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Vampiro: Edad Oscura V20 - Bretaña nocturna [+18]

[Crónica 2.0] La Hora de las Brujas - Prólogo - FINALIZADA

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06/05/2019, 00:57
Sybilla

Sybilla no supo si sentirse aliviada, o dolida, por las últimas palabras de Margawse, tal y como llegaban a sus oídos. Duras, como lo era ella- Lo sé. Un error de cálculo de mi creador... -repitió, evitando mencionar su nombre, obligándose a suspirar, mientras juntaba las manos enguatadas, sobre su regazo. 

¿Qué ocurrió con ella tras su abrazo? ¿Cómo es posible que tenga... Tal poder, mi señora? Esa niebla, la Magnum Innominandum, ¿cómo es capaz de emplearla?- preguntó, reflexiva- He llegado a pensar que se trata de una artimaña. Algo que disuade a los mortales y parece súmamente real, y que sitúa a los de nuestra especie en un punto de terror subyugante en el que se vuelve uno... Vulnerable. Que los hace sucumbir al Miedo Rojo, y que en él es fácil aniquilarlos. -indicó, exponiendo lo que pensaba al respecto.

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07/05/2019, 00:14
Konwal du la Latte

Tu comentario parecía hacerle gracia a Konwal, una sonrisa socarrona que permaneció a medida que te escuchaba y se acomodó en su posición.

No, no te gusta llevar collar. Pero aquí sigues, al servicio de Raynier, apegado a su corte y sirviéndole —apuntó con sorna, acabó por encogerse de hombros —. Supongo que cuando uno mismo se pone la correa.. pesa menos. Pero te he visto crecer, Ingvar, y te pierde la perspectiva. Déjame darte un consejo. No asumas las cosas tan deprisa, no resuelvas que las cosas son crees que son solo porque crees que son así.

Hizo una pausa mirando hacia una de las ventanas opacadas por la noche.

Me decepcionas si crees que los Gangrel de Dol se han tragado su orgullo. Siempre han sido mercenarios. Tú eras.. ¿o eres aún? un mercenario. No, Ingvar, no. El orgullo no tiene que ver en todo esto, porque si se trata de servir, todos lo hacemos. Por un precio u otro. Material o inmaterial —dijo esto mirándote a los ojos, pero acabó por encogerse de hombros una vez más —. Incluso Raynier sirve a alguien por encima de todas las cosas, ya lo sabes —alzó la mirada al cielo dejando claro a quién se refería.

Escuchó tus palabras asintiendo con convencimiento.

Hazlo. Si hay alguna novedad, te la haré saber. Al final, todos servimos a Saint-Malo —sonrió mostrando su dentadura podrida.

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07/05/2019, 00:27
Noella Heussaff

La incólume postura de la Príncipe de Treguiér apenas varió, si es que llegó a hacerlo, y se acercó un poco donde te encontrabas. Un lento asentimiento siguió a tu respuesta mientras miraba los libros esparcidos como si fuera un halcón buscando una presa.

La gran trampa de los libros es que uno se acostumbra a que en ellos están todas las respuestas. Y aunque poseen muchas, algunas nunca fueron plasmadas sobre hoja o pergamino —reflexionó la brujah —. ¿Por qué das por hecho que algo que sucedió entre dos personas fue escrito? Conoces ampliamente los libros de esta biblioteca, por más que insistas no encontrarás nueva información.

Caminó a tu alrededor con paso lento, sus pasos resonaban en el silencio bibliotecario.

No eres quien debe resolver ningún problema, Maëlys. ¿Deshacer este entuerto? ¿Así lo llamas? ¿A una lucha por el poder? Es hasta infantil. Te han utilizado. Acéptalo. Te dejas llevar en exceso por tus emociones —expresó Noella deteniéndose delante de ti, te miró a los ojos con su proverbial ausencia de emociones.

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07/05/2019, 00:41
Dominic du Saint-Mathieu

El chambelán llegó a sonreír ligeramente a tu comentario, inclinó la cabeza y extendió la mano ofreciendo que lo siguieras.

