Partida Rol por web

Al principio no pasó nada, y empecé a sentir que una parte de mí se decepcionaba nuevamente, pero entonces reforcé mi fuerza de voluntad. Si había podido hacer alohomora contra aquél resistente pestillo del baño, podía hacerlo!! vamos, era capaz de hacer lumus numerosa! tenía que salirme lumus! tenía que.... - flom!! la punta de mi varita se iluminó..

Tardé unos segundos en cerrar la boca. -SÍ!! - era una chulada. Mi varita brillaba sola!! empecé a dar saltos por el patio como si fuese una bengala. Cuando los demás niños empezaron a mirarme raro, me di cuenta de que tenía que parar.

Lo había conseguido!!

La chispa de confianza en mi mismo se calentó una vez más. -Bien!. - debía seguir por ese camino.

SEMANA 6ª  Lunes, tarde 2

Aprovechando el subidón, me sentí con tantos ánimos que volví a pasar por el patio después de la clase de encantamientos y apunté a una piedra grande que había en el suelo. Había fallado en clase, pero tenía que seguir intentándolo. Superfeliz y animado, apunté y dije -Wingardium Leviosa!!- y entonces, para mi asombro, la piedra se levantó del suelo suavemente.

Volví a sonreír, pero antes de ponerme a saltar como un loco me puse serio (sólo en apariencias) y como si fuese un director de orquestra la hice descender lentamente hasta dejarla de nuevo en el suelo. -Muy bien señor Moretti -me dije pomposamente. Luego me giré sobre mis talones, y sin poder evitarlo marché con una sonrisa enrome y dando saltitos de nuevo para ir a cenar.

Saliendo del comedor, Eduardo permaneció en el patio descansando, sin necesidad de utilizar las muletas, pues ya no las necesitaba. Estuvo haciendo el ganso, corriendo y aquí para allá, haciendo hechizos que ya sabía y mojándose con la fuente. Viendo el agua que brotaba de la piedra, se acordó que todavía no había aprendido el mejor hechizo que podía aprender y lo intentó, sabiendo que no correría mucho peligro. Agitó su varita, al lado de la fuente.

—¡Incendio! —no lo consiguió, ¿estaría demasiado cerca al agua? Se concentró de nuevo un poco más alejado y volvió a intentarlo— ¡Incendio! —pero nada.

Este hechizo sería su próximo objetivo y no descansaría hasta conseguirlo.

Por la tarde regresó de nuevo, convencido de que lo conseguiría. Gruñó y respiró fuerte.

—¡IN-CEN-DIOO! —Una llamarada salió de su varita y rodeó la fuente de piedra, parecía como si los dragones estuvieran vivos y quisieran evaporar el agua—¡TOMA! ¡Qué se atrevan a tocarme que les achicharro! JAJAJA

Contento con el resultado y aprovechando que vio una rata correr pegada a la pared, fue a por ella.

—¡Ven aquí, eres mía! ¡Calvorio! —falló. Tenía un interés extraño por dejar calvas a las ratas y nunca lo conseguía—¡Malditas no os escapéis! ¡Os achicharraré! JAJAJA

SEMANA 6ª  Miércoles, tarde 2

Tras ver como Eduardo intentaba incendiar el patio, me lo quedé mirando hasta que lo logró. -Bravo Eduardo! - luego no sé como le vi persiguiendo una rata e intentando lanzarle un Calvorio. Me puse a reír mientras la perseguía sin éxito y yo intenté hacer algo para ayudar.

Y lo único que se me ocurrió fue hacer a la rata más peluda para que no pudiera escaparse por los huecos de las rocas. 

-Crecepe...! ... lo... - pero la rata fue mas rápida  y no conseguí apuntarla siquiera, un tufo salió de mi varita y fue a parar a la roca donde se escapó la rata. - Lo siento Eduardo, no me sale aún el crecepelo. Suerte cazando ratas la proxima vez!

SEMANA 6ª  Miércoles, mañana 2

Después de cuidar el rosal se me ocurrió que quizás un sol falso pudiera ayudar a florecer plantas. Así que me fui al patio de la torre del reloj a intentar el Lumus Solem que aún no me salía.

Me concentré todo lo que pude pensando en una cálida y potente luz. Apunté justo encima del arco de piedra que estaba en el centro del patio y.... -Lumus Solem! - un ENORME haz de luz salió de mi varita iluminando una barbaridad. 

Fue tan inesperado como agradable. Menuda capacidad de iluminación! ni los focos ni las farolas competían con esa luz!. Menos mal que aún era por la mañana y no molesté a nadie deslumbrándole con tanta luz.

Estuve contento. La clase que mejor se me daba con la varita era encantamientos, y esta semana estaba on-fire!

