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Vampiro: Edad Oscura V20 - Bretaña nocturna [+18]

[Personal] Las noches de Selin

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22/12/2017, 01:26
Narrador

Buenas Ierim,

Antes de empezar con fichas, vamos a tener que matizar bastante el PJ assamita que propusiste. Por el momento, cuando puedas, añade la historia del PJ aquí para trabajar sobre ello.

Si has tenido nuevas ideas que añadir, sé libre de hacerlo y veamos que sale ;)

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22/12/2017, 01:28
Selin

Buenas noches,

Es comprensible, pues estos días me pondré a ello para intentar que quede una buena historia y lo vamos mirando, me gustaría decirte que la acabo este fin de semana, pero con la Noche Buena, pues nunca se sabe, aunque lo intentaré, aunque sea me gustaría dejar una parte y luego continuo con la segunda parte.

Gracias por escogerme :)

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22/12/2017, 01:36
Narrador

Me hago cargo por las fechas, descuida ;)

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23/12/2017, 13:59
Selin

¿En que año trascurrira la partida? Para intentar cuadrar unas cosas de la historia.
Gracias :)

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23/12/2017, 14:06
Narrador

En 1264 ;)

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23/12/2017, 18:53
Selin

He podido escribir la primera parte de la historia, aunque aun tiene que ser revisada y comparada con el resto, pero como no tiene mucha trascendencia, únicamente es su origen. Te la pongo, a ver si pronto puedo poner las otras dos partes. Espero que solo sean dos más, pero como salga, saldrá.

La instrucción. El Cairo, Egipto. Año 1210.

Tras la muerte de Saladino, el sultanato acabó cayendo de manera irremediable en las manos de uno de sus hermanos, al-Adil I, éste se deshizo de la competencia paulatinamente, con cada victoria se iba haciendo más y más poderoso, ya que los séquitos de Mamelucos derrotados se iban incorporando bajo su mando.

Yo nací por esas fechas, en 1202 y aunque desconocía todo lo que pasaba, dicen que gobernó con sabiduría durante casi dos décadas, favoreciendo el comercio y las buenas relaciones con los estados cruzados, aquellos que se encontraban más allá del mar. Por supuesto todo esto hubiera escapado a mi entendimiento si no llego a encontrarme con mis maestros.

Un día de 1210, uno como otro cualquiera, estaba paseando por los grandes bazares de El Cairo, aunque eso solo ocultaba mis verdaderas intenciones, estaba robando algo para poder comer un día más, me daba igual lo que fuera mientras al final del día tuviera algo que llevarme a la boca. Pero ese día, fue en el que me atraparon, lo primero que pensé es que perdería una mano, aunque por supuesto no fue así. Como puedes ver aun conservo las dos manos.

Como ya te dije, era un día como cualquier otro, el bazar era como un enorme termitero, en el que miles de bichos ciegos al mundo se mueven concentrados en sus labores, todas ellas con una única finalidad, la supervivencia. Para la mayoría, los grandes movimientos que ocurrían en el mundo nunca llegarían a conocerse. Sí, podían saber que había muerto el Gran Saladino, pero todos los tejemanejes del mundo quedaban ocultos bajo una cortina de ignorancia, por supuesto para mí era imposible saber mucho más que lo que sabían ellos, ya que mis conocimientos eran simplemente una mezcla de lo que iba escuchando por las calles de la ciudad.

La gente ya se estaba retirándose del bazar, y yo, ya había obtenido suficiente para poder decir que viviría una noche más. Pero la codicia es algo intrínseco en las especie humana, lamentablemente es difícil extirpar ese mal. Vi a un hombre, uno que tenía una preciosa bolsa llena de monedas, ni siquiera podría decirte el valor que tenían, pero aunque fueran las monedas con menos valor que pudieran existir, para mí era más dinero del que nunca habría tenido. No pude evitarlo, tampoco me arrepiento, pero en ese momento sentí miedo, miedo por dejar de ser lo que había sido hasta ahora. Miedo al cambio.

Me acerqué con toda la cautela que pude, incluso más de la que estaba acostumbrada ya que el premio era muy grande, los ruidos del alrededor ocultaban cualquier sonido que pudiera emitir, y estaba segura que el mayor ruido que producía era el latido de mi corazón que estaba disparado, bombeando rápidamente la sangre por todo mi cuerpo, eso ya no me pasa, un error menos que puedo cometer. Algo debí hacer mal, porque cuando mi mano acaricio la bolsa, sin darme tiempo siquiera a reaccionar se encontró apresada por la del hombre, con tal fuerza que pensaba que me iba a partir la muñeca. Al fijar su vista en mí, pude sentir como me estudiaba, como cavilaba en algo que superaba mi entendimiento. Tiró de mí con fuerza, casi me fui al suelto, tenía claro que aun así me arrastraría por la arena como si fuera un saco de lino, pensaba que me iba a entregar para que fuera castigada, pero a pesar de mis gritos y mis pataleos me llevó a otro sitio, uno extraño, en ese momento me llamó la atención que hubiera tantos libros, nunca había visto ninguno.

El tiempo fue pasando, incluso la luna se asomó por una de las ventanas, agradecí que la luz de la luna iluminara un poco todo eso, ya que nos habíamos quedado totalmente a oscuras y por supuesto no sabía nada de lo que estaba pasando, lo intenté pero no lo conseguí, cuando me hube calmado había estado preguntando sin parar y lo único que había obtenido era el silencio. Entonces, cuando la delgada luna iluminó brevemente uno de los portales, pude ver como una silueta se dibujaba entre la oscuridad.

