Partida Rol por web

Capítulo 2

¡Lo de ayer fue una locura!

Os habían dicho que Babyls era una escuela estupenda y que sería muy emocionante para vosotros asistir, pero probablemente nunca esperasteis que vuestro primer día de clase se convirtiera en una batalla - o más bien un ejercicio de supervivencia - contra un enorme dragón invocado. Por suerte, el director de la escuela os salvó y habéis llegado con vida a vuestro segundo día de escuela. Todo un logro, la verdad. ¿Será hoy tan emocionante como ayer?

Para saberlo, primero debéis llegar a la escuela. Igual que sucedió durante la mañana anterior, algunos alumnos sobrevuelan el Valle de la Muerte usando sus alas mientras que otros van caminando por el sendero de tierra flotante que llega hasta Babyls, la elección es totalmente vuestra. Algunos alumnos van cantando el himno de la escuela que ya aprendisteis ayer mientras vuelan, son todo unos demonios orgullosos de la institución a la que pertenecen, eso sin duda.

Hoy hay menos acumulación de alumnos que ayer, y es que hoy no tendréis ninguna ceremonia antes de las clases. En su lugar, al llegar a la puerta principal de Babyls os encontráis con los mismos alumnos del Consejo Estudiantil que os indicaron dónde se encontraba el salón de actos, solo que ahora os preguntan vuestro nombre completo.

- Ah, aquí estás. - os dicen tras comprobar vuestro nombre en una lista. - Clase S.

Así es: aunque ayer estuvisteis todos los alumnos de primer año juntos, ya os han dividido en clases. La vuestra es la Clase S, y cuando le preguntáis a los miembros del Consejo dónde se encuentra el aula a la que debéis ir... os hacen bajar por un sendero en un lateral de Babyls hasta encontrar una especie de edificio que a simple vista puede parecer un simple almacén, pero un cartel bastante destartalado y a punto de caerse indica que es la "CLASE S".

De momento parece que la clase está cerrada con llave y la puerta no se abre, pero vosotros vais llegando...

La mañana siguiente no fue muy diferente a la anterior, más que por un ligero detalle... Ahora tenía a un enorme lobo de las sombras como compañero, Fenrir. Había dedicado el resto del día anterior a investigar todo lo que pudiera sobre aquella criatura que ahora sería su compañero, ¿Qué capacidades tenía? ¿Como debía alimentarla, si es que se alimentaba de algo? No perdió el tiempo en otra cosa que no fuera eso pues aquel ser, era el que le ayudaría en su camino a cumplir las metas. Si hacía falta, acudiría a la biblioteca del pueblo a buscar información para ello. Estaba desayunando, pensando en todo lo que aprendió el día anterior o lo que pudo haber aprendido... antes de que la criada le dijera que le quedaban solo 20 minutos para llegar a tiempo a clase. Apuró su desayuno y se arregló rápido todo lo que pudo, yendo por fin a la academia tomando la forma de lobo de nuevo para ser más rápido y llegar también con la excusa de no tener que hablar con nadie por el camino. A la puerta se destransformó y pasó por el "aro" de los alumnos del consejo. - Loki R'lyeh... Dijo colocándose la corbata con algo de molestia, no parecía gustarle mentar su apellido. 

Acabó llegando a la clase, aunque esta se encontraba cerrada aún. Había llegado demasiado temprano. - Tsk... Por aburrimiento creó la ilusión de la puerta abierta y se inventó el interior, basándose un poco en las vistas de las aulas vacías que el había conocido y el simplemente se apartó a algún lugar no muy alejado, que le permitiera disfrutar del espectáculo por unos instantes. 

         Para el día siguiente ya me encontraba algo mas lucida, seguía teniendo cierta molestia contra el señor aletargado y con la chica apática, pero en mi cabeza siempre estaba aquel punto que ayudaba a suavizar aquel evento ... al señor ese solo lo tendría que ver en ocasiones muy... pero muy especiales y con la otra tipa había una gran probabilidad que ni por asomo nos topáramos dado la cantidad de clases y sus clasificaciones.... 