La llegada de madame Lagadec ha sido imprevista. Su Excelentísima se encuentra atareada con la amenaza que supone su hermana, la culpa de que no dispongan ese refrigerio es mía, y lo lamento —se excusó el capadocio mientras caminaba lentamente por los pasillos, estabais descendiendo por una escalera y empezó a menguar el trasiego de mortales.

¿Madame Lagadec tiene alguna preferencia alimenticia? ¿La tenéis vos? —preguntó antes de abrir una gruesa puerta donde os chocó un coro de lamentos y una escena dantesca.

Era una sala amplia, una bodega, pero en lugar de barriles habían decenas de mortales tendidos boca abajo con grifos incrustados en sus cuellos. Sus lamentos llenaban la estancia, habían ghoules atendiendo el lugar y cuidando que ninguna gota fuera derramada en el suelo. Dominic te invitó a entrar y esperó tu respuesta.

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08/05/2019, 08:47
Leyre de Abin

La llegada de madame Lagadec ha sido imprevista. Su Excelentísima se encuentra atareada con la amenaza que supone su hermana, la culpa de que no dispongan ese refrigerio es mía, y lo lamento

Sigo al Capadocio hacia las entrañas del castillo, observando su nuca pelada y macilenta. 

-"Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará su Padre celestial" -recito de forma mecánica. Ya hemos sufrido el ayuno, por lo que continuar disgustada requiere una cantidad de energía que no estoy dispuesta a invertir en este personaje-.

El camino hacia donde quiera que guardan sus reservas de mortales no es largo, pero el final es llamativo a todas luces.

¿Madame Lagadec tiene alguna preferencia alimenticia? ¿La tenéis vos?

 Acepto la invitación del chambelán y penetro en la estancia evaluando los mortales colgados. En estas condiciones es difícil decidirse por alguno, todos parecen torturados y en mal estado. Suspiro.

-Ninguna preferencia más allá de las peticiones lógicas: mortales sanos, jóvenes, fuertes. Ya sabéis.

Doy un paseo por entre los barriles, envuelta en el coro de lamentos.

-¿No se degradan más deprisa de esta forma? He oído que el miedo y el dolor añaden un tinte amargo a la sangre.

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12/05/2019, 17:24
El Ankou

Nada más sentarte el Ankou apenas hizo un gesto con las riendas, los caballos retomaron su pausado camino. Una vez más la sensación de que a pié irías más deprisa te llenó, pero al menos ibas sentada.

Despojarse de lo que es uno para renacer transformado —apuntó el capadocio —. Pero ese sacrificio solo lo han alcanzado unos pocos. Muy pocos.

El Ankou no dirigió mirada alguna hacia ti, pero sentías su escrutinio continuo. La sensación que al aceptar sentarte a su lado era ingresar en su reino era absolutamente acaparador.

El odio es un acicate poderoso. Por odio hay espíritus que no marchan al lugar donde deben ir. Por odio muchos ahora son almas errantes. Por odio.. —no prosiguió, como si dejara clara su tesis, aunque añadió —. Pero renunciar al odio, es despojarte de tus vicios. No se puede tener lo sublime sin poseer lo mundano, tal es nuestra condena cuando nacimos hombres, tal prosigue cuando renacimos como hijos de la noche.

El lenguaje algo críptico, oscurantista, del Ankou a veces era difícil de seguir. Sus pausas, su proverbial calma a la hora de hablar o contar tampoco hacían mucho por mejorarlo.

Cargas contigo responsabilidades que no te corresponden —amonestó con tranquilidad —. No sé mucho de vuestro gremio y linaje, pero sé que culparte de lo que sucede es como culparse por no poder evitar que el agua siga su curso. ¿De verdad tuviste el control en algún momento? ¿Un mal mayor? —por primera vez te miró de soslayo con cierta ironía —. La gente muere continuamente. Evitar una muerte. Evitar dos. El curso del río no puede detenerse.

Hizo una pausa ante tu pregunta, volvió a mirar al frente con rostro incólume dotando un imperceptible gesto de asentimiento.