Esa sombra sería uno de mis maestros.

No tardé mucho en darme cuenta de que no perdería mi mano si hacía caso a lo que me decían, eso pensé, aunque ellos tenían otros planes que como ya he dicho nunca hubiera pensado en que fueran a incluirme en ellos.

Mi instrucción duró dos décadas, es muchísimo tiempo, ahí aprendí a leer, a escribir, algo de ciencia, otras lenguas, medicina, leyes, religión, filosofía, historia y leyendas. Todo de una forma muy básica, eran solo unas bases, que formarían mi mente para poder afrontar las decisiones que tal vez, tendría que tomar en un futuro. Esa fue la parte académica, al principio fue dura, más de un golpe recibí por confundir una Ba’ con una Ta’, por no saber cómo funcionaba el corazón de los seres vivos, por confundir lo que decía Platón con lo que decía Aristóteles. Aunque poco a poco aprendí algo, era dura de mollera, lo admito, pero con el tiempo todo se aprende.

La otra parte de la instrucción, se me dio mucho mejor, era una parte más física y como buena rata callejera, ya tenía ciertas habilidades, simplemente tuve que mejorarlas y por supuesto adquirí otra, nunca había usado una espada o una lanza, pero no era mala, por lo que en el momento de la selección. Acabé siendo elegida por estas habilidades, por supuesto requerimos conocer cuantos más conocimientos mejor, pero algunos son elegidos para pensar y juzgar, mientras que otros son elegidos para luchar y ejecutar la sentencia, pero a veces llega el momento en que tienes que hacer las dos cosas, todo para cumplir la voluntad de Haqim.

Ese sería mi cometido, ejecutar las sentencias que eran dictadas por los Visires, extirpar el mal que pudría el mundo. A los 28 años fui abrazada, a partir de ese momento, mi senda sería la de los Guerreros.

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23/12/2017, 19:03
Narrador

Perfecto por ahora ;)

Te dejo unos detalles como brújula a la hora de crear la historia ya relacionada con Bretaña.

- Dijiste que fuisteis asaltados por unos bandidos, creo que más conveniente pasar de este detalle (muy raro que un grupo de bandidos sea capaz de desbaratar una caravana assamita), y podemos mirar un enfoque de una traición de alguien dentro del seno de los assamitas contra tu sire y tu (envidias, luchas de poder, etc..).

- Podemos fijar la idea de que Selin perdiera a su Sire y se exiliara a Bretaña por x razón (consejo de los aliados de su Sire, su propio Sire, etc..).

- Mírate la historia de Abderramán I (el Príncipe de los Errantes), y su periplo hasta llegar a la península, puede que te inspire para ello (a nivel de traiciones y tal).

- Recuerda que no soy dogmático con el canon oficial, si pones algo que "no sería así", pero que queda bien y no es exagerado, podríamos mirarlo como válido.

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23/12/2017, 19:18
Selin

Pues me pondré a mirarlo, muchas gracias por los consejos siempre viene bien, tener una guía. 

Sí, estudiaré lo que me dices, aunque mi idea inicial es que el otro vampiro que me acompaña sea un Visir, ya que ellos son los que se mueven más, por lo que no podría ser mi Sire, ya que soy guerrera. Pero sí, una traición o algún tipo de ataque más allá de que unos tristes bandidos puedan derrotar a un ghoul y dos vampiros, seguramente sea más creíble. 

Voy a leer la historia de Abderramán I, y coger inspiración. A ver hacia que donde me lleva la corriente. 

Como curiosidad te cuento que "Selin" es un nombre de origen turco que significa algo así como "El agua que fluye" o eso me han dicho. Me parece bonito para una guerrera ágil. No le puse apellido porque viendo sus orígenes me extrañaría que lo conociera, pero tal vez podría inventarse uno más adelante, voy a ir viendo según como me vaya quedando la historia.

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23/12/2017, 19:29
Narrador

Hay tiempo, tranquila. Ve haciendo las cosas a tu ritmo.

Viendo la edad como vampira que tendrás, recibes 11 Puntos Gratuitos extra en la creación de personaje. Estos se suman a los 15 básicos que te dan. Por lo que tendrás 26 Puntos Gratuitos en la creación de PJ.

Cualquier duda, lo que necesites ;)

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23/12/2017, 19:42
Selin

Jaja vale, es por ir avanzando poco a poco y no dejar todo para el final. Gracias por los puntos, aunque la ficha la dejaré para después de acabar la historia, eso sí me va a costar, hay tantas posibilidades. 

De acuerdo :)

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28/12/2017, 00:51
Selin

Tengo bastantes historias ya escritas, aunque me queda lo que considero más importante, las razones por las que llega hasta ahí, ahora me estoy poniendo con ello, espero tenerlo mañana que luego el fin de semana no voy a tener mucho tiempo y me gustaría dejarlo al menos casi casi acabado.

En estos momentos tengo:

  • El viaje a la Península Ibérica.
  • Dos sucesos que suceden ahí, por el área de Andalucía. 
  • Cómo y que le lleva a ir hacia el norte, a los Pirineos.

 

Mi idea es que después de todo eso intenta volver a casa por tierra pero algo le provocará que vaya hacia Bretaña y es lo que estoy intentando pensar ahora. 