       Hmmmmmm.... - girando mi cabeza mientras pasaba por el umbral, los chicos de traje variado parecían querer mi atención y como no podía negarme a mi publico simplemente cambien de dirección para saber de que se trataba - ¿ clase S ?, hmmmm... esplendido - de manera formal les respondía para elevar mi indice y comenzar a dibujar en el aire una brújula - ¿ y como es que se llega ?, a la tal clase... S... - la cual, una vez me daban aquella respuesta que estaba solicitando comenzó a desvanecer tal como había sido dibujada.

          ... ehhhhhh ...

.....Ehhhhhh.....

.... Hmmmmmmmmmm ...      

 ... n..no habré... dado vuelta en...

         El..el lugar era...

        Q..que zahúrda... - mirando de arriba a bajo el umbral abierto y la muralla que se unía a la misma, las cual desde afuera daba mas la pinta de ser el hogar de las monturas para el colegio mas que sitio en donde aprender y estudiar ... o sera este el nivel de Babyls ..

     Haffff..... buen-

*Bonk*

   ¿ Q..qu....- mientras sentía la frente adolorida por un choque venido de la nada y lo que parecía la puerta abierta comenzaba a tomar color hasta volver a formar la puerta que debería estar allí

¡¿ Quien hizo ésto ?!

Mirando hacia todos lados enojada, buscando si podía descubrir cual era el origen de tal bochorno...

El día anterior lo había pasado genial, es que con Adriel estuvimos compartiendo momentos. Es algo inquieto y le encanta esto de ir de aquí para allá de una manera un tanto agotadora, pero es un amor. Así que luego de recorrer un poco el instituto, conocer un poquito más a nuestros familiares y ver que ellos nos tendrán una paciencia que envidiar, nos toca el terminar este día. 

«Yo más enamorada que ayer...»

Y así es como termino en mi cama, abrazada a la almohada pensando en la hermosa cara de aquel demonio. Un montón de corazones surgen a mi alrededor que parecen pompas de jabón, a veces explotan haciendo un ruido muy especial. Es el efecto del amor, estoy segura de que es así. Pero como todo es hora de comenzar un nuevo día en el Instituto, el hecho de convertirme en un demonio super poderoso me hace mucha ilusión. Así que me levanto en un plis plas con la intención de ir a buscar a mi nuevo amigo/futuro novio así marchamos juntos.

Una vez lo encuentro, así sea que deba hacer un pozo para hallarlo, nos disponemos a ir hacia el lugar en cuestión. Yo tengo unas alitas muy muy bonitas, pero no sé si él puede volar. Así que lo dejo que decida cómo hacer el viaje mientras yo intento contener esos corazones que surgen en cantidades significativas. No quiero que se entere cuánto me gusta, eso sería vergonzoso. 

—Buuu Adriel, ya estamos aquí. ¡Nos espera una clase super genial! ¿Emocionado?—digo dando saltitos y veo a mis compañeros que están allí—. ¡Hola! ¡Hermoso día! 

Y al notar que la pequeña está enojada, la miro con una sonrisa.

—¡No te enojes! ¡Te saldrán arrugas feas!

Lo de ayer fue bastante curioso... mis padres se alegraron demasiado en exceso que volviera a casa. Estaban en plan "menos mal que estas viva", "que alegría que no pasara nada"... bla, bla, bla... Solo estuve a punto de ser comida por un dragón gigante, no entendía porque tanta preocupación por mi... aunque en verdad tampoco es que entendiera el concepto de preocupación.

En fin, tocaba volver el día siguiente... a ver si habían despedido al profesor que nos había puesto en peligro. De nuevo, utilicé el tejado de la misma carreta que la última vez, creo que la de la chica calamar esa tan gritona... Y con calma me bajé al llegar de ella, mientras escuchaba como algún que otro alumno se ponía a cantar el himno de la escuela... por algún motivo que desconozco aparte de parecer tontos. Por lo menos esta vez se juntaba menos gente... algo es algo, menos olor acumulado.

