Partida Rol por web

A Howard la facilidad con la que su espada hendió el cuerpo de ese hombre le pareció casi surrealista, la visión de la sangre en su espada, en el aire y en las tripas de ese hombre no le produjo ningún tipo de sensación. Había algo más que le impulsaba y eclipsaba cualquier tipo de sentimiento y le provocaba una sensación de irrealidad increiblemente placentera.

Olvidándose del hombre caído en el suelo se giró consumido por el ansia hacía el ladrón que se encontraba más cerca suyo, le miro a los ojos y sin sentir nada se abalanzo sobre él.

Con mi arma en la mano me "transporto" hasta la espalda del matón que tiene agarrada a la chica por la muñeca. -Asi no se trata a las mujeres! exclamo mientras le arremeto por la espalda.

Las cosas parecen estar más igualadas y la desesperación de Aigentarinji hace que el grupo fuerce más el ritmo del combate.

Lugh, comienza a golpear con fuerza a su atacante, con elegantes y coordinados movimientos difíciles de parar. Ciertamente el asaltante no se esperaba que un chico de esa estatura y desarmado fuera tan capaz y fue incapaz de esquivar los golpes que hicieron que acabara en el suelo. 

Howard por su parte, demostró ser un combatiente feroz, fuera de las apariencias de chico tranquilo, esgrimía sus armas con destreza y ejecutaba los golpes con la seguridad de que está haciendo lo correcto, gracias a lo cual, hirió a otro de los asaltantes con su sable haciendo que este quedara fuera de combate.

Las cosas iban bien para el grupo, pues Alan había superado también a su contrincante y Nyphel llevaba las de ganar.

El problema estaba en el hombre que amenazaba a la chica, al por el que Lugh se avalanzaba aun sin poder acceder a él, pues puso a la joven como escudo. Sin duda alguna, pretendería salir de allí con vida y con la chica y su rostro algo cargado de miedo, indicaba que todo aquello les estaba superando.

"Así no se trata a las mujeres

Dijo alguien a quien no pudisteis identificar hasta que el brazo que apresaba a Aigentarinji se soltó y el hombre cayó al suelo, apuñalado por una figura encapuchada que había aparecido de ninguna parte y que en esos momentos permanecía en pie junto a la chica totalmente sorprend

Los asaltantes habían muerto, o estaban fuera de combate, malheridos y gimoteando, todo había pasado, había sido muy sencillo, pero la tensión no había finalizado ya que ¿quién era aquella persona que les había ayudado?¿cuáles eran sus verdaderas intenciones?

-Se encuentra bien señorita? Nada tiene que temer ya... en cuanto a ustedes ya les daré explicaciones pertinentes cuando sea oportuno, ahora... creo que deberian alcanzar a su otra compañera... salió corriendo hacia allí. Les indico con la mano estendida. A lo que me aparto y enfundo mi estraño cuchillo.

¡Luz!

Lugh no necesitó más. Ya estaba corriendo

La chica vuelve corriendo hacia Lugh y se abraza al chico en cuanto le alcanza.

-Lugh...¿por qué nos ataca todo el mundo?-dice desconsolada y bastante afligida

-¿Qué es lo que buscan?En sus ojos se observan las primeras lagrimas que sin llegar a caer, los dejan humedecidos.

-Iré a avisar a la guardia, esto no puede quedar así!-Dice el chico mientras guarda sus armas y tras echar un nuevo vistazo y ver que todos están bien, sale corriendo en busca de la guardia.

Lugh esbozó una sonrisa, algo más tranquilo al ver que todo se había calmado

Lo importante es que estamos bien, ¿no? ¡No te preocupes! Alzó uno de sus puños mientras enseñaba los caninos Que vengan los que quieran. No soy fácil de tumbar

Howard había avanzado un paso hacía él ya cuando el último de los ladrones cayo apuñalado por ese extraño sujeto, sin pensar estuvo a punto de dar otro paso hacía él, pero comenzó a hablar y eso le distrajo. 

El chico señaló en una dirección, pero no recordaba haber oído lo que había dicho. 

- Ah claro... la guía...

