Partida Rol por web

Wonderland

Escena principal - Merienda de locos

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18/01/2021, 16:55
Director

Welcome to Wonderland, el mundo subterráneo, el hogar de los que estamos un poco locos. Sí, estamos… un poco locos, o mucho, pero qué más da eso si sabemos que las mejores personas lo están. Así seguiría girando el mundo al otro lado de la madriguera mientras ellos giraban alrededor de sí mismos sin ser conscientes de que eso… era algo que los de allí arriba deberían saber bien… si cada uno se ocupara de sus asuntos, el mundo giraría mejor y con menos pérdida de tiempo.

Pero el Sombrerero no os había hecho venir para daros consejos de moral. El Sombrerero solo vendía consejos porque para él no tenía. Por eso quería invitaros a merendar, bueno, quien dice merienda dice quedarse un mes hablando de cosas incomprensibles. Pero al fin y al cabo de cosas sin importancia que era la mejor manera de darle su verdadera importancia a las cosas. El Tiempo, el Sombrerero lo conocía bien y hacía rato que no tenía noticias de él. Primero preguntó alrededor de la mesa. Ni siquiera el gato lo había visto. Eso era preocupante.

Por esa razón la mesa estaba dispuesta, ni mejor ni peor que como siempre. Tazas y teteras repartidas por aquí y por allí en un aparente caos organizado. El pobre loco lucía el sombrero de los domingos aunque tenía cara de lunes. Sin duda eso auguraba malas noticias. ¿Sombrero de domingo y cara de lunes? ¡Terribles noticias! Encima la lirona no se veía por ningún lado y la liebre de marzo… estaría al llegar porque su reloj era de los que marcaban los meses en vez de las horas y como aún no era principio de mes… ¿o llegaría para marzo? De algún lugar se escapó un suspiro quejumbroso. Pobre Sombrerero loco.

En su sillón preferido de esperar las cosas buenas estaba arrellanado lánguidamente el más loco, decían, del lugar. Aunque él deseaba con esmero que entre la comitiva apareciera uno, diez… ¡Cien! Locos que pudieran sacarlo de ese estado melancólico que lo carcomía por dentro. Por fuera hacía por sostenerse apoyando el codo entre la mesa y su mentón mientras su otra mano tamborileaba sobre el mantel dando la impresión de que llevaba un lustro haciéndolo, de forma continuada, porque esa parte de la tela estaba casi desvencijada y carcomida por sus nervios agitados. Pobre Sombrerero loco.

Al final la misiva la había tenido que escribir la liebre de marzo con su incomprensible caligrafía porque él no había sido capaz de escribir ni un par de líneas y ni siquiera pedirlo. ¿No os ha pasado eso de que alguna vez no sabíais que escribir? ¿Aunque vuestra cabeza estuviera efervescente de ideas? Esas cosas pasan. Pero al Sombrerero no. Él era de los que pensaban que esas cosas sólo le ocurrían a los demás. Quizás se debía a que al no saber nada del Tiempo no podía comprender si tenía que aprovecharlo o simplemente dejarlo pasar. ¿Podía escribir para matar el Tiempo? También. Pero eso hubiera supuesto un delito para él.

Ni siquiera lo hubiera sacado de su estupor que la Reina Roja hubiera aparecido y le hubiera dicho ¡Qué le corten la cabeza! Cosa que hasta le quitaba el sueño a la lirona. ¿Dónde estaba la lirona, por cierto? Hasta en ese momento la mirada vacía del Sombrerero parecía pensar que cuando más falta le hacían las palabras, estas parecían querer huir de él… y la gente normal ¿Y Alicia? ¿Creció y se olvidó de Wonderland? Y los locos… ¿Cuántos locos caben en una mesa? Eso estaba por verse…

Notas de juego

Pueden ir pasando y decidiendo libremente donde se sientan. Sobre el sillón rojo está el Sombrerero :)

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29/01/2021, 20:45
Gato de Chesire

En la silla que se encontraba al lado opuesto de donde estaba el Sombrerero, al final de la larga mesa arreglada fantarmoniosamente para la velada, había una cola. Sólo una cola rallada y esponjosa, que se movía lentamente de un lado a otro. Luego apareció una sonrisa, tan amplia como siempre ha sido y sin embargo también algo disimulada, pues la actitud pensativa y apesadumbrada del Sombrerero tenía al Gato de Chesire lleno de curiosidad y, por qué no admitirlo, también preocupación.