Me preguntaron el nombre completo, para que luego de ello me indicasen que mi clase sería la clase S. Ante esa información me encogí de hombros y marché hacia la clase. Cuando llegué no pude evitar ver... pues bueno, como la chica calamar cuyo carro uso para no moverme se daba un golpe contra la puerta... Seguramente por una broma... o porque era lenta.

Aparte de eso... pfff... Pues nada, simplemente ya que parecía que la puerta de ese almacén que supuestamente iba a ser la clase seguía cerrada, simplemente me acerqué a una de las paredes para sentarme en el suelo y apoyarme en ella, mirando como la gente seguía llegando y algunos gritaban... parece que mi clase sería muy bromista, gritona, y de capacidades intelectuales limitadas... que le vamos a hacer.

¡Primer día superado, segundo día, allá voy!

Si Adriel hubiera tenido mejor memoria, encontrar la clase S habría sido pan comido, porque lo más probable era que tanto él como Loirath hubieran pasado por delante mientras correteaban el día anterior. Pero no tenía esa memoria privilegiada, así que le costó un poco encontrar el camino hasta aquel edificio que, al menos por fuera, apenas conseguía ganarse el derecho de ser llamado clase. Clase S... ¡'S' de Super! ¡Seguro que es porque somos los mejores de primer año! ¡Me muero por ver quienes son mis compañeros al final!

No tardó mucho en comprobarlo, porque resultó que Loirath también había terminado en la clase S. La saludó con una sonrisa enorme en la boca y recorrió con ella el resto del camino, a pata, porque es como mejor se ven las cosas.

—¡Mucho! ¡Ayer era el primer día y luchamos con un dragón, imagínate lo que podemos hacer hoy! —exclamó, con miles de ideas cruzando su cabeza—. Ojalá el resto que conocimos también estén en nuestra clase. ¡Eso sí que sería genial!

La suerte decidió sonreir a Adriel ese día, porque llegó justo para ver cómo la pobre Phinx se chocaba contra la ilusión que había sobre la puerta. Se rió un poco, aunque sin malicia, corriéndo un poco más para alcanzarla. ¡Anda, la chica extraña que primero hablaba poco y después hablaba mucho también está aquí!

—¡Tampoco es para tanto, no te pongas así! —comentó cuando se colocó a su lado, levantando las manos como si eso fuera suficiente para calmar su ira—. Fijate, ¡Al final nos ha tocado juntos!

Y señaló a aquel cartel que estaba apunto de caerse, sin perder aquella gran sonrisa. Si pensaba que había algo de malo en el edificio destartalado, desde luego no lo mostraba.

- ... ¿Qué se supone que haces en el suelo? - la autoritaria voz del profesor Moloch Arnon suena hastiada cuando llega y se queda mirando a Phinx, tirada en el suelo y gritando a su alrededor tras caer en la trampa de Loki. El profesor no dice nada, simplemente se queda mirando a la joven demonio-calamar hasta que se pone en pie, y luego mira él mismo a su alrededor. Mientras esto sucedía, otros alumnos han ido llegando a la zona, y Moloch suspira con disgusto sin reprimirse. - Está bien, qué remedio.

Tras murmurar estas palabras, el profesor saca una llave vieja y oxidada del bolsillo de su túnica y abre con ella la puerta de la clase-barracón. O al menos eso es lo que hace al final, porque cuando mete la llave en la cerradura e intenta girarla ésta no se mueve, y le lleva varios intentos (y algunos golpes con mal genio) conseguir que se abra. Al final, el profesor parece bastante molesto.

- ¡Bueno, ya está! - dice mirando a su alrededor. - ¡La clase va a empezar, todos para adentro! ¡Los que estáis escondidos también! - exclama, y da un par de golpes con la mano a la puerta de madera de la clase, para llamar la atención de todo el que estuviera despistado. Al hacerlo, el cartel en el que pone "CLASE S" se cae al suelo y el profesor aprieta sus puños con rabia.

