Partida Rol por web

Bueno... Realmente no... Pero cada vez me hice más a la idea, y me gustó... Respondo brevemente.
Y sigo caminando hasta que llegamos al restaurante

El sitio estaba en una plaza peatonal, subida en varios escolenes, dando una altura considerable con respecto a la calzada. En la plaza hay una iglesia de aspecto moderno, y locales bajos por toda la plaza, sin edificios encima de éstos.

El lugar es pequeño, dentro no cabe más de 10 personas de pie y apretujadas, dentro de la barra está un matrimonio haciendo bocadillos. La sala donde se comen está pegada a esta, pero totalmente independiente, con mesas y sillas de madera.

Éste es el sitio que más me gusta. Ponen unos pepitos muy ricos, aunque lo más rico es la salsa. Los Pepitos son unos bocadillos de una chuleta hecha a la braza con lechuga, ajillo y una salsa ali-oli muy buena. ¿Quieres probar uno?

Supongo que sí, no creo que hayamos venido aquí para nada... Bromeando.
¡Me muero de ganas! Mostrando entusiasmo.

Nada más cruzar por la puerta, y aún habiendo algunas personas delantes. La mujer que se encontraba detrás de la barra se giró para ver quien entraba, y al ver a Liz, se giró, siguió preparando los bocadillos y comentó.

¿Dos Pepitos, Liz?

Liz, desde atrás de la gente le contesto con una sonrisa.

Si. Dos, por favor, vamos a estar allí sentados, ahora nos pegas una voz y venimos a por ellos.

Luego se giró para salir por la puerta.

Vamos a sentarnos y charlamos mientras.

Muy bien.
Me acerco detrás de Liz, acompañándola hasta la mesa a la que se dirige, y me dispongo a sentarme en frente de ella.

Esta realmente bien este sitio, y los Pepitos son deliciosos.

Y sonrie feliz y contenta de poder comerse uno.

Además, siempre que llego me cuelan, los dueños me conocen. Jejeje.

Bueno, ¿te ha dado tiempo a averiguar algo de ese hombre?

Niego con la cabeza.
Esperaré a la información que puedas darme mañana, y a partir de allí, trataré de buscar algunas cosas a base de contactos o más información.
Hago una pausa para mirar alrededor.
Debo agradecer toda tu ayuda, puedes ser muy importante para mi misión.

No me cuesta trabajo ayudarte. dice con cierto deje. No pasa nada, puedo mirar esos datos sin que incumpla ninguna ley.

De pronto, la mujer de los bocadillos pega una voz Liiiiiiz

Y Liz pega un salto inmediatamente para ir a por los bocadillos.

¿Que quieres de bebida?

¡Un refresco de cola por favor!
Digo forzando entusiasmo por el momento.

Bien.

Liz se va y aparece con dos platos, en cada uno de ellos un botadillo, luego le guiña el ojo a bell y sale en busca de los dos refrescos. Cuando aparece, le pasa su refresco a Bell y se sienta con el suyo.

Espero que te guste. comenta un poco emocionada.

Seguro que sí.
Digo mientras abro la lata.
Entonces cojo el bocadillo, le doy un pequeño mordisco, y una vez he terminado de digerir ese trozo, le digo lo que me parece.
Está bastante bien.

Comio durante un rato, en silencio. Pero Liz no era una persona de estar callada asi que tardo poco en hablar.

No eres de Heimburg, ¿verdad? ¿De donde eres?

¿Por qué crees que no soy de aquí? Pregunto interesado.
¿De dónde dirías que soy?

No se. Comenzó a reirse. Es por tu acento, es demasiado refinado, no se. ¿De Luna? ¿Puedes ser de Luna?

Podría ser. Digo lanzando unas risas.
La verdad es que viajo tanto, que podría decirse que no soy de ningún lugar en concreto.

Jajaja. Casi me sale. Porque como en tu pasaje ponía que venías de Luna, quería hacerme la lista.

Mi último lugar estuvo en Luna, sí... Mi vuelo salió de allí; y si todo saliera bien, debería de volver cuanto antes... Pero creo que me llevará su tiempo.

Bueno, si te vas a quedar aqui durante un tiempo, pues nos podíamos ver más veces, ¿no? pregunta un poco directa, pero de forma tímida mientras se limpia las manos con una servilleta después de terminar el bocadillo.

¿Vamos a tomar algo? No me gustaría recogerme tarde, porque mañana tengo que trabajar temprano.

Como quieras... Si quieres nos terminamos nuestros refrescos y ya nos vemos mañana mejor... No quiero que mañana te duermas en el trabajo. Digo lanzando unas risas, tratando de convencerla para irnos ya.

Liz se lo pensó durante un monento y se le vio en la cara una expreción de inconformidad por no pararse. Aunque luego parece que se paró a pensar y Bell tenía razón, no era bueno quedarse tan tarde, sobretodo porque mañana tenía que trabajar.

Tienes razón. Me gustaba tu compañía y no se...

Coge su bolso y separa la silla para salir de la mesa y encaminarse a la salida.