Con la sonrisa aparecieron los bigotes. Con los bigotes las orejas. Con las orejas los ojos. Y así, de parte en parte, de pata en pata, con cada movimiento de la cola, el gato se fue materializando hasta quedar en aquel asiento al final de la mesa. -¿Qué pena es la que te apena, mi querido Sombrerero? No he visto cara más larga desde que el caballo del Caballero Rojo se perdió entre los bosques...- El gato de Chesire dudaba que el Sombrerero respondiera, pues ni tan siquiera parecía haber notado su presencia.

Bueno, tal vez, cuando las mesas se llenaran y dejara de reinar el silencio, entre risas de locos lograrían poner una sonrisa igual a la suya en el desdichado Sombrerero.

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29/01/2021, 21:22
Stanley "Mano alienígena"

Una merienda de locos organizada por el sombrerero? Cuándo, a qué hora? Que? Dices que no debería mencionar el Tiempo? 

Stan no entiendo nada. Habla más alto. Ya, ya sé que tienes que respirar y hacer ejercicio al mismo tiempo. Vale, cuando termines el entrenamiento nos daremos un baño en el "Stan-que". Si, si, ya sé que yo no quepo ahí. La cuestión es que tu vayas presentable para ver a "cosita". 

Stanley estaba emocionado por haber sido invitado a la merienda. Ser hijo de la oruga cascarrabias que antaño se portó maleducado con Alicia no le reportó muy buena fama en Wonderland. Porque Alicia siempre fue una niña dulce y muy buena con todos, y también paciente para tratar con todos los locos que se le acercaban.

Y como un humano puede nacer de una oruga y una humana? Pues es mejor que no os lo preguntéis, la verdad. Eh, esperad, que estabais pensando? Noooooo!!! Eso noooo!!!. Este país es mágico chicos y todo es posible, incluso el amor y la procreación entre especies. Lewis Carroll nos permitió ser libres en este universo. 

-Stanley, no vuelvas tarde a casa, Stan Junior te está llevando por el mal camino. Desde que se echó pareja, te veo mucho más alterado hijo. 

-Si, mamá, te prometo que, que, esta vez no se me va a ir de la "mano" izquierda. 

-Ay hijo, es que si fuera la izquierda todo sería más fácil. Pero tu no estarías tan loco entonces por encauzar la derecha. 

-Bueno el tabaco que fumaba papá en su pipa es mágico... Si fumase un poco igual se arreglaba el problema. 

-O se estropeaba más, hijo. Anda, viste a Stan, que no veas como te vibra la derecha. Está muy nervioso. No lo entiendo. 

-es "Cosita", que le vuelve loco, le dan temblores, espasmos. Yo ya no sé como calmar su corazón. 

-Ainsss, vaya "amor" tienes "entre manos"... 

​​​​​​... 

Después de pasar unos minutos frente al espejo probando distinta ropita para su mano derecha, Stanley se dirigió desde su casa al lugar de reunion, el jardín donde el Sombrero loco había organizado la merienda más chachi piruli del siglo, con otros locos famosos de Wonderland. Al parecer estaba deprimido. Pero Stanley confiaba en que pronto dejaría ese estado de tristeza y volvería a sonreír como siempre. Sólo necesitaba la compañía adecuada y mucho té y galletitas. 

Mientras caminaba, la mano derecha movía los deditos de forma compulsiva e incluso daba saltitos de alegría haciendo que el brazo de Stanley se balanzease arriba y abajo al son que marcaba Stan Junior. 

-ahí están! Mira cuanto sitio hay libre! Somos de los primeros en llegar. El gato de Chesire ya ha tomado asiento a su manera, apareciendo de la nada. Me gustan mucho sus trucos de magia.

-hola amigos! Veo muchos asientos desocupados, en esta ocasión supongo que no os importará que me siente sobre el césped, verdad? Jajajaja, solo era una broma. Stan dónde quieres sentarte? Ahá, ahá. A la derecha del sombrerero? Y por qué no a la izquierda? Si, si, vamos ahí. Hola sombrerero!!! 

