Partida Rol por web

Vaesen: A wicked Secret and Other Mysteries

Fjällbacka

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17/05/2021, 20:13
Director

Notas de juego

Vale, quería actualizar, pero veo que aún o habéis decidio donde ir primero, o si es que váis a ir a los 2 sitios, o solamente a 1.......con lo que me digáis os escribo.

Solamente por no emborronar la escena, nohay ningún evento extraño ahora mismo. La gente, pasa pendiente de su vida, más allá del olor que podéis desprender o no. Y aunque alguno ponga una cara un poco más rara, nadie os hacer el menor caso en la calle ahora mismo. Así que, vosotros diréis.

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18/05/2021, 17:43
Storyteller

Al llegar a la entrada del edificio médico forense os resulta impactante la cantidad de gente que puede deambular por un lugar que a simple vista parece más pequeño de lo que realmente es. Un hombre con bata blanca y un extraño utensilio circular sujeto en la cabeza avanza con paso firme por el pasillo central, mientras varios hombres jovene, estudiantes posiblemente, le siguen con paso acelerado mientras portan varios libros y cuadernos con notas. El frenesí del lugar es cuanto menos soprendente. Alguien dijo una vez que el cambio a una nueva era suele traer consecuencias, y al parece las del descubrimiento de la ciencia para atraer a las mentes más brillantes e inquietas de todo el mundo.

Tras poner un pie en la entrada al subir las primeras escaleras de piedra pulida, podéis ver un mostrador con un hombre basante fornido que parece hacer las veces de recepcionista y guarda de seguridad.

¿Motivo de la visita y lugar de destino?— El hombre os mira fíjamente con cara sospechosa. Desde luego no se esperaba ver a una monja y a una mujer acompañando a un ciego.

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21/05/2021, 01:10
Øystein Wergeland

Las damas se inclinaron por seguir el consejo de Niles, sin duda influenciadas por su porte impoluto, las numerosas arrugas de su rostro y aquella ceguera que le otorgaba cierta aura de sabio ancestral. Con frecuencia detective y mayordomo tenían diferencias de opinión, diferencias que Øystein solía zanjar acatando en apariencia los consejos del mayordomo, para proceder a conducir al invidente de todas formas hacia el lugar de su elección, sin que éste último sospechase nada (aunque sospechaba, Øystein estaba seguro, y entonces le asaltaba la duda de si todo no había sido más que una treta, un truco psicológico). Desafortunadamente la presencia de las damas excluía la posibilidad de jugar aquella carta, y como además había proclamado cultivar un espíritu democrático, realmente se vió acorralado.

Un hombre de aspecto recio les recibió en la antesala del edificio médico forense, dando muestras de suspicacia.

—Con algo de suerte, no éste edificio —bromeó respecto a la pregunta sobre su destino final— Øystein Wergeland, detective privado. Nos gustaría solicitar permiso para inspeccionar el cuerpo del difunto vicario Hedqvist. Su familia, aquí presente —con un gesto de la mano abarcó a sor Agnetha y Lady Lovisa— ha contratado nuestros servicios.

El detective delineó su mandíbula entre el pulgar y el índice. Pronto sería tiempo para afeitarse, operacion que incluía al invidente operando navajas puntillosamente afiladas por el rostro del detective. Navajas que no se intimidarían frente al frío y presumiblemente descompuesto cuerpo del vicario.

—En nuestra opinión no hay nada como el método científico, partir de la fuente. Nos gustaría echar un vistazo, si no hay inconvenientes.

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24/05/2021, 11:03
Edwin James Niles

Como de costumbre, su amo había iniciado la siempre tediosa y burocrática fase previa al examen del cadáver de C.E. en la oficina del forense. El funcionario que les salió al paso era un ejemplar genérico en su especie, y es que en opinión de Niles los funcionarios, todos ellos, estaban adoctrinados de modo meticuloso para obstaculizar todo conato de relación entre el ciudadano y la Administración en sus múltiples y variadas formas. Eran la legión de grises individuos entregados a consolidar la opacidad de un sistema -¡EL LEVIATÁN!- alérgico a la transparencia más elemental desde el principio de los tiempos. Y es que si el ser humano era algo más aparte de un animal egocéntrico y codicioso, se trataba sin duda de un ser adicto a las normas, a las leyes, a los reglamentos. ¡A todo texto articulado, voto a bríos!

"Somos libres porque nos regimos por normas", rezaba una placa en el Palacio de Justicia de Londres, acudiendo a la memoria del chambelán en aquel preciso instante. Niles siempre pensó que aquella frase era la Gran Mentira, la antítesis perfecta de la realidad. La civilización había traído cadenas invisibles para la mente humana, sometiendo a la temida bestia interior bajo el imperio de la civilización. ¡Ah, pero el buen Niles sabía bien cuál era la terrible verdad! Poco, muy poco se precisa para que el animal que todos llevamos oculto bajo la piel salga enfurecido al exterior en transitorios pero letales arrebatos. Aquel archipiélago decadente era un testimonio más que evidente de ello, con sus gentes hostiles y sus arenques engalanados.

Pero bastaba por hoy de reflexión anarquista, que era altamente contagiosa y urticante, y como buen inglés que era Niles podía permitirse pequeñas moderadas considerables exageradísimas infinitas dosis de cinismo y abrasiva, incluso incendiaria crítica social, pero oiga, sin sacrificar su icónica flema.

