Partida Rol por web

Esta partida está en revisión. Si el director no da señales de vida o es aprobada por un cuervo será borrada esta noche

Vientos de Theus

Escena Suelta: La Hechicera

Cargando editor
10/02/2013, 01:47

- Villa... - medita un momento - No gecuegdo habeg conocido a ningún Villa, pego no quegía incomodagos, haciendoos recogdag un pasado desagradable. 

Aunque algún día... me gustagá escuchag esa histogia. - Se aleja un paso de él. Tras los primeros momentos de mareo y rubor, el alcohol estaba logrando que la alcanzara el cansancio. - ¿En qué más puedo segviros, pues?

Cargando editor
10/02/2013, 01:56
Capitán Simon

Cassi nadie ha escuchado de los Villa.

Respondo neutral, realmente no siento dolor alguno al recordar mi pasado. Incluso alzo mis ojos hacia la nada, hacia la ventana de su camarote.

No os preocupéis, dije que no habría secretos entre nossotros, y no los habrá.

Cargando editor
10/02/2013, 02:10

- Está bien - sonrío - En tal caso, acomodagos. Ha conseguido captar usted toda mi atención, capitán.

Cargando editor
10/02/2013, 02:13
Capitán Simon

Me siento nuevamente. Saco una jarra de vete tú a saber donde y le meto un trago, un ademán con la mano para que comience.

Cuidad vuestra atención, podríais enamogagos...

Bromeo.

Cargando editor
10/02/2013, 02:20

- ¿Enamogagme? - aquello parece hacerle gracia, aunque tras ella se percibe un fondo de tristeza - No es algo que yo pueda pegmitigme, capitán - Se acomoda entonces, procurando no detenerse en ese pensamiento. Desde que el capitán le dijese que no estaba interesado en ella como mujer, se siente más cómoda ¿o sería el alcohol? extraña sensación aquella. 

- Contagme entonces vuestra historia de noble linaje. ¿cómo un descendiente de una noble familia se convierte en pirata?

Cargando editor
10/02/2013, 02:26
Capitán Simon

Bueno bueno bueno..

Me levanto como un resorte, como si algo de lo que ella ha dicho no tuviese cabida en mí o en mis pensamientos. La tomo de la mano y me dirijo hacia fuera, aún estando ella en una sencilla túnica... ¡Y a del marinero que ose siquiera mirarla! ¡Dormirá en la bodega de carga por al menos una semana! Sin que nadie nos moleste me dirijo hacia mi propio camarote y con soltura lo abro, avanzo hacia un pequeño balcón que dá a la parte trasera del barco, desde allí puede verse el mar, escuchar la serenidad, todo es relajante, la luna se refleja, parece algo... mágico, incluso, de algún modo, huele a hierba fresca, como si se encontrase entre árboles en mitad del mar.

¡Una doncella como vos DEBE pegmitigse l'amoug! ¡Bella dama, no aceptagé una negativa ante ello! ¡Si es necesagio luchagé contra una legión que se os oponga, pego nadie prohibigá sabogeag las mieles de l'amoug a un tripulante mío! ¡Y menos aún a una doncella mía!

Las palabras suenan egoístas, como considerando que ella es parte mía, pero no me importa, en realidad soy así, soy un pirata, pero soy sincero, siempre lo he dicho.

Cargando editor
10/02/2013, 02:36

Eliz se ve arrastrada cual hora por un vendaval. Y era cierto que olía un poco al frescor de los árboles... a la hierva cortada, a vida. 

Como si ese simple detalle fuese lo más hermoso que había sentido en años, respira profundo y despacio, pero cuando el capitán habla, parte de esa magia se desvanece. Alza las manos, pidiéndole con un gesto que retenga sus palabras.