Notas de juego

Stan Junior es la mano derecha de Stanley y tiene personalidad propia :)

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29/01/2021, 23:50
Cosinerra

-Hola, hola, hola, hola... ¿Todo bien, eh, todo está bien puesto? Las tazas, hay té, las galletas, ¡ah, las galletas! Disen cómeme, ¿eh? No, no, no no son de esas. Son normales, o no lo sé, creo que lo son.

Corría por entre las sillas alcanzando los platos para ponerles al lado cucharillas, o flores, o platillos más pequeños. Llevaba una bandeja con pasteles que iban cambiando de colores, y los iba dejando sobre la mesa un poco al tuntún. Como era habitual. Pero se detuvo de golpe cuando la mueca triste de Sombrerero loco la asaltó desde su sillón rojo en la cabecera.

-Perro ¿qué te pasa? ¡Nunca te pones así de serrio! ¡Sombrerrero! ¿Sombrerrero...? ¡Esto es una Merrienda, no un entierro! ¡Ah, mirra, el Gato! ¿Ves? Eso sí que es una sonrrisa! ¡Hola Gato, nunca se me da bien desir tu nombre enterro, perro da igual, eres el Gato aquí, ¿no? Sólo tú, solo uno. ¡Oh, y mirra, mirra quien viene! el bebé del Orruga. ¡Stan y su mano! ¿Tenéis hambre, o sed, mis niños? ¿Querréis un poco de té? ¿Leche? ¿Chocolate? ¿Sopa? Uf, no, no no tengo sopa. Perrdon. Perro puedo haser sopa, Cosinerra os hase sopa. ¡Sí! ¡Sopa!

La rechoncha pero increíblemente movediza mujer no se sentó. Siguió pululando alrededor de la mesa, sacándose pastelillos, jarras y brebajes de la manga. A veces literalmente.

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30/01/2021, 01:07
Céfira, El Hada de los vientos

Un brisa se formó en torno al Hada mientras su mirada siempre se perdía en el horizonte, cuando sentada sobre una rama soñó despierta. A ella en sus ratos libres le encantaba imaginar diversas historias dentro de su mente, sobre aquellos vientos que siempre traían momentos difíciles de olvidar cuando las mariposas eran rojizas y el picaflor era dorado. ¡Una verdadera locura de colores!

La historia cuenta que una ráfaga de aquel entonces, furiosa y osada había transformado todo aquel día y el bosque cambió su color a uno muy amarillo, los árboles eran azules y la tierra violeta. Los gusanos rosas. ¡Hermosos! ¡Únicos! Y el Hada de los vientos se había enamorado de ello, pero poco duró cuando ese viento finalmente cambió su dirección y solo quedó el recuerdo fugaz en su mente antes de que perdido en el cajón del olvido, no pudo replicarlo jamás. 

Eso echó de menos aquella criatura alada con su vestido de plumas verde tornasolado y su aire inocente que le daba ese toque especial. Tenía una invitación pendiente, una que no pudo obviar. No se trataba de un trato con la Reina de Corazones, ni con otro habitante de Wonderland. Era una invitación del sombrerero, su primera invitación y no supo que ponerse. Aunque finalmente decantó por su vestido de siempre porque pensó en ser sencilla y auténtica, antes que ser algo que no era. 

Así que luego de dejar un montón de recomendaciones a sus haditas, esperó a que el viento del sur sople con fuerza así con el impulso de sus alas y la inercia del movimiento, terminaría allí en un plim plas. ¡Cómo siempre! Y en verdad funcionó porque cuando quiso acordar estaba allí delante de una mesa muy bonita decorada y había un gato, uno que al principio no recordó, hasta que esa enorme sonrisa le hizo caer en la cuenta. 

¡Chesire! ¡Tanto tiempo! —dijo al agitar su mano enérgica—. Oh... Están ustedes. ¡Señora de la R larga! Chocolate para mi, una taza enorme. ¡Por favor! 

Su tono enérgico era un soplo de aire fresco, el hada estaba muy feliz de tener el honor de estar allí, pero se había olvidado de quién la había invitado. Y tras tapar con su mano la boca, se dió cuenta. 

—¡Sombrerero! Lo olvidé. ¡Que despistada! —comentó avergonzada—. ¡Gracias! 