El interior de la clase es más o menos como os imaginabais que debía ser. Acorde a su aspecto exterior, la clase está llena de polvo y algunas telarañas. No tiene ventanas, y aunque los pupitres están ordenados en cuatro hileras de tres asientos cada una, varios son de estilos distintos. Como si en el resto de la escuela los hubieran ido renovando, y los que sobraban los trajeran aquí. La clase carece de ningún otro mueble que no sean los pupitres, las sillas, la mesa del profesor o la pizarra, pero hay algunas cajas y barriles al final de la clase, en una esquina, lo cual indica que en algún momento fue usada como almacén.

- Ni penséis en sentaros donde os venga en gana. - advierte Moloch al entrar en la clase, tras recolocar el cartel que ponía "CLASE S". - Os vais a colocar por orden alfabético. Así que...

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- El primer día y ya nos falta un alumno. Deberían ser trece, pero son solo doce. - murmura el profesor, tachando un nombre de un papel que saca de su bolsillo. Suspira y lo vuelve a guardar, carraspeando mientras. - Mi nombre es Moloch Arnon, como ya deberíais saber. - dice, autoritario. - Habitualmente sirvo como tutor de la Clase A de primer año, pero esta vez se me ha asignado como tutor de la Clase S. - dice estas palabras con los dientes casi apretados, se le ve molesto, pero quiere ser profesional. - Así que vamos a pasar un tiempo juntos, e intentaré convertiros en los mejores demonios que podáis ser. - explica, mirando a toda la clase. - Ahora quiero que vosotros trece... bueno, doce, porque nos ha faltado uno... - veis cómo hace una ligera mueca de enfado. - os presentéis ante el resto de la clase. Decid vuestro nombre, hablad sobre vuestras ambiciones, y también... -el profesor frunce el ceño. - decidme por qué creéis que habéis sido asignados a la Clase S.

Miré llegar al profesor Moloch hasta aquel almacén y barracón que tan hecho polvo parecía, el cual se preguntaba porque la chica calamar estaba en el suelo quejándose. Desde luego, le miraba a ella y miraba al resto de nosotros... y se le notaba la decepción y el disgusto a simple vista en sus ojos y sus gestos -Hola. No le han despedido- dije con apatía mirándole fijamente, supongo que sorprendida de que no le hubieran despedido por el incidente del dragón del que siendo el profesor responsable los alumnos estuvimos en peligro.

La llave que trajo parecía tan oxidada como la cerradura, y el profesor necesitó más de un intento y más de un golpe para abrir la puerta. No parecían ser las instalaciones mejores cuidadas de la escuela... quizás la "S" de nuestra clase era de "Sucio", "Sórdido" o "Sótano".

Simplemente ante el despliegue de mal genio de Moloch, entrando y mirando alrededor... y también como que el cartel de la clase se caía al suelo ponía más furioso al profesor. Y seguramente cuando entre en la clase y vea los barriles, el polvo, las telarañas, los pupitres con estilos diferente, la falta de ventanas y más mobiliario... No había que ser muy inteligente para darse cuenta de lo que pasaba con esta clase, incluso los alumnos más tontos podrían deducir que pasaba... o tal vez los estoy sobrestimando.

No puse ninguna queja a lo de que el profesor me sentara por orden alfabético, al fin y al cabo ninguno de los asientos me apetecía enormemente ocuparlo, así que simplemente me senté donde me dijo y ya. Luego de sentarnos... dijo que debíamos de ser trece, y eramos doce -Nos falta un pupitre- le dije al profesor... Porque si somos trece, solo tenemos doce asientos. Cuando el profesor se presentó... ya entendí bien que pasaba aquí.

Era el profesor, así que aunque no me apeteciera, ya que dijo que nos presentásemos pues lo haría. Me levanté del pupitre para verles a todos -Me llamo Magoa Ridere, de la familia Ridere del consejo. No tengo ambición por nada, ahora solo tengo algo de hambre...- esa fue mi presentación inicial, fría y carente de emoción mientras me rascaba la tripa -Y supongo que estamos en la Clase S porque somos o bien estúpidos, o bien incontrolables, o bien débiles, o bien parias, o bien antisociales, o bien insufribles... o todo junto. Somos el equivalente a una clase de gente "especial"... y a usted en vez de despedirle por el incidente del dragón, lo que han hecho es quitarle la tutoría de la Clase A donde seguramente todos los alumnos sean una élite perfecta de la que sentirse orgulloso y le han degradado tan a lo bestia que ha acabado siendo nuestro tutor- y con eso dicho de forma tan apática, terminé mi presentación.