Mientras su amo parlamentaba con el plúmbeo interfecto que les había salido al paso, el mayordomo inspiró profundamente, inhalando cada matiz que transportaba el éter en el interior de aquel anodino edificio y haciendo un gesto con los labios similar al boquear de un pez, quizás para asegurarse de paladear los aromas que sus agudizados sentidos posceguera captaban.

Oh, My! That tasty odor! Sweeter than Honey!

-Aaaaaaah... Percibo una suave brisa con un exquisito hedor a formol... Sniff, sniff... Y también detecto el dulzor de algún cadáver fresco en perfecto estado de descomposición...-. Si estuviese hablando en el interior una librería haciendo alusión a las cubiertas de los vetustos incunables, quizás no habría sonado tan perturbador. -¿Oye eso, señor Hedqvist...?-. El sonido de sus pasos resonó solitario al rondar las baldosas de la recepción, como queriendo adentrarse en las cámaras mortuorias con impaciencia, enfatizando un dramático y tenebroso suspense.

-Es el sonido de lo inevitableee...-, concluyó con una lobuna sonrisilla.

 ¿Le estaba hablando al muerto...?

Another day in the office for Creepy Niles.

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24/05/2021, 12:24
Agnetha Löfgren

Presentada por Wegerland como familia del vicario, Agnetha decidió interpretar lo que pudiera de aquel papel –sin excesos, ya había tenido bastante con el tema de los naturalistas. Para ello sacó un blanquísimo pañuelo de un bolsillo en su hábito y lo pasó por sus ojos presionando el lagrimal como si hubiera de contener las lágrimas. Trató de mirar al conserje o quienquiera que fuera con cara de aflicción, y por algún motivo que se le escapaba, no le fue difícil encontrar aquel exacto sentimiento en su interior. De hecho por un instante se disgustó profundamente de verdad al comprobar que era así. Agnetha no era alguien a quien le agradara la introspección psicológica –siempre era más entretenido inspeccionar a los demás- y enfrentarse en aquel instante a la agitación que sentía le resultó francamente turbador. Miró al funcionario como si él hubiera de tener la respuesta a qué demonios era lo que le pasaba con verdadera cara de angustia, y terminó usando su pañuelo para cubrir el rostro al encontrarse verdaderamente confusa.

Pero llegaron entonces a sus oídos los siseos del mayordomo y Agnetha retiró el pañuelo lentamente para asomarse tras él. Sus palabras le erizaron el vello de todo el cuerpo y sus ojos lo escudriñaron con renovado interés. Parecía que se proponía darse un festín con las vísceras del pobre vicario y que ya estaba relamiéndose. Un escalofrío que no fue capaz de reprimir la recorrió de la cabeza a los pies. Y por un momento pensó si no habían viajado muchos kilómetros para enfrentar una amenaza diabólica mientras tenían algo de idéntica naturaleza verdaderamente cerca. O aquel hombre poseía en verdad un oscurísimo sentido del humor.

Entonces los ojos de Agnetha se desplazaron lentamente para observar a Øystein  con un interrogante flotando en ellos. ¿Y el detective? Si aquel hombre era su sirviente, ¿qué clase de monstruo podría ser él? Y sin embargo aquel semblante irritante, orgulloso y burlón no le parecía el de un monstruo... El olor a formol y la cercanía de los cadáveres la estaba poniendo susceptible, pensó. Pero su imaginación en aquel momento estaba hiperexcitada y buscaba en realidad además, aunque no se diera cuenta, algún motivo para aborrecerlo.

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24/05/2021, 19:18
Storyteller

Nos gustaría solicitar permiso para inspeccionar el cuerpo del difunto vicario Hedqvist. Su familia, aquí presente 

El ombre que os recibe hace sonar una campanilla que tiene en su mostrador. Unos escasos minutos despues, aparece un médico, con bata blanca y unas curiosas gafas que parecen tener un añadido para aumentar si cabe más la vista. Como un pequeño enfoque de los nuevos modelos de cámara fotográfica.

El hombre de la bata habla por un momento con el recepcionista y por fín os atiende.

 

—Parecen bastante adelantados a su tiempo si lo que quieren es investigar el cuerpo del fallecido. Eso es algo que aqui no es de sorpresa, aunque no se suelen recibir visitas a menudo. Sin embargo, me resulta ciertamente curioso que una hija de la Iglesia haya accedido a personarse en este esdificio. Más cuándo la propia Iglesia ha mostrado su rechazo por nuestras prácticas científicas. Sin duda alguna es un caso curioso. Bien, necesitaré que rellenen este formulario— os hace entrega de un par de papeles escritos de forma mecanográfica— Necesito que rellenen su nombre completo y con su número de identificación personal. En su caso detective, necesitaré también su número de placa o su número de identificación relacionada con el cuerpo de investigadores. Fecha y firma si es que ustedes son capaces de leer y escribir, o una X junto a su nombre en caso de que no sea así.*  —

El hombre espera pacientemente a que se rellenen odos los campos obligatorios.

—Por supuesto permítame expresar mi más sentido pésame por su pérdida, y nuestro más sentido agradecimiento al haber donado su cuerpo a la ciencia. Sin embargo, antes de ver el cuerpo deben saber que el estado del mismo se encuentra ya en una avanzada descomposición y puede resultar....duro. Si en cualquier momento se encuentran mal, no duden en salir de la sala y tomar el aíre.

