Partida Rol por web

Wonderland

Escena principal - Merienda de locos

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31/01/2021, 13:52
Gato de Chesire

Uno a uno iban llegando los invitados, el gato en su puesto privilegiado y sin que desapareciera su eterna y extraña sonrisa seguía a uno y a otro con la mirada, atendiendo saludos de aquellos que se conocían y quienes se veía por vez primera. ¡Cuanto sin ver a muchos de ellos! ¡Que bonita fiesta has montado Sombrerero! Más el pobre y desdichado seguía quieto y abrumado.

-¿Estaremos todos ya? Oh no, diría que aun falta alguien más para que esta tarde sea especial. ¿Vendrá la dulce Alicia a acompañar?- Ronroneó el gato de Chesire, dando un amplio bostezo que erizó todo su pelaje. ¿La habría visto alguien en su camino hasta allí?

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31/01/2021, 14:56
Camelia

Camelia sonrió con orgullo al escuchar que uno de aquellos seres extraños se refería a ella con asombro. Disfrutaba generando ese tipo de sensaciones y bien sabía que tras el asombro solían llegar los elogios.

—Claro que sé hablar y cómo cantar —dijo, presumida—. Pero te equivocas. No soy como esas flores, nada de eso, cariño —agregó, un poco ofendida por esa comparación—. Yo soy única y especial. No hay ninguna otra flor como yo en todo el mundo. En ningún mundo. Por eso estoy aquí arriba, ¿sabes, cielo?

Se estiró un poco más para lucir sus galas en todo su esplendor, un regalo para la vista de Stanley y todos los demás. 

—Ah, estoy muerta de sed —se quejó entonces, intentando llamar la atención—. ¿Nadie podría regarme con un poquito de agua? ¡Si sigo así voy a marchitarme!

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31/01/2021, 15:05
Conejo Blanco

¡Agua, Agua, AGUAAAAAAAAAAAAAA... -El conejo Blanco apareció corriendo entre la maleza con una regadera en las manos -uyuyuyuy- Dio un brinquito sobre la silla sobre la que se sentaba Ostara y le dijo a la flor -Aquí tiene su agua -y levantó la regadera para duch... -¡Uyuyuyuyuy no, que se me enfada Ostara... Ostara, Usted quiere un poquito de agua... o no. Usted querrá un café, té, zumo,... - El pobre conejo no sabía bien que hacer para complacer a la flor y no descomplacer a la Diosa y se quedó sonriendo con cara de circunstancias. El Sombrerero sabría lo que hacer. Pero por más que lo miraba el Sombrerero no movía ni una pestaña. Metió la manita en la regadera y soltó unas gotitas sobre la flor. Salió corriendo y trajo una taza limpia y le echó un té a Ostara sonriendo con preocupación. Bueno, con miedo también. Y luego salió corriendo y se metió otra vez entre los matorrales -Corre, corre, corre no queda Tiempo, ¿Dónde está el Tiempo?.... TIEMPOOOOOOOOOO....

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31/01/2021, 17:16
Alicia

El profesor Dodgson le había explicado que los zapatos de Dorothy no habían sido de rubíes rojos, si no de plata y con ellos la niña anduvo por el caminito de Oz viviendo aventuras. Pero Alice no tenía zapatitos de plata. Y tampoco Oz era su aventura, si no Wonderland. Así que se puso sus zapatitos negros acharolados y sus medias de colores y salió de casa tras despedirse de su hermana Lorraine Charlotte que, indiferente, la miró con estupefacción cuando al marcharse le dio un beso en la mejilla. La vio pasearse por el sendero de la casa y, sin decir nada, volvió a sus quehaceres habituales.

La joven de pelo rubio pasó de largo el invernadero dónde tantas horas pasaban su renqueante padre y el estúpido reverendo discutiendo sobre fisiología vegetal y entomología. ¡Qué horror era que disecaran a las plantas y a los insectos! ¡Y que desprecio le causaba el zalamero reverendo que siempre le sonreía demasiado, de una manera que le resultaba sumamente desagradable!

Alice cargaba con un libro que había empezado a leer aquella mañana. Inmersa en la lectura, esquivaba los recodos del camino como si lo conociese como la palma de su mano. Por algún extraño motivo se había puesto a pensar en Humpty Dumpty. ¡Oh, qué palabras más enrevesadas usaba siempre ese huevo listillo, pero qué bien cantaba y de cuánta ayuda le había sido!

La adolescente continuó su camino hasta la linde del bosque y, sin siquiera mirar, sorteó la gruesa rama de un árbol viejo pero conocido que años a habían plantado los antepasados Liddle. Caminaba y caminaba, como si quisiese escapar de algo. Y entonces, entre unos matorrales, algo hizo que levantara la mirada de su libro. Un rabito blanco y serpenteante. Y una carta en forma de misiva. Se acercó, con el brazo por delante y ya con el sobre entre sus dedos, Alice dio un traspiés. O quizás fueron las ramas de los árboles las que la empujaron a caer. No lo sabría nunca. Pero la chica cayó y cayó a través de un agujero entre lucecitas de colores y, mientras experimentaba una sensación sumamente familiar, dio vueltas y vueltas hasta que su trasero halló su sitio en un mullido musgo.