6ª sem. Viernes:        2° Mañana:

         
El viernes mientras iba a clase de vuelo pasé por el patio de la torre del reloj mientras meditaba. Me acordé de Eduardo intentando quemar el patio una vez que aprendió incendio, y aún más importante, me acordé de cuando estuvo persiguiendo una rata... para aprender el hechizo crecepelo. 

Quise intentarlo. Esperé a que una rata apareciese y empecé a aburrirme... cuando creí que algo se movió, lancé el encantamiento pero me pilló tan de sorpresa que no lo hice bien. De hecho, en realidad lo que había visto moverse no era más que una roca.

1° Tarde:

Después de comer volví a intentarlo. Tendría que haber alguna rata moviéndose por el castillo... Estaba empezando a aburrirme de nuevo, perdiendo las ganas y la voluntad para seguir intentándolo. *quizás... si voy al campo de Quidditch?...- pero inmerso en la tranquilidad del Patio me quedé en blanco soñando despierto... y sin darme cuenta, allí frente a mí, comiéndose las migajas que dejó algún alumno que se comió unos panecillos dorados momentos antes... *UNA RATA!!! - salí de mi ensoñación al instante. Y... intentando no hacer movimientos bruscos, la apunté... y dije...

- CRECEPELO !-  ZAS flaum...FLOSH!! . Le alcanzó. Y de repente se volvió... UNA RATA PELUDA!! o una especie de pompón marrón con cola. Me quedé quieto en la pose del lanzamiento, con cara de poker. La pelota peluda cayó al suelo y rodó como pudo escapándose. Pero no tenía donde ir. Era tan ridículamente gracioso que hasta un par de alumnas la señalaron riéndose.

-jejejejeh... - era divertido. Pero más importante. Me había salido!! Tenía que contárselo a Eduardo la próxima vez que lo viera.

[Jueves, sexta semana, interaccion tarde, preparando la pequeña fiesta]

Tras hablar con la gente de comedor y cocinas, Jonh se dispuso a ayudar con los preparativos. Si todos los que habían confirmado venían, serían bastantes, con lo que fue poniendo todo lo que era necesario para la fiesta. Mesas, sillas, todo ese tipo de cosas. Mirando los menús... Esas tonterías que, para ser sinceros, se le daban fatal.

Al menos seguro que los elfos domésticos arreglarían sus estropicios y facilitarían que todo estuviera (de verdad) bien preparado.

[Viernes, sexta semana, interaccion mañana, preparando la pequeña fiesta]

Jonh se pasa toda la interacción de la mañana recordando que esa noche es la pequeña fiesta a todos los que le habían comentado que iban a ir, y del mismo modo, procede a comprobar que todo está preparado.

​​Patio de la torre del reloj. La pequeña fiesta

Alguno de los viernes, tarde, posterior a los exámenes parciales.

Cuando llega la hora de la fiesta Jonh se encuentra en el patio de la torre del reloj, esperando (bastante nervioso todo hay que decirlo) que lleguen sus compañeros. No deja de preguntarse cuando llegarán, ni cuantos serán. Tiene preparada la sorpresa final, y realmente, si al final tiene que disfrutarla solo... Bueno, lo cierto es que tampoco tiene demasiado claro por qué se ha metido en este carajal.

O quizás sí. Aunque solo sea por sus libros ha comprendido que hay cosas que es mejor no disfrutar a solas.

En todo caso, mientras mira al normalmente adusto y decrépito (aunque sin duda romántico) lugar, no hay duda que el esfuerzo de esta semana va a notarse.

Se han dispuesto por todo el patio en cantidad suficiente para que si todos los alumnos de primero vinieran pudieran sentarse, mesas para cuatro, adornadas con motivos vegetales. En las mesas hay toda una serie de platos y todo está dispuesto para que vayan llegando sus compañeros.

​​Patio de la torre del reloj. La pequeña fiesta

Viernes, interacción tarde.

ATEMPORAL!  YAY!!

Cuando llega la hora de la fiesta Murphy se dirige hacia la la torre del reloj y se encuentra a un nervioso Jonh - Jonh!!! madre mía como has podido hacer todo esto?? Que guay! cuantas mesas!! una fiesta al aire libre!! En qué puedo ayudarte? - Murphy estaba de lo más predispuesto para ayudar a Jonh en lo que necesitase, y estaba de lo más contento de que hubieran podido hacer una fiesta de fin de exámenes, aunque aún quedase medio curso siempre era algo bueno para celebrar!

Clinch, clonch, clinch, clonch.

Desde el interior del colegio se escucharon unos sonidos característicos que últimamente acompañaban a una persona.