- ... ¿Qué se supone que haces en el suelo? -

Quejándome... no se nota...

  Le respondía al docente presente ya sin tanta ira explosiva, si no mas bien con un cabreo mas interno del quien sabe que no puede confirmar nada sin tener pruebas o testigos que puedan aportar en mis sospechas ... no desapareció la puerta en si... por lo que la puerta fue oculta... reduce entonces la lista a gente a la cual se le de o le guste el uso de las ilusiones como medio para cumplir sus caprichos... , se que ademas de él otros dos mas llegaron con ciertas palabras sombre mi comportamientos, a los cuales me limite a observar... tachar de la lista e ignorar mientras avanzaba al interior.

  La Zahúrda era igual de humilde tanto fuera como por dentro ... en sus caras los que creen en eso de no juzgar a los libros por sus portadas... y aunque prefería un asiento cercano a la ventana por la cantidad de luz mínima y saludable que se espera en este tipo de espacios educativos... el señor que estaba a nuestro cargo se le ocurría una idea mucho mas.... voy a decir "propia" para no sonar ofensiva...

    - El primer día y ya nos falta un alumno. Deberían ser trece, pero son solo doce

 -Nos falta un pupitre-

    Y a no ser que tengamos a un alumno con complejo de camaleón yo diría que solo somos once en el lugar... - Comentaba a la vez que iba buscando mi nueva ubicación ya seleccionada debido al asunto de mi nombre ... mientras el que este enfrente no sea demasiado alto... creo que no debería haber problemas...

   De la familia Rooting Lacus, los mismos del consejo... - iniciaba mi presentación a la vez que me paraba encima de mi pupitre para poder tener algo de altura - Phinx Elizabeth es con quien tiene el privilegio de compartir ésta... ésta... argfff... siquiera como piensan llamar esto un aula de clases... - mientras apuntaba en todas las direcciones posibles a la vez que pequeñas flechas de tintas se iban quedando apuntando hacia los puntos donde se vieran manchas, telarañas o evidentes capas de polvos...

      Y si quiere mi opinión sobre nuestra situación actual - apuntando tanto a los presentes como al mismo profesor - pienso que debe ser por culpa de un suceso mas bien actual dada su forma de referirse a su querida clase A... y el único sitio en donde se me llegase a ocurrir que puedan estar relacionados estos mismos rostros de novatos, es por el incidente de ayer con el escamoso y gigantesco dragón infernal... ¿ voy bien ? - preguntaba al profesor - y por lo mismo lo han tenido que elegir por ser o bien... el chivo expiatorio entre todos los docentes de Babyls a cual le toca siempre limpiar el estropicio del resto... o por que por sus habilidades es al único que se le podía asignar tal tarea... digo, por su fruncido ceño cualquier rastro del "querer hacerlo por voluntad propia" creo que queda descartado... ¿ verdad ?

—Seguro que sí, Adriel. 

Y esa es la respuesta que puedo dar, es que justo nos llaman para que podamos asistir a la clase y estoy super ansiosa. No sé cómo será la modalidad y mi Institutriz me comentó que puede ser sumamente entretenida tanto como peligrosa. Ayer nos tocó un dragón, hoy tiene que ser mucho mejor. No sé, estoy floreciendo con mis corazones flotando en el aire mientras le cojo la mano a Adriel, así lo tengo cerquita de mi. 

Al ingresar al aula hago lo imposible para contener los saltitos de alegría que surgen, es muy muy bonito esto de tener pupitres y un profesor. Estoy tan emocionada que quisiera abrazar a todos mis compañeros, incluso a la enana gruñona o la gárgola que te espía desde las alturas. ¡También al chico que se convierte en cosas! ¡Oh son todos tan lindos! Ser demonio es lo más bonito del mundo entero y tener a todos en la misma aula, es lo más. 