Notas de juego

*Recordad que no todo el mundo sabía leer y escribir en esa época y que es algo que se volvió boligatorio en la educación con el avance de las tecnologías.

Roleadme esto. No hace falta hacer tiradas salvo que vayáis a hacer algo fuera de lo común.

 

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26/05/2021, 04:45
Lady Lovisa Swedenborg

Lady Lovisa siguió a la comitiva dentro del edificio, mientras caminaba pensaba en todo: lo dicho por la hermana Agnetha, lo dicho por el detective, lo expresado por el misterioso chambelán no-vidente. Eran un grupo curioso sin duda.

Hubiera dicho muchas cosas más pero, extrañamente, luego de aquel arrebato sentía que su intervención hasta aquel momento había sido más que suficiente y que debía guardar silencio por un rato, al menos hasta que accedieran al cuerpo... Solo con ver las caras de los allí presentes se podía imaginar el tono de condescendencia y sermoneo que desplegarían ante ella y quería ahorrarse no solo el mal trago, sino el gasto de energía inútil en esos hombres que no escucharían sus aportes.

Quizás una vez allí pudiera ayudar al detective, pues si bien no era experta de sus cacerías había aprendido mucho sobre cadáveres, aunque no de humanos. Aún así, tenía la esperanza de poder hacer un aporte más concreto porque la muerte dejaba marcas inconfundibles tanto en hombres como en animales.

Observó con distancia la escena y acompañó su silencio con distintos mohínes y expresiones meditabundas dejando que el detective rellenara los papeles.

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26/05/2021, 14:10
Agnetha Löfgren

Idéntico sentir al que ocupaba los pensamientos de Lovisa embargó a Agnetha cuando aquel hombre se dirigió a ella. Estaba acostumbrada a la obediencia debida a las superiores religiosas, a la sumisión y el silencio —acostumbrada no quería decir que le agradara demasiado y no fuera en ocasiones un tanto independiente de más, cierto era y bien que a veces lo había pagado—, así que digamos que estaba acostumbrada a ser tratada de forma exigente pero precisamente porque se la consideraba una persona de la que se espera algo. Pero ahora, en el mundo exterior y en compañía masculina, comenzaba a aprender hasta qué punto podía no esperarse nada de ella. Ni siquiera era una candidata a esposa y madre o mero objeto decorativo o de entretenimiento dado que estaba consagrada, así que eso la convertía tal vez en una pura nada, más para la gente descreída con que se cruzaba. Comenzaba a entender, por ejemplo, que las palabras de aquel tipo no esperaban respuesta, sino que entendía que podía permitirse pensar en voz alta como si ella misma no estuviera delante sin esperar la más mínima reacción. Lo miró con fijeza pero solo un instante. Lo único que quería era poder entrar, ver trabajar al detective y tratar de ayudar a descubrir lo que le había pasado al desdichado vicario, de modo que rellenó el formulario cuando le llegó el turno y trató de no pensar en lo espeluznante que le estaba resultando la descripción del cadáver. Trató de evitar también la estampa en que imaginaba a Niles olfateando el aire putrefacto alrededor de los pobres despojos de Hedqvist.

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30/05/2021, 23:24
Øystein Wergeland

El detective completó los campos del formulario rápidamente, con una media sonrisa en el rostro fruto de los morbosos comentarios de su chambelán.

—Ah, la burocracia... —dijo mientras le pasaba la pluma a Niles— Nos persigue hasta la ultratumba, hasta los mismos nueve círculos del infierno.

Siempre se preguntaba en estos casos si la falta de visión de Niles era realmente una ventaja. Un sentido del olfato exacerbado en detrimiento de la vista ahorraba sin dudas detalles escabrosos, pero el olor a putrefacción debía ser intolerable. Aún así jamás vió flaquear la irónica sonrisa del mayordomo. Tampoco tenía razones para dudar del aplomo de la cazadora, quien por profesión (y por cierto afán con los cuchillos) supuso experta en el arte de remover entrañas. Por otra parte, sor Agnetha...

—¿Está segura que quiere ver esto? —preguntó escrutando atentamente el rostro de la joven religiosa— El caballero tiene razón, no será bonito. Tal vez quiera recordar al vicar impoluto, tal como lo vió por última vez.

Notas de juego

Perdón por la demora, por alguna extraña razón creí que ya había posteado:P

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31/05/2021, 09:57
Agnetha Löfgren

Y aunque Agnetha trató de vaciar sus pensamientos de las impresiones sobre el cadáver, no lo logró. Su mirada andaba perdida en el suelo mientras en el rostro se le iba dibujando una mueca mezcla de asco e impresión. Trataba de cerrar todas las compuertas de su memoria, dándose cuenta de pronto que se precipitaban hacia aquella noche aciaga y cerró los ojos con fuerza como si así fuera a conseguirlo. La voz de Wegerland sin embargo hizo que los abriera, pero la agitación de sus pensamientos no le dejó entender lo que le decía hasta pasado un instante durante el cual lo miró sin verlo. La hermana se limitó entonces a asentir con la cabeza a la pregunta del detective aunque su rostro ya había comenzado a empalidecer.

Notas de juego

Repito post para responder a Øystein.

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31/05/2021, 19:15
Edwin James Niles

Niles tomó la pluma que le tendía su amo y con exquisita soltura dibujó en el formulario una caricatura de un monigote colgado por una soga anudada a un alto árbol, quizás un roble, con la lengua fuera y dos equis en el lugar en el que irían sus ojos.