Clinch, clonch, clinch, clonch.

El sonido frenó justo antes de que apareciera por la puerta, pero en su lugar el hueco permaneció igual de vacío que antes. ¿Dónde estaba el sonido o la persona a quien acompañaba? Se asomó un ojo oscuro con un trozo de melena rizada y se escondió rápidamente al comprobar que su presa se dio cuenta del acecho. Volvió a asomar un ojo y seguían mirándole. Al final el cazador salió de su escondrijo a toda velocidad con las muletas en alto y dispuesto a cazar.

—YAAAAAAAAAAAAA. ¡¡SOIS MÍOS!! —dio unos cuantos golpes en el suelo con sus muletas y luego volvió a ponerlas en su sitio para hacerse el cojo—. Jajaja. ¡Cuántas mesas! ¿Eso es que invitaste a todos los de primero? La comida la traerán los elfos, ¿no?

​​Patio de la torre del reloj. La pequeña fiesta

Alguno de los viernes, tarde, posterior a los exámenes parciales.

Jonh sonrió cuando llegaron, antes de la hora, dos de sus compañeros.

- Sí, bueno, quería hacer algo para felicitarnos todos por sobrevivir a los parciales. Claro. La comida la traerán los elfos. Y tengo una pequeña sorpresa cuando terminemos de cenar. En cuanto a ayudar... Pues no tengo ni idea. La verdad espero que llegue el resto porque si no vamos a comer de más. Tampoco es que haya preparado nada salvo lo de las mesas, la comida, y la sorpresa del final. Eso de preparar fiestas creo que no se me da del todo bien. Pero si se os ocurre cualquier cosa para amenizar, genial.

Antes sin embargo que Jonh terminase de hablar ya empezaron a llegar otros invitados. Casi todos compañeros de clase, aunque parecía que entre los Gryffindor la noticia de la fiesta se había extendido y unos pocos mayores habían decidido pasarse por allí también. Durante los siguientes cinco minutos el patio fue llenándose, aunque todavían faltaban bastantes por llegar. Ahí estaban, de la casa Hufflepuff, y todos de primero, Kenya Eunice, Hannah Abbott, Susan Bones y Justin Finch-Fletchley. También de primero, pero en este caso de Ravenclaw, estaban Amanda, Terry Boot, Mandy Brocklehurst, Michael Corner, Anthony Goldstein, Morag MacDougal, Padma Patil, Lisa Turpin, Godric Walker y Tomas Moorlen. Y por último de Gryffindor estaban Ron Weasley, Harry Potter, Hermione Granger, Laverne Brown, Fay Dunbar, Seamus Finnigan e, incluso, de segundo, Katie Bell y Cormac McLaggen, y de tercero Angelina Johnson y Lee Jordan.

- Al final parece que no conseguí que ninguno de nuestros compañeros de Slytherin se apuntaran...- dice con un tono triste Jonh al ver que ninguno aparecía de esa casa.

Los invitados comenzaron a llegar y poco faltó para que el lugar se llenase de los alumnos de primer curso. Otros de cursos superiores también parecían interesados en el fondo, curiosos de lo que estaba sucediendo. Los únicos colores que no se mostraron fueron los verdes, sin ningún motivo aparente.

—¿Ah no? Las gemelas Fergusson dijeron que vendrían y es raro que Frederic no esté aquí —les dijo, con un tono de sospecha—. ¿Crees que les obligaron a no venir? Las serpientes suelen hacer eso. —Miró a lo lejos por si veía a alguien verde escondido en la multitud del fondo—. ¡Eh Ron! ¿Tus hermanos no sabrán por casualidad dónde están las Fergusson? Cosas de gemelos.

Luego, a Eduardo se le ocurrió una manera de animar el ambiente. ¡Magia! Intentó algunos hechizos, no ignífugos, no vaya a ser que la fiesta sea una masacre. No entendió por qué los demás se agacharon cuando sacó su varita.

—¡Lumos numerosa! —Las luces que salieron de su varita explotaron como burbujas nada más salir y algunos se rieron—. ¿Ah sí? Inténtalo tú a ver cómo te salen.

Eduardo estaba alentando a usar magia, ¿qué mal podría ocurrir?

-Una sorpresa? Caray! me pregunto qué será?... Pues aunque digas que no se te da bien, ha quedado todo genial. Ahora sólo hay que relajarse y divertirse - esperaba que se  sintiera tranquilo - ademas!! es mi primera fiesta no-muggle! mi primera fiesta mágica! Gracias Jonh! - acababa de darme cuenta de eso, y todavía me pareció más genial.