- Pog favog, capitán. No hable así, o logragá que añore algo que no puedo tener. Entendedme. Yo estaba... prometida. Mi propósito es el de gecuperar el estatus y con ello... - Pero no termina la frase. Las palabras van muriendo lentamente, y sólo escucha el mar. Aquel olor... ¿y ahora porqué le dolía la garganta? Nostalgia. No sabía exactamente qué era lo que añoraba, pero era nostalgia por algo. El mar inspira nostalgia.

- Me gusta... este sitio. - Responde al final son los ojos húmeros - Gracias por mostrármelo, pego es tagde. 

Cargando editor
10/02/2013, 02:59
Capitán Simon

Marcháos y huid, si lo desseáis, pego os gecuegdo que ahoga sos pigata, como pigata somos mi tripulación y yo. Un pigata es libre, y consigue lo que dessea. No hagáis que me aggepienta, Du Plûme, no hagáis que me aggepienta...

Un ligero matiz entre protector y de peligro en mi voz. Me aparto para que se marche.

Pego aún no habéis visto lo mejog...

Cargando editor
10/02/2013, 03:07

Ella se cruza de brazos, y hasta se diría que alza un poco la barbilla con orgullo. Algo en las palabras del contrato había conseguido pincharle el orgullo.

- No huiré, Villa. Decidme qué es lo que queríais enseñarme.

Cargando editor
10/02/2013, 03:13
Capitán Simon

El amaneceg... Es hegmosso visto desde aquí, y con éste gumbo... Lo vegemos pegfectamente. Pego sólo mis oficiales de confianza pueden veglo... Y sólo aquellos que son vegdadegos pigatas libres son oficales...

Comento, a modo pensativo en voz alta, para luego mirarle.

Y es Capitán Simon. Villa está muegto.

Cargando editor
10/02/2013, 03:21

Lo observa por un instante con algo de desconcierto. Tras un breve repaso de las últimas acciones y preguntándose cómo demonios había llegado a semejante situación, Eliz interpone una vez más una mano frente al contrario, pidiendo una pausa con el gesto. 

-Estoy segura de que segá un amaneceg magavilloso que vegé desde mi cómodo camarote, capitán. Alguna noche en la que sea necesagio trabajar con los mapas quizás llegue a verlo... pero mi libertad de pirata decide que no segá esta noche, y desde luego, no segá con ESTE aspecto. - Sonríe pícara, quizás imitando el gesto de él - No me gustagía que se menoscabaga mi autoridad ante sus hombres por vegme salir a ciegtas horas y de esta guisa de su camagote. 

Gecuegde que esas fuegon sus palabras... Capitán Simon - Y sin más, se gira hacia la puerta - Pego gracias por la ofegta. Si no me necesita para nada más...

Cargando editor
10/02/2013, 03:32
Capitán Simon

Los hombres despiegtan antes del amaneceg. Y no os convidé a quedagos, sólo a veglo. Al amaneceg. Vuestro aspecto me trae sin cuidado, peoges calañas he visto sobre estos tablones.

Me inclino cortés y dejo una botella de ron rodando hasta llegar a sus pies, aunque originalmente iba a lanzársela, con su maña era posible que mi camarote oliese a ron por días.

Tomad, bebed... Es un gegalo, Navegante.

Cargando editor
10/02/2013, 03:38

El desconcierto inicial se convierte en un hondo suspiro al entender el engaño recubierto en las palabras del Vodaccio. La corte de Mountaigne no estaba exenta de dichas galas, pero por un momento se olvidaba de que en realidad aquel hombre provenía también de una cuna acomodada.

Se inclina para recoger el ron, aceptando aquella extraña ofrenda de paz y aceptación.

- En tal caso... estagé dispuesta a comenzag con el trabajo con el amaneceg, Capitán - sonríe, más segura de sí misma por momentos. 

Gecupegagemos el Bosque del Mag.

Cargando editor
10/02/2013, 03:46
Capitán Simon

Descansad, mañana aguagda un día dugo.

Dicho lo cual, espero a que cierre la puerta y entonces me tumbo sobre la cama, con media sonrisa irónica, mirando mi colgante.