Como detalles escabrosos dignos de mención, en el hombro del ahorcado reposaba un negro cuervo que pensaba en un bocadillo con forma de nube: "Don't look at me like that... I'm also scared!"; al tiempo que la corteza del árbol asemejaba un macabro rostro humanoide con una siniestra sonrisa que exclamaba un aterrador: "I've got one more!". Y era cierto, porque tras una inspección minuciosa, uno advertía que el hábil chambelán había dibujado tras su ahorcado las vagas sombras de toda una colección de cadáveres, todos ellos colgados de las ramas del robusto y diabólico árbol, como si de una colección de llaveros silentes de carne putrefacta y huesos roídos se tratase.

Niles esbozó una tétrica sonrisa, demasiado similar a la de su veloz pero expresiva caricatura arbórea, y dio por concluso el formulario, a falta, eso sí, de un último, esencial detalle.

Dígame, joven... ¿Cuál es su nombre?—.

El inglés anotó el nombre del dubitativo funcionario en una etiqueta que bosquejó ligada al pulgar del pie izquierdo del ahorcado y devolvió el formulario al joven con evidente satisfacción.

—Tenga. Un recuerdo de lo inevitable. Si me permite el atrevimiento, iría especialmente bien en un marco sobre la tarima de la recepción. Por si alguien confunde este lugar con una peluquería. Ninguno queremos que eso ocurra, do we?—.

Que Niles siendo ciego dibujase de memoria cadáveres colgantes era materia para la más escalofriante reflexión. Como si intuyese la turbación en los presentes, apuntó con negrísimo humor británico:

Espero que le haya gustado mi muy libre interpretación de un Teddy Bear con un paraguas... Siempre que dibujo uno he de entregarme a la memoria y confío un poco en la suerte. Hm, hm, hm, hm, hummmmm...—.

Impaciente, esperó a que les abriesen las puertas de la morgue.

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31/05/2021, 19:31
Storyteller

Una vez completados los formularios y comprobados los dtos, el hombre de la bata blanca os hace un ademán para entrar en una sala cercana. El olor a aséptico, eter, y ozono os sorprende. El olor intenso a pescado del pueblo marítimo era intenso pero esto podría considerarse como un ataque directo a vuestras fosas nasales.

Verán. Los cuerpos, deben sufrir una serie de tratamientos. Una vez los organos han sido sleccionados tras la autopsia preliminar, se sacan tanto el cerebro como todo el sistema interior. Ya que ustedes son una de esas rarezas a las que consideramos visitas, escasas por aquí, creo necesario que conozcan el procedimiento para comprender mejor cuál es nuestro trabajo.

Una autopsia es un examen médico del cuerpo de una persona muerta. En el procedimiento, un médico abre el cuerpo y observa los órganos. Además, toma muestras y las observa con un microscopio*. Lo que el médico encuentra puede responder muchas preguntas. Las autopsias se realizan por varias razones :

  • Para responder preguntas sobre la enfermedad de una persona.
  • Para determinar cómo y por qué murió la persona.
  • Para fines de educación e investigación.
  • Para colaborar en casos legales.—

El hombre parece muy entusiasmado por poder explicar su trabajo a gente interesada. Parece ser que la cercanía con respecto al fallecido es algo que o bien ha obviado, o bien no se ha dado cuenta al estar tan inmerso en su día a día.

—Las autopsias son realizadas por médicos especialmente entrenados llamados patólogos. Los patólogos son expertos en observar tejidos y fluidos corporales.

Primero, el patólogo observa el exterior del cuerpo y busca pistas sobre la causa de la muerte. Luego, examina los órganos internos. Corta una forma de Y o U en el pecho y baja por el abdomen. Observa los órganos. Toma muestras de tejidos, según sea necesario, para observarlas con un microscopio. Puede extraer los órganos por completo para examinarlos.

También puede realizar pruebas de toxicología u otras pruebas de laboratorio. Estas pruebas verifican si hay drogas o químicos en la sangre, la orina o la saliva. Cuando termina de observar y analizar, vuelve a colocar todos los órganos en el cuerpo. Luego, se cose el cuerpo. A veces, se pueden guardar los órganos para fines educativos y de investigación.

La autopsia dura de 2 a 4 horas. La sala de autopsias se parece a un quirófano. Se mantiene una atmósfera de dignidad y respeto por el difunto en todo momento.—

El cuerpo Erik Carl esta tumbado en una camilla, tapada por una sábada blanca. Los dedos de sus pies tienen un inconfundible tono blanquecino. El hombre de la bata se acerca y coge una tableta metálica con un buen taco de folios con inscripciones y dibujos en sus hojas. Se coloca bien sus gafas y observa con detenimiento.

 

—Los primeros hallazgos de una autopsia, generalmente, están disponibles en 2 a 3 días. El médico puede revisar estos resultados con usted. Después, se realizan estudios detallados en muestras de tejido. Estos podrían llevar muchas semanas. Se redacta un informe final. El médico revisará este informe con alguno de los familiares o investigadores, una vez hayan cumplientado ese formulario, que por supuesto ustedes ya ha hecho.