Todos llegaban, hasta de otros cursos. Era una unión de casas! excepto de Slytherin, por lo visto no eran muy fiesteros... Eduardo comentó sobre las gemelas. - Sí, seguro que vienen. No te preocupes, mira cuanta gente! - mientras hablaba con unos y con otros, en cierto momento al parecer alguien hacía magia, era Eduardo! 

-A ver a ver! déjame que pruebe yo! - las caras de pánico se apoderaron de todos. "LA LEY DE MURPHY" sonó en sus cabezas como si hubieran usado un encantamiento Sonorus  a nivel telepático. Pero sólo fue cosa de su imaginación.

-Lumos numerosa! - varias luces danzantes salieron cálidamente de mi varita y se alzaron sobre nuestras cabezas. El ambiente volvió a relajarse de nuevo. Estuve un ratito haciéndolo hasta que me di cuenta de que no podía estar toda la tarde haciéndolas, y en eso me pareció que por otros lado varias luces salían de varitas de otros compañeros, haciendo una especie de iluminación colaborativa entre todos. Aunque la que mejor lo hacía era por supuesto Hermione, que hasta las hacía cambiar de color.

-woooow que guay!

Al escuchar a sus compañeros Jonh sonrió y su sonrisa aún se ensanchó más al ver como Eduardo retaba a Murphy a usar el lumos numerosa, y este último obtenía un conjuro de lo más hábil lo que, a su vez, hizo que otros alumnos también empezaran a usar el conjuro.

Jonh no pudo sustraerse a realizar también el conjuro y un gran número de luces empezarona  flotar mezcándose con la de otros tantos compañeros, y creando una peculiar iluminacion.

- Que buena idea Eduardo. Es genial ver como todos estamos lanzando el conjuro. Es... curioso. ¿Verdad?

Salí de la biblioteca con el libro de herbología dañado y pensé en calmar mis nervios intentando de nuevo Spongify con el libro.

- Spongify!... - miré al libro. Parecía reblandecido. No estaba seguro de si era por el hechizo o por el desgaste de tanto subrallar. Lo dejé caer al libro a ver si rebotaba.  

​​Patio de la torre del reloj. La pequeña fiesta

Alguno de los viernes, tarde, posterior a los exámenes parciales.

Durante unas cuantas horas siguió la fiesta. Al fin y al cabo todos querían divertirse. Se lo merecían. Se habló, se bromeó, se jugó. Y por un buen rato los niños magos fueron más niños que magos. Pero lo mejor estaba por llegar. Jonh había guardado el regalo de sus padres para algo así. De alguna manera, aunque no llegaba a entender bien el por qué, había comprendido por sus lecturas que ciertas cosas eran mucho mejores si se hacían en grupo, si uno no se las quedaba para él.

Con lo que... repentinamente y cuando la conversación empezaba a decaer y algunos empezaban a pensar ir a la cama, la noche se cubrió de fuego y estrellas.

- ¡Son los fuegos artificiales que han creado mis hermanos!, ¡los de lujo!-  gritó Ron mientras tras ese previo, más cohetes salían, creando formas mágicas y extrañas que empezaban a danzar en mitad de la noche, sobre el patio de la torre del reloj.

Me quedé embobado. Eran los mejores fuegos artificiales que hubiera visto jamás. Se movían! Aquella fue una noche fantástica, todos aplaudían o miraban el cielo con UUUUHHS!! y AAAAAAHS!

-Es increíble Jonh! - miraba al cielo y señalaba las formas nunca antes vistas por mí.

Aquella noche no supe a que hora regresamos todos a la cama. Había sido muy divertido, estaba super feliz de estar aquí. Todo era fantástico, mágico, increíble... Era maravilloso estar en Hogwarts!

Eduardo se había llenado la panza de tanta comida creada especialmente para la fiesta. Los postres mágicos eran los mejores, a diferencia de los muggles que alguna vez le tocó comer cuando sus padres no estaban en la granja. Éstos no se derretían y su sabor nunca cambiaba con el ambiente. Recogió unos puñado de regalices más y salió de la mesa ante la llegada de los fuegos que darían por terminada la fiesta.

—¡Cómo mola! ¿Dónde los compraste? —Eduardo quería saber en qué lugar conseguir su mercancía traviesa—. ¡Ah! De tus hermanos... Ya contactaré con ellos... —A esos gemelos ya los conocía, siempre estaban intercambiando sus creaciones raras—. ¡MIRAD ESE DRAGÓN!

Los fuegos artificiales fueron de lo más sorprendentes, no se esperaba tanto lujo en una fiesta dirigida por Jonh, de Hufflepuff.

—¡Buen trabajo Jonh! Me divertí mucho. Ya estoy deseando la fiesta de final de curso.