Te lo comento para que sepas que estoy con ello, así una vez tenga eso, podemos hacer los retoques que creas convenientes y empezar con la ficha :)

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28/12/2017, 01:02
Narrador

Perfecto ;)

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28/12/2017, 20:24
Selin

Ahora te pongo un poco todo, es posible que alguna cosa no encajé con la ficha luego y quizás la tenga que cambiar, porque tal vez no me dan los puntos o cualquier cosa, todo se puede cambiar y por supuesto quizás es una exageración de la propia Selin al contar alguna cosa, pero no es su estilo :P

No pondré fotos de momento, aunque tengo algunas para cuando haya que presentarlo un poco mejor.

Algunos detalles que me he tomado para mí, la lengua natal de Selin es una mezcla de árabe y turco, puesto que Egipto estaba bajo el sultanato de Saladino hasta casi su nacimiento así que quería que tuviera cierta influencia y porque el árabe es complicado de escribir al usar otro alfabeto, pero algunas palabras en turco si que conozco así que puedo adornar de vez en cuando y el alfabeto es más parecido.

La idea general, es que después de entrenarse en los preceptos de Haqim, intentó cumplir las órdenes que se le daban, pero descubrió que había que los injusto e indignos estaban por todo, es algo que le preocupará mucho, por lo que huyó, hasta que decidió tomar un camino más en solitario impartiendo la justicia de Haqim según su criterio, que en principio quiero que sea lo más justo posible y se defina por esto:

"Cortesía, sabiduría, prudencia, imparcialidad."

El viaje. Granada. Primavera, año 1235.

Desde que me había convertido en una verdadera guerrera de Haqim, había tenido que renunciar a muchas cosas, algunas nunca las había tenido en abundancia como pudiera ser la comida, es cierto que en ningún momento pase hambre durante mi entrenamiento, pero aunque al principio estaba contenta por poder comer, no tarde en aburrirme de comer siempre la misma comida. Ahora que había sido convertida, tampoco la echaba de menos.

Pero sí había una cosa que echaba de menos, sentir los rayos de sol acariciándome el rostro era algo que recordaba como placentero, sin embargo ahora era anatema, destrucción. Simplemente el final del camino.

Un bache en el camino provocó que perdiera el hilo de mis pensamientos. Corrí la cortina para asomarme por la ventana, las estrellas eran algo precioso, según me habían contado, en Córdoba había una escuela de Astronomía, estaba deseando llegar a esas tierras por las cuales se estaban expandiendo lo seguidores del Islam. Entonces, pude escuchar la voz de uno de mis maestros, uno que dirigía a todos los demás, su voz era grave y profunda y su piel era tan negra como el carbón, decían que había vivido muchísimo.

-“Siéntate y deja de perderte en tus pensamientos. Como te iba contando, empiezan a correr rumores sobre seres impuros, seres creadores de oscuridad que luchan contra nuestros hermanos en Al-Ándalus.”-

-“Pero toda esa guerra es un engaño, un mero subterfugio para conseguir más poder, los abusos son tales que no podemos mantenernos impasibles, algunos ya están ahí, te pondrás a las órdenes del Visir Ibn Jaldún, él se encargará de mostrarte el camino en nuestra eterna lucha contra la maldad.”-

El silencio de mi maestro, fue seguido de un claro asentimiento, iba a irme sola, más allá del mar, todo lo que había conocido se encontraba aquí y aunque nunca había poseído nada. Sentía cierta nostalgia al abandonar lo que para mí era mi mundo. Tal vez, nunca pudiera volver a verlo. Con un gesto me invitó a salir, esa sería la última vez que pisaría mi tierra, aunque ya estaba muy lejos de lo que realmente era mi hogar.

Antes de subir a la embarcación, revisé todo lo que me habían dado, lo más destacable era una cimitarra tan afilada que solo rozar su filo abría la carne, como si nada opusiera resistencia a su paso. Un arma manufacturada en Damasco, según decían el mejor acero conocido.

He de decir que los viajes en barco no son nada agradables, estar encerrada en una bodega durante varios días, con unos movimientos continuos con los que a duras penas conseguía mantenerme en la posición que quería. Por suerte las sensaciones no eran tan fuertes como para otros viajeros, el ghoul que se encargaba de mi protección, se pasaba la mayor parte del tiempo vomitando. El olor ahí abajo era realmente asqueroso.

No tardamos mucho en llegar a Al-Ándalus, Iberia, Hispania, Sefarad o incluso Ofiusa. Esas tierras han recibido tantos nombres que realmente no tiene sentido llamarla con uno solo, era una cuna de culturas, lamentablemente, el mal proliferaba en ellas provocando guerras absurdas, ya fuera por la religión, por el poder o por pura maldad. Nosotros haríamos de todo esto un mundo mejor.

Nuestra llegada a Granada, coincidió con las malas nuevas de la caída de Ibiza por parte de un hombre que llamaban “El Conqueridor”, mientras que Córdoba se encontraba bastante hostigada por las fuerzas castellanas. Parecía que todo el mundo islámico estaba cayendo poco a poco.

Ahí pude ver por primera vez a alguien como yo, pero completamente diferente, había estudiado sobre otros clanes, pero nunca había visto a otro. Este hombre recibía el nombre de Tariq Sharif, miembro del clan Lasombra, todo a su alrededor estaba cubierto de un halo de misterio. No confiaba en él.

Mentiras y sombras. Granada, Reino nazarí de Granada. Otoño, año 1261.

Casi tres décadas llevaba en las tierras de Al-Ándalus, había aprendido mucho, no debía confiar en nadie excepto en lo que me dijera el Visir, él era un Assamita y me transmitía los deseos de Haqim.