Algunas personas temen que una autopsia interfiera con el funeral. No es el caso. El procedimiento se puede completar en unas pocas horas. Una vez que se completa la autopsia, el hospital le avisa a la funeraria. Por lo tanto, no retrasa los servicios funerarios. Además, las incisiones no se ven una vez que el cuerpo ha sido embalsamado y preparado por la funeraria. Eso significa que puede tener un funeral de ataúd abierto aún después de una autopsia.

Entiendo que ustedes están interesados en saber el resultado de dicha autopsia. En este caso el motivo preliminar por el cuál el fallecido resultó así es por un impacto por arma de fuego en la sien izquierda. Su lobulo lateral izquierdo demuestra marcas de quemadura por polvora, lo que nos denota que el arma estaba en contacto con la piel a la hora de realizarse dicho disparo. No obstante debem tener en cuenta que tras la recuperación de su cuerpo, este estaba en un avanzado estado de descomposición e hinchazón debido a los gases y los fluidos corporales incapaces de salir de su cuerpo por culpa de la presión del agua. No serían capaz de describiriles con palabras ese tipo de olor.

Sin embargo debido al ángulo errático de impacto, a las secciones devoradas por algunos animales marinos y al paso del tiempo y la humedad por el cadaver, las conclusiones no son certeras de momento. Quizás con más tiempo de estudio podríamos asegurar con una fiabilidad de entre el 60 y 80 % que el fallecido fue forzado a realizarse este disparo, o fue de alguna forma asistido.—

Notas de juego

Existen bastantes fuentes que señalan a Zacharias Janssen como legítimo inventor del microscopio compuesto en el año 1590. *

Hacedme todos una tirada abierta de empatía. El que la falle va a tener problemas para no echar hasta la primera papilla. ( Sin detrimentos en el fallo)

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01/06/2021, 08:39
Edwin James Niles

Notas de juego

Perfecto. ¡Gracias, amigo! ^^

Duda adicional: ¿Podría intentar superar la prueba para evitar echar los potitos con Físico? Me llamó musho la atención de que pidieses Empatía, que lo tenía más por un atributo social, y revisando la ficha de PJ lo cierto es que no sé bien qué tiraría yo para superar la prueba, pero igual tirando de resistencia física colaba ;D... Leo también que Precisión es "autocontrol del cuerpo", pero vaya, que te pregunto por saber qué te parece. Como suele decirse en estos casos, en tus manos encomiendo mi espíritu xDDD

Anyway, si fallo, ya estoy visualizando la escena... Y nos vamos a reír... ¡JAJAJAJAAJAJAJA! ;D

 

 

EDITA MASTER: Dale caña con la tirada en esta caso de físico. Ten en cuenta que tu olfato debería estar "aumentado" debido a tu estado de """"""ceguera""""" así que roleamelo bonito jajaj

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02/06/2021, 11:02
Agnetha Löfgren

El recorrido por el pasillo hacia el lugar en que tenían guardado el cadáver, lo recorrió Agnetha sin quitar la vista del frente, rígida como si fueran a llevarla al patíbulo. Hacía un esfuerzo por no perderse las explicaciones del médico, quien parecía feliz de encontrar a unos legos interesados en la materia, pero tanto detalle no hacía más que ponerla más y más nerviosa. Daba la sensación, escuchando a aquel hombre, que ya no habría crimen que quedara sin resolver, y sin embargo se había cerrado aquel como un suicidio, algo que dado todo lo que sabían, incluida la fe del sacerdote, ella no consideraba probable. Como fuera llegar hasta la sala de la camilla que contenía el cuerpo del difunto hizo que palideciera aún más y se santiguase mientras rezaba en susurros juntando ambas manos frente a su pecho.

Con todo guardó silencio cuando el médico confirmó que era posible que alguien le hubiera asistido o que el cuerpo estaba muy descompuesto cuando lo encontraron… Aquello último no encajaba con las informaciones previas que tenían y miró a Wegerland queriendo comprobar si también se había dado cuenta. Y lo de la bala en el lado izquierdo de la cabeza… ¿Era zurdo el vicario?

Pensó si su cabeza estaría destrozada por el impacto del proyectil, si habría en él una mueca de espanto o dolor, si en caso de que se hubiera suicidado podría verse en su rostro el terror por la condena de su alma… Si la suya propia no estaría condenada también... Todo aquello hizo que no fuera capaz de aproximarse al cadáver, de modo que habló desde el punto en el que se había quedado clavada cerca de la puerta.

La mano… —comenzó a decir con un hilo de voz. Aclaró después la garganta y levantó su mano derecha. Los miró con evidente cara de angustia y los ojos vidriosos—. La mano con la que escribiera debe tener el callo de soportar la pluma. O las manchas que deja la tinta en los dedos…*

El hedor de la muerte pareció asaltarla de pronto como una garra que bajara desde su garganta a su estómago. Se quedó blanca como un cirio y fue incapaz de seguir hablando.

- Tiradas (1)

Notas de juego

*En 1902 ya existían las plumas estilográficas, pero eran rudimentarias y bastante sucias por los sistemas de recarga y demás. La tinta además estaba basada en pigmentos naturales y no era tan sencilla de lavar como la actual. Si el vicario escribía con algún plumín sería aún más sencillo que se manchara. En callo lo tengo hasta yo que escribo siempre con ordenador. XD

Dejo lo de que Agnetha vomite o no a decisión del master. XD

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02/06/2021, 22:19
Lady Lovisa Swedenborg

Las explicaciones del científico la dejaron en parte maravillada por los avances en la ciencia que se estaban dando, en parte azorada porque aquel avance estaba dejando relegado un lado importante de la humanidad: lo sobrenatural. Aquello que la rodeaba, la atravesaba y delineaba su camino a lo largo de su paso por la tierra y la existencia. Se preguntó cómo encajaban los vaesen y la visión en este nuevo mundo tan lleno de conocimiento fáctico, pero alejado de todo aquello que era invisible a los ojos... o no tan invisible.