¿Será el destino? ¿Una maga de Mountaigne, doncella, de familia venida a menos? No, no puede serlo... Pero estoy seguro de que grandes aventuras nos aguardan... y mayores peligros aún. Será interesante, como aprenda a ser una buena pirata... No permitiré, no...

Con media sonrisa termino por dormir, aguardando hasta algo antes del amanecer que el resto de la tripulación comience con sus órdenes y me despierte, para aguardarla a ella.

Cargando editor
10/02/2013, 11:28

No fue hasta que estuvo a salvo en su camarote, refugiada de las miradas indiscretas de marineros y piratas, que no cayó en la cuenta de lo muy ágil que había estado el capitán para evadir sus preguntas. 

El mareo de aquel ron empezaba a remitir. ¿y aquella nueva botella? 

Le iba a costar adaptarse a aquel entorno. 

Se tumba, dejándola a un lado con la satisfacción de saber que, aún de un modo que no se hubiese esperado, su objetivo estaba cada vez más al alcance de su mano. Deja la botella a un lado. - Qué tipo más extravagante... - y duerme. 

 

Los sonidos de la tripulación despertándose la trajeron de regreso. Aún hay oscuridad en el exterior, pero pronto eso cambiará. 

Se apresura entonces a vestirse de forma apresurada, ignorando los martillazos de protesta en la sien. No quería faltar a su palabra. Pantalones, botas... daga para los imprevistos y pistola en el cinto. No había tiempo para mucho más.

De esa guisa salió hasta el camarote del capitán y toca antes de entrar.

Cargando editor
10/02/2013, 12:44
Capitán Simon

Sendos ronquidos son interrumpidos por el tocar de la puerta. Rápido como una gacela salto desde la cama y quito la cuerda que enlaza el cañón de mi puerta, apenas con unos pantalones y una camisa abierta.

Adelante.

Digo sin saber siquiera quién puede ser.

Cargando editor
10/02/2013, 12:46

- Buenos días - saluda la nueva oficial, transformada en algo que casi podría llamarse Aspecto de Pirata. Sigue habiendo algo rígido en su forma de andar, y demasiada educación en su tono, pero el esfuerzo era evidente. Podría pasar por una marinera instruida. 

- Espego no habegle despegtado, Capitán - sonríe de una forma casi burlona.

Cargando editor
10/02/2013, 13:16
Capitán Simon

No, no estaba dugmiendo... Sólo descansaba la vista.

Bromeo. Le hago un ademán para que pase.

Debegíais gelajagos más... Vuestra tensión no es buena y alegtagá a algunos maginegos un tanto escépticos. ¿Tomáis?

De buena mañana, una botella recién abierta de ron.

Cargando editor
10/02/2013, 13:33

¿A estas horas? qué remedio... - intentando ocultar su duda, toma la botella que le tienden y da un corto trago, torciendo un poco el gesto - Usted si sabe cómo empezag el día... - trata de bromear. La tiende de regreso y comienza a caminar hacia el balcón.

- Ayeg le prometí algo, Capitán, y no soy mujeg que guste de faltag a su palabra.

Cargando editor
10/02/2013, 23:23
Capitán Simon

Tras que pases, te llevo al balcón de la otra vez, donde se puede ver el mar, el olor a rocío... el sonido del arrullo de las olas. Los primeros rayos de sol despuntan, dando una imagen de magnificencia sobre el cielo y sobre el mar, y la impresión de ser algo muy pequeño a los dos que la observamos tranquilamente. El perezoso sol se alza en casi un cuarto de hora en los cuales el capitán no se mueve y símplemente deja que el viento meza sus cabellos y cierra los ojos, disfrutando del momento y completamente relajado. Dá la impresión de estar en la entrada de un bosque, frente a un océano sin fin.

Y en ese instante, una voz grita algo en vodaccio, uno de los marineros. Una sonrisa irónica.

Toca trabajag...

Y así llega a su fin el día de presentación... Quizá más adelante podrían hablar de más cosas, pero no sería ahora.