Eso es lo único que no puedo revelar —respondió casi con solemnidad.

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12/05/2019, 17:37
Dominic du Saint-Mathieu

El capadocio asintió haciendo un gesto sutil a uno de los ghoules que enseguida se afanó a servir lo expuesto por ti, te acompañó en tu paseo entre los desgraciados colgados del techo.

Hay formas de obtener lo que se desea. Su Excelentísima procura que la bodega disponga de toda clase de manjares para todos los paladares —a medida que escuchabas la respuesta de Dominic y lo enlazabas con tu paseo pudiste ver que no todos los colgados se unían a los lamentos. Había algunos dormidos, otros sumidos en una felicidad innatural inducida, otros de risas que eran ahogadas por la mayoría de los lamentos. Habría una veintena de víctimas en ese estado, más que de sobra para alimentar a los pocos cainitas que habías visto, ¿es qué había más?

A Su Excelentísima le agrada ser una buena anfitriona, que sus huéspedes puedan degustar aquello que sus gustos más aprecien —en un rincón más lóbrego de la bodega también podían verse un niño y una niña, la guinda macabra de aquel panorama de horrenda maldad vampírica.

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12/05/2019, 17:43
Margawse Menguy

El duro rostro de Margawse permanecía indolente a tus preguntas, tu mentora no estaba dispuesta a mostrarse vulnerable o admitir que tuviera ninguna desventaja respecto a su hermana.

Fue tutelada por nuestro Sire, claro. Pero Morgaine nunca se adaptó, siempre fue ajena, distinta. Hasta que llegó él, alguien como ella. Se llamaba Myrddin, ofreció a nuestra Sire consejo y guía para mi hermana, pero fue rechazado —explicó mirándote a los ojos —. Pero corrompió a mi hermana, la sedujo y escapó con él. No supimos más de ella hasta que volvió como consejera de Riothamus. Ya entonces manifestaba sus habilidades especiales, ¿cómo lo hace? Lo desconozco —admitió para tu sorpresa, pero enojada por tener que admitirlo —. Pero intuyo que llegó a alguna clase de acuerdo con criaturas fuera de nuestro reino, ayudada por Myrddin. Estoy segura de ello.

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13/05/2019, 08:37
Leyre de Abin

Arrugo la nariz al observar la cantidad de comida artificial que se extiende ante mis ojos. No, lo lamento, pero una risa inducida por una disciplina nunca será igual de genuina que una nacida del alma. No podemos jugar a ser Dios, por muy divinos que nos creamos.

Hay formas de obtener lo que se desea. Su Excelentísima procura que la bodega disponga de toda clase de manjares para todos los paladares

-Ya veo que hay una gran cantidad de paladares en esta corte -observo, señalando la cantidad de recipientes colgantes que se extienden ante nuestros ojos-, ¿hay más refugiados en este castillo aparte de mi sire y yo?

 A Su Excelentísima le agrada ser una buena anfitriona, que sus huéspedes puedan degustar aquello que sus gustos más aprecien

Observo a los niños, y luego al rostro del Capadocio. No sé por qué, siempre había considerado a los miembros de este clan bastante pasivos y, válgame la redundancia, compasivos. Ya veo que no es el caso.

-Ponedme un poco de ese niño, he oído que su sangre es la más pura de todas. Será para Mahé. A mí me vale con cualquiera de los dormidos -sentencio, aburrida. Ya me quiero ir a seguir colmando a mi pobre Mahé de atenciones hasta que se le pase el disgusto por el viaje. 

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15/05/2019, 01:25
Selin

Atiendo a la repuesta del Ankou, repitiéndola en mi cabeza varias veces e intentando comprender bien sus palabras «¿es eso lo que busco?» no estoy segura de ello y no sé si llegaré a estarlo algún día. No le respondo; pero realizo un leve asentimiento. Y a pesar de las sensaciones que me provoca estar sentada en el carro, continúo escuchando al Capadocio y cuando concluye le respondo.