La noble asomó el pescuezo por arriba del hombro de Wegerland, lo hizo no sin cierta aprehensión, pues aunque acostumbrada a ver animales muertos en la naturaleza había un manto de misterio, misticismo y empática gravedad alrededor de los cadáveres de los seres humanos. Al mirarlos, al ver los restos que habían constituido un ser humano desperdigados aquí y allá en frascos la transitaron sensaciones de repulsión y mórbida fascinación a la vez. No supo qué pensar sobre sus sentimientos.

Prestó especial atención a las palabras del médico y cuando hubo terminado escuchó el aporte de la hermana Agnetha con un suave asentimiento, luego inquirió como si se hubiera percatado de aquel detalle en aquel momento -Disculpe, ¿dice que podrían confirmar que el fallecido se disparó o fue asistido con más investigación? ¿Tienen ya dudas sobre el suicidio en sí como pata plantearnos esa posibilidad?

- Tiradas (1)
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03/06/2021, 16:26
Edwin James Niles

Según el funcionario les refería con pulso tembloroso y cierto matiz ceniciento en el rostro la ubicación de la morgue, Niles comenzó a escuchar una agradable melodía inaudible para el resto que parecía nacer en los confines de su recóndita memoria sensorial que lo transportaron a otro tiempo, a otro lugar.

El hedor de la muerte le transformaba, había de ser sincero consigo mismo. La putrefacción, lo sabía bien, era uno de los siete olores elementales. Quizás, su favorito desde aquel día. Un dulzón y penetrante aroma que alertaba desde el principio de los tiempos al hombre del paso de la muerte y de la certeza en el resultado de su infalible cosecha al finalizar la vida.

Según se abrieron las puertas a las cámaras mortuorias, Edwin James Niles dejó, una vez más, volar su imaginación salvaje y primigenia.

Allá aguardaba su buen amigo, Carl Eric Hedqvist, alias C.E., más tieso que la mojama, con una lividez harto preocupante y tumbado sobre una raquítica camilla.

—¡Caaaaarl! ¡Viejo zorroooo! ¿Cómo te encuentras? ¡Te veo algo pálido! No visitas a menudo la costa, ¿verdad?—.

—¿Pálido? ¡Diablos, Edwin! ¡Estoy muerto!—.

—Bueno, bueno, bueno... No será para tanto. Además, algo habrás hecho, truhan. Muhuhuhu...—.

—¿Pero qué dices? ¡Ya no podré sacar a Justine de este antro de estibadores portuarios! ¡Ya no hay retorno para mí!—.

Siempre puedes convertirte en fantasma... ¡Hay que ver qué manía tenéis los religiosos de esta isla con la tal Justine...! Donde se ponga Isabel I de Inglaterra, que se quiten estas rubicundas e insípidas vikingas. Alegra esa cara, que en tu estado no todo va a ser drama. Piensa en Hacienda, por ejemplo. Estás exento a perpetuidad—.

La fría lógica de Niles.

—Por estar, exento estoy hasta de respirar—.

Caution... Hasta por eso se pagan impuestos hoy en Londres—.

Diablos—.

—Y yo aún diría más... Cáspita—.

El chambelán tomó de la mano a la compungida Agnetha que parecía al borde de expurgar el contenido de su estómago en mitad del mármol de la morgue, efectuó una caballeresca reverencia y procedió a la interpretación del vals que habitaba el éter.

—Carl, el público quiere saber... ¿Quién te dio el muere?—.

—¿Qué qué?—.

—Carl, te veo espeso. Como si te fallase el riego—.

—De hecho, creo que no tengo riego, Edwin—.

—Oh... That's unexpected—.

—Ten en cuenta que estás dialogando con un cadáver sueco en perfecto inglés, querido amigo. Toda esta situación es muy... Unexpected—.

Even Eerie—.

—Actually Creepy—.

—Mostly Gloomy—.

—Pretty Shady

—¿Vamos a seguir midiendo nuestra capacidad para los sinónimos, Carl?—.

—Has empezado tú—.

Niles carraspeó, levemente avergonzado.

True story... Very good pronunciation, by the way. Decía, ¿Quién te alojó un balazo en el cráneo, buen amigo?—.

—No lo creerías...—.

Pruébame—.

—¡Fue Oystein Wergeland!—.

—¡NOOOOOOOOOOOoooooooooooo...!—, Niles interrumpió su danza con Agnetha para adoptar una mueca que aunaba terror e incredulidad.

Sin duda, no esperaba tal revelación en su tránsito por el Danubio. Su amo... ¡El asesino! Era tan irónico que necesitaría un electroshock para recuperar su coherencia británica.

—Era broma, mi crédulo amigo. Pero habría sido un dramático giro de los acontecimientos, ¿verdad?—.

—No bromees con eso, Carl Eric... Sabes que padezco del píloro—.

—Cierto es. Ruego me disculpes. En realidad fue...—.

Niles apretó los dientes mientras se cubría el rostro con el faldón del hábito de Agnetha. No podía tolerar tales dosis de suspense.