Mucho había sucedido, la caída de Córdoba, Valencia, los dominios del Islam iban cayendo poco a poco, no estaba segura de las razones por las que íbamos perdiendo, había cumplido con todo lo que se me había ordenado a pesar del poco éxito en mi búsqueda y aun así no parecía que avanzáramos hacia una victoria o hacia una paz duradera, siendo esta última mucho más difícil de obtener viendo el fanatismo que rodeaba a todos los cristianos. Matar a algunos de estos, no me parecía una labor para la que me hubieran destinado y no parecía que realmente hubiera un vástago que orquestara toda esta guerra.

Las diferentes acciones me habían llevado por muchos sitios, buscando indicios de corrupción e impureza entre los vástagos que participaban en esta gran guerra que se estaba extendiendo a lo largo de los siglos, sí, eran pequeñas batallas, escaramuzas, los reinos iban cambiando pero poco a poco, se decía que era una guerra religiosa, pero no era así, había otros intereses, esos pensamientos me habían reconcomido durante años. ¿Por qué no había encontrado nada?

El devenir de los acontecimientos me había conducido hacia la Taifa de Niebla, este era un reino que se había formado a mi llegada y ahora tenía problemas para continuar existiendo. Mi labor era encontrar el mal y en todo este tiempo no había conseguido nada, me sentía inútil, no merecía este don que se me había dado. No paraba de darle vueltas, estaba obcecada.

Era una noche brumosa, las sombras me envolvían me abrazaban haciéndome totalmente invisible, mientras me deslizaba en el interior del campamento enemigo, buscando al líder de todos estos herejes. Me introduje en la tienda de campaña, era grande, era donde descansaba el rey Alfonso X, un silencio total me envolvía al igual que las sombras provocadas por las antorchas se proyectaban siempre favoreciéndome y protegiéndome de cualquier mirada indiscreta. Enseguida pude escuchar una conversación, entre un hombre y una mujer pálida cuyo oscuro cabello azabache caía reluciente sobre su espalda de alabastro.

Su voz era suave, pero podía sentir la autoridad con la que se dirigía al rey. Instintivamente mi mano ya estaba reposando sobre la empuñadura de cuero de mi arma. Paso a paso, me iba acercando más y más hacia mi víctima, aunque en mi interior una lucha interna había comenzado, tenía claro que el objetivo había cambiado, la mujer era la que estaba dirigiendo toda esta función y el hombre simplemente era un títere en las manos de sus oscuras artes. Pero las órdenes habían sido acabar con él, debía decidir en segundos y no quería actuar de una manera impulsiva, debía ser justa, no estaba preparada, después de tantos años no podía hacer aquello para lo que se me había instruido, la sentencia que pesaba sobre el hombre no tenían una base, él estaba siendo manipulado, lo que habían dicho era erróneo.

Me concentré, mientras mis sentidos ignoraban la conversación que se estaba produciendo justo delante de mí, la espada del rey estaba apoyada cerca de donde yacía la pareja, era un arma de escasa calidad, solo ver su empuñadura sabía las carencias que tendría en caso de una confrontación.

Entonces la voz se dirigió hacia mí, sorprendiéndome. -“Muere.”- Unos tentáculos de oscuridad empezaron a brotar desde las sombras, intentando atraparme. Mi espada se deslizo rápidamente por su vaina sin producir sonido alguno, cortando una de esas aberraciones, que al caer al suelo se deshizo creando momentáneamente sombras donde no debería haberlas. El duelo contra la oscuridad no producía ruido alguno, cada movimiento contra los tentáculos me acercaba más hacia ellos, así no serían capaces de pedir ayuda, dejando una falsa calma en el área. Las sombras caían rápidamente bajo mi acero damasquino, pero no había lugar para el descanso, ya que aunque lento, el rey reaccionó lanzando una estocada que bloqueé con mi arma, los distintos aceros refulgían bajo la luz de las llamas, uno con su color grisáceo, liso y el otro de un color azulado recubierto por una miríada de formas curvas y oscuras colocadas al azar. Mis negros ojos estaban fijos en los del rey sabio, cuando un golpe proveniente de mi flanco me impactó en la cara tirándome al suelo en el acto.

De un salto me incorporé, por mucho que se movieran sus labios, ningún sonido se emitía, la Muerte había reclamado todo esto como suyo.

Dos contra una… No podía rendirme, la cobardía no era una opción, debía acabar al menos con ella. Pasé la palma de mi mano por el filo, dejando una delgada capa de sangre sobre la hoja. Nuestras miradas estaban todas conectadas, esperando al más mínimo movimiento para iniciar el ataque, la sangre empezaba a recorrer mi cuerpo activando todos mis músculos.

En ese mismo instante el humano, el rey, el inocente dio un paso al frente. Como una exhalación le provoqué un ligero corte mientras giraba sobre mi misma para quedarme con el extremo de mi hoja junto al cuello de la indigna. Unos oscuros y relucientes cabellos cayeron lentamente hacia el suelo, mientras los labios de la mujer se movían de nuevo, el silencio desapareció, dejando el sonido de un golpe seco contra el suelo como anuncio de su caída. Aun recuerdo como suena un rey al desplomarse.

-Te equivocas.- Dijo ella. -Él hacía todo esto porque quería, quería poder. Yo solo…- Apreté el filo contra su cuello, produciendo un delgado corte por el que un hilillo de sangre fue bajando hacia el escote de la vampiresa. Enfundé mi arma y la cogí de su endeble cuello, apretando con fuerza.

