Partida Rol por web

Se nota que vas mejorando

sombrerero, estás pecando

de meterte en todas partes

como hacías siempre antes

Un ligero temblor de tierra

no lo tomemos a la ligera

ocurrió así como de repente

Era la reina y toda su gente

Aprovechó Strafford el revuelo

para esgrimir cara de modelo

Cejas alzadas, sonrisa interesante

siendo feo, quedaba chirriante

¿Y qué haces tras la merienda?

preguntó al hada sin vergüenza

Una vez pierda la reina roja

podemos jugar a la pata coja

—Pues, ponemos el mechón de pelo rojo pero... ¿De quién lo sacamos?—preguntó al dar golpecitos con la pluma sobre sus labios—. ¡Las acompañamos! ¡Me encanta tu sugerencia!

 Y mientras anotó todo lo que decía Strafford, apareció el sombrerero a dejar pétalos de rosa. Lo cual el hada de los vientos los disfrutó un breve instante y luego miró a quien los trajo. 

—Muchas gracias a Ostará, eso sí... ¿Son los caídos no?

Era una pregunta importantísima, de no ser así los quitaría de la receta. Luego su taza compañera continúo hablando y agregando más cosas. 

—Puessss tenemos todo. ¿No?

Galletas "La corona roja"

Ingredientes:

— Moco de estornudo de Hada, solo lo que salga. 

—Verrugas de sapo, solo 2. Es para darle sabor. 

—Harina vencida, la que tiene los gusanos. 1 kilo. 

—Miel de avispa, le dará dulzor. 

—Pétalos de rosa roja, para aroma y color que estén en el suelo ya secas no en la flor. ¡Opcional!

—Baba de caracol, hay que humedecer los ingredientes.

—Pulpa de manzana, para mayor sabor.

—Palomitas, para que sean crujientes. 

—Mantequilla derretida, hay que unir todo.

—Mechón de cabello rojo.

—Chocolate rosa, amarillo y blanco.

Para acompañar:

—Copichuela de agua ardiente.

Una vez todos los ingredientes son mezclados en un bols hasta que se unifique, sacar la masa del mismo para comenzar a preparar las coronas para cocinarlas en el horno. Tan solo 25 minutos de cocción y ya se pueden sacar para enfriarlas, así en unas horas se decoran con detalles en rosa, amarillo y blanco siempre de chocolate. 

Después al recordar que lo había dejado el Sombrerero mismo, se dio un golpecito en la frente por despistada. 

—¡Ahhhhhhh! Ya sé. ¡Me acordé!