Partida Rol por web

Avanza unos pasos por el callejon haciendo oidos sordos a los comentarios de los pandilleros. Su rostro permanece en penumbra, de forma que lo unico que puede entreverse de su cara es un fulgor azulado donde debieran estar sus ojos.
Levanta una mano y la dirige hacia donde se encuentran Eochy y sus Warriors. Un potente rayo de luz amarilla sale disparado desde la punta de sus dedos para impactar contra el maton mas cercano a su lider. La fuerza del choque le hace caer contra los que estan detras que a duras penas han conseguido frenar su empuje.
¿Te parezco tan irrisorio ahora? La voz suena apagada, con un deje metalico que la hace parecer bastante siniestra

Aaaaaaaaaaah... joder... ¿ya ha terminado? Mierda, parecía mucho más complicado de vencer... Me echo las manos a la nuca y hago desaparecer las duplicaciones, salvo la del crío, que continúa rodeando la manzana, deliberadamente.
Bueno, mis lacayos -les llamo así bromeando, aunque les considero mis amigos- vámonos de aquí, ha sido una noche interesante.

Sigo andando por el callejón, en dirección a la salida, pero consciente de que la moto del tipo raro sigue estando a la salida del mismo. Sé que mis explosiones no hacen desaparecer a la gente, y sé que un motorista que se digne de llamarse así no dejaría ahí su moto a menos que estuviese muerto, pero estoy seguro de que no lo está. Intento invocar mi recién descubierto poder, sin conseguirlo una vez más.

No es que me preocupe en absoluto la situación (de hecho no hay nada que me preocupe), pero me intriga saber por dónde va a seguir este interesante juego.

¡¡¡¡¡No me jodas!!!!! Me doy la vuelta y echo a correr hacia donde esté el bastardo. Mientras continúo provocándole.
¿Qué pasa, marica? Como no puedes conmigo tienes que darle a mis lacayos, ¿eh? Ven si tienes un par de pelotas, jodido Yeross.

Saltaré hacia él con la intención de cogerle en un "abrazo de oso", sea donde sea que esté. Sin embargo, consigue escapar a mi abrazo. La cosa se pone interesante. ¡Eh, largaos de aquí! ¡¡¡¡¡Esto va a hacer Rajaboom!!!!!! Grito a mis compañeros mientras mi cuerpo empieza a brillar.

Al ver que te abalanzas sobre el y fallas la presa por escasos centimetros decide poner fin a la pelea. Esta brillando... y eso no me gusta una mierda...Se acabo, socio masculla al tiempo que lanza su puño hacia atras para proyecatrlo de nuevo contra el estomago de Eochy.

¡Muy bien! te grita a traves del casco ¡Sigueme si puedes! Mete puño a la moto y un atronador sonido estalla en su motor. Sale despedido hacia alante moviendose temerariamente entre los vehiculos que circulan por la calzada y dejandote atras.

Llego corriendo a una de las calles que suelo frecuentar con mis "Warriors"... Podría decirse que es "nuestro territorio". Camino por el barrio, observando el estado del mismo tras los disturbios de la pasada noche. Me valgo de mi estado de intangibilidad para escapar de cualquier posible mirada... Quizá la poli también haya llegado por aquí, y no me interesa nada que sepan que puedo clonarme... Aunque, claro, si llegasen a pillarme tampoco me preocuparía demasiado... Es lo que tiene la ataraxia...

Las calles están bastante desoladas. Los contenedores aparecen volcados, hay señales de que algunas casa han ardido y hay basura y restos de desperfectos por todos lados. Puedes ver manchurrones de aceite, marcas de derrapes y algunas paredes desconchadas que te sugieren accidentes.
También manchas de sangre, algún que otro dienta abandonado, ropas rasgadas, zapatos tirados de cualquier forma en cualquier parte...
Los pocos comercios de la zona, incluidos los tugurios y bares de buena y mala reputación permanecen cerrados mientras todo el mundo se afana en limpiarlos sin prestar demasiada atención a lo que sucede a su alrededor pero con bultos que sugieren armas debajo de chaquetas y delantales.