Una vez estoy sentada en mi lugar, descubro que el destino me bendice de nuevo ya que Adriel está detrás mío. Así que lo miro mientras decido regalarle una de mis mejores sonrisas. Luego voy quitando los corazones que tengo alrededor para darle un poco de seriedad al asunto. ¡Hay que comportarse! 

Las explicaciones y los respectivos saludos como que entiendo la mitad, apenas que puedo hilar dos frases juntas si se habla demasiado ya que mi atención pende de un hilo y cualquier tontería me distrae. Eso sí, el entusiasmo nadie me lo quita. Aunque sí que entiendo sobre la presentación y cojo un libro para cubrir mi rostro visiblemente avergonzada, yo no conozco mi ascendencia. Soy una don nadie con mucho mucho dinero y no creo que cuele decir algo semejante. Sería super fuerte y quizás a Adriel no le guste. ¡Tengo que arriesgarme! ¿No dicen que en el amor todo se acepta? 

—...

Pasan los minutos e intento, pero me salva la gárgola momento en que la observo un tanto pensativa. Luego estoy por decir algo y es la enana, lo cual muerdo mi labio inferior porque todos saben de su pasado. Yo no...

—Jur... Mi nombre es Loirath, soy un-demonio-que-no-sabe-de-dónde-viene. Pero estoy feliz de estar aquí, quiero aprender mucho y ser poderosa—la parte difícil todo junto, así no se entiende y sigo—. Y... ¡Es genial tener compañeros! 

Y vuelvo a las sombras... Invisible en el pupitre. 

El demonio saludó alegremente al profesor cuando llegó, como si se llevara divinamente con él, y entró a la carrera en clase. Si lo que había al otro lado consiguió decepcionarlo, desde luego no mostró ningún signo de ello. Escuchó al profesor y se sentó en su sitio en la primera fila, aunque podía notarse que llevaba muy mal eso de estar sentado por cómo movía sus piernas inconscientemente bajo el pupitre, como si tuviera toda la intención de salir corriendo.

Curiosamente, pese a que Adriel normalmente era de lo más extrovertido cuando tenía que hablar en público de forma programada se le hacía un millón de veces más difícil. Precisamente por eso pese a su inquietud habitual esta vez había preferido esperar a que el resto se presentara antes de hacerlo él, escuchando a los que se habían ido presentando antes con una atención que solo lograba mantener porque no dejaban de ser relativamente breves.

—¡Yo soy Adriel! Adriel a secas —aclaró, levantándose cuando llegó su turno de presentarse y girándose para poder mirar a todos sus compañeros con una mirada que irradiaba energía—. Ayer por la mañana todavía no tenía ninguna ambición en especial, pero eso ha cambiado... ¡Quiero llegar a ser tan poderoso e influyente como el director!

Sabía que no sería fácil, y que implicaría mucho sudor, esfuerzo y ante todo suficiente descaro como para poder dormirse donde y frente a quien fuera, pero era un sacrificio que estaba más que dispuesto a realizar... por lo menos, mientras que algo distinto no captara su interés, lo cual probablemente no tardaría mucho en ocurrir. Aunque quién sabía: Quizá esa terminaba por ser la motivación que de verdad calaba en Adriel.

—Y por qué estamos aquí... —Observó la clase. No había gafas tintadas de rosa que arreglaran ese espectáculo: De verdad eran unos parias—. ¡Vale, no tiene pinta de que esperen mucho de nosotros, pero podemos demostrar que se equivocan! ¡Podemos hacer más con menos!

No parecía especialmente satisfecho con la reacción de la calamar, aunque supo de inmediato que podía ponerla en el saco de las más fáciles de llevar. Eso le hizo sonreír levemente antes de salir hacia la clase tras el aviso del profesor que acababa de llegar. Entró y esperó en silencio a que aquel hombre se centrara en lo que debía y no en lo que al parecer era una rabieta hacia el director por haberlo mandado con tal panda de mocosos. 

