Partida Rol por web

Cuando el empieza a hablar hacia la dirección en la que estoy, me muevo unos pasos poco a poco intentando no hacer ruido en ese proceso y comienzo a hablar con voz profunda y grave

- Se que no estas loco hijo mio, aunque viviendo en este sitio debe ser complicado ¿verdad? Observo que el lugar donde me rendís culto esta impoluto mientras que los hogares están desechos. ¿Por que hijo mio?

El hombre comenzó a temblar, se acercó lentamente a tu posición y se arrodilló en el suelo.

- Pe... pe... pero cómo es posible... re... realmente existes....? oh dios... perdona mi ofensa... yo solo soy... bueno yo... yo solo sigo órdenes señor... por favor... tenga piedad -

-  Claro que existo hijo mío, tal vez os he dejado demasiado tiempo sin mi divina protección pero es hora de que volváis a estar bajo mi manto protector. No hay nada que perdonar y no temas hijo mío, no voy a hacerte daño. Acaso el cardenal esperanza os obliga a cometer algún tipo de atrocidad en mi nombre – le digo acercándome usando el mismo tono, pero ya no tan grave.

El hombre encapuchado seguía creyéndose tu inmensa farsa

- Nosotros... nosotros señor simplemente estamos preparando el terreno para tu llegada, Doukas dice que solo tenemos una oportunidad y que será esta noche... pero... ¿por qué puedo oírte yo y no el cardenal?¿cómo es que puedes hablar si todavía no te hemos traído a nuestro mundo? yo... yo os creía más terrorífico y... y me siento reconfortado escuchándote... -

- Mi misión es reconfortar a todos mis hijos, no atemorizaros sino en que me diferenciaría de mi enemigo. Estais sufriendo pero cada vez queda menos para que disfruteis del reino de los cielos, y estareís a mi lado disfrutando de todo lo bueno que os mereceis. Me preguntar porque el cardenal no me escucha, te dire porque, el no es un verdadero creyente, y tu si lo eres, hijo mio. - pausa de unos segundos - El enemigo adopta diferentes formas y creo que esta vez ha tomado forma humana, y es la del cardenal, porque sino hablaría de un dios rencoroso y no del bondadoso que soy - nueva pausa - Necesitare tu ayuda, puede que sea peligroso, hijo mio, pero no quiero ni puedo obligarte a que me ayudes, eso tendra que salir de ti. Por hoy, ya me has ayudado, pero entra dentro y busquemos un sitio donde poder hablar sin que estas expuestos a los ataques del enemigo - digo para entrar tras el en la iglesia y buscar alg,un lugar donde pasar desapercibidos.

El hombre comenzó a sollozar

- Pe... pero entonces... eres... eres ¿Dios? oh señor... ¿realmente eres tu?¿realmente no eres nadie ligado con el infierno?¿a caso no eres un demonio que nos protegerá del dolor?... si realmente eres Dios... ¿¿porqué te llevaste a Mary?? - parecía que sus sollozos eran cada vez más fuertes

Madre del amor hermoso, quieren invocar a un demonio esta noche y estoy solo, a ver como cumplo con la misión...

- Mary tuvo que abandonarte pero ahora mismo esta esperandote en el reino de los cielos, porque crees que estoy a tu lado y te he escogido, por ella y porque no quiero que tu alma inmortal se quede en el infierno durante toda la eternidad en vez de estar a su lado. Siento que con su perdida hayas sufrido pero aquellos que han sufrido en la vida terrenal seran los que disfruten de la dicha del señor en el reino de los cielos, y  tendreis un sitio privilegiado a mi lado - apoyo mi mano sobre su hombro un segundo y me aparto de el - Ahora toca ser fuerte, hijo mio. Debemos acabar con ese demonio - termino diciendole. No me siento orgulloso de mentirle ni de utilizar su dolor, pero se que no tengo mas opciones. Solo se que si salgo vivo de esta misión hablare con el director para intenatr cambiar la vida de estos pobres desamparados.

Los fuertes se aprovechan de los debiles pero hoy no ...