– ¡Conejo Blanco, Conejo Blanco!- estaba segura de que la cola era suya.

Y al leer la carta, tras destrozar afanosamente su envoltorio, comprendió dónde había ido a parar de nuevo. ¡Wonderland! ¡Nunca había olvidado ese mundo! ¡Y muchos menos al Sombrero Loco!

Afortunadamente, aquella vez sí conocía el camino y sabía leer las señales que sus juguetones compañeros de ruta le habían marcado. Se sacudió el polvo de la falda del uniforme de marinero y llegó pronto al té-merienda del Sombrero. Sin embargo, no era ese el Sombrero que conocía. Se acercó con pasos decididos, apretando las manos.

– ¿Qué pasa Sombrero? ¿A caso la Liebre de Marzo ha hecho alguna trastada?

Y después se quedó mirando a los habitantes del bosque, saludándolos uno por uno con la mano y buscó un sitio con una taza libre.

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31/01/2021, 20:06
Mr. Teapot Strafford

Celos de Teapot Strafford ¡Qué majaradería! - tintineó el barniz, chirrió la loza. Si sintiese algo por esa diestra, dedoságilesfinapielnadagritona modosa criatura que es la señorita Cosita, sería usted el primero en saberlo. ¡No se ría!

Aprovechó que nadie le prestaba atención para arquear las cejas y girar el vítreo cuello hacia el anciano vestido de hojalata.

Ingenioso caballoblanquero —habló Teapot sin labios que se movieran, pues no era más que una tetera. —Pequeñhada cefirosa. En aventuras os veo, tras esta hora tan hermosa. Las predicciones de Strafford eran famosas. Y no podía ser de otra forma pues, donde unas pocas brujas sabían leer los posos del té tras años de práctica,  él simplemente nació sabiendo hacerlo.

—Alicia viene a merendar, ¡después de tanto! -avisó de la llegada de la jovencita, la casualidad quiso que estuviese mirando en esa dirección. —Soy el señor Stafford y usted..(no la conocía) ¡Un encanto!

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01/02/2021, 00:00
Conejo Blanco

-¡Sombrerrrrrrreeeeeeerrrrrrrroooooo! Rápido, no tenemos Tiempo… Tiempo. No tenemos Tiempo que perder… -El conejo blanco apareció dando saltos entre la expesura y se quedó mirando el estado melancólico del Sombrerero -¡Alicia! ¿Qué le has hecho al Sombrerero? ¡Chesi! ¿Ya estás con tus bromitas pesadas? ¡¡¡PERO NO OS DAIS CUENTA!!! ¡¡¡LA REINA ROJA, LA REINA ROJA!!! –Se puso a corretear alrededor de la mesa –Reinaaaaaaa Rojaaaaaaaa… viene la reina rojaaaaaaaa… ¿No veis como se está pintando el valle de rojo?… ¡Qué viene con todos sus soldados! –Saca su reloj de bolsillo y lo mira con gesto de terror –Ayayayay y nosotros sin Tiempo –Levantó la cabeza y arqueó una ceja -¿Alguien tiene algo de Tiempo?  Tenemos que sacar al Sombrerero de este estado –Se puso a corretear alrededor de la mesa haciendo palmas -¡Vamos, vamos! ¡Alguien sabe algún ACERTIJO, un ENIGMA, una ADIVINANZA, una QUISICOSA, un ARCANO! Pero no uno antiguo… ¡Qué el sombrerero se los sabe todos! –Dejó unos instantes de silencio y luego se echó una mano a la cabeza mientras movía la naricilla con gesto preocupado – ¡Uno nuevo! Uno FRESCO... DIVERTIDO, MISTERIOSO, EXCITANTE, como ese que decía… ¡Bueno, no me acuerdo! Yo estoy muy ocupado pero vosotros… poneros a pensar algo ¡Vamos! –Y dicho esto salió corriendo dando saltitos con el reloj en la mano.

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01/02/2021, 00:08
Derby Share

Agarró con ambas manos de uñas largas el plato de leche que la cocinera había plantado delante de ella y negó con la cabeza cuando trató de retirarselo para ofrecerle otra cosa. 

-La leche esstá bien, graciasss- dijo acercando el plato a su rostro y comenzando a beber con pequeños lametazos.- Deliciosssa, no esperaba menos de una merienda como esta.- sonrió mientras observaba como la mesa se iba llenando de gente. 

Escuchó los gritos del conejo con cara de fastidio. ¿Qué importaba el tiempo?. Siempre igual. Pensaba. Alguien debería robarle ese estúpido reloj. 

La aparición de la joven Alicia le hizo alzar el rostro con curiosidad, volviendo esbozar una media sonrisa y enroscándose en el asiento más cómodamente. Esto se pone interesante. No había conocido nunca a la muchacha, pero había que estar sordo para no haber oído hablar de ella en Wonderland. ¿Será por esto que el sombrerero nos ha convocado? ¿Pero por qué está triste? Demasiadas preguntas... demasiadas preguntas. 

Y de nuevo los gritos del conejo... Menos mal que ya se iba.