—¡Por dios, Carl, dilo ya! ¡Pon fin a este LIVING HEEEEELL!—.

—¡Oscar Uddgren!—.

Niles palideció.

No es posible...—.

—Yo tampoco lo creí hasta que me reveló su amor sacrílego por Justine. ¡El muy cerdo la quiere toda para él! ¿Sabes que sigue la dieta del arenque para perder peso y resultar más atractivo a esa niña?—.

Niles enarcó las cejas mientras trataba de comprender.

¿De verdad existía una dieta del arenque?

A ver si lo he comprendido... ¿Su amor es sacrílego pero el tuyo no?—.

—¡Así es! ¡Privilegios de Vicario!—.

Cómo lo habré dudado...—.

—Este matasanos te contará la bernardina que le dé la gana, pero debes saberlo: miente cual bellaco, Edwin. ¡Nunca te fíes de un tipo con un platillo metálico atado a la cabeza!—.

—Siempre hay que creer al cadáver antes que al médico, es evidente—.

—Así es. ¡Inequívoco síntoma de salud! ¡Y además, has de vengarme, Edwin! ¡Solo puedes hacerlo! ¡Ese cerdo avinagrado cree que se ha salido con la suya!—.

—No temas, querido amigo. Edwin is taking command, now..., dijo el chambelán al tiempo de hacer un molinete doble con la monja en plena morgue mientras los cadáveres se aplaudían la habilidad para la danza del buen Niles.

—Por cierto, Edwin, ¿Dónde aprendiste a bailar así?—.

—En Canterbury. Best Butler School Ever—.

—Qué pregunta la mía...—.

—Debo volver a la realidad, Carl—.

—Lo comprendo—.

—Cuídate, amigo—.

—¿Y quién va a hacerlo si no?—.

—El formol, por ejemplo—.

—¡JA! ¡Tú y tu británico humor, Edwin! ¡Un último favor!—.

—Pide por esa boquita de piñón—.

—Me pica la espalda... ¿Te importaría?—.

—Carl, por Dios... ¡Hay niños delante!—.

—¿Quién? ¿¡Dónde!?—.

Niles cabeceó señalando al resto del elenco.

—Oh. Entiendo..., dijo sin entender.

—Descansa en paz. Serás vengado. You've got my word—.

—Lo sé—.

El vals concluyó como comenzó, en absoluto silencio al tiempo que las luces se extinguieron.

El mayordomo parpadeó, se aclaró la garganta, recobrando la compostura.

Observó con fijeza a Agnetha, preguntándose divertido cuánto tardaría en vomitar. Algo le decía que iba a obtener su respuesta muy pronto.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Las preguntas clave las han hecho mis dos compis y yo jamás eclipso a un investigador ON FIRE ;D

Post de fantasía, por tanto. Todo sucede al margen de la realidad xDDDDD

¡Pasé la tirada! ;D

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03/06/2021, 21:44
Director

Notas de juego

El giro del señorito asesino me ha sacado unas buenas carcajadas. Mañana os actualizo jajajaj

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03/06/2021, 23:15
Øystein Wergeland

El hedor de la parca, dulce como el jazmín, seductor por su timbre y repulsivo por naturaleza. Uno querría alejarse (como todos los presenten lo hacen, menos Niles) pero lentamente, cautivos de cierta fascinación morbosa de la cual ni siquiera el altivo mentón de Lady Lovisa consigue sustraerse, mentón que emerge por encima de su hombro y por el cual el detective debe contener las ganas de sujetarlo con firmeza.

El funcionario demuestra ser capaz y apasionado por su trabajo, con esa indiferencia sobre las cuestiones personales de los pacientes que todo personal médico o policial debe cultivar si desea mantener la cordura a largo plazo, y que a menudo es interpretada como insensibilidad o llana grosería. El detective aprovecha un momento de distracción del forense para pasar un dedo por una mesa cercana. Sin manchas, impoluta. Podría conducirse una cirugía allí mismo. Sonríe con satisfacción y se planta a un lado del mayordomo.

—Todo lo sólido se desvanece en el aire; todo lo sagrado es profanado, y los hombres, al fin, se ven forzados a considerar serenamente sus condiciones de existencia y sus relaciones recíprocas.

¿Estaba el detective citando a Karl Marx? ¿Acaso planteaba una equivalencia entre la apariencia externa de los modos de producción y el cuerpo humano, y su verdadera naturaleza interior? O tal vez se trataba de otra de sus frases rimbombantes. Acaso tan sólo quería molestar a Niles con ideas comunistas y a sor Agnetha con la cuestión de la profanación de los cuerpos. O todas las anteriores.

—¿Sabe si se ha encontrado arma alguna en el lugar del crim... fallecimiento?

La frágil disposición de sor Agnetha no impedía empero que ésta realizara observaciones francamente astutas. Por su parte Lady Lovisa le quitaba la pregunta de los labios. Siguiendo la línea de razonamiento planteada por la cazadora, Øystein se aproximó al cráneo del vicar, entrecerrando sus pequeños ojos.

—En general es posible encontrar alguna señal de piel chamuscada cerca del lugar del impacto, en especial si el revólver se apoya a ras de piel, lo cual daría más peso a la teoría del suicidio.

Después de todo, uno no suele quedarse inmóvil cuando un tercero apoya el cañón de un revólver a tu sien.