-Solo…- Apoyé mi dedo sobre su esternón, junto a su corazón, provocándole un dolor apoteósico, incapacitándola para otra cosa que no fuera suplicar, pero ni eso le iba a permitir ya que la Muerte volvió para tomar lo que era suyo. Tras un eterno y silencioso suplicio, la mujer cayó inerte en mis brazos, la apoyé en el suelo y extraje su corazón. La prueba de mi hazaña, dejando solo un montón de cenizas sobre el suelo.

Al pasar junto al rey, puse la mano en su cuello, aun tenía pulso, él no había sido culpable de nada, estaba siendo manipulado. Las sombras volvieron a envolverme haciéndome desaparecer a la salida de la tienda.

Transcurrieron varios días antes de que pudiera llegar a Granada, me estaban esperando en la Sala del Mexuar. Un gravado anunciaba a la entrada “Solo Dios es vencedor.”

El visir extendió los brazos sonriente, dándome la bienvenida, mientras el Lasombra me miraba de una manera que no comprendía. Al acercarme, me incline y le mostré el corazón de la indigna, en estos momentos su fuerte presencia engrandecía la escena, mostrando todo el poder de Ibn Jaldún, éste cogió el corazón y lo observó con detenimiento, sorprendido por el presente inesperado.

Su rostro cambió, pude notar su enfado. ¿Acaso éste no era nuestro cometido?

-¿Quién eres tú para interpretar los deseos de Haqim por tu cuenta?- Haciéndome un gesto para que me retirara, me dio la espalda. La había fastidiado, la primera vez que daba fin a un indigno de la sangre de Caín y algo había hecho mal, tantos años para esto. Arrastré una fuerte desilusión con cada paso que daba hacia la salida. Todo esto me alejaba un poco más del Visir y no únicamente en el concepto físico de la distancia, también empezaba a pensar que mis juicios de valor eran diferentes, pero no tenía dudas de que encajaban con lo que me habían enseñado.

Ese día, no dormí donde solía hacerlo y a la noche siguiente, no era más que un recuerdo. Me había esfumado.

Pasaron los días y no di señales de vida, estaba estudiando todo lo que pasaba en la Alhambra, había estado ciega, había algo más. Debía ir con cuidado, aunque pudiera desaparecer, los ojos de los cainitas podían seguir viéndome, no debía confiar únicamente en los dones sobrenaturales, la cautela era vital en cualquier labor que se deseara realizar y quería saber que estaba pasando exactamente.

Las conversaciones iban y venían, pero ninguna tenía aparente interés, no parecía que hubiera nada raro, pero aun así me preocupaba la figura de Tariq. ¿Quién era?

 

Dulce Amaranto. Granada, Reino nazarí de Granada. Otoño tardío, 1261. Unos días después…

El sombrío vástago estaba de espaldas a mí, pero sabía perfectamente donde estaba, levanto las manos como señal de rendición. -“No tienes nada de qué preocuparte.”- Dijo con un tono tranquilo. -“Al igual que yo”.- Bajó las manos mientras se giraba para observarme, con un inocente gesto me indicó que quitase las manos de la empuñadura.

-“Sé que es lo que quieres y tal vez coincida con lo que yo quiero querida.”- Sonrío mostrando sus blancos colmillos. -“Juzgar a los indignos y todas esas tonterías… pero a pesar de mi punto de vista, ya que me parece algo imposible y una pérdida de tiempo, creo que es algo muy noble.”- Hizo una reverencia.

-“Y pienso ayudarte en tu propósito querida. En primer lugar te agradecería que no me mataras, sería todo un detalle por tu parte y además ese acto te mantendría en tu recto camino.”-

-“Llevo viviendo aquí, desde hace mucho… mucho tiempo, contemplando los cambios que suceden en este territorio y sin duda si escucharás los consejos que ha estado dando el Visir y supieras un poco más de la política de la zona, te darías cuenta de sus intenciones.”- Se acarició la barba pensativo.

-¿Por qué iba a creerte?- Dije titubeante, en esos momentos me sentía sola y confundida, no sabía que debía hacer, la decisión era muy complicada, estaba perdida.

-“En una hora, junto al olivo.”- Me contestó, para luego desaparecer fundiéndose en las sombras.

¿Qué olivo?

Di vueltas por los alrededores, buscando el árbol. No tarde mucho en sentir que había llegado a mi destino, nunca había estado aquí, pero ese olivo, se retorcía de maneras grotescas sobre si mismo. Las mentiras son retorcidas… Pensé mientras contemplaba la rugosa corteza saturada de nudos. El crujido de una rama partiéndose, hizo que me agazapara entre unos arbustos. Enseguida pude escuchar la voz tan característica que tenía el Visir.

No hablaban en árabe, estaban hablando en las lenguas de más al norte, las que usaban los cristianos, en ese momento una sombra se posó sobre mi hombro, antes de que pudiera hacer algún sonido, me silencio una mano que justo acababa de cobrar forma. Mostrando el aspecto de Tariq Sharif. Asintió y con un gesto me indico la escena que debía ver.

Los minutos de conversación transcurrían y mi asombro iba en aumento, me habían estado utilizando durante casi tres décadas, nadie sabía ya nada de mí, seguramente me daban ahora mismo por un montón de polvo. Me sentía sola, muy sola y realmente es así como me encontraba, sola. Entonces una voz sombría me susurró. -“Para ti el Visir.”- Mientras volvía a desaparecer entre las sombras. Empezaba a resultarme molesta su forma de moverse y pensar que siempre lo había visto quieto y atento a todo lo que sucedía desde un rincón, como cambiaban las cosas.