Según usted... si dejara de odiar acabaría transformándome y sufriría ese renacimiento.— Sigo sin estar segura de desear eso, aunque no tener esos sentimientos negativos creo que sería bueno para mí. —No sé si lo entiendo bien...— Acabo diciendo tras una de sus pausas.

Mi gesto se tuerce cuando me pregunta por si alguna vez tuve el control y tras eso niego levemente mirando hacia mis pies, apesadumbrada, no había cumplido con mi deber.

—“Quien salva una vida salva al Mundo entero” así esta escrito en el Talmud, el libro sagrado para los judíos y en el Corán, se repite algo similar… “Y quien salva una vida es como si salvase a toda la humanidad.”— Contesto al Ankou. —Evitar una muerte es importante porque cada una es parte importante de un todo.—

No soy la más sabia de mi linaje, ni siquiera creo estar capacitada, de hecho quizás soy la menos indicada para llevar a cabo un juicio… pero si hay alguien indigno es ella. Abusa de su poder, no lo merece.— Digo mirándole, no espero ver ninguna reacción en él, ya conozco la inexpresividad de los Capadocios y su falta de emociones. Parece que desean neutralidad; pero realmente creo que el cambio que les ha conducido a esta no vida les afecta mucho más.

Después me quedo a la espera de su respuesta y al escucharla, una leve sonrisa aparece en mi rostro. No se preocupe. Gracias. Contesto con amabilidad al pastor de almas. Me quedo en silencio y miro hacia el frente contemplando el lento avance del carromato y reflexionando de nuevo sobre la sabias y misteriosas palabras del Ankou.

Cuando nos encontramos en Camaret, la noche siguiente encontramos a la causante de la niebla, Morgaine, cerca del mar había una espada que perteneció a Riothamus y dijo que la había hechizado.— Comento mientras atiendo al camino. —La mujer que me acompañaba habló poco de él; pero no era muy querido… ¿Sabe usted si Morgaine y Riothamus tienen alguna relación?— Pregunto volviendo a centrar mi atención en él, sin duda mucho más sabio y antiguo que yo, además de pertenecer a estas verdes y húmedas tierras.

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15/05/2019, 13:45
Dominic du Saint-Mathieu

El capadocio esbozó una ambigua sonrisa a tu pregunta, ambigua y pálida.

Los hay. Pero es costumbre de Su Excelentísima disponer de una bodega siempre lista —respondió mientras aguardaba que la sangre fuera servida convenientemente en botellas de cristal tras dar la señal convenida.

Fuisteis miembro de un convento, ¿verdad? —apreció Dominic fijándose en ti —. Y se os ve sumamente aburrida. Se me hace curioso ver a alguien que ha pasado la mayor parte de su vida entre muros.. verla con esa desazón.

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15/05/2019, 13:54
El Ankou

El Ankou siguió hablando con su tono de voz monocorde, mantenía la mirada en el camino, con algún que otro ocasional tic con las manos tal como si espantara moscas. Pero algo te decía que no espantaba moscas precisamente.

El odio, el amor, la ira, la compasión.. todas esas emociones carecen de sentido ante la majestad de la muerte. Pues a todos reclama y a todos iguala —aclaró el capadocio —. Despojarse de tales sentimientos facilita el cambio, la transformación. Dejamos de ser humanos cuando nos abrazaron, insistir en seguir siendo lo que ya no somos nos ancla.. nos impide trascender.

El cainita escuchó la cita sin interrumpir, para variar no mostró ninguna reacción, positiva o negativa, al respecto. Aunque sí que respondió.

Palabras mortales para calmar miedos mortales. Evitar la muerte es retrasar lo inevitable. Pero entiendo que tu idealismo te haga creer eso —se encogió de hombros —. Supongo que por él estás aquí.

Nos tenía por una ministra de la justicia en estas tierras —apuntó el Ankou —. ¿Merecer? ¿No merecer? Los gobernantes siempre han gobernado del mismo modo. Saberlo es una cosa. Presenciarlo es otro. ¿Y qué sería mejor? ¿Un único acto de brutalidad que garantice la vida de la mayoría? ¿O un sistemático sistema de muerte y terror? —te miró de soslayo con curiosidad, casi intuyendo tu respuesta.

