Partida Rol por web

Al ver que me perseguían a toda costa decidí seguir corriendo, corría tan desesperadamente que mis pies dolían pero no lo suficiente como para obligarme a detenerme

Pero tampoco es para tanto!, era un simple enano, tienen MUCHOS mas enanos en la cuidad!- -Pensé aunque no en el momento oportuno.

De todos modos no puedo detenerme!.-

Corría tan despavorido que no sabia hacia donde me dirigía.

Junto a los guardias una turba corría tras el bárbaro, los enanos no lo alcanzarían de seguir así, pero no se sabría cuando se detendrían de su persecución.

Dos guardias enanos se acercaron con el cuerpo, para comprobar que yacía sin vida. La violencia del bárbaro había sido fatal, siquiera le había dado la oportunidad de agonizar al duro enano que murió antes de caer.
Procedieron a arrastrar el cuerpo hacia la ciudad enana. Los enanos que quedaron alrededor en el mercado hablaban entre murmullos y los miraban con indisimulada sospecha en sus rostros.

Desde la calle a la ciudad se veía venir un grupo de diversas estaturas.
¿Alvarado? Parecía ser él, junto a los otros conductores de las carretas y una escolta de guardias enanos.

Mirè a mi hermano, y luego al paladín, al que le hice una mueca con la cara levantando un costado del labio, con una expresión que daba a entender que lo hecho ya era irreversible.

Viene Alvarado- fui el primero en romper el silencio, me sentía algo incómodo. 

Bueno Pip, mercado, el templo, incluso llegué a ver un grifo, para ser nuestra primera ciudad en la caravana, pudimos conocer la ciudad desde dentro- desvié mi mirada al suelo lleno de sangre y.. cosas -demasiado desde dentro, diría yo- 

Comencé a caminar, dirigiendome a pasos cortos hacia Alvarado y compañía, esperando que los demás se muevan tambien.

Bueno Synh.. si todavía hay lugar en ese estómago, podríamos ir comiendo en un rato, ¿no?

Al pensar un poco recordé que la caravana iba hacia Hardcastle por lo que decidí dirigirme en dirección a Delzimmer para ver si lograba toparme con ella.

Aún estando un poco absorta en mis pensamientos y no mucho a lo que pasaba a mi alrededor, escuchando las voces de fondo, me doy cuenta que mi rata, la que me regaló Dessy, estaba inquieta en su lugar preferido, entre mis cuernos.

Antes de que pudiera hacer algo para tranquilizarla, se escabulle entre mis brazos, salta, cae al suelo y va corriendo detrás del semiorco violento que causó el alboroto.

-¡¿En serio!?, yo no me quería meter en todo esto, pero si es lo que tú quieres...-.Presintiendo que a lo mejor es lo que quiere que siga mi excéntrica patrona, sigo de mala gana a mi ratón, más por el hecho de tener que seguirlo entre tanta multitud que de seguirlo de por sí.

Yo diría que la ciudad esta un poco... muerta, no crees? JAJAJAJA. -Ey, quien dijo que el momento para chistes era cuando todo estaba bien?

Alvarado, -Me dirigí al líder de nuestra caravana -no creerás lo que pasó aquí... supongo que no siempre se puede contratar a los mejores mercenarios... y para el resto, que tanto cuchichean! -Me dirigí al público en un tono más alto- Ese orco actuó de manera independiente, no nos hacemos responsables de sus actos. Con mi hermano intentamos detenerlo para evitar que se derrame más sangre inocente este día, pero esto es cuanto nos hacemos cargo...

Comenté un poco más por lo bajo y casi con desanimo; Vamos Pep... se perdió la oportunidad de hacer algo interesante...

Me senti mas tranquilo.

Hablando al aire luego de ver como el semiorco huia.
-En lugar de aceptar su grandisimo error y al menos intentar redimirse de otra manera, decidio huir, que cobardia.

Lo bueno de todo esto es que al menos no fuimos involucrados en este incidente, al menos por ahora, eso me tranquiliza bastante.

Dirigi la vista a mis compañeros.