La pareja se separaba en direcciones opuestas, uno hacia el norte y el otro hacia el sur. No lo pensé, fui tras sus pasos, ciega de furia. Algo que va totalmente en contra de los ideales por los que lucho, la paciencia y la templanza son vitales para impartir la justicia.

Estaba segura de que no sería un rival formidable, había sido entrenada durante muchos años para esto, por eso cuando mi brazo se deslizó por encima de su hombro, envolviendo su cuello y atrayéndolo hacia mi rostro, supe que era mío.

-¿Algo que objetar?- Susurré seseante. Un silencio profundo siguió mis palabras. ¿Estaba aceptando su destino? -Devolveré tu sangre a Haqim. Güzel Rüyalar.- Dije en turco, deseándole unos dulces sueños. Un instante después mis colmillos penetraron en su yugular, dejando entrar la impureza en mi cuerpo, así sería purgado.

Su sangre era… deliciosa, podía sentir como su fuerza entraba a través de mi boca, alimentándome, satisfaciéndome, dando sentido a mi existencia. Uno menos. Es lo único que pude ser capaz de pensar mientras el éxtasis cubría todo mi cuerpo con su gloria.

Cuando su sangre había sido totalmente drenada, sentí como le arrancaba el alma, era la primera vez que lo hacía, era un acto sumamente placentero, había perdido por completo la percepción de mi entorno, mientras me hacía con la fuerza del indigno. Poco a poco todo lo que quedaba del Visir desapareció entre la brisa.

Solo quedó una sensación de satisfacción absoluta, mientras la bestia se hacía totalmente con el control sin que yo pudiera oponerme.

Cuando desperté, me encontré en una cabaña abandonada o eso quería pensar, ella podía haber hecho cualquier cosa. Debía ser más fuerte.

El exilio. Corona de Aragón. Invierno, 1262.

Antes de marchar definitivamente de Granada, había vuelo a la Alhambra para coger lo que pertenecía a mi clan, una daga de Damasco y el corazón de la vampiresa a la que se lo había arrebatado, sin estar ahora segura de si había impartido justicia o no. Por eso, lo enterré junto a un árbol y provoqué que se convirtiera en polvo, así su alma descansaría. No tenía derecho a arrebatársela, lo había hecho mal, debía ser prudente y justa. Nunca he dejado de repetírmelo.

Pronto todo se convirtió en un recuerdo, uno que me ayudaba a mejorar al igual que el mundo que deseaba crear.

En aquel entonces, vivía alejada de todo lo que había conocido. ¿Cómo volver a mi hogar? Si no conocía a nadie, no podía confiar en nadie. Me sentía abandonada, pero lo que dicen es totalmente cierto, más vale soledad que malas compañías, así que me conformaría.

-“Mora.”- El grito de uno de los mercenarios del campamento me saco de mis pensamientos, me perdía demasiado en ellos, es un defecto que tengo, le doy demasiadas vueltas a los actos que realizo, buscando una mejoría, un anhelo de perfección imposible. Por supuesto no podía estar sola del todo, necesitaba alimento para continuar y una compañía de mercenarios que se dirigía hacia el norte había sido mi opción, tampoco es que pudiera elegir muchas más. Pero en parte, me sentía identificada con ellos, los Almogávares, que por como sonaba pensaba que debía ser algo similar a “Al-Mugawir” ya que a pesar de ser silenciosa y paciente, me adentraba en territorio enemigo. Todos eran mis enemigos puesto que no podía confiar en ninguno, pero tampoco matarlos, puesto que no eran indignos a los ojos de Haqim, solo eran meros mortales a pesar de que atacaran a… Bueno, estaban obligados a hacerlo, como muchos otros, pero me dejaban pasar parte de la noche con ellos. Ellos marchaban de día y yo los alcanzaba por la noche en mucho menos tiempo, pudiendo pasar un rato a su lado, disfrutando de sus historias y recibiendo mi sustento. Realmente no eran malas personas, ellos ahora mismo solo querían volver a casa y vivir tranquilos.

“Desperta Ferro.” Eran unas palabras que ya empezaba entender, en los relatos que contaban a la luz de la hoguera, se decía mucho más de lo que alguien pudiera pensar.

Estos viajes siguiendo a las compañías mercenarias me llevaron hacia los Pirineos, muy cerca del Reino de Francia, puesto que provenían de los picos aragoneses.

Algo aprendí de ellos, otro estilo de combate, lanzar la azcona para abatir a un enemigo, en concreto era una buena forma de matar un caballo y que aplastara al jinete en el proceso, según contaban así tiraban a los poderosos caballeros cubiertos de sus pesadas armaduras.

A pesar de todo eso, seguía estando sola, sin saber realmente que hacer, seguía pensando en que era lo correcto, por lo que había alcanzado a comprender, todo en lo que creía podía ser mentira. Afortunadamente mi convicción era fuerte, yo seguía creyendo en que llevaría la justicia al mundo, creando así uno mejor.

Paria. París, Reino de Francia. Verano, año 1262.

Envuelta en harapos, completamente tapada me movía por las calles de París, ayudada de un bastón largo cubierto por telas raídas en su extremo. Había perdido todo contacto con mi clan y cada vez albergaba menos esperanzas, además haber ido en la dirección contraria quizás había sido un error, pero tenía miedo de ir sola por mar, prefería llegar por tierra, podía viajar bastante rápido, era lo único que se me ocurría.