Y se acomodó junto al gato, por si se aburría era mullido y podía echar una siesta. Una vez se sentó, miró al hijo de la oruga y le saludó con una sonrisa. Ella siempre feliz, el viento era suave, el sur era así. 

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30/01/2021, 08:42
Stanley "Mano alienígena"

-Cosinerraaa, cosinerraaa, ensiende bien la candelaaaaa... Y prepara con esmero un tecito con pastichuelaaaaasss...

La cocinera estaba trabajando a toda máquina para que no les faltase de nada. Stanley aplaudió con ayuda de Stan Jr. sus trucos de magia culinarios. Oh, oh, eso ha sido impresionante!

Se sacaba platos de la manga como si nada. Pensado y hecho. La magia era así de maravillosa.

-Stan por favor tranquilízate! No bailes claqué encima de los bollos que te vas a poner las uñas perdidas de chocolate! Maldita sea no me hagas usar la izquierda tan pronto!

Recorcholis, por todos los sombreros y sombrereros locos con sombreros locos!!! Que difícil era acudir a cualquier celebración con su mano derecha.

-hola hadita!!! Que bonita te ves desde aquí, unos colores muy hermosos!!

Saludó con ambas manos y una sonrisa. Pronto serían más invitados a la mesa y con tan buen ánimo seguro que el sombrerero no podía resistirse a sonreír también con ellos.

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30/01/2021, 09:36
cosita

Desde lejos venía algo saltando como ¿un salmonete fuera del agua? ¿Un saltamontes gordo harto de briznas de hierba? ¿Una regadera a motor? ¿Qué era eso? Al llegar, y saltar sobre la mesa todos pudieron ver que era ¿Una tetera? Bueno, una tetera con forma de señor. Bueno, una tetera empujada por una mano, una mano sin dueño. Parecía una mano perdida, o quizás no tan perdida porque en cuanto vio a Stan Junior le meneó uno de sus deditos para saludarlo Yuhuuuuu, pero mira que guapa está esa mano alienígena, bailoteo un par de pasitos de danza improvisados, se ajustó una corbata que llevaba sobre el dedo corazón y se lanzó a darle un apretón de manos. Cosita no había sido invitada, pero donde fuera su mano alienígena allí Cosita también iba a meter las zarpas ¿Que se traerán estos locos entre manos?

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30/01/2021, 12:35
Derby Share

Sentada en un árbol Derby releía la misiva. El sombrerero loco volvía a hacer una merienda. Pero esta no es su letra. Fuera lo que fuera había sido invitada, y hay que ser educada. Se metió en sus mejores galas informales, y con un guiño de ojos desapareció rumbo a la merienda. 

Algunas caras le sonaban más que otras, pero en aquel lugar nunca se sabía. ¿Quién es ese que está en el asiento del sombrerero? Tardó en darse cuenta de que ese rostro taciturno era él, el único e irrepetible sombrerero, que seguiría estando loco, tal vez, pero ahora parecía una sombra de su propia locura.

-Buenassss tardesss.- un susurro en la niebla se convirtió de pronto en una sinfonía de colores que iba cambiando con cada nota. Entonces un gato. ¿Era un gato? Saltó sobre una de las sillas. Su pelaje no dejaba de cambiar de color. Y de forma. Espera. No era un gato. Era una joven de tez oscura y ojos casi transparentes que llevaba una sonrisa torcida dibujada en su rostro. El pelo seguía cambiando de color, hasta que volvió a hablar- ¿Qué me he perdido? -preguntó haciendo que los colores de su pelo se detuvieran, por el momento, en el blanco. 

 

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30/01/2021, 17:05
Caballero Blanco

Mucho antes de que el Caballero Blanco asomase por la puerta de la casa del Sombrerero, aquellos que estaban entrenados para identificar las señales lo sintieron llegar. Un sonido le acompañaba siempre: el cacofónico chocar de cien curiosos cacharros y cachivaches, con su característico clank, clank, clank, que colgaban de la silla de montar y golpeaban la armadura del jinete y su corcel.

