, sobrados de aire aún pues temerosos habíais inspirado a fondo, llegáis hasta una abertura en uno de los lados de las mismas escaleras. La abertura conduce a un estrecho pasadizo, que emerge a la cámara semisumergida. La sala carece de rasgos y tiene muros de piedra húmeda y una oscura arcada que lleva al sótano principal.

Chorreando agua todavía no os habéis percatado de que en una esquina yace en una especie de sueño sortílego vuestra compañera Wyna.

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La situación era como uno de esos sueños que los elfos a veces tenían, donde su cuerpo hace una cosa, pero su mente está despegada. Unas escaleras descendían dentro del agua... Y Wynna había desaparecido por allí.

El elfo no dudó un segundo en sumergirse en busca de la muchacha. Si quedaba atrapada entre las ruinas de algún viejo edificio, el aire no le duraría demasiado.

Cuál no fue su sorpresa al encontrarse, de repente, pisando suelo firme, en una habitación de piedra, con la humana a pocos metros de distancia.

Sin siquiera atender a posibles peligros, o al propio sonido de la campana que estaban siguiendo, corrió hacia Wynna para socorrerla. Más que por un daño físico, parecía que su mirada, su consciencia, estaba atrapada de alguna manera. 

Quizás podría encontrar una manera de alcanzar su mente allí donde estuviera perdida, como a veces había ello el elfo cuando escuchaba el canturreo de un arrollo, o los murmullos de la hierba.

En efecto sú sonido, producido por el canto de seres más próximos al cielo que  los humanos, fue suficiente para que WYNA saliera del letargo.

Wyna se recuesta confusa...

Al llegar a la recámara, Falenthal y Griffo se acercaron a Wynna presurosos, no pestañeaba y parecía como petrificada, algo debía pasar en su mente, perdida en algún lugar de su cabeza no notaba la presencia de sus compañeros. El hobbit no sabía qué hacer, respiraba ella, por lo que ahogada no estaba, estaba petrificada y las sacudidas de Griffo no la despabilaban. Pero el elfo estuvo más calmado, sin entrar en pánico comenzó a cantar suavemente en lo que parecía su idioma, palabras hermosas y dulces que a pesar de que el mediano no las comprendía, podía entender que era una canción que serenaba el alma y dispersaba el pesar. Durante el tiempo que duró el canto el hobbit olvidó que se encontraba en un calabozo y sintió que se encontraba en una pradera verde esmeralda, la brisa primaveral lo despeinaba y el olor a lluvia suplantó el hedor del arroyo.

Wynna volvió en si como si en verdad se hubiese ahogado, su respiración fue agitada por un momento mientras Falenthal la abrazaba para contenerla. Griffo se maravillo de lo que la magia élfica podía lograr, las historias de sortilegios y hechizos de su abuelo eran tan verdaderas como cualquier anécdota de día de campo. Elfo y hobbit ayudaron a la humana a ponerse de pie, por una lógica de estaturas, se apoyo al hombro del elfo.

-Siganme, yo iré al frente - les susurró Griffo y caminó hacia la siguiente habitación.

Al llegar a la recámara, Falenthal y Griffo se acercaron a Wynna presurosos, no pestañeaba y parecía como petrificada, algo debía pasar en su mente, perdida en algún lugar de su cabeza no notaba la presencia de sus compañeros. El hobbit no sabía qué hacer, respiraba ella, por lo que ahogada no estaba, estaba petrificada y las sacudidas de Griffo no la despabilaban. Pero el elfo estuvo más calmado, sin entrar en pánico comenzó a cantar suavemente en lo que parecía su idioma, palabras hermosas y dulces que a pesar de que el mediano no las comprendía, podía entender que era una canción que serenaba el alma y dispersaba el pesar. Durante el tiempo que duró el canto el hobbit olvidó que se encontraba en un calabozo y sintió que se encontraba en una pradera verde esmeralda, la brisa primaveral lo despeinaba y el olor a lluvia suplantó el hedor del arroyo.

Wynna volvió en si como si en verdad se hubiese ahogado, su respiración fue agitada por un momento mientras Falenthal la abrazaba para contenerla. Griffo se maravillo de lo que la magia élfica podía lograr, las historias de sortilegios y hechizos de su abuelo eran tan verdaderas como cualquier anécdota de día de campo. Elfo y hobbit ayudaron a la humana a ponerse de pie, por una lógica de estaturas, se apoyo al hombro del elfo.

-Siganme, yo iré al frente - les susurró Griffo y caminó hacia la siguiente habitación.

Esta es la vasta cámara abovedada, que presenta seis aberturas en forma de arco, tres al lado derecho y otras tres al lado izquierdo, que conducen a diversos sótanos menores. El arco más alejado a la derecha es mayor y está decorado con piedras multicolores.