Voy corriendo, atravesando edificios de forma que sea difícil o imposible detectarme, hasta el lugar en el que ubico mi "cuartel general": un local de buen tamaño en el que, en un alarde de genialidad, me construí un trono de cartones. Entro a través de una pared, algo temeroso de lo que pueda encontrarme ahí...

El almacén permanece en penumbra y te cuesta distinguir bien como están las cosas... La gran puerta de entrada parece bloqueada con algo grande, al igual que las pequeñas puertas laterales... Percibes bultos tirados aquí y allá sobre el suelo, aunque no podrías identificar su naturaleza sin un poco mas de luz.
El ambiente está cargado y flota un olor a carne quemada y polvo de yeso que se te hace nauseabundo y te dificulta la respiración... En la boca se te pega el metálico sabor de la sangre

Sin poder hablar, hacer aspaviento alguno o abrir la boca siquiera, entro a través de la pared, volviendo entonces a mi densidad normal. No hago siquiera un ademán de ir a taparme la nariz del pegajoso y agorero olor.

Simplemente me acerco, poco a poco, con movimientos mecánicos, hacia el panel eléctrico, desde el que activaré las luces, aún a sabiendas de lo que voy a ver... Sin embargo, antes de encender los fusibles, pero tocándolos, dejo la mano quieta. Me recorre una sensación... similar a cuando mis padres murieron...

No es preocupación, es la certeza, precisamente, de que voy a sentir una preocupación, por imposible que parezca... O más que una preocupación... Dolor. Pero si no activo las luces no veré nada... Así que será como si no estuviera... como si nunca hubiera existido.

Pero... Después de todo nadie dijo que esto fuera a ser una bonita historia... De hecho, es imposible que sea una historia con final feliz... Porque es una historia irlandesa...
Abriendo los ojos, activo los fusibles.

Según se van encendiendo las luces con su rítmica cadencia desde la entrada principal hasta el fondo del almacén puedes observar un auténtico caos.
El panorama es desolador... decenas de cuerpos permanecen en el suelo, tirados de cualquier manera, cubiertos por periódicos, bolsas para cadáveres y despojos por el estilo.
Las manchas que antes percibías aparecen claras ahora a tu vista y son grandes charcos de sangre, algunos de los cuales tiene marcas de que quien los produjera fue arrastrado lejos de ellos en dirección a la gran puerta junto a la que te encuentras.
Las moscas zumban sobre algunos de los cuerpos y alguna que otra rata corretea por entre los caídos
Cuando las luces llegan a la zona mas apartada, donde se encuentra tu trono de cartones, puedes contemplar que hay alguien sobre que te mira fijamente. A su alrededor hay varios camastros y sobre ellos cuerpos tapados con mantas que parecen respirar pausadamente...
Ahora que te fijas bien y el sonido eléctrico se detiene compruebas que lo que habías tomado por el murmullo del viento son respiraciones... todos los cuerpos respiran pausadamente.
El hombre del trono viste andrajos y se encuentra encorvado sobre sí mismo. Tiene uno de los pies apoyados sobre el escabel y el otro lo ha dejado caer hasta el suelo. Las manos cuelgan entre los muslos y mantiene la cabeza erguida con un considerable esfuerzo.
Aun cono todo su patético aspecto es capaz de devolverte una mirada de regia autoridad

Voy observando poco a poco el panorama, los ojos muy abiertos, pero sin llegar a decir nada o cambiar la expresión de la cara... Hago un barrido con la cabeza, buscando reconocer entre los cuerpos a mis amigos. Termino el movimiento de cabeza posando la mirada sobre el hombre sentado en mi trono. No sé quién es... Creo que no le he visto en la vida... Pero eso no me importa una mierda ahora...

Comienzo a caminar lentamente hacia él. Conforme voy caminando mis músculos se abultan de nuevo, fruto de la alteración de la densidad. Le observo con los ojos caídos, casi con desgana, mientras me acerco. Cuando llego a una distancia prudente me detengo, cerrando los puños con fuerza, sintiendo el tacto de los guantes de cuero contra la piel.
-¿Quién cojones eres, qué ha pasado aquí y qué haces en mi trono?