-Me alegra saber que al menos no nos han involucrado en el desastre que causo este sujeto, no creo que contemos con el para continuar nuestro viaje, ademas no me sientan bien los cobardes en un grupo, creo que matamos dos pajaros de un tiro, no estan de acuerdo?

-Se que quiza estoy siendo algo duro, que digo algo... bastante duro, pero realmente los que deciden huir en lugar de aceptar y hacerse cargo de sus errores no son de fiar en un grupo en el cual debemos arriesgar nuestras vidas para protegernos mutuamente.

A Pep.

-Pero claro que si! Una buena comida es perfecta para olvidarnos de la tension que provoco todo esto en el grupo, ademas nada interrumpe mi apetito, espero que el tuyo tampoco mi buen amigo.

Que bueno que llego la caravana, estoy hambriento, aunque las miradas de los lugareños me da un poco de mala espina, pero es mas que comprensible sabiendo lo que han presenciado, ya se me pasara.

El semiorco había corrido tanto que los enanos lo habían perdido de vista, había salido de la ciudad y estaba quizá lejos del peligro.

Se encontraba fatigado, había gastado sus energías en correr tan rápido como pudo y ahora arrastraba los pies, pero seguía.

Al darse vuelta para ver nota que una figura que se contorneaba junto al sol en un rojo horizonte de atardecer se acercaba.
Entre cierra los ojos el semiorco, parece ser una mujer, no era enana...

Poco a poco ella se acercaba a el.

Ya exhausto por tanto correr y con apenas fuerzas para mantenerme de pie le pregunte a la mujer que había aparecido delante de mi

-¿Q-qui-quien eres? MUÉSTRATE!-

Si fuera enemigo ya me hubiera atacado en este estado, o tal vez solo quiere jugar conmigo. Debo tener cuidado.- Pensé

Me quede expectante en su respuesta, si fuera un enemigo tendría dificultades para volver a huir.

Presiento que no será lo último que sepamos de.. eh.. ¿cómo se llamaba, Pip?- dije rascandome el bigote con el dedo índice derecho, no podía recordarlo y presentía que tampoco importaba mucho. -Definitivamente..- dije con la mirada perdida, hablandole a Synh, algo teníamos que comer para seguir con nuestras aventuras, revisé y conté, tenía todo lo que habíamos comprado.

-Hermano- dije -tenemos que prepararnos para lo que sigue- dije sonriendo, levantando la bolsa con los aceites, sacando su lado alquimista y quizás explosivo a jugar.

-Si no tienen nada más hacer, creo que nos están invitando a irnos- mostré con la palma de la mano a la gente local no muy contenta -y no solo ellos- moví un poquito la cabeza, señalando para donde estaba Alvarado

Eh... Durango? Dukar... Derko? Bueno, como sea. Hmmm ahora que lo mencionas. Synh, te escuche hablar de comida -mi rostro se iluminó de repente-, ven con nosotros a la carreta, comeremos algo y tengo una... Idea que quizás te interese MUCHO jajajaja. 

Hice ademanes con las manos para que nos marchamos antes de conocer el fondo del precipicio, lo cual supongo era el ideal turistico que los lugareños nos tenían preparado...

-Si, hablaba de ir a comer algo, Pep me acompañara, claro que puedes acompañarnos, espero que Alvarado tenga suficientes provisiones porque tengo un apetito feroz.

Recordando algo..

-Por cierto, ahora que lo recuerdo, el ganador de la apuesta es Pep, el templo es de Mordinsamman.

Mirando para los alrededores...

-Mejor vayamos de una vez antes que las cosas se pongan feas.

Alvarado iba enterándose de a poco de la escena a medida que enanos se acercaban a hablar con los guardias que lo escoltaban.

El guardia le dijo unas pocas palabras y el rostro de Alvarado paso de pálido a rojo como un tomate. Este hizo un par de indicaciones a los conductores y todos se dispusieron a partir.

Los enanos iban reponiendo el orden en el lugar.

Asimismo uno de los guardias los azuza para que suban a la carreta en la que vinieron. -Ya, largo de aquí. La ciudad esta cerrada ¿oyeron? Cerrada. Y no estaremos recibiendo extranjeros ni mucho menos otras razas... LARGO!-

La vena en su cabeza parecía latir a reventar, caminaba rápido dando zancadas y parecía murmurar algo entre dientes mientras sacudía los brazos al aire, tal como si catapultara con ellos improperios a los dioses.