¿La espada en la piedra? Dudo mucho que fuera la verdadera —dijo con cierto humor sombrío —. Hechizadas para castigar a los codiciosos. Pero si os encontráis aquí, puede que fuera la verdadera.. o no os pudo la codicia —esbozó su primera sonrisa, ambigua, misteriosa.

Riothamus.. sí, no es un nombre querido. Pero no hizo más que imponer su dominio sobre los demás. Nada que no hubiera hecho otro en su posición y poder, ¿cómo juzgarlo? —se encogió de hombros —. Llegó desde Albión, y tu odiada Morgaine era su consejera. Sus once chiquillos y él usurparon el poder en Bretaña, y el odio que provocaron hizo que aliados improbables unieran esfuerzo para derrocarlo. Y lo hicieron.. con el caballero llamado Medrawt.. que asesinó a los once chiquillos y al propio Riothamus. Pero nunca abatió a Morgaine, ella simplemente huyó. Se esfumó —narró azuzando al caballo —. Y todo volvió a la.. normalidad —por el tono y la sonrisa que esgrimió no parecía que, en absoluto, todo regresara a la normalidad, sino que había más, mucho más.

En ese momento, por encima del traqueteo del carro, se escuchó el romper de cascos de caballos sobre el camino. Un reducido grupo de jinetes parecía estar alcanzándoos. El Ankou, como si fuera consciente de esta llegada, redujo la marcha. Si es que podía reducirse más.

Son noches transitadas, desde luego.

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15/05/2019, 17:57
Aethelstan du Josselin

Eran dos jinetes, ataviados con tabardos azules y negros, que cabalgaban con una rapidez sobrenatural. No te cabía duda que aquellos caballos eran espoleados por fuerza sobrenatural. Cuando os alcanzaron redujeron la velocidad, por las reacciones parecía que no os esperaban, pero quien sabe de sus intenciones. Se descapucharon delante de vosotros, a uno lo reconociste enseguida, se trataba de Bohort du Lac. El caballero malkavian saludó con su imborrable sonrisa sin decir nada, el otro, un hombre bien parecido y porte digno fue quien habló.

Salve esta noche en el camino. Reconozco el rostro del venerable paseante de los caminos, Ankou, pero no el hermoso rostro que os acompaña —su voz era magnética, impregnada de una autoridad noble, pero suave como guante de seda —. Mi nombre es Aethelstan du Josselin, maestre de la Orden de la Garza Negra, ¿con quién tengo el gusto de hablar?

El Ankou respondió con un mero gesto de cabeza reconociendo a los caballeros, puede que incluso acertaste a ver algo de ironía en su rostro.

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15/05/2019, 21:46
Ingvar Lundson

Ingvar se mantuvo unos instantes en silencio, sopesando las palabras del Nosferatu, y encontrándolas bastante acertadas, a pesar de toda la situación.

-Que saque conclusiones rápidas no quiere decir que las considere absolutas, Konwal. -Respondió animadamente. Lo cierto era que, aunque él y el chiquillo de Raynier parecían caras opuestas de una moneda, había aprendido no pocas cosas de él. -Sabes que siempre me ha gustado dar un paso adelante. Incluso ahora, sabiendo que este mundo es una broma de mal gusto la mayor parte del tiempo.

Su mirada, acompañando a la de Konwal, se posó en la oscuridad que reinaba al otro lado del cristal de la habitación. La oscuridad de la noche y la tierra.

-En cuanto a los lobos... -Añadió, frunciendo el ceño. -No se trata de si son mercenarios o no. El hecho es que siempre se han jactado de su relativa independencia. Si Olaf cree que va a conseguir más consideración en su trato con Mograine que con la duquesa, creo que pronto descubrirá que no es así. Margawse lo trata como un enemigo distante, pero la bruja lo usará como un perro de presa.