Su olor te golpea como un puño directo a tu estómago.
Apesta a cadáver y descomposición, a sudor y orina... a vómito y excrementos. Huele como si hubiera muerto y no se hubiera bañado desde entonces. Como si su cadáver hubiera reposado en una carretera durante días y un aguacero lo hubiera movido hasta una acequia en la que se hubiera terminado de pudrir.
Su mirada sin embargo para regia, dura y firme. Transmite fortaleza y capacidad de mando
Su voz suena como ojarasca pisoteada, parece rota y gastada
Nos somos el Rey de estas tierras... Y este trono nos ha parecido adecuado para sentarnos
Responde sin moverse
Ese es nuestro pueblo, los Desheredados
Hace un amplio y teatral movimiento con la mano para abarcar a todos los cuerpos durmientes de TU almacén
Una batalla tuvo lugar aquí anoche. Demonios de pesadilla atacaron nuestro pueblo y nos tuvimos que buscar un lugar donde guarecerlo y protegerlo. Nos encontramos este almacén y a estas buenas gentes
Señala los catres y descubres, para tu sorpresa, que varios de tus Warriors duermen en ellos
Nos les ofrecimos ayuda... ellos nos ofrecieron cobijo. Un trato justo. Tu debes de ser Eochy, el dueño por derecho de este local. Nos te agradecemos haber pasado la noche aquí. Y nos marcharemos cuando consideres oporuno

Arrugo un poco la nariz por el olor, aunque me alegro como pocas veces al saber que mis amigos no han muerto. A decir verdad esperaba lo peor...
-Aaaaah... Bueno, si habéis ayudado a mis colegas, no tengo problema en que os quedéis aquí cuanto queráis... Joder, ya me había empezado a preocupar... Y, oye, ¿cómo te llamas tú, tío?

Barrabás
Responde con simpleza
Nos vamos a aprovecharnos de tu hospitalidad en ese caso y vamos a aguardar hasta que alguien limpie las calles de esa escoria que atacó anoche
No cambia de postura, solo mueve la boca para hablar
Soy el señor de los Desheredados... Tienes el dudoso honor de cobijar al mayor gremio de vagabundos de toda la costa bajo tu techo

-Bueno, en parte estoy acogiendo a un rey, así que el honor no es tan dudoso. Sonrío, ya más relajado. Eso sí, amigo, ése es mi trono... Si quieres podemos fabricarte uno para ti, pero ése es el mío...
Aunque pensándolo bien... Se trata de un mendigo, y por el olor que suelta seguro que como me siente en el trono de nuevo, no me quitaré el pestuz en dos años... Pero, ¿sabes? Quédatelo... Como presente de un rey a otro...

Nos aceptamos de buen grado el presente
Responde con solemnidad
Tus Warriors están bien... aunque nos hemos tenido que enviar a alguno al Hospital... y al depósito. Murieron de forma valiente, debemos reconocerlo... Nuestros muertos ya están enterrados... no tenemos identidad y nos gusta acabar de especímenes de estudio. Nos tenemos cierta dignidad, aun desharrapados tenemos dignidad
Su discurso es regio, duro y su voz cascada y quebradiza te da la sensación de estar hablando con alguien de fantasía sacado de las páginas de un libro viejo

Al escuchar sobre la muerte de alguno de ellos golpéo con fuerza una de las columnas, aún con la densidad alterada aumentando mi fuerza. La columna, por tanto, acaba destrozada, con un buen boquete en la misma. Por suerte no era una de las importantes...
-¡JODER! Contengo las lágrimas, ya tendrán su momento para llegar. En tal caso... cuando todos despierten veré quienes han caído y haremos una fiesta como Dios manda para honrarles... Eran buenos guerreros, y como tales habrán caído, como dices... Iré a por alcohol para todos, estáis invitados en mi casa todo el tiempo que queráis... Me doy la vuelta, apretando los puños, dolido, con los ojos cerrados. ¿Sabes de qué va todo ésto? ¿Sabes quién o quienes les mataron?