A medida que iba caminando por la ciudad, intentaba taparme el rostro, con suerte podía evitar parte de los nauseabundos olores que emanaban de toda ella, era asquerosa. Olía a orina, basura y demás desperdicios, pero si vi algo que me causó cierto miedo, el olor a carne quemada de una mujer que había ardido en la plaza por sus pecados. Había mucho mal por todo el mundo, eso me deprimía, puesto que no creía en que otros pudieran ser justos, todos tenían intereses.

Me senté a mirar los restos quemados. Ensimismada en mis pensamientos. Había estado huyendo de todo, solo quería volver a Egipto para sentirme segura y mientras el mundo sufría.

¿Era posible que la desidia hubiera invadido mi causa?

Eso era la peor, que estaba siendo egoísta, solo me quejaba de todo lo malo que pasaba y no había hecho nada en tres décadas, todo era un despropósito.  Solo maldecía la oscuridad que se había creado en esta era, cuando podría ser la antorcha que arrojara la luz en ella.

Me levanté decidida, si el clan me necesitaba me encontraría, pero ahora era el mundo quien me requería.

Justicia, por un mundo mejor. Cornualles. Otoño, año 1264.

Estos dos últimos años, los había dedicado a ayudar a los demás, expulsar a un noble menor que abusaba de sus súbditos, acabar con unos bandidos que habían matado a unos mercaderes. Realmente no era nada remarcable, pero quizás era eso, debía conformarme con ir ayudando al mundo poco a poco.

Durante mis viajes, acabé en un pueblecito costero paseando por sus oscuras calles, cuando las súplicas de unas mujeres, hicieron que escuchara a escondidas, no con ánimo de cotillear, sino para poder ayudar. Habían encontrado a un hombre que había perdido toda la sangre, muerto en la playa.

A él ya no podría salvarlo, pero si esa bestia seguía por aquí, la encontraría y acabaría con ella.

 

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29/12/2017, 00:46
Narrador

Buenas,

Pues ya me he leído lo que me has puesto, menudo parlamento xD

¡Con la participación estelar de Alfonso X y todo! Menudo curre, sí.

En principio me parece bien todo, aunque se me hace un poco increíble que venciera y se merendara al Visir (que se le supone más poderoso por mandar), pero lo dejaremos en algo que era de tu misma generación o más alta para coherencia de la historia.

Sobre tus actividades en Francia, no veo que una cainita actúe por ahí sin llamar la atención y mucho menos deponga nobles (por muy mortales que sean) sin llamar la atención de los cainitas locales (más si ella es assamita, es decir, "rara"). Veo más apropiado que acabes de llegar a Bretaña en su exilio y que no hayas pasado ningún tiempo en tierras francesas.

Por lo demás, fetén.

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29/12/2017, 00:50
Selin

Siento que fuera tan larga... jaja justo Alfonso X andaba por ahí, así que decidí ponerlo, además la Taifa de Niebla, me recordaba al motivo principal de la historia ;) 

Respecto al Visir, quería que encontrara a alguien que se pudiera matar al fin, supongo que quedaba claro que lo que hacia era para beneficiarse a si mismo, simplemente supuse que eran más sociales, al ser como los diplomáticos del clan y la clase guerrera tendría más fuerza, pero sí, ha tenido demasiada suerte o quizás cierto Lasombra hizo algo más :P

Se quita y ya está, pues directa a Bretaña en su cruzada personal contra el mal.

Para la ficha, sigo el manual y le pongo los puntos gratuitos como me dijiste o quieres tener en cuanta algún detalle en especial? Es que quizás me entretengo un rato ahora con ella, a ver si puedo coger todo lo que tenía en mente o no... :P

 

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29/12/2017, 01:12
Narrador

No te preocupes, hasta un vampiro poderoso puede caer si le sorprenden. Y, como has dicho, el Visir era un tipo social, y tú una guerrera.

Sí, sigue las normas de creación del manual de Edad Oscura 20 Aniversario, y en vez de 15 Puntos Gratuitos, tienes 26 como te dije.

A la espera ;)

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29/12/2017, 01:15
Selin

Perfecto, gracias :)

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29/12/2017, 02:10
Selin

Ya casi tengo acabada la distribución de los puntos, a falta de los cinco de trasfondos, que ahí la mayoría no me parece lógico que los posea, solo veo Generación e identidad alternativa (aquí que ponga en el manual que necesito papeles eclesiásticos me echa un poco para atrás, no la veo habiéndose bautizado)

Después, como defecto me parece lógico que posea Paria, ya que básicamente es lo que sería en tierras cristianas. Ahí entramos en lo de no conocer la lengua, lo puedo hacer, llevará trabajo hacerlo bien para que hable mal o mezcle palabras. (Tiene Lengua Franca, me parece importante habiendo viajado por tantos sitios con distintas lenguas y tal)

Mi idea es que conozca su lengua natal (batiburrillo entre árabe y turco) y gracias a multilingüe sepa latín ya que si ha estudiado un poco es casi obligatoria y me quedaría una más que tendría que pensarla, si es Francés se facilita todo pero no tiene porque serlo, la verdad es que si acaba de llegar no le veo sentido a que conozca esa lengua.

Como equipo básicamente tendrá:

  • Una daga y una cimitarra de Damasco, que serían una daga y una espada normal, pero con formas más orientales y el color de la hoja es más bastante bonito, es como azulada.
  • Una azcona, que básicamente es una jabalina.
  • Una armadura ligera de cuero, en el manual asumo que es la de segunda clase.
  • Y un vestido de seda fina, que se va a poner muy poco, pero lo tiene por si acaso.