-Ah, divago. -Su ceño se soltó, y su sonrisa recuperó el bastión de sus labios. -Todo eso para decir que me gustaría saber qué es exactamente lo que Mograine le ha prometido a Olaf para que libre esta guerra por ella. Si lo averiguas, no dejes de avisarme.

Apoyándose en los brazos del sillón que ocupaba, se irguió para estirarse con la lenta elegancia de un felino. Un gesto tan humano como innecesario en un inmortal, y que sin embargo no parecía desentonar con Ingvar.

-Supongo que partiré mañana. Hay un buen camino hasta Rennes. Intenta mantener en pie Saint-Malo hasta que vuelva. -Añadió, bromeando.

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15/05/2019, 21:52
Sybilla

Sybilla escuchó a su mentora, estremecida. Que alguien hubiese abrazado a Morgaine a propósito le resultaba... Inaudito y horripilante. El dolor, y la sensación de pérdida permanente, eran un precio demasiado alto para aquella inmortalidad maldita que compartía con la bruja. Tan sólo de recordar su propio abrazo, sentía aprehensión por quien fuera que decidiese perpetrar aquel acto maléfico sobre alguien como ella. Alguien cuya sangre también poseía algo más. Algo que venía de otro lugar.

Entonces, quizá el verdadero poder no era el de Morgaine, o el de Riothamus. -dijo, circunspecta, sintiéndose extraña al saber que había algo más. Que siempre había habido algo más, y que Margawse nunca se lo había contado. Hasta que había tenido la necesidad de hacerlo. 

¿Cómo puedo asistiros, mi señora? ¿Qué acontecerá ahora?-preguntó, decidiendo que había tentado demasiado a la suerte- ¿Haréis llamar a quienes os deben lealtad? ¿Trataréis de forjar nuevas alianzas?- añadió, apretando ligeramente los labios, antes de volver a hablar- Comprendería que tuviérais que hacer llamar al señor de Concoret. 

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16/05/2019, 01:37
Konwal du la Latte

Konwal sonrió meramente a tu comentario sin añadir nada más, si tenía algo que decir se lo guardó, así como tus palabras acerca de los gangrel. Como buen nosferatu, sabía guardarse la información que podía disponer y Konwal no se molestaba en ocultar que lo hacía.

Una cosa más. Treveur du Tinténiac, nuestro estimado senescal, ha sido llamado por la Príncipe Menguy —comunicó con su habitual sonrisa socarrona —. No creo que desees acompañarle, pero está bien que sepas que no serás el único representante de Saint-Malo en su corte.

Hizo una pausa preparándose para partir, te entregó un asentimiento y una sonrisa sutil.

Buen viaje, Ingvar Lundson. Buen viaje.

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16/05/2019, 01:47
Margawse Menguy

La Príncipe te escuchó sin alterar un ápice su semblante regio, no respondió a tus reflexiones, como si ella misma estuviera en las suyas propias. Cuando le preguntaste sobre el proceder, Margawse fue clara.

Haz lo que te he enseñado, ni más ni menos —respondió seria, luego escuchó las posibilidades que planteabas. Margawse te miró suspicaz —. ¿Y eso te supone algún problema, Sybilla? —preguntó pasando por encima de todo tu rodeo para acabar mencionando a tu Sire.

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16/05/2019, 02:16
Selin

El Ankou sigue compartiendo su sabiduría y yo le escucho, como me enseñaron a hacer hace mucho tiempo, aun recuerdo cuando era una pequeña bribona que robaba la comida en el bazar y aunque lo hacía para sobrevivir, eso no estaba bien, muchas cosas no lo estaban.

Sin odio y sin piedad.— Comento. —No soy humana y por eso no actuó como tal; pero tengo un deber y una responsabilidad con la humanidad.—

Muestro sorpresa «¿Palabras mortales?» Es la palabra de Alá todopoderoso revelada por su profeta. No son simples palabras mortales.Repongo.