Pasa cerca de ustedes, los mira y cierra con fuerza los dedos de su puño menos el indice, con el cual señala la carreta... -... ... Suban.- Dice con un nudo en la garganta.

Seguí como pude al semiorco, tratando de no perder de vista al ratón que al parecer sabía mejor que yo en dónde estaba el semiorco. -Espero que esto tenga una buena razón... o recompensa-. A lo lejos vi que poco a poco el semiorco aligeraba la marcha hasta detenerse exhausto. Paré mucho antes que él, percatándome primero que nadie más nos seguía, y también en ver exactamente dónde estaba mi ratón. Caminé lentamente hasta donde se encontraba él, escuchando que me gritaba algo. -Ey, tranquilo dientitos. Te seguí porque... bueno, esta cosa te siguió- dije señalando a mi ratón -Deberías de limpiarte ese montón de sangre antes saludar a una dama- le guiñé un ojo, tratando que el ambiente sea menos tenso.

Subí a la caravana en silencio y me acomode sobre una de las cajas que estaba a un costado. Alvarado estaba notoriamente molesto, solo espero que entienda que no tuvimos nada que ver... Oh si se llega a molestar con nosotros por lo que hizo ese Semi-orco... me parece que alguien va a tener una vida muy divertida cuando lo encontremos...

Una vez estuve sentado, me dispuse a observar la lampara y hacerle señas a Pep para que viniera.

Orcos eh- dije mientras entraba y me acomodaba en la caravana, poniendo cara de desilusión y sorpresa al ver a Alvarado -no son buenos ni malos, son incorregibles-

subí y de un salto me senté en una caja, con mis piernas colgado lejos de tocar el piso. Saqué mi bolsa y de allí 5 monedas, y con una voz triste dije -no siempre se puede ser tan listo como tu hermano, y a veces uno tiene que admitir que siempre está equivocado- me reí un poco y le tiré las monedas. Con esfuerzo, levante la bolsa con los aceites y fui acomodándolos en fila, sacando un poco la lengua de mi boca mientras hacia las cosas entre risitas

-Que calor- me quejé con voz cansada -Estaba pensando... qué clase de equipo somos?- un paladín carismático, el bardo cantante, Pip y yo.. estábamos juntos por algún motivo, quizás era el destino o quizás Alvarado tenía todo preparado. Estaré a la espera de un reemplazo para el orco.

-Quisiera saber a donde iremos ahora, pero no tengo el deseo, y quizás el coraje- le guiñé un ojo a mi hermano -de molestar a Alvarado ahora-

¿Así que me estaba siguiendo un ratón y una mujer? ¿Que es todo esto? -Pensé intrigado

-¿Que quiere tu pequeño amiguito conmigo? ¿Acaso puedo comérmelo?- Pregunte sin mas a la mujer.

Me senté ahí mismo ya que mis piernas aun dolían un poco y me relaje un poco, esa mujer no parecía presentar un gran peligro ahora mismo.

Era mas que notorio el enfado de Alvarado al saber de la situacion, con toda razon, quiza mas aun con el mismo por no notar a tiempo lo inestable que era aquel sujeto, pero lo comprendia, incluso si su enojo se ha volcado ante nosotros que nunca estuvimos involucrados en el asunto, podria hablar y explicar un poco mejor la situacion, pero prefiero esperar a que su ira cese.

-Esta bien...

Todo lo que tuve para decir.

A pep

-Pues realmente no lo se, pero supongo que cualquier lugar sera mejor que quedarnos aqui y aumentar la tension, ya notaron como nos hablo aquel guardia, no creo que tengan intenciones de ser comprensivos por mucho tiempo.

No planeo hacerme cargo de los errores de un cobarde que huye, quiza podria comprenderlo si hubiera mostrado algo de arrepentimiento, pero no dejare que nos exponga a nosotros por su estupidez, solo espero que salgamos rapido de aqui ahora que podemos.