Se les había escapado aquella harpía pero no podía haber ido muy lejos y Howard era rápido y bullía de excitación, envainó sus armas sin darse cuenta de que se le habían puesto los nudillos blancos de la fuerza con que las estaba sujetando.

-Me las va a pagar.  Murmuró al echar a correr tras la chica.

Cada uno fue a lo suyo mientras Alan permanecía con Aigentaringi y el tipo vestido de oscuro. Sin duda alguna, el silencio hacía que la tensión del momento aumentara a cada segundo. Todos habían salido corriendo y alguien que había aparecido de la nada estaba tan cerca de una de las chicas como Alan.

Por su parte Howard intenta ir a por la joven que les ha metido en ese embrollo, pero por desgracia sufre un pequeño tirón, producto de su reciente herida que provoca que cese en su intento.

Después de unos instantes, el grupo vuelve a reunirse escepto Nyphel.

Las cosas aún no han vuelto a la normalidad, la gente de las casas sin duda alguna está esperando a que aparezca la guardia para esclarecer los hechos y volver a su vida normal.

Lugh se acercó, junto con Luz, a la posición de los demás. Durante más tiempo del que marcaban las convenciones sociales se dedicó a observar fijamente al extraño, sin advertir al parecer la impertinencia. Luego fue el primero que rompió el tenso silencio, con un tono curioso y algo despreocupado que no dejaba lugar a dudas respecto a la ingenuidad del chico

Has matado a ese hombre Aunque sus palabras eran directas y algo acusadoras, no había malevolencia en ellas Pero has salvado a Ai. Gracias

Sin esperar a que el hombre respondiera, dio unos pasos hacia él y le observó de arriba a abajo con descaro

¿Quién eres?

Howard recorrió los pocos metros de regreso renqueante para reunirse con el resto. Una vez allí presenció como Lugh se dirigía al extraño.

Observo los cadáveres de los bandidos y evaluó la situación con cuidado. No veía que más iba a hacer la guardia.

-Yo digo que nos marchemos.

-Mi nombre es Sontash Lien, llevo tiempo esperando su llegada a la ciudad... Ésto puede que les aclare un poco más las cosas. Ofreciendo un sobre al chico que tenía delante. -Yo estoy de acuerdo con su compañero, la milicia dudo que aparezca. Mejor sería que dejásemos estas calles antes de que aparezcan, por el contrario, más maleantes.

Lugh cogió el sobre y jugueteó con él entre sus manos. Su abuelo le había enseñado a leer, pero no es algo que hiciera normalmente, así que su fluidez a la hora de hacerlo era como poco ineficiente. Como si el gesto de habérselo dado fuera razón suficiente para confiar en un extraño vestido de negro que acababa de matar a un hombre delante de sus narices, se dispuso a seguir a los demás, poco interesado en la razón que les llevaba a abandonar aquel lugar. Sin embargo, no soltó el botín en ningún momento, dispuesto a ser él el primero que lo abriera y lo leyera. Antes de que giraran la primera esquina ya lo estaba abriendo y ojeándolo por los bordes, sin llegar a leerlo del todo

Al abrir el sobre, por una parte encuentras una carta del capitán de la guardia de Malakai, en la que indica a sus contactos en Americh, que realicen las averiguaciones sobre el paradero y dirección de la caravana. 

Esta carta tiene lo que debe ser el sello personal del capitán.

Por otro lado se encuentra otra nota dirigida a vosotros (viene escrito cada uno de vuestros nombres aunque han puesto Hugh y no Lugh), en la que grosso modo, se indica que la caravana se dividió sin duda alguna antes de llegar a Americh y una docena de jinetes con caballos ligeros llegó a la ciudad antes que las carrozas y partió hace un par de días dirección Norte, hacia la ciudad de Bendeck.

Lugh dejó la carta sobre la mesa antes de mirar fijamente a Sontash

¿Qué clase de nombre es Sontash? No había escuchado nunca nada parecido

Alan, que había permanecido al margen de la pelea, miraba ahora a Sontash con curiosidad mientras comía algo de carne que había pedido.