Se sentó en el sitio que le indicó y miró a los lados, viendo que tenía a dos de las chicas a los lados, aunque para su relax, una de ellas era la más estoica a su parecer. Las presentaciones empezaron, siguiendo las ordenes de Moloch y uno a uno sus compañeros empezaron a hablar de sus nombres, ambiciones, del por qué de la clase... Parecía estar sereno, pero en absoluto era el caso, si estaba tan callado era para no insultar a los hijos de tan mal nacidos como lo eran para el los del consejo. En cuanto todos los presentes se hubieron presentado ( incluidos npc), sintiendo que ya no le quedaba de otra soltó un ligero suspiro. - Loki... R'lyeh. Odiaba aquel apellido, una familia dedicada al consejo por generaciones y como no, su padre también era miembro de el. -Mi mayor ambición... Tenía que tener sumo cuidado con lo que diría aquí, pero sonrió con malicia cierto odio antes de responder. - Seguro que se escucha mucho, pretendo llegar al trono... Luego de decir aquello simplemente juntó las manos y miró en dirección a Magoa. - Opino lo mismo que ella, en mi caso he venido aquí como castigo...

- ¡Ah, ja, ja, ja, ja! - uno vuestros compañeros; un demonio con un cuerpo de gran tamaño, grandes músculos y totalmente blanco que viste solo con unos pantalones, con el torso desnudo, se echa a reír con los brazos cruzados. - ¡Parece que es mi turno de presentarme! ¡Atentos todos! - dice con voz grave y estridente, intercalando risas a sus palabras, exponiendo sus afilados colmillos al reir. - ¡Soy Azgath Shiva, el demonio que próximamente y sin duda alguna ascenderá al trono! - declara el demonio blanco. - ¡No tengo familia en el Consejo como otros de aquí, pero apuesto a que puedo ganar a cualquiera de clase en un combate! ¡Y ser el más poderoso de todos es lo que define a un Rey Demonio!

- ¿Eeeeh...? - otra alumna de clase ríe, esta vez al escuchar las palabras de Azgath. - ¡Pues a mí no me pareces tan fuerte! ¡Creo que yo podría derrotarte! - dice con una amplia sonrisa. La alumna en cuestión es una demonio de color rosáceo, con marcas algo más oscuras tatuadas por todo su cuerpo. Al ver que ha llamado la atención, la chica mira al resto de la clase y se presenta. - Mi nombre es Euryn Zorkach, vengo de un clan de demonios guerreros. Llevo toda la vida entrenando a diario, mejorando mi habilidad en combate con el objetivo de convertirme en la más fuerte de mi clan... Así que, si el Rey Demonio debe ser el demonio más fuerte... ¡tal vez yo debería ser Rey Demonio! - dice con voz cantarina y despreocupada.

El sonido de un golpe en la mesa, que al parecer proviene de la última fila de pupitres, os sobresalta un poco tras las palabras de Euryn. Al mirar en la dirección del sonido, veis que un pequeño demonio, con aspecto animalesco y que ni de broma mide más de un metro de alto, ha golpeado la mesa con su pequeña mano y mira al frente con el ceño fruncido, muy serio.

- ¡Rey Demonio esto, Rey Demonio lo otro... que os den a todos! ¡No me subestiméis! - dice alzando la voz. - ¡No pienso dejarme amedrentar por ninguno de vosotros! ¡Soy yo el que se convertirá en Rey Demonio cueste lo que cueste, y haré que todo el mundo me reconozca! ¡Porque ese es - en este punto, el pequeño demonio ya se ha subido a su pupitre. - mi camino como demonio! - grita a pleno pulmón.

- Tu nombre es... Panko, ¿verdad? - dice el Profesor Moloch, impasible, consultando su lista de alumnos. Después de esto, le dirige una mirada fulminante al pequeño Panko por encima de la lista. - ¿Acaso alguien te ha dicho algo para que te pongas a gritar como un loco? Baja ahora mismo del pupitre. - dice con voz de enfado contenido. Y, mientras el pequeño Panko baja de la mesa intimidado, añade: - De hecho, sal de clase ahora mismo.

