Partida Rol por web

El silencio de las primeras horas de la noche, la tranquilidad tras varias horas de zarpar, tras haberse limpiado la harina que cayó en el camarote del Capitán y las risas de los marineros más experimentados, tras un buen ron... Tras todo eso, la quietud es rota por tres golpes en la puerta del camarote de la quien aún no posee posición en la tripulación.

Tras salir cabreada y cubierta de harina de la broma de su capitán Simon. Se marchó toda furiosa y cabreada a su camarote para darse una ligera ducha.

Cuando estaba en la ducha intentando olvidar aquella mala broma, que solía gastar el capitán del barco, me pareció escuchar tres golpes en la puerta de mi camarote.

A lo que me puse la toalla por encima, con el pelo empapado de agua y descalza fui abrir la puerta. Cuando abrí, y vi que era Simon, le miré con mala cara y le dije.

- ¿Tú?, ¿Qué quieres ahora?-.

Chaglag... ¿Me concede passo, bella dama?

Mi acento es suave, aunque la pronunciación de las erres tiene una clara influencia de Mountaigne. Sonrío con amabilidad a la chica que aún se encuentra un tanto mojada. Mejor que mejor.

Sin poder negarse, abrió la puerta del todo y con la mano le invitó a pasar adelante.

- Tú dirás qué quieres hablar, mientras no sean más broma de las que sueles gastar a tus novatos encantada. Pero ten por seguro que me vengaré...siempre lo hago. -

Mientras se cruzaba de brazo enfrente suya.

Paso en su dormitorio y lo observo con una gran sonrisa, una botella en mi mano diestra, que abro con la zurda.

Sólo es una broma, y una advegtencia de lo que puede significag entrag en mi camagote sin permiszo... Y un poco de humog pigata, vamos, no te lo tomes tan a mal... ¿Un poco de ron -curiosamente esta palabra es la única que no pronuncia con acento-? Es de los mejores que hemos conseguido estos messes.

Me siento sobre su cama y le miro con una sonrisa, disfrutando de la silueta de la dama envuelta en una única toalla.

- Vienes a mi camarote a interrumpir mi ducha, para beber un poco de ron, ¿contigo?-. Se pone las mano en la cara, le mira y dice.

- Está bien...dame un trago. Pero aunque sea una broma de piratas y bla...bla... no te saldrás con la tuya-. 

Agarré la botella y le pegué un trago y se la devolví.

Asiento con la cabeza.

Pog lo pronto estamos sólos, compagtiendo ron, en mitad de la noche, sentado en tu cama y tú semidesnuda... Creo que sí me estoy saliendo con la mía.

Sonrío victorioso mientras observo cómo bebe ron, realmente es bueno, no el mejor, pero sí bueno, aún conserva algo de sabor a roble.

Tomé asiento en mi propia cama, al lado del suyo, mientras le escuchaba hablar.

- ¿Y con estar aquí conmigo en toalla y en la noche piensas que lo tienes ya todo ganado?.- Le volví agarrar la botella y pegué otro trago.

- No está tan mal el ron...dentro de lo cabe por gustos sobre el ron...por lo que estoy probando -.

¿Acasso insinuáis que debegía de ganag más teggeno?

Pregunto echando unos centímetros mi torso hacia el suyo con una sonrisa suficiente y confiada. No obstante no bajo la guardia y no dejo de mirar sus ojos.

Probagéis más cossas que os gustagán, segugo. ¿Qué sabéis haceg? Además de manejag la... lengua.

- Claro que debes de ganar más de lo que te piensas que tienes. No soy como las putas a la que puedes frecuentar -. Una carcajada salió de su boca, mientras miraba como se acercaba hacia mi. Sin alejarme pero si manteniendo las distancia de mi cara con la suya seguía mirándole y escuchándole.

- ¿lengua?, jajaja. Sé muchas más cosas de lo que lo puedes imaginar. Aparte de usar muy bien una espada, poseo una bellaza que te podría ser peligrosa...no te fíes mucho de mi -. Dijo con una dulce sonrisa.

Me fijo en sus labios, en su sonrisa.

No sois la única cuya belleza es un agma, aunque sin duda prefiego la vuestra a la mía...

Una sonrisa cándida.

Y no frecuento a damas de baja cuna... es un malgasto de dinego. Prefiego frecuentag a quien lo megece. ¿Qué puesto desseáis entonces, entre la tripulación? Éste es vuestro premio pog... vuestra ayuda.

Con valor mis dedos acarician su muñeca y sus dedos... para volver a tomar mi botella y beber.

Me fijo como rozaba sus dedos con mi mano, tan cálidos para agarrar la botella. A lo que se la devuelvo en gesto.

- Me sorprende que un capitán como vos, no frecuente a ciertas damas...no creo que aquí en su barco hayan pasado demasiadas...jajaja -.

Me quedé fijamente mirándole y parada cuando me dijo el puesto que quería.

Una sonrisa pícara salió de mi rostro, - pues la verdad...que...oficial de intendencia o maestra de armero .- se acercó un poco con picardía a sus labios y añadió.

- Por no pedir ser primera oficial. - y se retiró quitándole la botella mientras pega un trago y se la devolvía en sus manos nuevamente.

Es más divegtido adentragte en los apossentos de alguna noble.

Al acercar sus labios a los míos pero luego arrebatarme la botella mi mano sostiene su muñeca con premura y mi cuerpo se semicoloca sobre el suyo, aún distanciados por la ropa, una sonrisa lupina.

Cuidad vuestros gestos, podríais despegtar algo en mí, ¿supegvisoga?. Debegéis de demostrar mucho antes de llegag a seg primega oficial... ¿O acasso pretendéis demostrag algo ahoga?

- Debes de andar más rápido con la botella y con gestos, pero claro no te va salir tan fácil y rápido.. Puedo demostrar siempre aquí ahora todo. Pero si no quiere, elija uno de los otros dos puestos que le he dicho -.

Me quedé mirando para ver el paso que daba, mientras me llevé el pelo a un lado del cuello.

Mis dedos acarician su cuello, casi ignorando sus palabras, salvo una única pregunta.

Decidme... ¿Sois doncella? Y no me mintáis.

La voz suena inquisitiva mientras mis ojos miran en los suyos y la yema de mis dedos acaricia su cuello.

Empieza a ponerse un poco firme cuando le acaricia con sus dedos el cuello, se podía notar lo tensa que estaba. Pero sin moverse aparta un poco el cuello para atrás ligeramente.

- Mi madre era una sirvienta de una noble y mi padre un caballero, por lo que soy hija de una humilde sirvienta -.

Agarré la botella y le pegué un trago a la botella.

Al notar su tensión rápidamente me tiendo hacia atrás en la cama y extiendo mi mano haciendo un gesto para que me pase el ron.

Hablo de vuestra pugeza, no de vuestros ogígenes, aunque apostagía medio gremial a que lo sois.

Digo con naturalidad aguardando la botella.

- ¿Vos creéis que sabéis lo que soy?, acepto el medio gremial a que no lo sabéis.- Con una sonrisa pícara en su rostro.

No necessitáis demostrag nada. No lo sé, pero apostagía a que no lo sois. ¿Aceptáis la apuesta? Tomagé vuestra palabra por ciegta.

Sonrío desafiante.

Y assí espego que sea.

- Ya que tú has aceptado como yo, bueno decirme vos que soy.- Mientras le robaba la botella con una ligera acaricia de sus dedos con los míos.