En el muro del lado opuesto a la entrada (donde estáis ahora mismo), hay una estrecha chimenea vertical: en el interior cuelga una cuerda de campana.

La oscuridad subterránea lo sorprendió. Estaba acostumbrado a caminar bajo la noche sin dificultad, gracias a la luz de las estrellas. Pero aquí abajo no había un ápice de iluminación.

Con Wynna apoyada en él, el elfo escuchó las indicaciones sensatas del Mediano. Tenía la cabeza fría, y a pesar de su apariencia frágil y la perturbadora situación, no tenía aspecto de desfallecer en la búsqueda de los enanos perdidos. Era realmente admirable e inspirador tenerlo por compañero, para gran sorpresa de Falenthal.

Buscar alguna pista parecía lo más adecuado, como decía el hobbit, pero el elfo se encontró con que su vista no le resultaba de gran ayuda bajo tierra. Pero seguía contando con su fino oído. Trató de detectar algún sonido que proviniese de alguna de las puertas laterales.

Mientras escuchaba, la campana al fondo del salón llamó la atención. Emitía un leve brillo. Falenthal tenía la idea que quizás los enanos la habían hecho sonar para pedir ayuda. Junto a la campana se abría el portalón decorado de piedras de colores. Si su teoría era cierta, quizás los enanos se refugiaran allí. Si no lo era, como Griffo apuntaba ¿quién o qué ser podían encontrar en ese lugar destacado? Poco a poco se fue acercando al lugar, pero sin apresurarse por si sus compañeros encontraban algo importante.

El lugar era intrigante, una mazmorra de verdad, Griffo estaba en una verdadera mazmorra, ya no tenía que imaginarlas en las historias que de pequeño escuchaba. La humedad y el hedor eran penetrantes, sin dudas era difícil retratar esto en un relato, por lo que fue lo que más lo sorprendió. Siempre imagino esos calabozos uniformemente, como si un arquitecto hubiese planeado hasta el último rincón del lugar, pero era todo lo contrario: grietas por todos lados, filtraciones, paredes inclinadas, piso desnivelado y áspero.
Falenthal escuchó la sospecha del hobbit, pero aún así avanzó hasta el final del salón, seguido por sus compañeros. Si él creía que debían hacerlo, lo harían, aunque ya no esten en un terreno afin a él como el bosque, había que confiar en su juicio y sus oídos élficos. Pero Griffo no se sintió desanimado, él también podía ayudar en esa situación.

Falenthal recapacita ante el molesto silencio de la campana -normal, nadie está tirando de la sga que pende desde las alturas por dentro de la chimenea- y observa un monton de desperdicios y plumas muchas plumas en el fondo de la chimenea. Su afinado oído apenas percibe por detras del gorgoteo provocado por el algua al colarse entre las innumerables grietas una especie de quejido a medio camino entre el croar de una rana y el quejido de un niño. Pero no acierta a determinar su dirección ya que proviene de distintas direccionas las cuales confluyen en la gran sala.

Griffo por su parte es un hombre intuitivo y piensa "Esa puerta me recuerda al pastel de zanahoria de mi tía, cre que es una muena manera de empezar.

Wyna y Grifo se dirijen hacia la puerta de dintel de baldosas más bien anaranjadas.

Hágan una tirada de Alerta NO14, todos...

mientras tira wyna un habitante del pantano; un ser despreciable y asqueroso; una criatura humanoide tambaleante de piel pálida y húmeda, como la de un cadáver dejado pudrir en el agua.

Se mueve lentamente y en silencio, dejando tras de sí huellas húmedas con sus pies desnudos. Una luz maligna en sus ojillos sugiere una vitralidad y unas intenciones malignas.

las posiciones quedan determinadas por las circunstancias: Falenthal sin tirada de ventaja aparece en vanguardia y grifo en la retaguardia.

No puedo evitar maldecir mi suerte en mitad de esta húmeda semioscuridad. Tan sólo la confianza que depositan estos dos aventureros a los que puedo llamar amigos es lo que me hace seguir cuerda y es a ellos a quien les debo la vida.

Ante la aparición de esta grimosa criatura, veo que Falenthal está demisiado cerca. Peligrosamente cerca... Trato de alertarle al tiempo que me pongo en guardia y desenvaino mi espada para defender la vida de mis compañeros y la mía en última instancia...

Unos pasos pesados se escucharon detrás del grupo, mientras ellos se acercaban a la puerta de la aventura de piedras multicolores, una criatura extraña se acercó tras ellos. Griffo sintió al instante sus pasos y sus jadeos, los demás no, Wynna seguramente seguía aturdida y Falenthal debía estar concentrado en los sonidos que venían del cuarto de la soga colgante para que sus oídos no lo escucharan.
Griffo rápidamente fue hacia el adefesio, sus largos brazos colgaban a los lados y sus garras casi que tocaban el suelo, debía proteger las espaldas de sus compañeros.