Partida Rol por web

Volvía a asistir a aquella reunión equipado con la servoarmadura, aunque en esta ocasión había dejado el regalo de Hantei en favor del hacha de energía que siempre había empuñado, pero salvo por esos pequeños detalles, no se apreciaban más cambios, ni siquiera por mis reacciones a la última discusión que se había generado.

- Si podemos seguir... el único planeta que podría ser similar a Catachan es Chrysis, pero es un hecho que mis astartes son más poderoso que los de Eon.

Declaro con total tranquilidad, consciente de que aquella declaración podría hacer que se lo tomara a mal, pero la verdad era esa, ningún Corsario lo tendría fácil de enfrentarse a un Roble.

- Aunque los cambiemos, deberías continuar mandándome reclutas de Chyrsis para el beneficio global.

Añado sin ninguna acritud, por si eso le hacía entrar en razón.

Ark'sul se apareció como un holograma en la sala, pero este era mucho más real, casi como si estuviera allí en realidad, pero la ligera desincronización entre el sonido de sus palabras y el movimiento de su boca, unos milisegundos pero suficiente como para que los primarcas lo notaran, era lo que les hacía recordar que no estaba presente.

-Si queréis discutir hacedlo por privado o cuando todo haya acabado. Estoy cansado de todas esas estupideces cuando tenemos cosas mucho más importantes que hacer.

Escuchó las posibilidades y los planes que tenían ahora en la mesa y sonrió de forma amplia y maliciosa. Iba a ir a por Leucas y le iba a hacer pagar el intentar acabar con él. Le enseñaría que le hubiera ido mejor siendo un tiburón que un perro del Señor de la Guerra. Sí, se las pagaría con todo.

-Cuenta con mi apoyo para acabar con ese traidor de Leucas, pero solo pido una cosa. Si está en un campo de batalla déjamelo a mí, tengo asuntos pendientes con él, con Uliq y con Duncan, Radius me da absolutamente igual; pero quiero cruzar unas palabras con esos tres hermanos.

Con un gesto mandó coordenadas, tiempos de tránsito y tropas a Nicola para que éste supiera cuando podrían estar las legiones de la Araña en su objetivo.

Todos recibís una transmision en vuestros comunicadores. En un principio no veis mas que una pantalla oscura solo un foco enfocando el suelo vacio. De entre las sombras aparece Nephleim y os hace una reverencia. Solo se le ve a el, va como es habitual con su atuendo oscuro y la mascara recubriendole la cara, de debajo de su capa saca un palo corto, los pocos que conoceis lo que es la musica pre-emperador lo reconoceis como una batuta de director de orquesta.

- ¡Os agradezco hermanos mios que asistais a este concierto que HOY vamos a ofrecer mis queridos niños y yo, en honor a nuestro Padre! Espero, que seais tan felices disfrutando de la musica como lo voy a ser yo interpretandola!

Da un par de golpecitos al panel de control que tenia frente a el y se pone en posicion.

- Al acabar la representación recibireis unos planos que encontramos en el asalto a V'Run y vuestros Apothecarius seguramente encuentren muy interesante...

Se gira  mirando hacia alguien fuera de camara y le hace un gesto, en ese momento vuestras pantallas cambian y veis un planeta.... es Subuel. Acto seguido comienza a sonar una cancion* y Nephleimi empieza a manejar la batuta como si dirigiera una orquesta.

- Torpedos...

Dice con una voz casi sensual, podeis ver que una salva de misiles aparecen por la parte baja de la pantalla y comienzan su avance hacia el planeta.

- Si... si... ahora los laseres...

Una treintena de rayos comienzan a aparecer enfocando hacia el planeta, alla donde uno de los rayos apuntaba una pequeña bola de fuego aparecia y comenzaba a refulgir hasta que segundos despues se apagaba dejando un visible cirulo negro sobre el inmaculado planeta.

- Si...SI... ¡AHORA LOS TAMBORES!

Justo en ese momento una cortina de obuses siguen a los primeros misiles los cuales ya han comenzado a hacer estragos en el planeta.

- ¡SI! ¡ES TAN HERMOSO! ¡HAHAHAHA!

La transmision dura unos minutos mas y la desquiciante cancion va cogiendo fuerza al tiempo que los bombardeos se intesifican dejando clara que la intencion de Nephleim es que no quede nadie con vida en ese planeta. Una vez acaba veis que Nephleim esta aplaudiendo.

- Gracias... gracias hermanos... por vuestra atencion.

Hace otra reverencia y la transmision se corta.

Vulkor no acudía a aquella reunión en persona, sino que proyectaba su imagen desde un holograma a borde del Féretro.-Hermanos, hoy más que nunca Duncan ha demostrado que no es más que un borracho incompetente, el cual no está capacitado para ostentar el título de Señor de la Guerra; ni siquiera un marine táctico hubiera caído en un ardid tan simple.

Ark´sul demostró ser un ejemplo a seguir, incluso en su derrota se llevó a su enemigo consigo¡Eso si es una prueba de valor! Clamaré venganza por su muerte, la cual no quedará impune; nuestros rivales caen como moscas pero no es momento de confiarnos sino de redoblar esfuerzos por acabar con toda la locura de padre cuanto antes. Me parece precipitado lo que propone Nicola, marchar sobre Terra no será fácil y menos luego mantenerla además deberías descansar hermano en esta campaña has sufrido una gran ofensiva, dejándote muy pocos mundos bajo tú protección.

Debemos pensar bien nuestros siguientes pasos, nuestros objetivos primarios ya han sido tomados o destruidos, ahora debemos consolidar terreno y avanzar hasta que los arrinconemos. Nephleim, Eon y yo soportaremos el peso de la campaña durante los siguientes embistes, no pude reforzar a los Caballeros pues los planetas que le entregué se han perdido pero los retomaremos sin esfuerzo y entregaré Saevitia a Eon tal y como prometí. En cuanto analice todos los datos de la campaña volveremos a reunirnos para asignar objetivos y coordinar ordenes, la muerte de la Araña de Marte les saldrá muy cara.-se podía notar como el primarca vibraba por el odio sin fin que le invadía, le estaban obligando ha hacer verdaderas monstruosidades en nombre de la humanidad y algunos ya no podrían asegurar si para Vulkor habría una vuelta atrás.

Las declaraciones de Vulkor lograron algo que jamás nadie había conseguido, algo tan difícil y complicado como era hacerme reír, pero no una sonrisilla apenas robada por un chiste ingenioso, sino una auténtica carcajada.

- ¡JAJAJAJAJA! ¡Es precisamente el mejor momento para que vaya a por Terra! ¡JAJAJAJAJAJA! - aseguré volviendo a estallar en otra carcajada - ¡Pretenden dejarme sin planetas que gobernar y perseguirme como a un perro! ¡JAJAJA!

Seguí riendo un poco más hasta que de improviso corté de lleno y mis ojos revelaron una llama peligrosa, o más bien otra cosa, más similar a la locura.

- Dejad que lo intenten.

Por mi voz estaba claro que iba a senbrar tal destrucción que lamentarían el perseguirme, aunque lo que todos pudieron apreciar por un instante en sus cabezas, es que ya no era el mismo.

Sentado en la nave de Hantei, la imagen que podían ver de mi persona envuelta en la servoarmadura amarilla y verde, "típica" de los astartes de su legión, se tornó en algo extraño, una especie de esquelo formado por rocas y fuego, un ser que sembraría destrucción allá donde pasara y que había decidido posar sus pies en la, otrora, sagrada Terra.