Justo antes de cruzar la verja del jardín, el caballo pegó un pequeño acelerón y el Caballero Blanco dio con sus huesos en el suelo. Cayó de espaldas y de cabeza, pero el tremendo golpe no pareció hacer mella en su ánimo ni su osamenta, puesto que de forma veloz se encaramó al caballo, trepando por sobre todo el maremágnum de maravillosa morralla de su montura, con un marcado munch, munch, munch. Y como si nada hubiera pasado, se puso de nuevo sobre la silla, movió las riendas y siguió avanzando hasta la mesa, ya preparada para la merienda campestre. 

Al llegar casi a la mesa, el caballo frenó en seco y allá que fue el Caballero Blanco, volando por sobre la cabeza del animal y dando con sus huesos de nuevo en el suelo. Impertérrito, el servidor del Rey Blanco se levantó de nuevo como si no hubiera pasado nada. Pero en lugar de volver a subirse a su caballo, lo llevó hasta un rincón del jardín, le quitó la silla de montar y todo lo que su caballo llevaba encima. Todo quedó amontonado por allí, excepto un grupo de pequeñas pero preciosas piezas que, con un peculiar plof, plaf, plif, cayeron al suelo y rodaron por doquier. El caballo se quedó pastando hierba con cara de aburrimiento. Pero cuando consideró que nadie lo vigilaba, se acercó a las jardineras del Sombrero y comenzó a devorar las petunias de los tiestos.

El Caballero Blanco se acercó al anfitrión de la merienda y le saludó con una elaborada reverencia -¡Salve, Sombrerero!- dijo, con voz profunda y musical. -Te traigo saludos de su Majestad, el Rey Blanco y de su hermosa señora, la Reina Blanca- Y se sentó en una de las sillas. -Y acepto en su nombre la invitación para tomar la merienda que indicabas en tu misiva- El Caballero Blanco se quitó el cinturón en el que colgaba su espada, afilada como una cuchilla y adornada por un pomo de nácar y, envainada, la dejó apoyada en la mesa. Después, observó los contenidos de los platos, jarritas y bandejas desplegados por la mesa y se quedó con una taza en la mano, vacía, mientras miraba a los lados, como esperando que alguien se la rellenase.

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30/01/2021, 18:29
Mally la lirona

Donde estaba el sombrerero, había una bandeja en frente. ¿Había estado ahí siempre? Tenía tapa y era plateada, dentro dormía una lirona a pata estirada. Un ronquidito resonaba en el interior, parecía que había un motor. Y cuando Mally rodó en sueños la tapa fue a parar al suelo.

- Tres niñas están jugando... en lo alto de un molino... zZzZzZzZz... -dijo dormidita entre suspiros- Y una le dice a la otra, corre corre... ¡Que te chillo! 

Se incorporó de pronto frotándose los ojos, cuántas caras nuevas sentadas en los sillones lujosos. 

- No estaba dormida, estaba creando cuentos para esta noche de encuentros. Y ahora me mantendré despierta. ¡No quiero perderme esta fiesta! Y lo mejor para mantenerse en desvelo es contar hasta tres, pero de dos en dos y no al revés. Dos... cuatro... seis... zZzzzZzZzZ...

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30/01/2021, 18:52
Cosinerra

-¡Chocolate parra Hadita, desde luego! Y... ¡Tesito con pastichuelas, marrchando! 

Cosinerra corrió hasta donde la diminuta figura del vestido de plumas tornasoladas, y depositó frente a ella una enooorme taza humeante llena de aromático chocolate, que según la perspectiva con que se la mirara era mayor que la pizpireta criatura. Después se plantó junto a Stanley y dejó lo que éste había pedido, aunque en realidad pastichuelas y tacitas, tazas y tazones de té había por toda la mesa. También chocolate, en taza y en plato, como Stan podía demostrar enseñando no sólo sus uñas sino también sus yemas, ahora embadurnando las de Cosita con total cariño y despreocupación.

Apareció Derby, primero en su forma gatuna, y rauda se le acercó con un platito de leche, para recibirla. Aunque pronto varió, y apareció como mujer.

-¿Quierres algo espesial, niña? ¿Quizá bizcocho, o pastelitos? 

Pero el siguiente invitado se quedó quieto enarbolando su taza como si fuera una lanza (después de varias accidentadas situaciones, todo hay que decirlo), y Cosinerra voló hasta él. Incluso era posible que esto último fuera cierto, tan rápida llegó que apenas podían seguirse sus pasos, con lo que nadie estuvo seguro de que sus pies tocaron el suelo.