Todos observáis cómo los primeros pasos de Panko para convertirse en Rey Demonio han fracasado mientras éste sale de clase. Moloch suspira, negando con la cabeza.

- Continuad con las presentaciones, y recordad decir por qué creéis que estáis aquí. - os recuerda.

- Mi nombre es Mania Thalgen. - la alumna que habla tras la salida de Panko es una joven demonio de pelo azul y ojos verdes, con un solo cuerno saliendo de su frente. Va vestida, por alguna razón, como una sirvienta. - Provengo de una familia de orgullosos sirvientes que lleva unida varias generaciones a una de las familias del Consejo. No se me permite decir a cual. - dice, inclinando su cabeza como disculpa muy educadamente. Al alzarla de nuevo, mira la clase a su alrededor. - A juzgar por las presentaciones que he escuchado hasta ahora, diría que nos encontramos en la Clase S porque somos, de algún modo, problemáticos.

- Eso... no tienen ningún sentido. - la que responde es una alumna sentada en un pupitre de la misma fila que Mania, aunque en el otro extremo de la sala. Tiene el pelo de color rosa oscuro largo hasta el cuello, y se ajusta sus gafas de montura fina mientras habla. - Estoy bastante segura de que yo no soy problemática de ningún modo, aunque muchos aquí lo sean. Mi apuesta es que todos aquí tenemos algún talento o especialización que nos hace destacar. - dice, ajustándose sus gafas y pareciendo orgullosa de sus palabras. - Mi nombre es Nija Almoros, por cierto.

Con casi todos los alumnos ya presentados, las miradas se dirigen al chico con alas emplumadas que se sienta casi en mitad del aula. Al percatarse de esto, veis que se encoge un poco y hunde su cabeza ligeramente en el las plumas alrededor de su cuello.

- ... Marduk Izrath. - murmura de forma casi inaudible. Algunos notáis que sus ojos miran a lado y lado constantemente, agobiado porque todo el mundo le observa. - Yo... no sé por qué estamos en esta clase. - dice, esperando que eso sea respuesta suficiente.

Tras presentarse Loki, la clase queda en silencio varios segundos. Entonces se escucha una especie de maullido procedente del fondo del aula, y el profesor Moloch suspira con hastío.

- Por todos los demonios... - murmura con disgusto, y guarda su lista de alumnos en uno de los bolsillos de su túnica. - Está bien, con los doce presentados y esperando que se nos una el número trece mañana... vamos a dar por comenzado el curso escolar de Babyls. - dice Moloch con seriedad. - Supongo que podría haber sido peor, porque parece que algunos de vosotros os habéis dado cuenta o al menos podéis intuir por qué estáis realmente aquí. La Clase S no existe normalmente, solo se crea en cursos especiales en los que surgen alumnos como... vosotros. - suspira. - Todos aquí tenéis... algún tipo de problema de comportamiento que podría trastocar el normal desarrollo de otras clases, así que habéis sido asignados a la Clase S. Por mi parte, - suspira otra vez, negando con la cabeza. - se me ha asignado encargarme de la Clase S probablemente como castigo por el incidente del dragón de ayer, por mucho que el director diga que es porque soy el más cualificado para educar a esta clase.

El profesor Moloch os valora a todos con la mirada, frunciendo el ceño.

- Así que está claro que no empezamos con muy buen pie, ni vosotros ni yo. Y lo reconozco, que tanto los alumnos que se enfrentaron estúpidamente contra el dragón como el alumno que invocó al dragón estén en esta clase no me hace especial ilusión. - os dice en tono de reproche. - Aún así, pretendo educaros lo mejor que pueda y llevar vuestras habilidades al máximo nivel. Pienso convertiros en grandes demonios y dejar claro al resto de profesores mi valía como tutor. Así que espero que deis lo mejor que tengáis. ¿Está todo claro? ¿Alguna pregunta?