Casi vuelvo a sonreír ante el cargo que me atribuye el vástago, realmente debería ser la ejecutora, ese fue mi entrenamiento. —No creo que lo sea. He fallado, no estoy preparada.— Después reflexiono sobre sus preguntas. —Es posible que siempre haya sido así, eso no quita que sea incorrecto. Nadie debería abusar de su poder.— Digo ganando algo de tiempo mientras sigo dando vueltas a las cuestiones que me acababa de plantear el Ankou. —Quizás la presencia de los Hijos de Haqim es un sistema basado en la muerte y el terror, solo aplicado a los inmortales, si se abusa de los mortales no son merecedores de la Sangre de Caín. El miedo a nosotros es suficiente para evitar eso… Aunque aquí no hemos llegado muchos. Podría llegar a ser así.—

¿Sería eso malo? No para aquellos que actúen con nobleza. Dura lex, sed lex.Miro a hacia él. —¿Estaría dispuesta a cometer un acto de brutalidad si consiguiera una paz duradera?— Apoyo mi mano en la empuñadura de mi cimitarra. —No estoy segura. Lo que sí sé es que no volvería a huir y aceptaría ser juzgada si lo cometiera.—

Hace tiempo que dejé de ser una ladrona y nunca lo fui por codicia, era por necesidad.— Me excuso cuando menciona que no fui vencida por la codicia.

La historia de Riothamus me resulta interesante y mantengo un respetuoso silencio mientras el Ankou cuenta los sucesos acontecidos en Bretaña. Voy a preguntarle algo más pero el sonido de unos cascos me alerta y muevo mi rostro en la dirección de este. Cuando nos dan alcance, el jinete desconocido nos saluda y siento vergüenza al escuchar como se refiere a mí y bendigo para mis adentros la oscuridad de la noche y el hecho de no poder ruborizarme. Separo la mano de la empuñadura, y me quedo mirándolo, pasmada por su porte y el tono de su voz, durante unos largos segundos antes de responder.

Merhaba.— Saludo entrecortada. —La paz sea con vosotros.— Añado volviendo al idioma que ya he aprendido a pesar de mi tosco acento. —Selin... Soy Selin.— Me repito, maldiciendo para mis adentros haberlo hecho. —El placer es mío, maestre.— Después de eso, me quedo en silencio por si los caballeros desean algo más. Lo cierto es que estaba disfrutando de la conversación con el Ankou, un vástago de lo más interesante como todos los Capadocios que había conocido y ahora se presentan estos dos jinetes. Una noche de encuentros inesperados.

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16/05/2019, 13:35
Ingvar Lundson

Notas de juego

¿Lo damos por cerrado?

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16/05/2019, 18:46
z/Maëlys de Trebaul

Mientras su mentora hablaba, la joven tenía una mueca de molestia algo infantil en su rostro. Al final dejo escapar un suspiro resignado antes de contestar a la otra mujer.

Lo sé, lo sé, pero cuando nadie quiere hablar, por temor a las represalias, no puedo más que recurrir a los libros con la esperanza de encontrar algo en ellos. Lo poco que se sobre todo este lio es gracias a lo poco que encontré entre las páginas de algunos volúmenes y a los susurros de aquellos que creían que no había nadie escuchando. Dejo el libro que tenía en las manos en su sitio para luego sentarse en una de las mesas cercanas. Puede que tengáis razón, que no deba querer arreglarlo. Que tampoco es eso. Creedme, sé que fui utilizada, desde el momento en el que ella se presentó ante nosotros. No tuvimos más opciones. No me avergüenzo por ello, no había nada que pudiéramos hacer frente a su poder, excepto dejar que acabase con nosotros. Lo que solo retrasaría un poco más lo que ya paso. No, lo que quiero es entender a las dos partes, o en su defecto las versiones de ambas. Si no por ayudar, por simple curiosidad.

Tras eso permaneció en silencio unos instantes, decidiendo si preguntar por el destino de la corte de su señora

¿Qué haréis vos, mi señora? ¿Tomareis partido por alguna de las partes u os mantendréis neutral al conflicto? ¿Es siquiera posible mantenerse neutral?