El hombre no hizo más que aumentar sus lágrimas en el momento que sintió tu cálido tacto en su hombro, era el tacto de Dios, para el ahora mismo se estaba produciendo el momento más importante de su vida, sabía que Dios existía y aún más, sabía que Mary estaba bien y que podría volver a verla en otra vida, fue entonces cuando el hombre se levantó, se secó las lágrimas y se dispuso a entrar en la iglesia.

- Nunca imaginé que realmente fuese el Sr Doukas un demonio, pobres gentes, están ahora mismo dentro de la capilla celebrando una misa, todos ellos morirán señor, guíame... - fue así como abrió la puerta con su llave y entró en la iglesia, hubo hueco suficiente para que pudieras pasar justo detrás de el.

En su interior pudiste ver la inmensidad de la arquitectura de la iglesia, justo enfrente tuya había un sinfín de bancos repletos de personas de mediana y avanzada edad, todas ellas de apariencia andrajosa y pobre, escuchaban atentos a un hombre, Doukas, que se encontraba al final, en el altar con las manos alzadas. Comprobaste como el hombre cerró su puño con odio, se sentía traicionado.

- Y es así hijos míos, como el sacrificio adquiere su verdadero valor, porque el que nada tiene ahora en un futuro grandes riquezas le aguardan, la semilla que se sembró en vuestra alma germinará de la más hermosa de las formas, vuestra salvación, oh queridos hijos, está más cerca que nunca, hoy es la noche, hoy es el momento del cambio, vuestra paciencia será recompensada, y aquellos que decían que esto era un acto de locura verán con los ojos abiertos como su imprudencia será castigada en el infierno... -

Entramos en la iglesia justo en el momento en el que se esta celebrando la misa “negra”, da la impresión de que se celebrara una especie de ritual para el advenimiento de algún demonio convocado por el Cardenal. Busco un sitio donde poder hablar sin que el Cardenal nos vea, no vaya a ser que sea capaz de verme a traves del Velo. Escucho sus palabras, busca provocar el miedo en sus feligreses incitándoles a que den su vida por un dios que es falso, apretó mis puños con rabia, con mucho gusto le metía todo el cargador de mi pistola en su cuerpo…

- Hijo mío, se que estas enfadado pero debemos estar tranquilos ¿se puede acceder al campanario desde la iglesia? ¿Podrías conseguir una tunica negra similar a la tuya y dejarla aquí, y cuando te avise provocar algún tipo de revuelo para distraer a los hombres que protegen al cardenal, para que los otros creyentes que nos van ayudar con el Cardenal, puedan actuar? Con eso espero no necesitar más tu ayuda, no quiero ponerte en más riesgos, hijo mío. Y no te preocupes que tras esto, me encargare de que no vuelvan a aprovecharse de vuestra situación – le digo transmitiendo calma y serenidad.
 

El hombre encapuchado aceptó tu propuesta, se le notaba algo receloso teniendo en cuenta que eran varias cosas lo que demandabais de él, pero no iba a rechazar prestaros ayuda.

Os indicó el camino al campanario, se accedía a través de unas escaleras de mano en una sala cercana, pero os advirtió que había otro hombre como el en el campanario vigilando el lugar además de mercancía peligrosa, no entró en muchos más detalles.

Dijo que iría al almacén a buscarte una túnica, que le esperases porque intentaría tardar lo menos posible, y además sabía que intentar distraer o armar un revuelo en la iglesia iba a ser algo por lo que le tacharían de traidor, pero no iba a negarte absolutamente nada.

Espero a que venga el encapuchado, cuando llega, le digo en un susurro:

- Hijo mio, deja la capucha en la esquina que esta detras tuyo y reunete con el resto de tus compañeros. No voy a exponerte a mas peligros y riesgos. Si necesito mas tu ayuda, te lo hare saber, hijo mio. Espero poder mostrarte un pequeño milagro antes de que se acabe la misa y acabar con el cardenal.

Despues me acerco hasta el campanario con el velo procurando no hacer ningún ruido para ver quien hay y que puedo encontrar allí, que pueda serme util para crear una distracción.