-¡Ah! ¡Té! Naturralmente, Caballerro, naturralmente. ¿O quierres algo más... fuerte? ¿Licor de corteza de sauce lunar, tal vez?- De pronto, hipó del susto.- ¡Lirrona! ¿Qué te tengo dicho? ¡Cualquier día te ahogo en sopa, ahí dentro! Tendré que darte una posión parra que crezcas, por lo menos así se te verrá...

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30/01/2021, 20:05
Mr. Teapot Strafford

Una merienda sin mi? ¡Eso es algo de locos!— refunfuñó el Señor Strafford, de Straffordshire.  Le encantaban las meriendas pero nada de lo que pasaba en ellas, incluyendo a aquellos que acudían a ellas, le entusiasmaba.    

Era un hombrecito peculiar, el señor Strafford, en más de un sentido. Y único, en otros muchos, excepto en el sexto de ellos, por alguna extraña razón que no hay tiempo para explicar.   

Strafford era rechoncho y pequeño de aspecto frágil, pero en realidad resultaba ser tan duro como la piedra.  No era tampoco un jovenzuelo, nunca lo fue, pero su piel era delicada como la más fina porcelana.  Y aunque su corazón bullía, ardiente y apasionado, su gesto era adusto, frío e imperturbable (Salvo cuando no le miraban, momento en que aprovechaba para reírse de todo, burlarse y esgrimir las más grotescas muecas)  

Podía decirse, por decir algo, que cuando nació, rompieron el molde. 

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30/01/2021, 20:54
Ostara

Había muchas pero que muchas cosas que ponía de los nervios a Ostara, pero el Tiempo era algo sagrado, intocable, eterno, inamovible... ¿Qué es lo que estaba ocurriendo? Para hacer que Ostara se levantara antes de tiempo, incluso para una reunión en Wonderland, antes de que terminara Marzo, eso era cuanto menos, preocupante.

La Diosa de la Primavera llegó a la merienda con paso acelerado, casi como pudiera irrumpir el propio conejo blanco. Ella tenía la habilidad de aparecerse de la forma mas encantadora y floreada que cualquier ojo humano o loco loquísimo del todo, pudiera captar; pero por un sin fin de razones que no vamos a explicar en esta intro, la eterna apareció de aquella manera, alterada, como si le hubieran pisado todas las flores de su jardín, o peor... las hubieran arrancado.

Su sola presencia impregnó el aire de un aroma a rosas, lirios y flores del campo. La cola de su vestido de flores se ondeaba con sus pasitos apresurados. Su tocado no estaba pulcramente rematado y posicionado sobre su siempre perfectísimo peinado. Claro que se había arreglado para la ocasión, por favor... ¡Faltaría más! Pero tenía prisa, ella no debería haber despertado aún, tenía mucho que hacer, mucho que preparar, la Primavera estaba a las puertas y ella allí... ¡En una merienda de urgencia! Qué desfachatez. Solo de pensarlo, se le hinchaba la vena de la frente.

Al llegar a la mesa, se acercó de inmediato al sillón del sombrerero, y deteniéndose en seco y puso las manos en jarras. Oh oh... al Sombrero Loco le iba a caer una bronca. Así, de gratis.

- ¿Se puede saber qué es lo que te pasa? ¿Por qué el conejo me ha enviado una invitación tan burda y poco cuidada? ¡Con todo el trabajo que tiene encima! ¡La pascua está al caer, por el amor de todos los dioses! ¿Una merienda de urgencia por qué? ¿No te das cuenta que aún no es Primavera y yo estoy aquí? - Se había olvidado incluso de saludar a los presentes, luego lo haría. Sus enormes ojos verdes, enmarcados con unas larguísimas pestañas, se agrandaron, con una sonrisa forzada. Había escupido todo lo que llevaba rumiando en la cabeza de camino hasta allí, y en realidad, era porque estaba preocupada por su viejo amigo... Aparte de su querido y preciado brunch de primavera, cosa importantísima.

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30/01/2021, 23:12
Camelia

Ante la bronca que Ostara le pegaba al Sombrerero algo despertó en su tocado. Uno de los capullos que lo adornaban empezó a temblar y, tras unos segundos, sus pétalos se abrieron, esplendorosos, en una danza armoniosa que era un deleite para la vista. La flor —porque sí, de una flor se trataba— se desperezó y estiró su tallo mientras bostezaba ostentosamente. Miró alrededor, con ojos somnolientos y empezó a colocarse los pétalos rosados, alisándolos con las hojas.