- Tiradas (1)
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04/06/2021, 17:30
Storyteller

—¿Sabe si se ha encontrado arma alguna en el lugar del crim... fallecimiento?.  En general es posible encontrar alguna señal de piel chamuscada cerca del lugar del impacto, en especial si el revólver se apoya a ras de piel, lo cual daría más peso a la teoría del suicidio.

—Hasta donde yo se el arma no se ha encontrado. Si así fuera podría tener algunos datos más sobre la muerte de este hombre y decidir de una vez por todas si fue un suicidio con certeza. Todo apunta a que así fue. No obstante es algo que no me compete a mi saber o encontrar. Para eso tendrían que hablar con el alguacial al cargo de la investigación o con su superior, el Juez de Paz de la zona.—

-Disculpe, ¿dice que podrían confirmar que el fallecido se disparó o fue asistido con más investigación? ¿Tienen ya dudas sobre el suicidio en sí como pata plantearnos esa posibilidad?

—Efectivamente. La ciencia avanza a pasos agigantados últimamente. Estamos haciendo pruebas con ciertos nuevos aparatos que pemitirían hacer esto de forma más certera. De hecho gracias a la investigación y uso en algunos pacientes y en algunos cuerpos donados a la ciencia, se estan probando nuevos compuestos para la detección de sustancias que de otra forma no podríamos saber hasta varias semanas después del fallecimiento. Imaginen lo que nos puede deparar el futuro. Quizás incluso seamos capaces de prevenir algunas enfermedades que ahora tratamos como desconocidas. SIn embargo no son dudas lo que me acechan. Este hombre murió de un disparo en la cabeza. Eso es certero. Si su cuerpo hubiera sido encontrado en un mejor estado y no hubiera estado tan excesivamente hinchado por el agua y el gas, probablemente podría haber determinado la causa efectiva de su muerte con más precisión. De ahí se podría saber si fue suicidio o si fue asistido en realidad.—

La mano con la que escribiera debe tener el callo de soportar la pluma. O las manchas que deja la tinta en los dedos…

—Esto que sugiere usted, madre, es algo muy interesante. Las manchas de sus dedos, probablemente de su mano buena, estan como bien sugiere en su mano derecha. Sim embargo también tiene algunas manchas de tinta en sus dedos de la mano izquierda. Es como si este hombre hubiera tenido capacidad de ambidextrismo, o al menos, lo hubiera intentado. Aún así la mano que más cargaba la pluma era sin duda su diestra. Las manchas de tinta son mucho más intensas y arraigadas en esa zona. ¿Quizás, madre, debería usted dedicarse a la investigación? Pero claro, eso es algo más varonil creo entender.—

 

Notas de juego

Agnetha el olor del amoníaco y el resto de quimicos en combinación con ver el cadaver putrefacto, y la sensación de vértigo que te produce todo esto, te lleva a rolearme una buena escena de regurgitación.

No obstante, al haber llevado bastante bien la investigación, y al haber sugerido el detalle de la tinta,  y las quemaduras en la piel todos obtenéis 1 PX que podéis gastar en cualquiera de vuestras habilidades. Al haber hecho todo en equipo, es justo que todos se lleven experiencia.

Como ya habéis visto en la escena del Bestiario de Criaturas, una vez que tengáis contacto con lo que sea que asola este lugar, si es que hay algo y no se trata solo de lo que podría parecer un ajuste de cuentas, un problema de amor no correspondido, o un negocio turbio con mal desenlace...en el caso de que haya algo, se pondrá en esa sección junto con su fábula correspondiente.

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06/06/2021, 23:56
Øystein Wergeland

El rostro del vicar, desfigurado por el implacable pasaje del tiempo, hacía imposible decidir si el religioso presentó en vida un semblante apuesto, juvenil, y desenfadado, propio de su edad, o acaso uno taciturno y retraído, más propio de su profesión. El único adjetivo posible en estos casos era cadavérico. Era extraño pensar que un día tanto Lady Lovisa como sor Agnetha se verían así, con la perpetua sonrisa de la muerte como última despedida. Por alguna razón no pensó en Niles al reflexionar sobre aquello.

—¿Se trata de vuestro estimado vicar, mis señoras?

Era preciso mantener las formas frente al funcionario, que se explayaba no con el afán de quienes aman el sonido de su propia voz, sino con el de quien profesa una gran pasión por su oficio. El entusiasmo que demostraba por la ciencia tocaba una fibra íntima en el detective.

—Ciertamente, el avance de la medicina es notable. Hace poco llegó a mis manos un artículo donde un eminente investigador londinese analizaba la posibilidad muy real de reemplazar una válvula aortica defectuosa.

Eran tiempos excitantes, tiempos donde la rueda de la ciencia y el progreso podía circular sin demasiadas trabas religiosas, tiempos donde el hombre se animaba a enfrentar lo sobrenatural con la ingenuidad necesaria para emprender cualquier acto de valentía. El rostro lunar de sor Agnetha comenzaba a adquirir el color de una planta infectada por el moho.

—En todo caso, resulta harto peculiar que nadie encuentre el arma, si realmente se trató de un suicidio —dijo el detective en un tono que no disimulaba su escepticismo— Podría haber sido arrastrada por las olas, por supuesto, o, más improbablemente, ser sustraída por alguien. En todo caso, debo confesar que el misterio del origen del revólver de nuestro mutuo amigo en Fjallbacka me resulta más interesante que nunca.