 

Distribución de los puntos gratuitos:

  • Diez en méritos, un punto adicional por defecto.
  • Siete en ofuscación nivel dos.
  • Cinco en Resistencia.
  • Tres en Fuerza de Voluntad.
  • Dos en Pelea con armas.

 

Y casi casi ya estaría todo a falta del trasfondo que no quiero poner todo a generación, así que quiero pensar alguna idea para poder coger los demás :P

Buenas noches :)

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29/12/2017, 02:46
Narrador

Ya casi tengo acabada la distribución de los puntos, a falta de los cinco de trasfondos, que ahí la mayoría no me parece lógico que los posea, solo veo Generación e identidad alternativa (aquí que ponga en el manual que necesito papeles eclesiásticos me echa un poco para atrás, no la veo habiéndose bautizado.

Debido a que Selin es de rasgos árabes, eso de la Identidad Alternativa no lo veo factible en el ambiente que se va a mover. Podría tenerlo, pero le funcionaría principalmente en los ambientes árabes y no cristianos (aunque puedes tenerlo).

La veo con Rebaño quizá, pero también Contactos o Aliados que pudiera haber sacado en la zona (treinta años por la península ibérica da para mucho). Puede que Recursos también te sea útil o, incluso, Mentor para que esté presente en algún lugar fuera de escena, al menos en el inicio de la partida.

Después, como defecto me parece lógico que posea Paria, ya que básicamente es lo que sería en tierras cristianas. Ahí entramos en lo de no conocer la lengua, lo puedo hacer, llevará trabajo hacerlo bien para que hable mal o mezcle palabras. (Tiene Lengua Franca, me parece importante habiendo viajado por tantos sitios con distintas lenguas y tal)

Mi idea es que conozca su lengua natal (batiburrillo entre árabe y turco) y gracias a multilingüe sepa latín ya que si ha estudiado un poco es casi obligatoria y me quedaría una más que tendría que pensarla, si es Francés se facilita todo pero no tiene porque serlo, la verdad es que si acaba de llegar no le veo sentido a que conozca esa lengua.

Yo añadiría el defecto de Secreto Oscuro por lo que hiciste al Visir, incluso algo que refleje esa traición al clan (porque al fin y al cabo, a ojos de los Assamitas, la traidora eres tú).

Con Multilingüe tienes dos idiomas extra además de tu nativo (Alfabetización te daría, en tu caso, árabe clásico). Dos idiomas porque tienes Inteligencia 2. Imagino que uno será el castellano y el otro, a tu elección.

Debería haber más equilibrio entre Méritos/Defectos. Al menos una diferencia de 3 entre unos y otros, los PG que doy van más encarados a que mejores la ficha mecánica en si ;)

Por lo demás, perfecto.

Como equipo básicamente tendrá:

  • Una daga y una cimitarra de Damasco, que serían una daga y una espada normal, pero con formas más orientales y el color de la hoja es más bastante bonito, es como azulada.
  • Una azcona, que básicamente es una jabalina.
  • Una armadura ligera de cuero, en el manual asumo que es la de segunda clase.
  • Y un vestido de seda fina, que se va a poner muy poco, pero lo tiene por si acaso.

Perfecto.

 Distribución de los puntos gratuitos:

  • Diez en méritos, un punto adicional por defecto.
  • Siete en ofuscación nivel dos.
  • Cinco en Resistencia.
  • Tres en Fuerza de Voluntad.
  • Dos en Pelea con armas.

Perfecto también. Salvo lo comentado en el tema de Méritos/Defectos.

 Buenas noches ^^

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29/12/2017, 08:57
Selin

Buenos días,

Vale, es que los méritos son lo que más me gusta siempre en las fichas. Pues tendré que coger algunos defectos más, hay algunos que me gustan mucho, eso me lleva a otra pregunta ¿se pueden coger disciplinas de otros clanes?

Lo pregunto, porque tengo Paria y Secreto Oscuro, los cuales son bastante fáciles de escoger ya que los tiene, pero me faltarían algunos más, si quiero todos los méritos que he puesto y aunque podría quitar alguno que no me parece importante si me divierten los defectos que coja pues mejor :)

Esto me lleva a... ¿Hereje declarado? A ojos del mundo, Selin es musulmana y aunque realmente no siga esos preceptos, siente simpatía por esa religión y me estoy pensando si lo diría abiertamente.

¿Sin nombre? Este defecto dice que no hay registros de mi existencia, habiendo nacido en la calle y desaparecido para el clan, tal vez podría tener sentido. Para mí me parece un defecto flojo para lo que dice que vale, quizás me estoy perdiendo algo.

Luego está Heraldo del Abismo, que aunque no le pegue mucho, me encanta ese defecto, en alguna partida tendré que usarlo. (Esta es la principal razón por la de si puedo coger otras disciplinas, aunque no tengo porque cogerlo, porque creo que no le pega, pero como me gusta pues...)

Y también me gustan otros como Presa de la Condenación y otros muchos de los pequeños. 

Pero me gustaría saber tu opinión antes de escoger algún defecto. A parte de eso, a ti te gusta que la historia sea pública o prefieres que haya una parte privada y otra pública, a mí me da igual, pero por si quieres ocultar algún detalle a los demás jugadores.

Respecto a los trasfondos, pues quizás pueda tener de Aliado a Tariq, aunque no la vaya a ver en Francia, o a algún sacerdote muy piadoso. Tengo que verlo bien, a ver si lo pienso estos días, recursos aunque puede venir muy bien quería que fuera con lo puesto ya que al menos al principio, no veo que pueda tener una fuente de ingresos por ahí.