Ahhhh, perdonad. Me había dormido durante el viaje. Pero veo que ya hemos llegado.

Su mirada pasó por cada uno de los invitados a aquella merienda y se creció un poquito con orgullo. Se sentía importante, ahí donde estaba, tan cerca del oído de la diosa, viéndolos a todos desde arriba. Algunos eran hermosos, otros definitivamente le parecieron muy extraños. Estaba emocionada con su primera invitación a una fiesta, pero intentaba que no se le notase la falta de costumbre. 

—Así mucho mejor —dijo, cuando terminó de acicalarse—. Estoy bonita, ¿verdad? —El color sonrosado de sus mejillas adquirió más rubor con la pregunta, era una flor muy coqueta—.  Soy Camelia, gracias por invitarme a esta maravillosa velada. 

No tenía la menor idea de quién era el anfitrión, así que lo dijo un poco al aire, con un gesto que abarcaba a todos los presentes. Quien tuviera que darse por aludido, que lo hiciera. 

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31/01/2021, 00:15
Mally la lirona

Mally abrió un ojo y luego el otro, vio una flor sin matojo. Y a ella la cocinera la reñía, mejor dormir otro día.

- Cocinerra no sea gamberra. Me tomaré la sopa entera... zZzZz...

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31/01/2021, 00:56
Caballero Blanco

La cocinera se plantó frente al Caballero Blanco y le ofreció varios tipos de bebida, pero el servidor del Rey Blanco solo dijo, -Té, gracias. Con una nubecilla de leche, por favor- mientras echaba mano del azucarero y cogía dos terrones de azúcar. 

Cuando le rellenaron la taza y los terrones se fueron disolviendo con la ayuda de una cucharita de plata, el Caballero Blanco observó a su alrededor. ¡Qué extraordinaria reunión de celebridades! Esta sería, sin duda, una magnífica merienda. Quizá más adelante podría declamar poesía o cantar una épica balada. Conocía algunas que harían saltar las lágrimas a los presentes con su belleza.

Cuando fue a beber el té, se olvidó de que aún tenía el casco puesto, y el líquido se derramó al golpear la taza contra su visera bajada. El té ardiente se le coló por la rendija del casco y le abrasó, aunque el Caballero Blanco contuvo las ganas de saltar, brincar y dar alaridos, pues este habría sido un comportamiento indigno. Simplemente se quedó quieto mientras de su casco salía humo como de dentro de una vieja tetera

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31/01/2021, 01:47
Céfira, El Hada de los vientos

¡Uish! ¡Cuánta gente! 

El hada de los vientos estaba muy feliz en medio de tan variopinto grupo, incluso un aleteo de sus alas se escuchó cuando sentada al lado de Chesire apareció la mujer de la Primavera. Estaba fascinada por su presencia y sin dudarlo sopló suavemente sobre las flores de aquella mujer para que una brisa muy cálida endulce a todos en este instante. 

¡Florcitas! Huelan, disfruten... ¡Es mágico!—dijo sonriendo y desvío la mirada hacia la Señora de la R larga—. ¡Oh! Muchísimas gracias. 

Y allí con su tazón de chocolate, aguardó por las palabras del sombrerero. Le inquietaba lo que sea que esté por decir, nunca pudo predecir lo que saldría de esa cabecita loca. Más aún cuando era una reunión muy especial, llena de gente muy peculiar. 

¡Sorpresas! ¡Sorpresitas! ¡Sorpresotas!

Ella moría por saberlo, sólo que aquel caballero derramó el té encima de su casco y el Hada de los vientos se preocupó en demasía mientras su ojos se abrieron como platos cuando las manos llevó a la boca.

Oh, por todos los puntos cardinales. ¿Está bien Señor?

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31/01/2021, 04:18
Mr. Teapot Strafford

El loco, el lirón y el gato.

Está la primavera, falta marzo.

El hada, la flor y el caballero,

¿No llegó el conejo primero?

Una Chef, dos manos, un susurro, 

Strafford está aquí, ¡Eso Seguro!

