Partida Rol por web

Mistico encaja perfectamente en la descripcion de un stripclub...Las luces rojas, la musica ambiental de momento suave, el escenario con barras para las chicas... No obstante, recien abre, por lo que la concurrencia es minima. Hay apenas dos hombres en un costado, tomando cerveza. Un par de barwomans conversan tras la barra, y nadie mas, aunque tampoco ves a la chica que entro recien. Hay dos puertas atras, marcadas como baños, y una tercera tras el escenario. Tambien hay una escalerita al fondo, que lleva a una oficina dominante. La misma esta vedada con un cordon de terciopelo. 

Me acerco a las barwomans, esperando que sean las mismas que atendieron al tipo del accidente. O tal vez había sido una de las que hacía otro tipo de trabajos. Probablemente lo segundo, pero quería evitarlas si podía. No quería distraerme mucho.

-Hola.- Saludé casual a la mina. -¿Me darías una cerveza?- Le pregunté luego. Lo mejor sería empezar con un acercamiento discreto.

Deja de charlar con su compañera, y tras un breve vistazo sonrie. Es una rubia de peluqueria, voluptuosa y bastante joven. 

-Claro, Santa Fe, Budweiser o Quilmes? Tenemos pinina o porron, como prefieras.

-Santa Fe en pinina.- Le contesté. No quería tomar mucho, y por ende tampoco quería pagar. -No viene mucha gente aca, ¿no? ¿O es por la hora?- Le pregunté mientras servía, como si quisiera entablar conversación con ella.

Se da la vuelta (la cola es acorde a esas tetas) y saca una pinina de la heladera. Te contesta mientras destapa y la pone frente a vos con un vaso.

-Nah, es la hora. Hasta la 1 no empieza la noche realmente y los shows.

No parece demasiado interesada en alargar la charla, hablando en tono amable pero neutral.

-Que lástima.- Le sigo la conversación a la mina. -Esperaba poder encontrar rápido a un amigo mio, pero por ahí viene más tarde.- Comenté. Supe que tendría que decir más que eso para que me hablase sobre lo que quería, pues se notaba que no tenía ganas de hablar. -Tal vez vos lo conoscas. ¿Te suena el nombre Hernan?

Hace una mueca que esfuerza su cachetito, ampliando la sonrisa.

-Conozco varios Hernan... ni idea a cual te podes referir. ¿Es la primer vez acá, no? Tu cara no me suena... Mira, esto se llena de tipos más tarde, con los shows y cuando sale el plantel. A lo mejor ahi lo encontras.

-Bueno. De todas formas gracias.- Le dije a la mina esbozando una sonrisa. -¿Cuánto es por la cerveza?- Le pregunto luego.

-Quince.+responde presta.

-Bueno.- Le dije a la chica. Saqué un fajo de billetes de mi billetera. En total $65. -Escuchá, mi amigo se apellida Robledo. No me gustaría tener que ir por ahí preguntando a todas las chicas si lo vieron, así que me gustaría saber si hay posibilidad de que lo encuentres por mi.- Le dije mientras ponía la plata sobre la barra. -Si encontrás algo, voy a estar en una de las mesas. Haceme una seña.- Agregé después, señalando una parte alejada del escenario principal.

Agarra la plata y se la guarda en el escote.

-Mm... esta bien. Pregunto.

Seguidamente le dice algo a su amiga y se va hacia la parte posterior del local, mientras la otra queda a cargo de la barra. En el ratito que paso no entro nadie mas que otro par de tipos y una pareja, que se han acobachado rapidamente, por lo que hay todavia muchos cubiculos y sillones vacios. 

Al ver que la mina de la barra se iba para la parte de atrás, yo me senté en una de las mesas del sector que había señalado a la chica y me puse a esperar, mientras pensaba en el camión robado y miraba a las chicas que pasaban por ahí. Entre otras cosas, descubrí que un puticlub no era muy buen lugar para reflexionar.

Al retirarte, notas que la "pared" de la oficina sobre la escalera se aclara un poco, como si prendieran una luz fuerte desde el otro lado. Es solo un momento, antes de que parezca siempre igual, pero lo notaste claramente.. Es posible que sea toda de un gran cristal espejado que simule pared y oficina? Eso es caro. 

El plantel es... copado, por decirlo asi. Cositas de 20-25 años como mucho, grandes tetas, cinturas finas y muslos generosos. Rubias, morenas, pelirrojas. Casi todos los gustos tienen algo donde refugiar sus deseos. De momento, no parecen atender las mesas, pero un par de clientes saludan a las chicas y estas les hacen seña de que esperen brevemente, que pronto empezaran... Pasa unos 20 minutos, que engordas la vista, durante el cual no llegan mas de dos docenas de personas, hasta que la ves de nuevo a la barwoman. Te hace seña que vayas a la barra luego de mirar un momento para ubicarte. 

Al captar la seña de la barwoman me paré y caminé rápida, pero discretamente, hacia la barra. Una vez ahí, me senté en uno de los asientos como si fuese a pedir algo, esperando que la mina se acerque a mi.

-Hay una de las chicas que conoce a tu Hernan Robledo +dice en voz baja y tono sugerente, cuando se aproxima finalmente+ pero... Sarmiento es poco para acordarme de cual. 

-Mirá, ¿por qué no dejás que hable con ella?- Le propuse. -Si me dice las cosas que quiero oir, voy a ver si Sarmiento gana companía. Además, la próxima vez que necesite que alguien me busque a alguna persona por este lugar, voy a ver si estás vos primero. ¿Te parece?

-Nah, eso deja mucho a ella y nada me garantiza lo que pase entre ustedes. Despues la que tiene que cruzarla aca a diario soy yo... No, lola, no me sirve. +responde, cruzandose de brazos.

-Sos guacha, eh.- Le digo, derrotado, mientras saco de mi billetera otros $30. -Tomá. Ojalá que los valgan.- Le entregué la plata y esperé respuesta.

Agarra los billetes, con un gestito fruncido.

-No va a venir asi porque si. Sentate donde quieras y pedi por Valeria cuando salgan las chicas a atender, ahora a las 11.+te contesta sobriamente. 

Me fui a sentar a la mesa a de la que vine, esperando por que salgan las chicas.