 

Falta saber con certeza,

La razón de tanta tristeza.

Pues no se invita a tanta gente,

sin tener algo antes en mente.

Sospecho, me tiene un poco mosca

¿No querrá reírse a nuestra.costa?

 

 

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31/01/2021, 09:30
Caballero Blanco

Cuando el Hada de los Vientos se acercó al Caballero Blanco a interesarse por su bienestar, el hombre se giró hacia ella con un sonido de hojalata -No os preocupéis por mi, pues esto no ha sido sino un desafortunado accidente y apenas he sufrido daños de consideración- Y para dejar más tranquila a su interlocutora, el Caballero Blanco se quitó el casco y he aquí que su rostro era el de un hombre de edad provecta, con una frondosa barba que habría sido muy elegante y digna de encomio si no estuviera mojada de té ardiente. Los ojos del Caballero Blanco eran azules y soñadores, pues tenía la mirada de un poeta. -¿Veis? Nada grave ha sucedido. Ahora, si me disculpáis- Y el caballero comenzó a intentar poner su casco en su espalda, mientras las distintas partes de su armadura sonaban y chocaban. Y así estuvo un rato, esforzándose y contorsionándose, hasta que por fin logró enganchar su casco a un gancho que sobresalía de su nuca. Después, miró al Hada de los Vientos con una beatífica sonrisa -Veo que os sorprendéis por mi ingenioso invento. Os diré, para satisfacer vuestra curiosidad, que en numerosas ocasiones he olvidado dónde he dejado mi casco después de quitármelo. Como comprenderéis, esto supondría una grave desventaja en combate contra algún rival, ya fuera este hombre o bestia, real o imaginario, de este mundo o del otro- El Caballero Blanco hablaba con gravedad. -Sin hablar, por supuesto, de que sería indecoroso y muy contrario a las Reglas de la Batalla entrar en combate sin mi casco. Un insulto a mi rival. Imperdonable, imperdonable- Parecía en verdad preocupado por esa posibilidad. -Por suerte, mi invento me asegura que, esté donde esté, no olvidaré dónde está mi yelmo

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31/01/2021, 11:14
Stanley "Mano alienígena"

-Ahhh!!! Ahí está Cosita, ahhhhh uhhhhh!!! 

Stan Jr. dio una vuelta sobre si mismo y sacó de donde no se sabe donde un juego monisimo de ropa. Tal vez lo había escondido entre sus uñas chocolateadas? Quizás entre algún padrastro o callo? Stan siempre viajaba con una pequeña maletita mágica donde guardaba todo tipo de trastos inútiles y útiles. 

-ahora no te pongas rojo!!Tranquilo, tranquilo, vamos, pero si tienes a Cosita en la palma de tu mano, Stan. Venga, que no te vea con la circulación de la sangre alterada... Que no, que no, que el señor Teapot es demasiado frío y hecho de porcelana para ella, y tu eres de carne y hueso!!! No tengas celos de Mr. STRAFFORD. 

Cosita se acercó muy elegante con su corbata anudada y Stan Jr. se desvaneció como una damisela acaramelada y complaciente entre sus falanges. Se le cayó el bolsito en forma de corazón que llevaba en el meñique y casi pierde el anillo de compromiso del pulgar! Si es que estaban hechos el uno para el otro! 

Mientras las manitas se saludaban y Stan Jr. recuperaba el aliento, Stanley observaba la pintoresca escena que se daba a su alrededor. Cuanto color! La lirona había despertado y cantaba entre susurro y ronquiditos. Llegó un caballero al que no reconoció de primeras, pero luego si por quitarse su yelmo y descubrir su rostro. Llegaron también otras hadas, o ninfas, o diosas a las que no tenía el placer de conocer.

-anda pero si esa florecilla habla!! Es como una de las camelias del jardín mágico donde antes vivía papá. Sabrá como cantar?? 

La cosinerra le trajo su tecito y pastelitos. Stanley inclinó su cabeza con solemnidad. Que hacía un loco? Pues pedir más comida de la que ya estaba dispuesta en la mesa. Eso todo el mundo lo sabe. Nada del otro mundo en comparación a las locuras de la liebre de Marzo y el sombrerero. Taza limpiaaaa, a cambiar, a cambiar, a cambiarrrr!!!